jamás debéis pronunciar una sola palabra que pueda inducir al error o al mal”
(Pío XI)
Para pensar y sacar conclusiones:
El hombre es hijo del periódico que lee cada día.
El periodismo escribe, no dicta leyes, ni expide decretos, ni impone penas. Nada de lo que hace tiene fuerza de obligar a nada. Informa, comenta, discute, opina. La jurisdicción es voluntaria; se le someten los que quieren. Pero, ¿qué autoridad ejerce sobre el vulgo, el vulgo alto y bajo, que acata sus informaciones por verdades, sus pareceres por sentencia, sus elogios por beatificación, y sus censuras por penas irremediables?.
Su poder, es poder de sugestión. Sin llamarnos, le seguimos; sin atarnos, nos sujeta; sin mandar, es obedecida” (Eugenio Sellés, párrafos de su discurso ante la Real Academia de la Lengua, 2 de junio de 1895).
La opinión pública está regida por la “prensa”.
La “prensa es causa, y la causa es siempre mucho más potente que el efecto.
Hugo Renés
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