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El pretexto de la "conciencia tributaria" - por Alberto Medina Méndez


La hipocresía es moneda corriente y eso ya no es primicia. Esta inadecuada postura cívica aparece, también, en el terreno de la tan mentada "conciencia tributaria". Algunos han tenido hasta el atrevimiento de definirla con cierto sesgo académico, diciendo que es la "interiorización en los individuos de los deberes tributarios fijados por las leyes, para cumplirlos de una manera voluntaria, conociendo que su cumplimiento acarreará un beneficio común para la sociedad en la cual ellos están insertados".

Es un verdadero disparate igualar dos términos que claramente se contradicen. Abonar impuestos no es un acto voluntario, porque la palabra impuesto se refiere a lo forzado, a lo obligado. Si fuera un gesto auténtico, espontaneo, vinculado al deseo genuino, en todo caso, sería una donación.

Como suele pasar en diferentes órdenes de la vida cotidiana, este tipo de justificación retorcida no deja de ser un mero ardid, casi un consuelo, que intenta convertir en aceptable algo que es intrínsecamente malo. Existen, al menos, cuatro grupos bien definidos que utilizan este recurso argumental y pretenden transformarlo en un axioma indiscutible, en un mandato bíblico.

Por un lado están, los recaudadores, los que trabajando de esto preservan la gestión de los organismos de recolección compulsiva de gravámenes. La medida de su eficiencia está directamente relacionada con el monto percibido. Por eso, en las campañas de difusión masiva apelan a esta consigna por ser la menos antipática. "La gente debe pagar sus impuestos porque es el único modo de que el Estado funcione y cuantas más personas lo hagan mucho mejor será para la sociedad", sostienen. A veces inclusive recurren al ruin artilugio del "sorteo" como dispositivo para que unos ciudadanos sean delatores del resto, denunciando así a los que no cumplen.

Otro sector que opera en idéntica dirección es el de la parasitaria estructura estatal. Todos los que viven del Estado, saben que la sangre que fluye por esas venas se nutre de impuestos, emisión monetaria y endeudamiento. En tiempos en el que los dos últimos no son una posibilidad relevante, los impuestos, es decir el dinero detraído de la sociedad en forma coercitiva, posibilita la existencia del empleo estatal y de su cuantía depende, en buena medida, que sus remuneraciones puedan ser mejoradas.

Un tercer espacio lo ocupan los que no pagan casi ningún impuesto o, al menos, no perciben hacerlo. Son trabajadores, subsidiados o desocupados. Sus ingresos son bajos y no son alcanzados por algunos de los voraces impuestos diseñados especialmente para escarmentar a los segmentos más elevados. Ellos reclaman conciencia tributaria como fórmula para aliviar su rencor contra los que más producen. Pretenden igualdad y creen que un sistema tributario que les quita demasiado a los que más disponen, los nivela rápidamente. No saben como aumentar sus propios ingresos y se creen víctimas de este mundo cruel. Este perverso esquema es positivo porque les quita a los demás, a quienes culpan por tener más que ellos.

El último grupo está compuesto por los que pagan MUCHO en impuestos. No contribuyen por convicción, sino porque su actividad no les permite escapatoria. La administración ya ha encontrado el modo eficiente de tenerlos de rehenes. Como no pueden evadir, no admiten ser los únicos tontos y quieren compañía ante semejante abuso. Rendidos frente a la impotencia de estar atrapados por el régimen, apelan desesperadamente a este recurso dialéctico tan pobre como inmoral. En esto, se parecen al grupo anterior. Sus motivaciones surgen del resentimiento y eso no habla bien de ellos. Las garras del sistema los han cooptado y no desean sentirse tan estúpidos, por eso acusan al resto, para que reciban el mismo castigo.

Pagar impuestos no es un acto voluntario. El impuesto implica que el Estado detrae, por la fuerza, una parte demasiado relevante del esfuerzo personal. Nadie paga con satisfacción y alegría. En todo caso lo hace porque no puede evitarlo, porque el esquema se ha diseñado para que no se lleve el producto deseado sin ese "peaje" o bien porque no pagarlo implica un riesgo legal trascendente que se traduce en multas costosas o inclusive prisión.

Esta afirmación general puede verificarse empíricamente a diario. Quien intente refutarla puede dar testimonio personal de ello y hacer hoy mismo el ejercicio pidiendo que le aumenten el precio de un bien y le carguen impuestos no cobrados o hasta dejando un extra, ya no como propina para el individuo que le facilita el producto, sino directamente para el Estado.

Es más, si un individuo cree tan férreamente en la bondad de los impuestos podría pedir a los gobiernos, en cualquiera de sus jurisdicciones, que le facilite un número de cuenta bancaria para depositar allí dinero propio como donación para los "loables" fines para los cuales el Estado destina el dinero.

Después de todo este individuo que defiende la idea de "conciencia tributaria" cree que lo recaudado como tributo no termina en manos del aparato político, la corrupción o el despilfarro tradicional. El recita, a viva voz, que todo eso es para la salud, la educación y la seguridad. Pues bueno, que deposite masivamente sus recursos propios allí, en vez de utilizarlo para su entretenimiento o el consumo suntuario de innecesarios bienes. La inconsistencia ideológica es tan evidente que no admite casi ningún argumento serio que pueda ser tenido en cuenta con cierta sensatez.

Si finalmente se opta por pagar impuestos, asumiéndolo como el "mal menor", si se lo hace porque no se ha encontrado un mejor modo de financiar las "supuestas" necesidades que permiten vivir en comunidad, al menos sería saludable evitarse los retorcidos planteos intelectuales que pretenden justificarlo. No es razonable intentar convertir lo malvado en bondadoso. En todo caso, un poco de resignación ciudadana, puede servir como transición, pero solo para intentar ser más creativos y seguir buscando mecanismos que permitan sustituir este atropello cotidiano por algo superador. Mientras tanto, sería muy conveniente asumir que cuando se habla de impuestos no se dispone de buenas razones que lo respalden. El desafío es pensar como se abandona el pretexto de la conciencia tributaria.

Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com

El mercado de la política - por Alberto Medina Méndez


Si bien para algunos pocos es muy evidente que la política no es más que un mercado como tantos otros, lamentablemente, la mayoría de los ciudadanos no logra asumirlo y espera que su comportamiento sea diferente sin comprender sus reglas más básicas y elementales.

Como en todo ámbito en el que se encuentran la oferta y la demanda, la política termina descubriendo un punto de equilibrio. Siempre esa armonía es inestable, un mero acuerdo transitorio en constante mutación. Cualquier movimiento leve conduce a la búsqueda de un nuevo punto de confluencia.

Si se entiende que la política es un mercado, es mucho más fácil vislumbrar que el resultado que se obtiene hoy no es más que el producto de lo que la sumatoria de oferentes y demandantes lograron acordar en un instante.

Un ejemplo omnipresente es el de las propuestas de campaña. Un sector de la sociedad se suele quejar diciendo que los candidatos no plantean propuestas concretas. Algunos dirigentes hasta se animan a enumerarlas, pero jamás son demasiado específicos para describir como las concretarán.

Sin embargo parece que quienes demandan ese tipo de exigencias a los políticos no son los suficientes. De lo contrario los candidatos se tomarían en serio la cuestión y le dedicarían más energías a ese reclamo.

En realidad, no hacen propuestas precisas, ni dicen como las realizarán porque eso no es suficientemente valorado por los ciudadanos. Es probable que esto explique porque unos y otros, políticos y ciudadanos, se comportan de un modo relativamente similar.

No vale la pena pedir algo que igualmente no otorgarán dicen los ciudadanos, mientras los políticos afirman que no tiene sentido proponer algo que tampoco es determinante. Todo funciona de este modo y seguirá así. No existen estímulos suficientes para que se modifiquen esas actitudes.

Un "mercado libre", eventualmente, optimizaría los resultados colocándolos en su máximo punto de eficiencia. Pero claro, la actividad política no ha quedado exenta de la corriente intervencionista que rige esta era.

Es factible que la política del presente funcione de un modo ineficiente e inadecuado porque sus reglas han sido permanentemente manipuladas por quienes ostentan el poder y establecen esas normativas intencionalmente.

Se trata de un espacio brutalmente intervenido, absolutamente regulado, que instaura pautas que impiden, deliberadamente, la indispensable competencia. La extensa nómina de interferencias que exhibe este mercado político explica la escasez de alternativas. Por eso la gente termina optando entre lo disponible sin tener chances de ejercer legítimas elecciones libres.

Si se esperan progresos en la materia, resulta vital disminuir los obstáculos de acceso a la política y fomentar una verdadera competencia, esa que impulsa a brindar lo mejor para que los ciudadanos tengan opciones.

Como en todo mercado, los oferentes hacen lo que sea para satisfacer las pretensiones de la sociedad. No lo harán por altruismo, bondad natural o integridad personal, sino porque de lo contrario, siempre se corre el riesgo de que otro irrumpa en la escena y logre interpretar mejor las demandas.

El régimen actual solo encierra a los "consumidores" sin otorgarle salidas. Pero esto tampoco es casualidad. Los dueños del sistema se han ocupado de bloquear intencionalmente a los potenciales nuevos dirigentes.

Es por esa razón que existen muchas legislaciones en las que los partidos políticos tienen el monopolio formal de la representación. En ellas, los ciudadanos no pueden siquiera postularse sino pertenecen a una facción.

Como sucede en otros mercados, los oferentes intentan eliminar adversarios recurriendo a restricciones legales que les permitan limitar la oferta. Para hacerlo, utilizan argumentos que hasta parecen razonables.

Un caso emblemático, cuya comparación es pertinente, es el de los industriales nacionales que se amparan en la sinuosa justificación de las posibles fuentes de trabajo perdidas para evitar que sus rivales extranjeros puedan ofrecer productos de mayor calidad o mejor precio. Esos pseudo empresarios apelan al tráfico de influencias para impedir que ingresen nuevos actores y su herramienta predilecta son las barreras aduaneras.

La política no es diferente. Los dirigentes contemporáneos, se ocupan de establecer normas que le garanticen la exclusividad de la representación. De hecho, los partidos mayoritarios acuerdan esas reglas para repartirse las porciones de poder. Listas sábanas, sistemas complejos de elecciones, de fiscalización, pisos mínimos para obtener representación, personería política con limitaciones de tiempo, cualquier instrumento es eficaz para quitar del camino a cualquier entrometido que quiera modificar el esquema vigente.

Si se espera que la política cambie, habrá que flexibilizar sus reglas, para que sean muchos los que deseen participar y puedan hacerlo sin una burocracia que se interponga. Si los ciudadanos tienen más poder, dispondrán de una mayor cantidad de alternativas para seleccionar. Nada asegura la perfección, pero esa dinámica incentivará a los postulantes a ser mejores e intentar seducir de otro modo a su potencial electorado.

Si se sigue creyendo que la política es solo servicio a la comunidad y que debe ser un apostolado vocacional, no se ha comprendido la naturaleza de las transacciones entre individuos. Ningún problema puede ser resuelto si antes no se comprende su dinámica. Si se quiere que la política sea el motor del cambio se debe entender primero que también es un mercado.

Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com

Un mensaje de Enrique Martínez - enviado por Hugo César Renés


YO SI DIGO: FUIMOS MEROS ESPECTADORES TEMEROSOS... ¿Y AHORA QUÉ ESTAMOS HACIENDO?; NUESTROS CANDIDATOS "SALVADORES" ¿QUÉ DICEN QUE HARÁN AL RESPECTO? ¿QUÉ PENSARÁ NUESTRO QUERIDO CARDENAL BERGOGLIO HOY SANTO PADRE FRANCISCO?
UN ABRAZO, HUGO RENÉS


ESTÁN GOLPEANDO A LAS PUERTAS DE TU CASA,
PERO LAS CADENAS QUE ARRASTRO ME IMPIDEN AYUDARTE
Por Enrique Martinez

El Señor Ernesto Sanz hoy deplora que el gobierno humille el prestigio y la trayectoria del Dr Fayt y lo trate como un sospechoso sometiéndolo a un reality show, no sólo para desprestigiarlo sino para esconder a sus rufianes de "lesa cleptomanía". Hasta aquí podríamos estar de acuerdo hasta la eternidad.

Pero continua diciendo que lamenta lo que hicieron con Cancillería, con la ex SIDE, con las fiscalías y quieren hacerlo con la Corte: buscan copar el Estado para acumular y conservar el poder.

Se olvida , o nunca supo el Sr Sanz que mucho antes lo hicieron con las FUERZAS ARMADAS mientras él estaba distraído, o disimulaba o estaba de acuerdo. Pero en aquellos años tristes de despojos, ofensas e insultos no escuché sus palabras de consuelo.

Y ya que no hace ninguna mención que las Instituciones Armadas fueron agredidas ,vaciadas y expoliadas en una lenta y dolorosa agonía, suponemos que no le importó, o no lo supo o estuvo de acuerdo.

En cualquiera de los tres casos sería parte responsable del desarme unilateral inconcebible llevado a cabo por la argentina que dejó un Estado ridículamente desnudo e inerme para el tamaño que tiene, con fronteras de gelatina y cielos abiertos a la circulación y tráfico aéreo de todo el menú de drogas existente en américa del sur.

Lo que le pasó al Señor Sanz es que en el momento en que destruían a las Fuerzas Armadas no estaban golpeando a las puertas de su casa y ni siquiera estaban en su vecindario motivo por el cual a él y a muchos otros poco o nada les importó. Las cosas eran con los militares. Como diría mi abuelita demostró una baja estatura política para un hombre de su pretendida talla!

Ahora que es tarde y ya tenemos metástasis K, usted se acuerda de los anteriores síntomas, pero ignora el primero: será porque estuvo de acuerdo en el desarme unilateral de esta "ex Nación" ahora inerme? o será porque en su mente las FFAA no existen?. En cualquiera de los dos casos mi abuelita diría nuevamente: "Nada sano para un político de su talla"

Y le voy a dar sin costo otra pieza de información. La Inseguridad Jurídica y la pérdida de derechos en Argentina comenzó o dió un vuelco fatal cuando centenares de estúpidos legisladores ANULARON en jocunda algarabía y con demostraciones de adolescencia festiva las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Pero claro, a mi no me afectaban .. era en el vecindario de los milicos, donde golpeaban puertas.

A Einstein se lo escuchó decir, reconozco dos infinitos: el universo y la estupidez humana, pero del primero aun tengo dudas.

Seguramente los estúpidos e irresponsables legisladores que anularon las leyes de otros legisladores, no recordaron que las leyes NO SE ANULAN, se DEROGAN desde más o menos los tiempos en que el Código Hammurabi fue tallado en la piedra de Roseta. Luego los Romanos pese a nuestra ignorancia posterior dijeron mucho sobre el tema. Mucho más recientemente también era un derecho desde que terminó el oscurantismo de la Edad Media. También hubo firmes argumentos cuiando finlizaron las monarquías absolutistas y dieron paso a las monarquías constitucionales. Si alguien habla inglés lo encontrará en el cuerpo legislativo de los EE.UU hace más de 200 años y si francés es la lengua de sus padres, entonces también lo hallará como un resultado de la Revolucion Francesa.

Pero en Argentina nos importa muy poco el derecho romano y en suma el derecho universal y el sentido común aplicado al derecho.

Lo más notable y confuso para la gente como yo, desinformada y de escasas luces, es entender en lengua castella y llamando al toro toro y al terrorista delincuente (en lugar de Sr. Ministro) es cómo pudo una Corte Suprema "INDEPENDIENTE" (risas en la platea) avalar la anulación en contra de toda razón humana, en contra de nuestro instinto animal y en contra de los más elementales principios de la justicia, que apuesto, Sus Supremas Señorías conocen.

Para lerdos: las leyes no se ANULAN, las leyes se DEROGAN y nunca con retroactividad, como lo sufren más de 800 presos políticos militares y algunos civiles por haber combatido institucionalemte y legalmente al terrorismo.

Pero el estado de anomia o "sin normas" ya no lo sufren solamente los militares... lo sufriremos todos por no acudir en defensa de la libertad y la democracia cuando atacaban los demás.

Ya es tarde....!

Fayt, hoy vienen por tí, están golpeando a la puerta de tu casa.

Sanz mañana irán por tí. A no dudarlo!

Y COMO YO YA CARGO OTRAS CADENAS NO PODRÉ DEFENDERLOS!




Dijo Isaac Asimov: contra la estupidez humana hasta los propios dioses luchan en vano!

Netanyahu: el más grave de sus problemas


Con un discurso pronunciado en la Universidad de Bar Ilán el 14 de junio de 2009, Beniamín Netanyahu declaró que no se opondrá a que los palestinos levanten su país en los territorios que Israel administra en la Cisjordania desde la Guerra de los Seis Días. A partir de esas heroicas jornadas, sus gobiernos pensaron utilizar los lugares tomados para negociar una paz estable con los árabes. Lo prueba el hecho que nunca fueron anexados oficialmente. Sus palabras produjeron gran satisfacción en el mundo, en especial en las democracias occidentales.

Sin embargo, hay que aceptar que es imprudente que ese nuevo país se erija precisamente en estos momentos. Todo el orbe debe entender que, mientras se hagan oír serias amenazas contra su existencia, Israel no puede entregar ni una pequeña parte de los terrenos que administra, pues podría ser arrebatada con facilidad por peligrosas organizaciones que existen en la zona, como ya ha sucedido. Se podrá hablar de paz con los palestinos, de marcación de fronteras comunes resultantes de intercambio territoriales, de futuras relaciones diplomáticas, culturales y comerciales, pero hacer efectiva la entrega de territorios, solo cuando Irán y sus satélites terroristas dejen de lado su anhelo de ver borrado de la faz de la tierra al país de los judíos.

El grave problema de este gobierno lo origina el partido nacional religioso “Hogar Judío” que lidera Naftali Bennett. Este sector, cuyo número de escaños le otorga a Netanyahu la estrecha mayoría que tiene en el Congreso, no opina de la misma manera. No quiere que Israel entregue territorios ubicados en Judea y Samaria, nombres bíblicos de la Cisjordania. Ni ahora ni nunca. Quiere la paz con los palestinos, no se opone a que tengan un país, pero no está de acuerdo que se levante en los territorios que Israel “reconquistó”. Estima que por derechos históricos esos territorios son de exclusiva propiedad de Israel, por lo cual considera legal colonizarlos, expandir la colonias judías allí existentes, construir viviendas, instalar fábricas, etc. etc.

Colonizar en los territorios que se ofrecen para negociar, es una incongruencia. Si Netanyahu no querrá perder el valioso apoyo que le brinda occidente y quedar sólo en un mundo infestado de enemigos, tendrá que contener las aspiraciones del partido Hogar Judío, lo que hará peligrar la continuidad de su gobierno. La posibilidad de incluir en la coalición al partido Campo Sionista que lidera Isaac Herzog para darle mayor estabilidad y restarle fuerzas a la derecha, quedó completamente desvanecida durante la ceremonia de asunción del nuevo gobierno. Herzog dijo en ese entonces que “no quería formar parte de ese circo”.

Lamentablemente, un nuevo llamado a elecciones se vislumbrará en el horizonte, si no se encuentra una manera menos costosa de resolver este problema.

Samuel Auerbach,
Natanya, Israel

Publicado en el seminario Aurora.
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Opinion/64956/

Buryaile: “Perseguir a Fayt es ser golpista”


“La embestida del Gobierno contra el juez de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Fayt de 97 años es un golpe a las instituciones de la República”, aseguró el diputado nacional Ricardo Buryaile.

El diputado nacional por Formosa, Ricardo Bureyaile, aseguró que “como para destituir a un juez de la Corte Suprema hace falta un juicio político avalado por dos tercios de los miembros de la Cámara de Diputados, el oficialismo inventó la figura del “proceso investigativo” para evaluar la aptitud psicofísica del juez a través de informes, peritajes y declaraciones de testigos, en una especie de parodia de juicio político disfrazado, donde la única imputación es ser viejo, destinado a minar la voluntad de Fayt y desestabilizar a la Corte”.

Para Buryaile, “mientras destruyen a un juez de trayectoria intachable, el gobierno protege a los delincuentes y avala la inmoralidad al rechazar in limine y en la misma reunión los pedidos de juicio político contra el vicepresidente Amado Boudou , el canciller Héctor Timerman y la procuradora general Alejandra Gils Carbó”.

“Llama la atención este desprecio a nuestros mayores, en lugar de valorarlo como fuente de experiencia y sabiduría. Investigar y estar denigrando a un juez por su edad no solo carece de rigor científico, es discriminatorio y estigmatizante. Amargar los últimos años de la existencia de la vida de alguien para lograr impunidad a cualquier costo es de malas personas”, fustigó Buryaile.

“Nadie puede dudar que una de las mejores cosas que hizo el kirchnerismo en sus inicios fue la integración original de la Corte. Pero hoy, en el ocaso de su gobierno se desnudan sus intereses de asegurar la impunidad en los casos de corrupción que marcaron estos años como Ciccone Calcográfica, Hotesur, y muchos más”, agregó.

“Desde la oposición, hemos rechazado este intento de golpe a la justicia que refleja el enorme desprecio del gobierno por las instituciones y la República”, concluyó el legislador.
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PRENSA DIPUTADO RICARDO BURYAILE
PUKEN - (011) 4773.0440 / 4775.3175 / 7819 - prensa@puken.com.ar

TIEMPOS VIOLENTOS, TARDES APACIBLES - Por Eduardo Juan Salleras


Si pudiéramos volver el tiempo atrás
TIEMPOS VIOLENTOS, TARDES APACIBLES

Por Eduardo Juan Salleras, 2 de mayo de 2015.-

Se autoriza su publicación solamente en forma completa y nombrando la fuente

En un otoño muy húmedo, se espera con lógica, el comienzo del tiempo frio y seco, típico del invierno.

Sin embargo, los días de calor persisten, los insectos del verano sobreviven al cambio de temporada y a los días más cortos; el barro es una constante, fango en todas partes, espejos de agua que a la sombra no se resumen; y calzado con las incómodas botas de goma todo el día.

Por esas cosas tuve que volver a la actividad quesera - ¿por qué será? - siempre en este tiempo me ocurre tener que ocuparme en trabajar la leche personalmente, en busca de ese producto sublime que es el queso.

Preparé la leña el día anterior, armando correctamente el fogón para encenderlo bien temprano a la mañana siguiente.

En una semana muy lluviosa, las ramas secas se humedecen, pero con tiempo y eligiendo, escogí para el inicio, las más crujientes.

Bastante papel de diario abajo; un poco de gasoil para que agarre el fuego y listo.

No obstante: “el hombre propone y Dios, dispone”, llovió toda la noche, como si no lo hubiera hecho en meses, y suele ocurrir el oportuno corte de luz, en una tormentosa oscuridad, plagada de efectos eléctricos.

Volvió la corriente a la mañana, para nosotros tarde, corriendo en horas la rutina, pero bueno, cada uno a sus tareas rapidito.

El sol se impuso por fin al gris, desplazando el viento sur las nubes, dejándose así ver el sol.

Refrescó bastante, ilusionado para que este tiempo aguante.

Pasando un día arduo de trabajo, a la tardecita, con las botas de gomas puestas, fui caminando a cerrar la tranquera de la calle con candado, distante mil metros de las casas, rutina que debemos tomar por precaución, debido a la modernidad de estos procesos en los que ha entrado la humanidad, en especial, América Latina y particularmente, la Argentina. Vivimos encerrados las personas comunes, de trabajo, y los delincuentes sueltos, amparados por la ley y custodiados por las fuerzas de seguridad.

Es que tuvimos un pequeño hecho de rapiña, de esos que ofenden más que el daño material logrado.

El encontrar una ventana abierta y faltarme seis maravillosos quesos con ojos, - de ocho kilos cada uno - de diecisiete que tenía, me hizo sentir muy mal. Estamos en medio del campo, a más de 20 km del pueblo más cerca, ¿quién pudo ofenderme tanto? Me los hubieran pedido… pero, parece que robados gozan de otro sabor, el gusto picante de lo prohibido… la audacia del cobarde que ni agallas tiene para trabajar y ganarse el pan… aunque nadie roba para comer. Si bien eran formidables quesos los que se llevaron, el fin fue hacer daño o el desafío es quebrantar las leyes, es provocar a la sociedad, en un claro mensaje a ella: estás sola y desamparada.

Como solemos decir: no hay que bajar los brazos, menos en una actividad tan dinámica como la producción lechera, que no descansa nunca porque las vacas dan leche todos los días, debiendo extraérsela dos veces por jornada, y cuando la producción es tan pequeña, hay que procesarla sí o sí, porque nadie viene a buscar tan poca cantidad, más aún en estos tiempos en los que he quedado solo en la zona ordeñando.

Recuerdo que, hace 40 años atrás, cuando dejé la comodidad de Buenos Aires para venir a radicarme al campo, un lugar mucho menos tecnificado por aquel entonces, sin energía eléctrica pero, con gente, no había que hacer más de dos mil metros para encontrar una casa habitada. En esa población, hoy fantasma, casi todos eran tamberos (productores de leche), tan pequeños como lo soy hoy yo, y pasaban a diario, hasta 5 camiones a retirar la producción, de distintas fábricas, y a competir por nuestros esfuerzos. Hace ya un buen tiempo que no pasa ninguno.

Volviendo entonces a casa luego de encerrarme detrás de cadenas y candados, me senté en el tronco de un árbol seco y caído a mitad del boulevard, a descansar la cintura, la que me tiene a mal traer, mirando al sur. Ahí veía con placer el sol de la tarde que se va, iluminando el campo antes del anochecer.

¡Pucha! ¡Qué lindo! Pensé. Lástima las cadenas, lástima los candados… lástima que hemos arruinado un país maravilloso.

Es tanto el mal permitido, tan liviana como irresponsables las conductas, aceptando o tolerando lo imposible en otro tiempo, excusándonos en el término modernidad, que hoy, inexplicablemente debo encadenarme con candado para sentirme seguro. Y no es nada lo mío.

En tiempos electorales, los candidatos, simulan estar preocupados por el medio ambiente nocivo creado en la última década (prostitución, trata de blancas, narcotráfico, asesinatos, muerte, desprecio por la vida…). Sin embargo, luego de fingir ante la sociedad, especialmente el oficialismo, ya sea en su versión esquizofrénica o dormida, todos pretenden sólo el poder, conservarlo u obtenerlo a cualquier precio, ignorando escrúpulos, sin mediar una idea que nos devuelva a la gente común, de trabajo, de esfuerzo, de compromiso con el fisco al que le pagamos religiosamente el arrebato impositivo, aquel país, que el relato disfrazó con astucia como nefasto, tejiéndole a la sociedad una trampa de la que no sabe ni puede salir.

La parálisis cívica es tremenda…

Mejor disfruto de esta tarde maravillosa de viento sur, en la que el sol ilumina, casi al ras del suelo, el campo.

EJS

Cambiar para que nada cambie - por Hugo Calzada


Un mes atrás, Julio de Vido fue la figura más conspicua de una reunión social donde predominaban funcionarios kirchneristas, mucho de ellos cercanos a CFK. El tema obligado de conversación fue la incertidumbre sobre el futuro del kirchnerismo a partir de diciembre.

Fue entonces cuando el Ministro de Planificación -conocido por su forma de hablar medida- tomó la palabra y sorprendió a todos los presentes. “Ustedes no tienen por qué preocuparse, les dijo, porque Scioli va a ser presidente y muchos de nosotros seguiremos en el gobierno, pero va a gobernar poco tiempo, porque el año que viene deberá renunciar para que haya elecciones de nuevo y Cristina vuelva al poder”. 

Esta demostración implacable de realpolitik subyacería en las intenciones de buena parte del entorno presidencial que finalmente -luego de años de resistirlo- están admitiendo que la única solución para continuar en el gobierno es que el gobernador bonaerense sea candidato a presidente. Sin embargo, fiel a la memoria de alguien que tanto elogia al oficialismo, éste le prepararía el destino político que sufriera en el ‘73 Héctor J. Cámpora.

El Congreso Nacional del PJ celebrado el jueves pasado dio la clave de que las grandes decisiones ya están tomadas. 

Al criticar la presidente que sigan publicitándose tantos precandidatos a presidente que apenas mueven la aguja de las encuestas, como Sergio Urribarri, Agustín Rossi y Jorge Taiana, envió un metamensaje a la dirigencia oficialista: las PASO del 9 de agosto serán a lo sumo un duelo entre Scioli y Florencio Randazzo para darle algo de interés a la compulsa, pero el candidato ya está elegido. 

Es más, la discusión se está trasladando ya a otro plano: la definición de quién será el candidato a gobernador. 

A Máximo Kirchner y Eduardo “Wado” de Pedro les gusta la idea de Diego Bossio, pero éste no mide lo suficiente. Scioli, por su parte, trata de convencer a Jorge Landau y Carlos Zannini de que hay que respetar las encuestas y armar una fórmula -en el orden que sea- con Fernando Espinoza, intendente de La Matanza y presidente del PJ provincial, y Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora, del cual desconfían cada vez más en Olivos. De cualquier modo, esta definición con seguridad quedará para junio, porque también es candidato la nueva estrella del gabinete, Aníbal Fernández.

Volviendo al destino de Scioli, a medida que su candidatura se vuelve irreversible, el cristinismo va construyendo un cepo político e institucional alrededor de su figura. Su vicepresidente será un hombre de la presidente, Axel Kicillof o tal vez Máximo Kirchner. En organismos claves de la administración pública permanecerían -porque cuentan con mandato para varios años más- el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli; el Administrador de la AFIP, Ricardo Echegaray; el titular de la UIF, José Sbatella, el presidente de la AFSCA, Martín Sabbatella, y, obviamente, nada menos que la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, entre otros ejemplos. 

En cuanto al Poder Legislativo, los bloques de senadores y diputados nacionales del Frente para la Victoria estarán integrados en su casi totalidad por dirigentes elegidos por Cristina y sus amigos, así que los vicepresidentes de las cámaras y los jefes de los bloques no se reportarán al presidente sino a la ex presidenta. En materia partidaria, la amplia mayoría del Consejo Nacional del PJ está integrada por gobernadores que hasta ahora fueron obedientes a CFK.

Pasando al Poder Judicial, si el kirchnerismo consigue aplicar la reforma procesal penal, el poder se transferirá de los jueces federales a Gils Carbó. Por otra parte, el oficialismo controla varias salas de la justicia federal criminal y de la contencioso administrativa.

Tal vez, para completar el cepo falta que el candidato a gobernador de Buenos Aires sea, por ejemplo, Aníbal Fernández, que por su alto perfil le restaría a Scioli buena parte del manejo de los intendentes, o sea que podría vaciar su base de sustentación.

La Corte Suprema es el factor restante de este panorama. El cristinismo entrevé que, si Ricardo Lorenzetti continúa en el timón del tribunal luego del 10 de diciembre, como todo parece indicar, podría convertirse en un aliado de Scioli para romper el cepo cristinista. La actual confrontación para acelerar la renuncia de Carlos Fayt y tal vez aumentar el número de miembros de la Corte apuntaría en parte a tratar de contener el juego político de Lorenzetti, que habla cada vez más con sus interlocutores del PRO, la UCR y el Frente Renovador.

Esta enumeración a vuelo de pájaro y que no se agota en lo señalado converge en una sola dirección: el kirchnerismo se prepara para que, en caso de ganar Scioli, éste sea un presidente títere, susceptible de ser defenestrado y culpado de la futura crisis económica, producida por la bomba de tiempo cambiaria y del gasto público que sigue acumulando Kicillof mientras dibuja un veranito económico con fines puramente electorales.

Ante el cepo que se construye a toda máquina a su alrededor, Scioli permanece impávido. No discutirá -porque sabe que además sería inútil- lugares en las listas de legisladores ni tampoco se resistiría al candidato a vice que le impongan. Con su tomo críptico, suele repetir:
“yo todo lo que necesito es llegar a presidente”. 

Esta frase expresa una realidad y tal vez una velada amenaza. El poder presidencial es tan grande en la Argentina que él podría aliarse, por ejemplo, con el PRO y la UCR y desalojar al cristinismo del poder, con el costo obvio de una cruenta batalla. La duda -y muy razonable- es si Scioli es capaz de tomar el poder luego de calzarse la banda o si, continuando con su actual patrón de conducta, simplemente aceptaría ser el prestanombres de la corporación política que lo llevó a la Casa Rosada.

El 11 de diciembre

Fiel a su impronta, entre las pocas cosas sustanciales que Scioli dijo últimamente, hay que destacar su definición como un convencido gradualista. No pocos economistas liberales ya empiezan a criticar esta postura, porque entienden que la gravedad de la crisis acumulada no se podría revertir progresivamente con medidas distribuidas en el tiempo, sino que es necesaria una política de shock. 

En el frente externo, desde el juez Thomas Griesa hasta el cerebro de los holdouts acreedores del país, Paul Singer, coincidirían en que ya no tiene sentido político presionar a un gobierno que se está yendo. Cualquier acción sancionando al gobierno argentino por el default y el desacato a la justicia de Nueva York sólo serviría hoy para que CFK haga flamear nuevamente las banderas populistas contra los fondos buitres y la supuesta conspiración internacional, lo que en definitiva sería una forma de consolidar el dispositivo electoral del FpV. Pero el 11 de diciembre hay indicios de que los acreedores y la justicia de los EEUU empezarán a exigirle a Scioli, Macri o Massa que les dé definiciones y que el gobierno se siente a una mesa de negociaciones para convenir el pago del fallo de U$S 1330 millones que Griesa dictó a favor de NML y Aurelius.

Al mismo tiempo, el sindicalismo, tal vez a esa altura unificado en una nueva CGT, avanzaría rápidamente sobre el nuevo gobierno, reclamando actualizaciones salariales inmediatas, sobre todo después de aceptar, como todo parece, la línea de máxima del 26% de aumento que Kicillof hoy pretende imponer.

En síntesis, es válido preguntarse si un presidente, en el caso de que sea Scioli, que no controla su propio partido ni el Congreso de la Nación ni parte de los cargos estratégicos del Ejecutivo, podría tener éxito siguiendo recetas gradualistas.

En el 2003, Néstor Kirchner asumió con sólo el 22 por ciento de los votos -o sea, por abandono de Carlos Menem, que había ganado la primera vuelta- y lo hizo como delfín de Eduardo Duhalde. El gradualismo no figuró entonces en su vocabulario. Sabiendo que el duhaldismo pretendía manipularlo, lo primero que hizo fue exiliar al ex presidente a Montevideo a un cargo simbólico en el MERCOSUR. Luego, se apropió de los fondos bonaerenses para auxiliar las finanzas de los municipios y desguazó en menos de un año la estructura de poder montada por Duhalde durante una década. Su mensaje a los alcaldes fue simple y brutal: “ahora la chequera la tengo yo, así que ya saben a quién tienen que obedecer”.

Cuesta pensar, aunque no es imposible, que Scioli repita con CFK lo que su marido hizo con Duhalde.

Entre Cristina y Scioli existe una relación que jamás llegó a la confianza. En privado, este último reconoce que casi nunca habla con aquella. En Brasil, Lula preparó e hizo presidente a su discípula Dilma Rousseff. 

En la Argentina, CFK intentaría hacer presidente a un dirigente que no sólo no piensa lo mismo que ella sino más bien lo contrario. La evolución de este experimento, si triunfa el Frente para la Victoria, puede escribir un capítulo de inestabilidad política y económica de alcances impredecibles.

(Enviado por Hugo Calzada.)

Un alegato consistente que enamore - por Alberto Medina Méndez


Un alegato consistente que enamore.

Los eternos opositores al modelo vigente siguen buscando atajos para salir del caos. Saben que el presente es lamentable y que resulta imperioso evitar la inercia actual, pero su ansiedad suele empujarlos hacia ingenuas confusiones, invirtiendo tiempo en estériles esfuerzos intermedios.

Algunos creen, con esperanza, que la aplicación de las nuevas tecnologías puede transformarlo todo mágicamente. Otros, mucho más cándidos, anhelan la llegada triunfal de ese líder carismático aclamado por las masas que con su encanto natural modificará el rumbo para siempre.

Es paradójico que quienes critican al populismo por fomentar el saqueo redistributivo y promover la holgazanería enfoquen todas sus energías hacia un esquema tan idéntico desde lo estratégico al supuestamente reprobado.

No es que las herramientas modernas no sean útiles para seducir a los ciudadanos de buena voluntad. No deben despreciarse esas eficaces variantes. Tampoco se trata de rechazar a esos dirigentes que logran esa indispensable empatía con la sociedad y que comprenden, aunque sea parcialmente, el daño que el populismo les ha generado a sus comunidades.

Luego de tantos intentos por estas tradicionales vías es necesario comprender la reinante dinámica social y el intenso anclaje que ciertas posturas tienen en la sociedad, esas que no retrocederán tan fácilmente.

Los eventuales fracasos económicos del populismo contemporáneo no han sido suficientes para arrinconar a un sistema de ideas tan arraigado en los ciudadanos. La gente se enfada por algún tiempo y reclama cambios en el sentido inverso, pero solo como parte de una coyuntura accidental, para salir del paso, y no porque hayan modificado su visión definitivamente.

Siempre encontrarán culpables para responsabilizarlos de su eventual traspié. Algunos dirán que fue la corrupción o la ineptitud del demagogo de turno. Tampoco faltarán quienes recurran al infalible argumento del poder de las corporaciones y la siempre posible confabulación del poder económico internacional como causantes de esa renovada frustración.

No se asumirá con convicción esa derrota ideológica si no se interpretan las ocultas raíces de su verdadero descalabro y se las reemplaza por nuevas miradas que expliquen lo que ha sucedido con una congruencia irrefutable.

Por eso, es preciso hurgar en las entrañas de la política, para entender que el sacrificio preciso es superior y probablemente mucho más prolongado que lo que la vida terrenal permite a un individuo en la actualidad.

Es posible que cierta vocación de poder personal nuble la vista y proponga llegar a la cima de un modo veloz. Muchos se entusiasman con esa posibilidad y descartan el meritorio esfuerzo consistente, sustituyéndolo por meros espejismos. Esa dinámica simplista solo alimenta ciertos apetitos personales, pero no resuelve de modo alguno el problema de fondo.

El populismo puede tropezar, pero solo se atrinchera para esperar una nueva oportunidad y obtener otra vez el poder. Las evidencias cuentan que cuando eso sucede, lleva demasiado tiempo retomar el sendero adecuado.

Hace falta mucho más que una suma interminable de pequeños y creativos trucos, innovadores instrumentos y modestos líderes con personalidad para cambiar el curso de los acontecimientos de un modo sustentable.

El ahínco debe ser superlativo, prolongado en el tiempo, y sobre todo coherente a lo largo de su recorrido. Habrá que armarse de paciencia y abandonar la premura si se quiere, en serio, lograr el desenlace esperado.

Se necesita cuanto antes un alegato que tenga solvencia, que resista los embates más elementales. No solo se debe proponer un planteo lógico, sino que se debe apelar a los sentimientos. Lo que se dice y escribe no solo debe responder a la racionalidad, sino que también debe enamorar.

La gente respeta, inclusive desde el disenso, a los que son capaces de alinear discurso y acción. No lo hace solo por un puñado de elementos aislados, sino cuando percibe una coherente y prolongada línea de aciertos.

Nadie dice que deban desecharse los ocasionales caminos cortos ni aprovechar cada tropiezo y torpeza del régimen para avanzar, pero es importante no caer en el infantilismo de ilusionarse con ciertas fantasías. El cambio vendrá de la mano de algo mucho más significativo y trascendente.

En el mientras tanto, es probable que el populismo vaya mutando de matices, y sea reemplazado secuencialmente por versiones más moderadas, con miradas parecidas, pero que conserve su esencia intacta. Mostrar versiones más amigables, no es más que un mecanismo de defensa. Esa dinámica constituye un riesgo mayor porque cuanto más presentable es el personaje que enarbola esas banderas, mas difícil será superar esa etapa.

Sus características básicas seguirán estando presentes de modo muy estable. Corrupción a mansalva, falta de transparencia, concentración del poder, inexistente independencia del poder judicial, economía intervenida y manipulada discrecionalmente, control del aparato electoral, presión a los medios de comunicación e intimidación a los disidentes, serán solo parte de ese catálogo inagotable de inmorales demostraciones de poder.

El populismo no es sinónimo de criminalidad, desmadres económicos y escándalos políticos. Esas son solo algunas de sus consecuencias más evidentes. Sus raíces son mucho más complejas y profundas. Para erradicarlas definitivamente habrá que construir, con paciencia, perseverancia y seriedad, un alegato consistente que enamore.

Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com

Nuestro derecho a ser Marxistas-Leninistas - por Fidel Castro Ruz


Artículo de Fidel: Nuestro derecho a ser Marxistas-Leninistas

(El líder histórico de la Revolución al conmemorarse el 70 aniversario de la Gran Guerra Patria, expresa su profunda admiración por el heroico pueblo soviético que prestó a la humanidad un colosal servicio)

Pasado mañana, 9 de mayo, se conmemorará el 70 aniversario de la Victoria del pueblo soviético en la Gran Guerra Patria. Dada la diferencia de hora, cuando elaboro estas líneas, los soldados y oficiales del Ejército de la Federación de Rusia llenos de orgullo, estarán ejercitando en la Plaza Roja de Moscú con los rápidos y marciales pasos que los caracterizan.

Lenin fue un genial estratega revolucionario que no vaciló en asumir las ideas de Marx y llevarlas a cabo en un país inmenso y solo en parte industrializado, cuyo partido proletario se convirtió en el más radical y audaz del planeta tras la mayor matanza que el capitalismo había promovido en el mundo, donde por primera vez los tanques, las armas automáticas, la aviación y los gases asfixiantes hicieron su aparición en las guerras, y hasta un famoso cañón capaz de lanzar un pesado proyectil a más de cien kilómetros hizo constar su participación en la sangrienta contienda.

De aquella matanza surgió la Liga de las Naciones, una institución que debía preservar la paz y no logró siquiera impedir el avance acelerado del colonialismo en África, gran parte de Asia, Oceanía, el Caribe, Canadá, y un grosero neocolonialismo en América Latina.

Apenas 20 años después, otra espantosa guerra mundial se desató en Europa, cuyo preámbulo fue la Guerra Civil en España, iniciada en 1936. Tras la aplastante derrota nazi, las naciones cifraron sus esperanzas en la Organización de las Naciones Unidas, que se esfuerza por crear la cooperación que ponga fin a las agresiones y las guerras, donde los países puedan preservar la paz, el desarrollo y la cooperación pacífica de los Estados grandes y pequeños, ricos o pobres del planeta.

Millones de científicos podrían, entre otras tareas, incrementar las posibilidades de supervivencia de la especie humana, ya amenazada con la escasez de agua y alimentos para miles de millones de personas en un breve lapso de tiempo.

Somos ya 7 300 millones los habitantes en el planeta. En el año 1800 solo había 978 millones; esta cifra se elevó a 6 070 millones en el año 2000; y en el 2050, según cálculos conservadores, habrá 10 mil millones.

Desde luego, apenas se menciona que a Europa Occidental arriban embarcaciones repletas de emigrantes que se transportan en cualquier objeto que flote, un río de emigrantes africanos, del continente colonizado por los europeos durante cientos de años.

Hace 23 años, en una Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo expresé: “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre.” No sabía entonces sin embargo cuán cerca estábamos de ello.

Al conmemorarse el 70 aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria, deseo hacer constar nuestra profunda admiración por el heroico pueblo soviético que prestó a la humanidad un colosal servicio.

Hoy es posible la sólida alianza entre los pueblos de la Federación Rusa y el Estado de más rápido avance económico del mundo: la República Popular China; ambos países con su estrecha cooperación, su avanzada ciencia y sus poderosos ejércitos y valientes soldados constituyen un escudo poderoso de la paz y la seguridad mundial, a fin de que la vida de nuestra especie pueda preservarse.

La salud física y mental, y el espíritu de solidaridad son normas que deben prevalecer, o el destino del ser humano, este que conocemos, se perderá para siempre.

Los 27 millones de soviéticos que murieron en la Gran Guerra Patria, lo hicieron también por la humanidad y por el derecho a pensar y a ser socialistas, ser marxistas-leninistas, ser comunistas, y a salir de la prehistoria.

Mayo 7 de 2015
10 y 14 p.m.

Lamentable error - por Samuel Auerbach


Isaac Herzog, quien lidera junto a Tzipi Livni a Campo Sionista, la agrupación que le sigue en importancia al partido Likud triunfante en las últimas elecciones realizadas en Israel, informó que no formará parte de un gobierno de unidad con el primer ministro Biniamín Netanyahu, y que su partido se mantendrá en la oposición. Esta fueron sus palabras: "desde nuestro lugar en la oposición vamos a tomar el lugar del gobierno en el futuro, porque Netanyahu dirigirá el gobierno para golpearse de nuevo contra una pared."

¿Porqué el partido Campo Sionista tiene que esperar que discrepancias internas debido a presiones internacionales, hagan que el gobierno de Netanyahu se estrelle contra la pared para tener una nueva oportunidad de constituir un gobierno de centro izquierda? O, en el peor de los casos, ¿por qué esperar que el mundo con su boicot, sus sanciones y su retiro de apoyo lo hagan fracasar?. ¿Porqué Herzog no trata de evitar estos penosos desenlaces viendo con buenos ojos una coalición con el Likud?

Sus palabras bloquearon toda posibilidad de aceptar algún ofrecimiento para integrar el gobierno. Un ofrecimiento que no se sabe si Biniamín Netanyahu lo realizó, o si solo lo utilizó como amenaza para que la derecha aflojara sus excesivas exigencias. Una eficaz maniobra en manos de quien ha dado muestras de no molestarle cualquier orientación que tenga el gobierno a su cargo, con tal de que sea tan fuerte y estable que le permita cumplir a término su gestión.

Grave error por parte de Isaac Herzog. Prefiere ver como Netanyahu no puede seguir adelante con un gobierno que se opone a la existencia de un país palestino vecino a Israel, en vez de ayudar a que su patria vuelva a tener la seriedad y confianza que hace ya un tiempo perdió ante los ojos del mundo. Prefiere ver como Netanyahu fracasa como Primer Ministro, en vez de aceptar la oportunidad de crear las mejoras que merecen la clase media y las que le siguen en inferioridad, y de ayudar a que en Israel reine la justicia y la igualdad entre sus ciudadanos, evitando que existan sectores que reciben tremendos beneficios que les permiten vivir con comodidad sin ofrecer nada, sin trabajar, sin pagar impuestos y sin servir en el ejército.

Completamente equivocado este criterio de Herzog. Prefiere darse el gusto de ver cómo Netanyahu y su coalición con la extrema derecha, no pueden cumplir con los cuatro años de gobierno que les fueron concedidos, en vez aceptar la posibilidad de formar parte del gobierno y, de esta manera, poder devolver a su patria la seguridad del apoyo mundial que perdió, encauzándola dentro de las líneas que exigen las verdaderas democracias. Desde la oposición otra cosa que protestar no se puede hacer. Ya se dijo varias veces: es hora que los políticos sepan desprenderse de nocivas pasiones personales que tergiversan la lógica e interceptan el camino correcto que se debe seguir en bien de la comunidad.

Samuel Auerbach
Natanya, Israel

Publicado hoy en el semanario Aurora.
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Opinion/64708/

Acuerdos con China y Rusia - Por Raúl Dellatorre


Los recursos financieros excedentes de China. La tecnología en energía y un mercado consumidor amplísimo de Rusia. La convergencia entre ambos para fortalecer un bloque asiático. Con Brasil y Europa en crisis, una oportunidad ineludible para Argentina.
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Los acuerdos firmados con China en febrero y con Rusia en la última semana (una asociación estratégica internacional y varios convenios de cooperación en cada caso) constituyen un salto significativo en la política internacional y una respuesta a las actuales condiciones de la economía mundial. Condiciones que, se estima, podrían extenderse más allá de la coyuntura. La caída de la demanda en mercados tradicionales, como el europeo o el brasileño, la necesidad de buscar inversiones y préstamos en fuentes alternativas a los centros financieros internacionales, y las razones geopolíticas que impulsan a abrir el marco de alianzas económicas más allá de los alineamientos habitualmente elegidos por los grupos dominantes, fue llevando naturalmente la mirada hacia las potencias asiáticas. A su vez, la búsqueda de China de nuevos horizontes para sus excedentes industriales y financieros, y de Rusia de nuevos espacios para el aprovechamiento de su capacidad en materia energética, pusieron a América latina como objetivo de cada una de estas economías. Pese a las resistencias que pueda generar, Argentina tiene ante sí una oportunidad inusual, que está buscando cristalizar a través de acuerdos estratégicos con Moscú y Beijing. Página/12 consultó con especialistas acerca de qué puede esperar Argentina de estas relaciones, cómo llega a estos encuentros, qué cuestiones pone en riesgo y no debería desatender, y por qué es tan importante el momento histórico en el que se erigen estos nuevos puentes con un mundo oriental cada vez menos lejano.

“China y Rusia están transitando hacia una gigantesca convergencia, por razones geopolíticas, y Argentina aparece insertándose en una relación que podríamos definir como triangular; es una oportunidad para que toda América del Sur aproveche esta oportunidad, que le puede ofrecer ventajas muy importantes en materia de recursos financieros y transferencia de tecnología.” Así se manifiesta Jorge Beinstein, doctor en Ciencias Económicas de la Universidad de Franche Comté (Besançón, Francia), ex consultor de organismos internacionales y de gobiernos, profesor titular de cátedras libres en la Universidad de Buenos Aires y en la de La Habana, y director del Centro Internacional de Información Estratégica y Prospectiva, con sede en La Plata. Autor de varios libros sobre la crisis global, Beinstein advierte que China está ejecutando lo que califica como “una gigantesca operación keynesiana” en Asia, al haber lanzado un banco de inversión en infraestructura para la región, aportando una capitalización inicial de 50 mil millones de dólares y habiendo obtenido la adhesión, como fundadores, de 45 países, incluida Rusia, Brasil y varios socios políticos europeos de Estados Unidos, pese al esfuerzo del gobierno de Obama de persuadirlos para que no se sumaran a la iniciativa de Beijing. Pero no son muchos los que se vayan a permitir quedar afuera de lo que el primer ministro chino calificó como “la nueva ruta de la seda”, en referencia a la oportunidad de nuevos negocios que ofrecerán las megainversiones en la región.

“China está buscando un reemplazo al motor que eran sus exportaciones, que ya no van a resultar tan dinámicas en virtud del debilitamiento de algunos mercados externos, y particularmente el europeo, que se sigue desinflando. Tiene un espectacular exceso de liquidez, que empieza a volcar en la reactivación de la economía asiática, incluso la rusa, en la que está realizando un esfuerzo gigantesco. El mercado norteamericano tampoco reacciona; Japón, su aliado, sigue en baja”, explica Beinstein. “Ahí es donde entra a jugar América del Sur, con la posibilidad de aprovechar la situación a través de acuerdos de complementación que le permitan acceder a recursos financieros, a nuevos mercados para sus productos y a transferencia tecnológica.”

Martín Schorr es licenciado en Sociología (UBA) y doctor en Ciencias Sociales (Flacso), investigador del Conicet y docente en cursos de grado y posgrado (UBA y UnSAM), y autor de varios libros sobre desarrollo industrial junto a investigadores de la talla de Daniel Azpiazu. En referencia a la importancia y el impacto de los acuerdos con China y con Rusia, señala que “se trata de una diversificación de la actividad comercial importantísima, y necesaria a la vez. Hay que tener en cuenta la situación en Brasil, con un freno a su economía que no se ve que vaya a levantarse en lo inmediato y que, por el contrario, puede ser cada vez peor”. Sin embargo, advierte que también cabe hacer “una mirada crítica” con respecto a los acuerdos con China, dado que el “perfil de intercambio” que propone el gigante asiático, de exportaciones argentinas de materias primas a cambio de productos industriales de alto valor agregado, “podría terminar relegando el potencial industrial del país”.

Los acuerdos firmados con China en febrero pasado contemplaron el financiamiento completo para la erección de dos represas hidroeléctricas en Santa Cruz, las inversiones para la puesta en funcionamiento (reemplazo de vías y de equipo rodante) para el ferrocarril Belgrano Cargas, y para la construcción de dos nuevas centrales nucleares. Energía y transporte aparecen como ejes de la nueva relación económica entre ambos países. La integración regional, a través de la recuperación del ferrocarril de cargas para las provincias del centro y norte del país, también significa resolver una deuda histórica y una promesa largamente incumplida. Hubo demandas de sectores industriales porque no se contempló una mayor participación de proveedores locales en estos emprendimientos. Pero está claro que se priorizó la puesta en marcha de cada una de estas obras lo más pronto posible, en función de las posibilidades de desarrollo que se le abre a las regiones beneficiarias de una mayor oferta de energía y de transporte.

En materia de energía nuclear, las repercusiones indican que los logros se dieron en forma más compensada que en otros sectores. De las dos centrales nucleares en la que participarán los capitales y fabricantes chinos, la primera será de agua pesada, la segunda de agua liviana. Según expertos en la materia, la primera tendrá mayor participación china, pero para la segunda Argentina se aseguró la transferencia del know how (conocimiento) que obtendrá en la primera, para así poder acceder a un mayor grado de participación, tanto en insumos como en el trabajo de sus científicos en esa segunda. Estos resultados tienen directamente que ver con la experiencia acumulada por la Comisión Nacional de Energía Atómica en décadas, que no se perdió pese a los años de atraso y abandono en el plan nuclear argentino. Así, se formaron no sólo científicos de sólida formación profesional, sino además altamente capacitados para “negociar”: saben qué pedir cuando se discute un convenio de asociación y se quiere asegurar para el país la transferencia tecnológica.

En los convenios firmados con Rusia, se han dado pasos importantes para la concreción de una sexta central nuclear, con aportes y diseño de ese país, y para el financiamiento y construcción de una represa “multipropósito” (generación hidroeléctrica, control de inundaciones, riego, uso industrial y consumo humano) sobre el río Neuquén, Chihuido I, que se iniciaría “a más tardar” en septiembre de este año. Hay interés mutuo en promover el uso de monedas propias en el intercambio comercial (el importador de cada parte paga en su propia moneda a su banco central, y entre ambos bancos centrales se compensan el saldo al final de un período), que le evitaría a cada país la necesidad de disponer de los dólares para poder comprarle al otro. También se puso de manifiesto en los encuentros de esta semana en Moscú la intención de buscar formas de sustitución de importaciones de otros orígenes, con posibilidades de lograr conveniencias mutuas.

No hay un balance final de estos acuerdos porque es un camino que empieza a abrirse. Y a concretarse. China y Rusia trazan un mapa geopolítico que busca cambiar las relaciones de fuerza en la economía mundial, tratando de superar sus propias limitaciones. La posición que tiene hoy Argentina puede obtener importantes beneficios en ese nuevo espacio. Los riesgos existen, y podrían sintetizarse en el peligro de “cambiar un imperialismo por otro”. Para Argentina, la preservación pasa por tener negociadores que defiendan el modelo propio y las necesidades propias. Los gobiernos rusos y chinos, se sabe, son duros negociadores, pero –como definió un analista internacional y además ex negociador por el país con países europeos–, “hoy Argentina tiene posibilidades de reclamarle a cualquiera de ambos la participación de mano de obra propia o de transferencia tecnológica en cada uno de los proyectos: plantearles eso mismo a los norteamericanos o a los franceses sería impensable”.

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Esa arraigada vocación de súbditos - por Alberto Medina Méndez


Que la política hace de las suyas no requiere de demasiada demostración. En todo caso, debería preocupar la verdadera causa de esas andanzas.

En algunas sociedades más serias, la política tiene un margen mas acotado, sus errores y excesos encuentran límites, y no porque sus dirigentes no lo intenten, sino porque la ciudadanía no lo permite y, frente a determinadas posturas, los repudia electoralmente dejándolos fuera de carrera.

Cuando se aborda el dilema desde esta perspectiva, se comprende bastante mejor lo que está sucediendo. El problema no es solamente la inmoralidad de los que se abusan, sino también la pasividad de los que se dejan oprimir.

Esto no se consigue sin la complicidad de la gente. Por eso es vital revisar las actitudes propias. En la actualidad, el sometimiento ya no se logra con la fuerza bruta, sino con sutiles estrategias de manipulación psicológica.

La política lo sabe y las usa a discreción con toda la potencia que le resulta posible. Así logra imponer conductas, establecer reglas y, sobre todo, diseñar el camino que le resulta más funcional a sus mezquinos intereses.

El asunto pasa por no enredarse en esa madeja. Pero para eso resulta clave tener la autoestima en el lugar adecuado. Claro que los políticos se ocupan de menoscabarla a diario, desgastándola permanentemente y evitando, de ese modo, cualquier tipo de insurrección por menor que ella parezca.

La rebeldía es una virtud. No tiene que ver con oponerse a todo, sino con tener criterio propio, analizar cada cuestión sin condicionamientos y actuar de acuerdo a la visión personal, esa que puede alinear discurso y acción.

Muchos asuntos no parecen tener salida, al menos no en el corto plazo. La sumisión comienza cuando esa mansedumbre se convierte en crónica y serial, anulando la más elemental capacidad de plantearse alternativas.

Lamentablemente esta postura es demasiado frecuente hoy y no solo, como suponen algunos ingenuos, en los sectores más débiles de la sociedad. La vocación de esclavo no distingue género, edad, ni tampoco condición social. Las pruebas abundan y están a la vista todos los días.

La primera parte de la solución implica entender lo que sucede. Sin un diagnóstico contundente es imposible pensar en revertir el sendero actual.

La inmensa mayoría de la gente cree que todo lo que ocurre es producto de la crueldad de la política y la inmoralidad de sus dirigentes. Si bien eso es parcialmente cierto, la sociedad debe renunciar a esa indigna costumbre de buscar culpables afuera antes de admitir su importante cuota de responsabilidad en todo lo que acontece.

Si se lograra asumir esa situación, y comprender que el presente tiene mucho que ver con todo lo incorrecto que se hace siempre, se habría ganado la primera de las batallas. Tal vez no sea la más importante, pero sin duda alguna, la imprescindible para poder transitar la siguiente.

Luego vendrá el tiempo de examinar los comportamientos propios. Un repaso por lo habitual mostrará con claridad, como esta ciudadanía termina aceptando todo lo ofrecido como si no existiera otro modo de lograrlo.

No es necesario buscar ejemplos en la política mayor, en esas cuestiones de Estado. En los temas más simples, en lo mundano, pululan anécdotas que dan cuenta de como el conformismo le gana al desafío de la superación.

La dinámica vigente para la recolección de residuos, el sistema de transporte de pasajeros, los inconvenientes en el tránsito de una ciudad son temas domésticos y sobre los cuales la sociedad solo se queja, sin actuar sobre el asunto, aceptando las excusas de los políticos, la supuesta sabiduría de los técnicos y la inercia ideológica de los intelectuales de turno.

El reto es cuestionar, animarse a dejar atrás la comodidad que propone la resignación y apelar a la creativa fórmula de proponer variantes. Nada de lo que se hace hoy tiene que continuar de igual forma. Si no satisface las expectativas, no resulta útil, ni resuelve el problema, siempre merece ser fuertemente objetado hasta encontrar una alternativa superior.

El pensamiento de esclavo invita a la sociedad a la quietud del acatamiento. Ese proceder es nocivo y adictivo e incita a reiterarlo hasta el infinito. La política contemporánea, astuta observadora de las múltiples debilidades humanas, muestra allí lo peor de sí misma, utilizando este mecanismo ruin para sus fines, con absoluta ferocidad y falta de escrúpulos.

Es ella la que alimenta la resignación e insiste señalando limitaciones falsas, esas que hacen suponer a muchos que todo debe seguir igual. Es bajo ese paradigma que no modifican el perverso régimen electoral imperante, ni están dispuestos a transparentar lo que gastan con dineros públicos.

Se saquea a los que producen para distribuir el resultado de su esfuerzo a los que parasitan. Es difícil entender la lógica de los generadores de riqueza. Su actitud dócil para con el sistema no tiene consistencia con su eterno esmero por progresar. Son ellos tal vez los que tienen más responsabilidad en esta etapa. Si pudieran dejar de ser pusilánimes, posiblemente otro sería el presente.

La política mal entendida, apuesta a que la sociedad acepte, sin protestar, todo lo que ocurre y solo deba bajar la cabeza frente a los atropellos cotidianos. Ellos saben lo que hacen, por eso insisten con esta receta que les ha dado resultado. Concentran el poder en sus manos y convencen a la sociedad para que todo siga funcionando así, como hasta ahora.

El problema no es la política, tampoco sus dirigentes. El tema es bastante más simple. Esto continuará del mismo modo hasta que la sociedad no reaccione con inteligencia y coraje para abandonar definitivamente esa arraigada vocación de súbditos.

Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com

El legado de Albert Parsons - Por Carlos Iaquinandi Castro

El legado de Albert Parsons
En memoria de los “Mártires de Chicago”

** Por Carlos Iaquinandi Castro.

Albert Parsons, nacido en Alabama, EEUU, en 1848, fue uno de los ”mártires de Chicago” condenados y ahorcados tras las huelgas y manifestaciones de principios de mayo de 1886 en demanda de la jornada laboral de 8 horas. ( 8 horas para trabajar, 8 para dormir y 8 para la casa - para “vivir” ) Aquel movimiento dio origen a la organización y lucha de los trabajadores en distintas lugares del mundo en el comienzo de la “revolución industrial”.

Parsons era periodista, defensor de los derechos de los negros y también activista a favor de los derechos de los trabajadores. Trabajó en diferentes medios de prensa. En 1879 fue nombrado candidato a la presidencia de los Estados Unidos por el Partido Socialista de los EEUU pero tuvo que desistir porque no había cumplido todavía los 35 años que fija la Constitución.

El 1º de mayo de 1886 y dias siguientes estuvo en las marchas obreras de Chicago. Fue ahorcado, acusado de arrojar una bomba contra la policía en Haymarket, durante una concentración obrera. Tenía entonces 39 años. Meses después de su ejecución, se comprobó su inocencia.

Alegato personal de ocho horas

Parsons, como sus otros compañeros condenados, dejó testimonio de su compromiso y su inocencia.
Tuvo una admirable intervención ante el Tribunal que de antemano ya tenía decidida su ejecución.

Su reflexión en el juicio duró ocho horas, dos el día 8 y seis el día 9 de octubre de 1886. Como los jueces se negaron repetidas veces a conceder algún descanso al orador, en varias ocasiones tuvo dificultades a causa del desgaste físico. “La sala - dicen las crónicas de la época - dio también muestras de su impaciencia, contrariada por la firmeza y elocuencia razonadora de Parsons. Este, aun a costa de su salud, se propuso no dejar en pie ni una sola de las acusaciones del ministerio fiscal y de los testigos, y lo consiguió cumplidamente.”

Sus palabras perviven a casi 130 años de su ejecución.

Estos son algunos fragmentos de su alegato:

"Yo como trabajador he expuesto lo que creía justos clamores de la clase obrera, he defendido su derecho a la libertad y a disponer del trabajo y de los frutos del trabajo. Yo creo que los representantes de los millonarios de Chicago organizados os reclama nuestra inmediata extinción por medio de una muerte ignominiosa. “

“Me preguntáis -comenzó diciendo- por qué razones no debe serme aplicada la pena de muerte, o lo que es lo mismo, ¿qué fundamentos hay para concederme una nueva prueba de mi inocencia? “

“Yo os contesto y os digo que vuestro veredicto es el veredicto de la pasión, engendrado por la pasión, alimentado por la pasión y realizado, en fin, por la pasión de la ciudad de Chicago. Por este motivo, yo reclamo la suspensión de la sentencia y una nueva prueba inmediata. Esta es tan sólo una de las muchas razones que para ello tengo. ¿Y qué es la pasión? Es la suspensión de la razón, de los elementos de discernimiento, de reflexión y de justicia necesarios para llegar al conocimiento de la verdad. No podéis negar que vuestra sentencia es el resultado del odio de la prensa burguesa, de los monopolizadores del capital, de los explotadores del trabajo ...”

“¿Qué es la cuestión social? No es un asunto de sentimiento, no es una cuestión religiosa, no es un problema político; es un hecho económico externo, un hecho evidente e innegable. Tiene, sí, sus aspectos emocionales religiosos y políticos; pero la cuestión es, en su totalidad, una cuestión de pan, de lo que diariamente necesitamos para vivir. Tiene sus bases científicas, y yo voy a exponeros, según los mejores autores, los fundamentos del socialismo.

“La ley y el capital son una misma cosa”

“El capital, capital artificial es el sobrante acumulado del trabajo, es el producto del trabajo. La función del capital se reduce actualmente a apropiarse y confiscar para su uso exclusivo y su beneficio el sobrante del trabajo de los que crean toda la riqueza. El capital es el privilegio de unos cuantos y no puede existir sin una mayoría cuyo modo de vida consiste en vender su trabajo a los capitalistas. El sistema capitalista está amparado por la ley, y de hecho la ley y el capital son una misma cosa.”

“¿Y qué es el trabajo? El trabajo es un ejercicio por el cual se paga un precio llamado salario. El que lo ejecuta, el obrero, lo vende, para vivir, a los poseedores del capital. El trabajo es la expresión de la energía y del poder productor. Esta energía y este poder han de venderse a otra persona, y en esa venta consiste el único medio de existencia para el obrero. Lo único que posee y que en realidad produce para sí es el jornal. Las sedas, los palacios, las joyas, son para otros. El sobrante de su trabajo no se le paga; pasa íntegro a los acaparadores del capital. ¡Ese es vuestro sistema capitalista!”

“La guerra social no termina con nuestro ahorcamiento”

“¿Creéis que la guerra social se acabará estrangulándonos bárbaramente?

¡Ah no! Sobre vuestro veredicto quedará el del pueblo americano y el del mundo entero. Quedará el veredicto popular para decir que la guerra social no ha terminado por tan poca cosa."

A modo de epílogo de este Memorial

La defensa de Parsons, durante el juicio y en años posteriores, estuvo a cargo de su mujer, Lucy González, nacida esclava en Texas, hija de una mexicana negra y de un mestizo de la nación indígena Creek. Sindicalista revolucionaria e incansable luchadora de las minorías raciales, Lucy formó parte de quienes consiguieron que finalmente -siete años después de las ejecuciones y condenas - el sistema judicial admitiera que el proceso de Chicago en 1886 fue una farsa y que su esposo y todos los imputados eran inocentes de los cargos que se les formularan. El gobernador del estado de Illinois, John Peter Atlgeld lo calificó como una “burla a la justicia y un verdadero fraude procesal”. Confirmó la inocencia de los ejecutados y dispuso la libertad de los tres sobrevivientes condenados.

“Más peligrosa que mil manifestantes”

Lucy González, la viuda de Parsons, tuvo una larga trayectoria de lucha. El jefe de policía de Chicago la calificó como “más peligrosa que un millar de manifestantes”. Impulsó huelgas y organizaciones obreras hasta su muerte en 1942. Tenía entonces 89 años. Aún después de su muerte, el gobierno norteamericano siguió considerándola una amenaza: la policía incautó su biblioteca de más de 1.500 libros con temáticas relacionadas con el movimiento obrero y la anarquía, y todos sus escritos personales. Sus restos, fueron enterrados junto a los de su esposo Albert Parsons en las proximidades del Monumento de Haymarket, en Forest Park, Chicago.

Sepamos defender lo que tanto ha costado conseguir

Como apuntaba Rodolfo Walsh es indispensable la memoria para recoger la experiencia de las luchas sociales. Para que no ocurra que cada generación tiene que comenzar desde cero. Hoy, a casi 130 años de aquellas huelgas y marchas obreras, en muchas partes del mundo - países “desarrollados incluidos” - se pactan jornadas de más de ocho horas, condiciones precarias, derechos recortados y facilidades para el despido.

“Las clases dominantes siempre han procurado que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires”. Tengamos memoria y tengamos presentes a quienes dieron su vida por el avance social y no resignemos mansamente derechos y libertades que tanto costaron conseguir a quienes nos precedieron.

** Carlos Iaquinandi Castro, redacción de SERPAL

1 de mayo de 2015
Enviado por SERPAL
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