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Un nuevo mapa político junto a un tiempo político diferente - Por HUGO CÉSAR RENÉS


Un nuevo mapa político junto a un tiempo político diferente, debe sobrevenir. ¿Sobrevendrá?.

Cristina Fernández de Kirchner pretendió plebiscitar en la última elección de noviembre su “modelo K” pensando que el armado de las listas confeccionadas por ella, le aseguraban vencer una vez más a la oligarquía del “yuyo”, a la de la carne, la de la prensa, a la del dinero; el veredicto de las urnas fue casi unánime; no le dejó ninguna duda. Sus patrañas, su odio, su malicia, quedaron al desnudo tanto como las fisuras sociales que generó.

Cuando la sociedad le urgía definiciones obligándola a rectificar el rumbo, sus “usos”, como sus “costumbres”, subsistieron. Y perdió

La actitud del Poder político que hoy asume, deberá prever “lo que vendrá”, porque con ella y sus militantes nada está dicho y todo se puede espirar...

Las transformaciones indispensables deben empezar a producirse ahora, fundamentalmente en el servicio de justicia, cuya manipulación ha llegando a avergonzar a la ciudadanía, y en el de la seguridad social. Esa es la expectativa y la rotunda exigencia del ciudadano elector.

La oposición ganadora deberá pasar ahora de las palabras a los hechos, que no es poco, ni fácil.

Deberá salir inmediatamente de la falta de convicción al diálogo y el empleo de la ley para la instrumentación perversa del poder y la autocracia implementado por Cristina Kirchner, para poder hacer frente al momento complejo que vive y vivirá el país (profundización del deterioro de los indicadores psicosociales y la anomia social existente)

El dialogo social al que invita Mauricio Macri para recuperar la iniciativa, genera expectativas en la ciudadanía en el corto plazo. ¿Cuáles serán los márgenes del Poder que estará dispuesto a ceder el macrismo para no perder aliados en el Congreso?; ¿tendrá voluntad de cumplir los acuerdos que se alcanzaron previo al acto electoral?; ¿intentará en ese dialogo político cicatrizar heridas, acortar el “luto” y, subsidiariamente provocar fugas en el FPV que lo debiliten?.

La sociedad está muy preocupada por el derrumbe de la economía y la escasez de oferta de trabajo. Por esa sola razón el oficialismo tendrá que optimizar el diálogo en las distintas comisiones de labor parlamentaria para encontrar coincidencias que permitan enriquecer dicho trabajo, y con el, mejorar la calidad institucional.

En el mientras tanto, les dejo para que mediten una afirmación de Martin Luther King:

“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos COMO HERMANOS”. ¿APRENDEREMOS?

En azul y blanco,
HUGO CÉSAR RENÉS

EL FASCISMO AL ACECHO - Por Eduardo Juan Salleras


¿A alguien le queda alguna duda?
EL FASCISMO AL ACECHO
Por Eduardo Juan Salleras, 6 de diciembre de 2015.-

Se autoriza su publicación solamente en forma completa y nombrando la fuente

¿A alguien le queda alguna duda todavía?

¿Acaso se puede vacilar en si son o no son?

Las internas del peronismo (Menem-Cafiero) depositaron a Menem en el poder y gobernó durante 10 años, luego de haber acomodado la Constitución Nacional a su antojo con la ayuda de un poco feliz Alfonsín (“El padre de la democracia”… ¿Ummm?) conformando un gobierno recordado como muy corrupto y “bailantero”.

Luego vino la interna entre Menem y Duhalde, la que privó al primero de ir por la re-re-elección pero, a pesar de ser compañero y peronista, los menemistas prefirieron que gane De la Rúa (radical) en castigo y ganó.

Duhalde no se quedó quieto y aprovechó la inserción de peronistas dentro del gobierno de la Alianza para desestabilizarlo, y un socio poco feliz: Alfonsín, dándole una mano en la destitución de su propio correligionario. Ver luego a los justicialistas persignándose ante el pecado de las coimas del Senado, fue una imagen muy fuerte.

Medios de comunicación, gente del espectáculo, saqueos, muertes y un pueblo idiota por la plata, acabaron con el último gobierno republicano.

Enseguida los justicialistas se metieron por la ventana, mientras los de Alem e Irigoyen miraba asustados como diciendo: yo no fui, no tuve nada que ver, ¿puedo ser útil en algo?

Rodríguez Saá primero, vio el sillón vacío y sin que nadie lo note se sentó, cuando todavía no había iniciado el juego. Una semana duró solamente, sin hablar de salir de la convertibilidad – abandonarla sería un golpe duro a los de menos recursos pero, fundamental para los grandes empresarios endeudados en dólares en la Argentina - y suspendiendo el pago de la deuda externa, anuncio que se vio más como una obviedad, de hecho ya no se pagaba, pero que los populistas vieron como una liberación nacional aplaudiendo y vitoreando al intruso en la presidencia, incluyendo desde luego a radicales, izquierdistas y demás.

Duhalde miraba absorto - ¿de dónde salió éste, cómo se me coló? – y sin devaluar fuerte… no va a andar.

Entonces, también lo hicieron renunciar en una acción muy poco clara, diría de esas que vemos en las películas y que parecen mentira.

Así subió por fin el gran “devaluador”, encantado, aunque sea por la ventana entró y se sentó orgulloso en el Sillón de Rivadavia. Tan frágil fue su mandato que no soportó el más mínimo temblor. Le tiraron dos muertos y afuera.

Eso sí, semejante devaluación le dio al gobierno que lo sucediese un colchón inflacionario increíble, el que le permitiría gobernar a los ojos de todos de manera espléndida… y muchos grandes empresarios, modelos, salvaron las papas de la mano del nuevo “estadista”, ¡qué horror!

¿Para qué?

Vuelta la interna entre Duhalde y Menem, esta vez ganó el líder de Lomas de Zamora. Como él es electoralmente un fracaso, buscó otro, cualquiera: primero Reutemann (¿Qué pasó ahí? Número puesto para ser presidente), luego De la Sota… no se animó. Sí, alguien que no tenía nada que perder, y otra vez metiendo la mano el peronismo a su antojo en la institucionalidad del país, inventando una elección a medida de su candidato, más allá que no lo conociera nadie, debía ganar y ganó, en un sufragio que podríamos decir fraudulento. La interna justicialista en una votación nacional, fue un bochorno que nadie se animó a cuestionar.

Gracias a todos estos desaguisados, de los que el radicalismo tuvo mucho que ver, llegó a la presidencia un tal Kirchner. Del petizo gracioso con pelos en la cara al “pingüino” santacruceño, pasando por el cabezón… ¡Ah! Y el que no quiso devaluar.

Esto fue el peronismo: una coartada, un relato, sobre lo que supuestamente es una doctrina - ¿será? - o si son los dueños absolutos de esa ideología porque, quién más quién menos, hoy a nadie se le ocurriría hablar en contra de la justicia social, incluyendo a los más recientes hipócritas: “el kirchnerismo”, que habló de la pobreza digna, haciendo como meritoria la situación de hambre, de miseria o de indigencia, eso sí: sin solucionarla.

Todos se acusaron de no ser peronistas… “Eso no es peronismo”, claro, después del fracaso.

Estos que se van ¿lo son, lo fueron?

La conducta de los derrotados no es otra que la de aquella persona despojada de su máscara y disfraz. Los Kirchner - Néstor y Cristina - no son democráticos, mucho menos republicanos… son déspotas, totalitarios (vamos por todo), fascistas… la derrota en la última elección, la obliga a ella y a sus seguidores, a despojarse de esa máscara y disfraz… y se ven desnudos, tal cual como son.

Ya no hay más “Botox” político ni modelo social que disimule por quién fuimos gobernados los últimos 12 años. Hoy están desesperados porque pierden el poder, y es lo único que les interesa. Están dispuestos a salir a las calles a defender el modelo: “fascista”… a matar (si es necesario)… a la democracia y a sus instituciones.

Mentirosos, engañaron a la pobre gente, aunque a la gran mayoría la compraron y son éstos los más exaltados, fundiendo al Banco Central, llevándose a la nada los tiempos buenos, repartiendo de la mano de la corrupción a sus seguidores más fanatizados el dinero del hambre de la pobreza, del esfuerzo de los productores, de los hospitales abandonados, de las obras que no se hicieron, de una educación a la deriva… y el narcotráfico en las calles pudriendo a nuestra juventud, prostituyendo a nuestra sociedad y sentándose a la mesa de la nación en su cabecera.

Repetidas veces digo: siempre hay alguien poco feliz, o un petizo gracioso, o un gil, u otro que se cree un estadista pero perdió con el gil, o un esquizofrénico corrupto o una chiflada dictadora y tan deshonesta… son patologías comunes en cuarenta millones de habitantes…

Lo que no es normal, o no debería ser común, es elegirlos presidentes.

EJS

Macri contra la historia - Por Axel Kaiser


Macri contra la historia
Nota publicada en Chile
Por Axel Kaiser

Es difícil dimensionar la trascendencia de lo ocurrido en Argentina.
Se trata de un golpe devastador para el populismo latinoamericano, incluido nuestro gobierno, el que ha optado, como advirtió The Economist hace poco, por continuar la ruta que arruinó a nuestros
vecinos.

Argentina, como sabemos, no siempre fue el desastre que es hoy. Por casi cincuenta años antes de la Primera Guerra Mundial nuestros vecinos crecieron a tasas de un promedio de 6% anual, la tasa más alta jamás registrada en la historia del mundo por un periodo tan prolongado. Millones de europeos abandonaban sus países para llegar a la tierra prometida de Argentina a tal punto que en 1914 la mitad de los habitantes de Buenos Aires era nacido en el extranjero. El país llegó a estar entre los diez más ricos del mundo superando a Francia, Alemania e Italia mientras su ingreso per cápita era de un 92% del promedio de los 16 países más ricos del mundo. Brasil, por hacer una comparación, tenía un ingreso de un cuarto del argentino. Y esto no era solo en base exportaciones de bienes primarios.

Entre 1900 y 1914 la producción industrial de Argentina se triplicó alcanzando un nivel de crecimiento industrial similar al de Alemania y Japón. En el periodo 1895-1914 en tanto, se duplicó el número de empresas industriales, se triplicó el trabajo en ese sector y se quintuplicó la inversión en el mismo. Todo esto fue acompañado de un progreso social sin precedentes en el país: si en 1869 entre un 12% y 15% de la población económicamente activa pertenecía a los sectores medios, en 1914 la cantidad alcanzaba el 40%. En el mismo periodo el nivel de analfabetismo se redujo a menos de la mitad.

Usted se preguntará cómo llegaron nuestros vecinos a ser uno de los países más ricos del mundo. La respuesta es que desde mediados del siglo 19 introdujeron instituciones liberales que desataron las
energías creadoras de sus habitantes. El marco más relevante fue la constitución de Juan Bautista Alberdi, brillante intelectual que admiraba a Thomas Jefferson y a los padres fundadores de Estados
Unidos. Reflejando la filosofía libertaria que inspiraría su constitución, Alberdi diría cosas impensables para un político actual, como por ejemplo, que "los pueblos del Norte no han debido su
opulencia y grandeza al poder de sus Gobiernos, si no al poder de sus individuos" y que "las sociedades que esperan su felicidad de la mano de sus Gobiernos esperan una cosa que es contraria a la naturaleza".

El mismo Alberdi agregaría que "los Estados son ricos por la labor de sus individuos, y su labor es fecunda porque el hombre es libre, es decir, dueño y señor de su persona, de sus bienes, de su vida, de su hogar". Toda esta filosofía liberal que encumbró a la Argentina a la cúspide mundial se desplomó de manos del socialismo fascista de Perón y las nuevas doctrinas estatistas que proliferaron a partir de la Gran Depresión de los años 30. Desde ahí nunca más volvió a ser lo mismo.


Hoy, Argentina es un fracaso económico y social con una de las inflaciones más altas del mundo occidental, niveles de corrupción récord, un ingreso que apenas llega al 43% del promedio de los 16
países más ricos, inseguridad galopante, pobreza de un 30%, y además ha sido expulsada de los mercados de capitales internacionales.

Pero la esperanza llegó, tras un siglo de declive. El nuevo gobierno encabezado por Mauricio Macri puso fin no solo a más de una década de degeneración institucional kirchnerista sino a casi cien años de dominio político peronista. Así las cosas, la tarea que enfrenta Macri es nada menos que derrotar la historia. Ya logró un primera victoria en las urnas el pasado domingo. Esa fue la parte "fácil". Ahora le toca dar inicio a una transformación sostenible en el tiempo que logre terminar, a nivel cultural e ideológico, con el peronismo que ha destruido la libertad y condenado a la decadencia y vergüenza internacional a un pueblo que ha probado tener lo necesario para pertenecer a la élite mundial.

Si Macri logra la titánica hazaña de dejar iniciado ese cambio permanente pasará a ser el más grande líder político que haya conocido la Argentina en más de un siglo y sin duda uno de los más grandes que haya conocido América Latina en toda su vida independiente. Los latinoamericanos de buena voluntad no podemos más que desearle suerte y ofrecerle toda nuestra ayuda, por el bien de Argentina y por el de América Latina.

Los imprescindibles pilares del cambio - Por Alberto Medina Méndez


Los imprescindibles pilares del cambio.

El resultado electoral en Argentina ha ilusionado a muchos. Se abre una enorme ocasión no solo para el país, sino también para toda la región. Cierta visión simplista ha instalado la insensata idea de que una nueva gestión de gobierno lo puede resolver todo. Son los mismos que suponen que con un grupo de funcionarios honestos y profesionalmente preparados, resulta suficiente para poner en marcha a una nación.

Eso es deseable que ocurra, pero la honradez y la idoneidad son solo una condición, que no garantiza casi nada. Es evidente que tantos años de anormalidad ocasionaron cierto acostumbramiento. Es por ello que algunos ciudadanos se conforman solo con tener gente honorable al frente del país.

Claro que eso es saludable, pero de ningún modo una comunidad logra progresar exclusivamente bajo esas circunstancias. Al desastre económico e institucional que se percibe con absoluta crudeza, hay que sumarle ese daño casi invisible, que tiene que ver con demasiados malos hábitos, con tantas incorrectas posturas y con la destrucción de la cultura del trabajo.

Diera la sensación de que esta sociedad espera que otro, un tercero, se ocupe de su prosperidad y bienestar. Es como si la eterna búsqueda pasara solo por encontrar a ese líder mesiánico, que se pueda encargar de todo.

Esa fantasía no se corresponde con la realidad. En todo caso, los buenos dirigentes contribuyen de un modo decisivo generando las condiciones esenciales para que ese progreso se produzca pero siempre de la mano de los indelegables esfuerzos personales y las acciones ciudadanas que son las verdaderas herramientas para esa evolución positiva.

Los liderazgos negativos han hecho mucho mal. Su capacidad de destrucción se ha demostrado empíricamente. No solo han sido pésimos administradores dilapidando inmejorables oportunidades, sino que además han fomentado el odio, el resentimiento y la envidia, instalando una perversa dinámica que desalentó a los mejores y aplaudió a los mediocres.

La gente ha tenido la chance de elegir entre continuar de un modo parecido al que señalaba la inercia de ese tiempo, con sutiles matices e improntas personales, o apostar a lo nuevo, a lo que parecía más sensato, razonable y equilibrado. Ha tomado esa decisión con diferentes niveles de entusiasmo.

Los unos y los otros han optado entre las alternativas disponibles y no necesariamente en sintonía fina con sus profundas convicciones. Después de todo eso es lo que ofrece el sistema democrático, un menú de variantes que no siempre se parece a lo óptimo sino solamente a lo posible. Los ciudadanos eligen entonces por preferencia, afinidad o hasta intuición.

Lo que viene será importante y la gestión que se inicia tiene un gran desafío por delante. No solo deberá resolver complejos asuntos, sino que, al mismo tiempo, tendrá que sincerar variables mientras intenta dimensionar el tamaño y la dificultad de los problemas que deberá abordar en el futuro.

No será fácil esa etapa. Muy por el contrario, será un tiempo de idas y vueltas, de tropiezos y avances, pero siempre que el rumbo elegido sea el razonablemente adecuado, el tiempo se ocupará de ir buscando equilibrios en cada una de las cuestiones. Habrá que tener paciencia.

Pero no se agota ahí la cuestión. Lo más difícil tendrá que ver con la capacidad de la sociedad para protagonizar ese cambio. No todo depende de lo que el gobierno de turno pueda hacer, sino de cuan dispuesta esté la ciudadanía para operar los cambios sobre sí misma.

Si cada habitante, sigue haciendo lo mismo de siempre, de idéntico modo, y no se compromete con una mejor versión de sí mismo, es poco lo que se puede esperar de esta etapa que tantas expectativas ha generado.

El prestigioso escritor y filosofo Henry Thoreau decía que "las cosas no cambian, cambiamos nosotros". Por eso aparecen las grandes dudas sobre el período que se inicia. Si la sociedad no ha cambiado y no está dispuesta a hacerlo ahora mismo, difícilmente todo se acomode como se espera.

No es necesario encarar una transformación gigante, sino solo algo mucho más modesto, tangible y cotidiano. Cuando los ciudadanos sean más respetuosos con las determinaciones de los demás, puedan consensuar en vez de imponer, decir "por favor" y "gracias", darle valor a la palabra empeñada, es probable entonces que ese cambio sea posible.

Mientras impere el desprecio por el otro, la desconfianza serial, la confiscatoria rutina de quedarse con el fruto del esfuerzo ajeno, la violenta reacción frente a cada pequeño incidente irrelevante, la revancha sea moneda corriente y la ira le gane a la concordia, nada bueno surgirá de allí.

El próximo gobierno tiene mucho por hacer, pero más importante será la tarea de los ciudadanos para lograr su propia reconversión y desplegar esa capacidad de desaprender para empezar de nuevo, intentando ser mejores, para que la sociedad en la que vive pueda ser distinta a la actual.

El reto es convertirse en agente de cambio, liderando ese proceso, intentando que otros imiten las buenas conductas sin justificarse aduciendo que los demás no reaccionan. Si cada ciudadano se anima a dar ese trascendente paso, a empezar la jornada con esos pequeños gestos en su comunidad, entonces si existe una verdadera oportunidad de cambio.

La nueva gestión podrá ser mejor o peor, pero importa mucho más que los ciudadanos hagan la necesaria contribución en el sendero adecuado. Si se pretende vivir en un lugar mejor, no se debe esperar que solo el gobierno acierte con sus decisiones, también la gente tiene en sus manos el porvenir. Es necesario comprender cuales son los imprescindibles pilares del cambio.

Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com

I also left my heart in the USA - Por Alberto Pringles



“I also left my heart in the USA”
“Y también dejé mi corazón en EE.UU.”
Alberto R. Pringles

Alberto.Pringles@Argentinisima.US
Buenos Aires, Argentina
Abril 17, 2007

Escribí esta nota en Abril del 2007, cuando vivía en Argentina y hoy me conmueve como en aquel entonces.

A través del tiempo que me ha tocado escribir de diferentes temas y de narrar en diversas ocasiones mi profundo orgullo de mis raíces argentinas que exprese más que con palabras con hechos.

A lo largo de muchos años me cupo llevar a cabo en California múltiples tareas ya sea defendiendo los derechos de mi nación sobre la Islas Malvinas en un ámbito casi hostil e indiferente, o llevando la música, la canción y la cultura nacional a través de sus intérpretes más destacadas por el país del norte, o también defendiendo a mi comunidad argentina denunciando los despojos de algunos indecentes compatriotas y también y como así reflejando mis sentimientos peronistas divulgando sus alcances en nuestra nación.

Pero si de algo me siento profundamente orgulloso es de haber sido siempre un ciudadano ejemplar, con muy sólidos principios éticos y morales que fueron el estandarte que transmití a todos los míos!

No sé si habrá argentinos en EE.UU. que hayan hecho más que yo en estos aspectos, pero si los hay me gustaría, me encantaría conocerlos y felicitarlos por todo lo que hagan por nuestra nación.

Y conozco algunos de un temple y fervor ejemplar como Pedro Caccamo Presidente y fundador de la Asociación Argentina de Miami quien es el alma y espíritu de dicha entidad que ha llevado enormes tareas argentinistas en dicha ciudad. Me place conocer también a Juan Berberian fundador del Children Foundation de Los Ángeles siempre empujando para traer bienestar a los niños de Argentina y otros países de América.

Grandes argentinos! Ejemplares y estar cerca de ellos es muy contagioso!

Pero si de alguien guardo un recuerdo imborrable fue de Juris Steglau un gringo colorado y grandote, que un día visitando una librería argentina en L.A. al escuchar que alguien mencionaba mi nombre me pregunto si yo era Alberto Pringles y le respondo afirmativamente y entonces sin decir palabras me dio un abrazo de oso polar y me levanto en vilo dejando mis huesos bastante maltrechos! “Es un enorme placer en conocerte Alberto”!

“Vos al igual que yo somos dos locos lindos haciendo muchas cosas por Argentina”! Me dijo entusiasmado!

Cierto, Juris Steglau fue el principal responsable del envío a Argentina de 30 ambulancias y varias auto bombas contra incendios todas repletas de equipos médicos y medicinas! Un trabajo excepcional y patriótico!

Juris amaba a Argentina con todo su corazón! Era un patriota sin par! Su corazón era muy gaucho!

Pero Juris no había nacido en Argentina! Lo había hecho en Ucrania y de chico lo trajeron a Argentina!

Pero amaba mi patria Argentina como muy pocos argentinos he conocido!

Sonó el teléfono en mi casa en las cercanías de Los Ángeles ya cercano a la medianoche.

Era Juris, su voz sonaba muy apagada y me pidió fuese a verlo en el hospital donde se encontraba internado.

Le dije: “Como no Juris, mañana voy por allí”. “No, ya mismo, por favor Alberto!”, me dijo! Y allí fui!

Allí lo encontré postrado y casi irreconocible, su cuerpo diezmado parecía de otra persona!

“Alberto, me han informado que no saldré vivo de este hospital”. “Lo mío es Terminal, mi vida se acaba!”

Era muy difícil escuchar y ver lo que estaba allí presenciando! Procure interrumpirlo, pero no me dejo!

“Necesito un último favor tuyo me dijo!” “Quiero seas vos la única persona que hable en mi funeral!”

“Porque yo Juris? Vos tenes varios amigos de mucho tiempo, que te quieren y respetan?” Le pregunte!

“Porque vos sos un loco argentino siempre haciendo cosas por nuestro país, vos y yo somos iguales”! Decía!

“Aparte tenes un carácter fuerte y no te vas callar en decir lo que yo quiero que digas”. Los demás no lo sé!

“Por eso te lo pido a vos, solamente a vos”! A su lado su esposa Inés escuchaba en silencio!

Y cumplí con mi promesa al amigo Juris en su funeral en una Iglesia St. Andrews de la Ciudad de Pasadena!

El párroco dijo mi nombre y me ubique cerca al frente del altar! Había mucha gente! Fui el único orador ese día tan triste despidiendo a una gran persona! Y no calle nada de su pedido!

No nombre a nadie pero yo sabía a quienes iban mis palabras dirigidas y ellos allí presentes también lo supieron!

Y a cada uno lo miraba fijamente durante mis palabras.

Muchos se sintieron incomodos al escucharme y varios se fueron de la Iglesia”. Eran las palabras de Juris!

En sus últimos momentos Juris estaba muy deprimido, amargado del accionar impropio de muchos de esos que estaban allí presentes en los cuales él había confiado.

Muchos se habían apoderado de los méritos que a él le correspondía y eso para él era una acción traicionera!

Busque por todos los medios calmarlo, lo cual fue difícil.

A los allí presentes seguramente les molestaban mis palabras o su propia conciencia! O acaso el recuerdo de Juris!

A la salida varios muy molestos me buscaban, yo los evite y me fui! Fue mi último homenaje a Juris Steglau!

Cumplí con tu pedido querido Juris! Descansa de tantos esfuerzos!

Es la primera vez que no estoy en EE.UU. luego de una grave tragedia como la ocurrida en Virginia!

Y siento una confusión de sentimientos difícil de explicar! Me toca muy de cerca!

Me gustaría estar allá en California en este momento!

Estrechar a mis amigos de allá y compartir con ellos su congoja!

Lo ocurrido no tiene explicación! Virginia Tech es una prestigiosa Universidad de Ingeniería!

Y un ataque criminal produjo la muerte de 33 estudiantes y el atacante puso fin a su propia vida y nadie sabe porque! Muchos eran estudiantes y profesores venidos del extranjero! La crema de todos ellos!

Porque ocurrió? Algún día tal vez lo sepamos!

Y me tocaba presenciar a través de CNN Internacional la emotiva ceremonia en recuerdo en Virginia y me costaba mantener controlado a mis emociones! Era muy emotivo!

Allí el Presidente Bush y líderes de Virginia y de todas las religiones buscaban con sus palabras reconfortar el destrozado espíritu de los estudiantes, del pueblo de Virginia y de toda esa nación!

Y me siento al igual que todos ellos, sin poder encontrar las palabras para expresar lo que siento!

Sí, mi corazón seguirá siempre siendo argentino, pero también hoy descubrí que parte mía quedo allí lejos en California!

Hoy también descubrí que: “También deje mi corazón en EE.UU.”!


Alberto R. Pringles
Alberto.Pringles@Argentinisima.US

EL ROPERO VACÍO - Por Eduardo Juan Salleras


Desocupando el pasado…
EL ROPERO VACÍO
Por Eduardo Juan Salleras, 27 de noviembre de 2015.-

Se autoriza su publicación solamente en forma completa y nombrando la fuente

Entré al cuarto de pronto y vi que el enorme placar que cubre toda la pared, de 5 metros de frente por 4 de alto, estaba con las puertas abiertas, las de arriba a la izquierda, de par en par… y adentro vacío. Y los demás espacios también.

Me vino el recuerdo de mi suegro, cuando me hacía poner una escalera altísima, medio desvencijada, que se movía constantemente, debiendo subir a buscar en aquel enorme ropero empotrado en la pared, algo que se le ocurría…

- No, no, no… un poco más a la derecha… estira el brazo… ahí, ahí… (ordenaba desde abajo).

- Acá no hay nada… (decía yo).

- A ver, a ver… espera… abrí la otra puerta…

Yo arriba con la escalera que se movía, pensando: no me lo estará haciendo a propósito… reconozco que hasta me imaginé un atentado.

- No tengas miedo que yo te sostengo la escalera…

Encima me trataba de miedoso. De repente soltaba la escalera, se iba a otro lado y yo bamboleándome arriba.

- ¿Y? Al volver me preguntaba… Ah jajá… ahí estaba no más… viste que estaba… ahora bájalo…

No solo era incómodo sino que además el bártulo pesaba una tonelada.

¿A qué viene esto?

Se me ocurrió, mientras me avanzaba la memoria, cuánta vida hubo en esos placares, cuántas cosas del hogar guardadas.

Estamos desarmando la casa de mi suegra que murió hace un par de años y mi suegro mucho antes. Un enorme “petit” hotel en el que vivió toda la familia desde siempre. Lleno de objetos que se van repartiendo entre todos.

Y pensé… no sé cuánto tiempo se tardará en vender la propiedad, lo que sí estoy seguro que detrás de estas puertas quedarán esos espacios vacíos y que nunca más volverán a atesorar nada.

Así como se van desvistiendo de sus pertenecías cada rincón, verdaderos tesoros del recuerdo, estamos sentenciándolos a desaparecer para siempre.

Nunca más custodiarán algo, esperarán allí vacíos su final, porque la casona, por el lugar a donde está, seguramente terminará en una demolición.

Los muebles y cuánto artefacto se pudo sacar, ya no están. La nostalgia se los llevó a otro presente y a otro futuro, aunque algunas cosas quedan pero, este placar como parte del edificio se irá abrazado a él cuando se cumpla por fin su condena.

Recuerdo con melancolía que detrás de unas de las puertas bajas, había o hay, porque todavía está, vacía, una linda cajonera donde mi suegro guardaba algunas herramientas, la linterna y chucherías, era de guardar todo, eso sí, con nombre, fecha y algún dato característico.

También tiene - ya del otro lado - unos cajones a la vista. El último de abajo, el más más alto y grande, fue siempre la delicia de los niños, los que apenas entraban a la casa de los abuelos, ya desde la puerta, bien lejos, corrían desesperados a sacar los juguetes, los que no eran gran cosa, pero como siempre pasa, guardaban la seducción del no poseído, el que no se podían llevar de allí nadie de ninguna forma.

En el medio de semejante armario, eludiendo su figura, un gran espejo, ese tal vez sí se pueda sacar, donde todos al paso suelen mirarse, y cuando comíamos en ese ambiente - utilizado frecuentemente a diario, para evitar el uso del gran comedor - a aquel que le tocaba enfrentarlo, no dejaba de mirarse, de medir sus gestos, de observar alguna mueca o marca en la cara, o algún pelo fuera del peinado, mientras se comía y se charlaba.

Por encima de él las bauleras. Fue una de ellas la que vi al entrar al cuarto con sus puertas abiertas y nada en su interior.

Eso me indicó el final. Si bien los ambientes fueron vaciándose de muebles, de cuadros y de adornos, los seguiremos - según parece - usando un tiempo más para estar allí, mientras vamos y venimos, desocupando el pasado de recuerdos.

Dudo que ese placar vuelva a guardar algo otra vez.

Es como una larga despedida, sería bueno que alguien cierre al menos sus puertas, que tapen la desnudez de su interior, que esconda su final, su anunciado adiós.

Recordaré, entonces, a mi suegro cuando me mandaba – y yo por el honor y por el amor a mi mujer, en aquel tiempo mi novia - a hacer equilibrismo en una alta y floja escalera, encima de todo, pretendiendo sin correrla, que llegara a lugares inalcanzables, para lograr “su” objetivo, no el mío.

Y si bien, caer de cuatro metros no es la muerte para nadie pero, no por miedo al golpe, sino más bien al ridículo, lo que debía evitar a cualquier precio frente a mi suegro. Nunca derrotado ante él… Lo quise mucho.

Debo reconocer que prefería quizás hacer acrobacia en los últimos escalones que pasarme una hora dándole manija a la “vitrola” para escuchar varios discos de pasta, horrendas óperas italianas. Será este tema para otra ocasión.

Me gustaría cerrar relatando esa sensación de enorme vacío al ver la baulera del placar desocupada, liberada por fin o por la desdicha de haber cumplido su tiempo, aceptando con hidalguía el final que se acerca.

No hay nada más nostálgico que un espacio vacío que siempre estuvo lleno de historia, así sea lo que guardó en su corazón un armario, así sean trastos viejos… ni hablar si dentro de él o del espacio que deja la vida, nos aflora la melancolía de algo muy querido.

¡Qué tristeza tengo!

EJS

ESTOY CONTENTO PERO NO EUFÓRICO - Por Eduardo Juan Salleras


Satisfecho y preocupado
ESTOY CONTENTO PERO NO EUFÓRICO
Por Eduardo Juan Salleras, 24 de noviembre de 2015.-

Se autoriza su publicación solamente en forma completa y nombrando la fuente

¿Estoy contento? Sí lo estoy, pero no eufórico.
Hay algo que evita una alegría total.

Creo que al final a la mochila la dejaré a un lado y con ella el lastre de 12 años pesadísimos, porque desde el primer momento me di cuenta del grave error que se cometía en nuestra vida cívica. Estoy hablando incluso del derrocamiento de De la Rúa. No es bueno hacernos los distraídos con semejante desastre posterior.

Evidentemente la sociedad argentina es fácil de hipnotizar, es por ello que sufre de encantamientos permanentes, rindiéndose mansamente – o por dinero – a cualquier barrabasada.

Así acontecieron los hechos durante más de una década, tristes para las instituciones de la República. Al relato se entregaron por convicción o por interés, desde aquellos que hoy de la nada son millonarios, hasta algunos que se contentaron con solo comisiones o cargos rentados a cambio de no tanto, sin la más mínima exigencia de intelectualidad o de mérito.

Lo curioso, dentro de todos éstos alucinados, que algunos frecuentan la vida de la inteligencia, de la letras o la filosofía, a quienes considero cómplices directos de éste enorme fraude que se llevó a cabo desde 2002 hasta la fecha, en contra de la sociedad argentina.

¡Cuánto daño puede hacer la mentira! Con el sólo hecho de miente, miente que algo quedará. Y es casualmente la farsa de un relato: continuo, jugado, desfachatado, incorrecto, subversivo… hipócrita, que encerró a un montón de esbirros de mucha y de poca monta, dentro de la parodia de un modelo que lo único notorio que se pudo apreciar de él fue la corrupción en su máxima expresión y las puertas abiertas al narcotráfico con su consecuencia tanto de inseguridad como de consumo de drogas.

Para que sobreviva tanta miseria humana entre las leyes de la república, había que narcotizar también a las instituciones. Así fueron cayendo rendidos o interesados, legisladores, jueces, fiscales, hasta la propia Corte Suprema de la Nación, la que hoy, en un acto que lo demuestra íntegramente, incluso el haberse hecho la dormida en todo este tiempo, ordena a la Nación a cumplir con las deudas que tiene con las provincias… ¿Ahora? ¿Para que cumpla con el incumplimiento de años el próximo presidente? No tienen vergüenza. ¿Y con esta Corte se puede reconstruir el país? Deshonroso y obsceno, desde ya que el reclamo de San Luis, Santa Fe y Córdoba es justo, siempre lo fue, en todo el tiempo que duró este infame gobierno de los últimos 12 años, que desoyó cuánta ley y obligación debió cumplir, otorgando derechos innecesarios e injustos, parcializando a la ciudadanía, entre protegidos y enemigos.

Nadie se atrevió a tanto en la historia de los que llegaron al poder por el voto popular, el que no siempre fue transparente, incluso en las últimas elecciones se sospecha que metieron la mano en el correo y transformaron una derrota catastrófica en una decorosa, por el sólo hecho de ni siquiera tener habilidades en matemáticas. Según cuentan, el presidente electo está al tanto de ello pero, prefiere dejar el tema en el olvido, sin tener en cuenta que, para la mayoría que lo voto, en los que me incluyo, era más importante liberarnos de éste gobierno espantoso que el triunfo de cualquiera que sea. Es así que considero muy saludable que se investigue del posible fraude parcial de la elección del pasado 22 de noviembre.

¿Por qué? Porque no es fácil desarticular una caterva que echó raíces durante tanto tiempo; curar una enfermedad crónica que tomó todos los órganos de la República; qué hipotecó su futuro captando el cerebro y el sentimiento de una generación joven a la que se le enseñó el camino equivocado, pero el más cómodo, y a los que no daban la talla, se los envició… ¿por qué?

Señor presidente electo, ésta gente no se fue y no se va a ir, al menos que las instituciones, la verdad y la razón los eche o los castigue por el incumplimiento de la ley.

El problema pasa porque los argentinos nos hemos olvidado de qué es la ley. Los que las promulgan y los que las deben hacer cumplir, han hecho en todo éste inefable tiempo perdido de la Argentina, caso omiso de su existencia, como un estorbo para el modelo, el que cuya principal hipótesis según el ideólogo: “… todos tienen el culo sucio y si no, tienen precio”. No le fue mal así, demasiado tiempo duraron mostrando las bajezas de muchos ciudadanos, su mugre y su cotización.

Todos sentimos un cierto alivio, excepto aquellos que cobraron de nuestro esfuerzo, porque los dineros que recibieron durante 12 años fueron producidos por los ciudadanos normales, los que se levantan cada mañana a trabajar – en serio – y a ilusionarse con un país que los merezca.

Es tan ridícula la diferencia final de la elección, que los condena; las dudas son tan obvias que ofenden a la inteligencia y buena voluntad de las personas.

Y para el presidente electo: no creo que Ghandi hubiera tenido éxito en la Argentina.

EJS

Carta de ERNESTO SANZ


UNA NUEVA ETAPA PARA EL PAÍS, PARA LA UCR Y PARA MÍ VIDA PERSONAL.

Pocas veces me he sentado a escribir con tanta carga emotiva como en este momento.
Muchos medios me han pedido notas de opinión que trataré de cumplir. Pero antes, quiero transmitir lo que estoy viviendo en este espacio personal, directo y casi íntimo.

Se abre una nueva etapa en la Argentina. Apasionante, desafiante, llena de esperanzas y también de ansiedades.
Acostumbrados a escenarios predeterminados donde otros decidían, lo que hoy comienza no tiene otros dueños que los propios ciudadanos.

Libres, adultos, responsables. Orientados sí, por una dirigencia política que no se cree fundacional ni omnipotente. Creo con todo mi corazón que Mauricio Macri y Gaby Michetti serán el catalizador de un cambio positivo, no tan solo de rumbo hacia el progreso y desarrollo, sino un cambio más profundo y más intenso en aquello que no se ve a simple vista, pero que inunda a toda una gestión.
Habrá en la Argentina un gobierno de buenas, nobles y honestas personas. Parafraseando a aquella mítica película española digo: "Amanece, que no es poco".

Se abre también una nueva etapa para la Unión Cívica Radical. Que en primer lugar tiene derecho a festejar y a sentirse protagonista de esta hora especial.
Etapa que no empezó en Gualeguaychú, como pareciera, aunque esa Convención quedará para siempre en la historia de los grandes eventos ya no del partido, sino del país.
El cambio empezó a gestarse mucho antes. Silenciosamente en muchos momentos, con gran notoriedad en otros.
El cambio arrancó desde el mismo momento en que decidimos pararnos en la vereda de enfrente del Kirchnerismo, sabiendo que no había ni hubo nunca allí un "proyecto nacional y popular de inclusión", sino un puro, simple y hasta primitivo modelo de acumulación poder político y económico.
Esta clarita la diferencia, ¿no?

Fueron muchos años de transitar el desierto. Resistencia, templanza, coraje cívico. Y, por qué no, cierta incomprensión en momentos en que el modelo "arrasaba" no sólo en las urnas, sino en la consideración pública.
Pero allí estuvimos. Enfrentando al poder desde una banca, como en aquellos debates de hace diez años con la propia Cristina Fernández de Kirchner. Superpoderes, DNU, Consejo de la Magistratura.
Luego con la resolución 125, liderando al arco opositor. Y ahora, en este tiempo, haciéndonos cargo del más importante desafío de la democracia recuperada en el 83: evitar la hegemonía del partido único, devolviendo al sistema las dos grandes columnas de la calidad democrática: EQUILIBRIO y ALTERNANCIA.

Viene ahora un tiempo distinto. Hemos recuperado la condición de partido de gobierno, que es mucho más que compartir un gabinete.
Allí están los cientos de concejales, legisladores provinciales, intendentes, gobernadores y legisladores nacionales que conforman una fuerza ineludible e indispensable para gobernar la Argentina que viene. Cada uno desde su lugar, es soldado de Cambiemos, el Frente que construimos con pasión, visión estratégica y profunda vocación republicana.
Pero con los nuevos tiempos vienen también nuevos desafíos.

No hay registro en nuestra historia de haber llegado al poder en una coalición cuya conducción no pertenece a la UCR. Pero al mismo tiempo, cuya fortaleza parlamentaria y territorial sí tiene mucho que ver con la UCR.
Allí está entonces el nudo del desafío, que no es otro que compartir GESTIÓN y POLÍTICA. No habrá buen gobierno si no se entiende que ambos factores son indisolubles.
Cambiemos está lo suficientemente maduro como Frente de Gobierno para hacerse cargo de ese desafío, y los radicales aportaremos todo lo que somos y tenemos para ese fin.
Por último, sabiendo que no es lo más importante pero sí lo que cause más impacto por lo novedoso, quiero contarles que esta nueva etapa también lo es para mi vida personal.
Es algo muy simple y profundo desde el sentimiento, aunque complejo y difícil de comunicar desde la racionalidad.

Primero una definición: soy un hombre que actúa en política y no un político que en sus ratos libres se acuerda que hay "algo más" fuera de la política. Pasa que eso, tan obvio, queda distorsionado por la realidad durante muchos años. Tantos que ya me cuesta recordar el comienzo.
Exceso de responsabilidad, adrenalina, desafíos permanentes, ego, vanidades... Un cóctel impresionante que formó un torbellino de enorme intensidad sobre todo en los últimos 10 años.
Podría definirlo de mil maneras, desde muchos ángulos, pero lo resumo en una frase para que se entienda bien: Soy, sin duda, el político argentino que acumula más días y noches fuera de su hogar en los últimos años.

Y acá viene entonces el cambio, que llega también a mi vida personal. He decidido recuperar el espacio de hombre, que es el espacio de mis amores, de mi lugar en el mundo y también el espacio de sueños de vida que fui postergando mucho - demasiado- tiempo y que ha llegado la hora de concretar.
No voy a ocupar ningún lugar ni en el Gobierno ni en mi Partido.

Lo saben ya Mauricio Macri y los máximos dirigentes del radicalismo; y lo saben, como corresponde, antes de esta carta y fruto de conversaciones íntimas, emotivas y muy pero muy valiosas.
También saben que estoy y estaré ayudando de muchas formas y en circunstancias varias, porque la política forma parte de mi propio ser, aún cuando me aleje de los cargos públicos.
De lo que se trata, en definitiva, es que para poder ayudar a otros a ser felices uno mismo debe encontrar su propia felicidad.

He elegido el camino, porque ante todo, soy todavía el dueño de mi vida. O, como repitió tantas veces Mandela de aquel poema Invictus de William Henley: "yo soy el capitán de mi alma".
En fin, como dice el título de esta carta, una nueva etapa para todos. Para vivirla con alegría, con pasión, con mucho amor por el país, por su gente, por la buena y sana política. Y por nosotros, que nos lo merecemos.

Gracias .... Y VIVA LA ARGENTINA.

Ernesto Sanz

LA GUERRA HA COMENZADO - Por Fernando Mires


Fernando Mires – LA GUERRA HA COMENZADO
Posted: 15 Nov 2015 08:02 AM PST

El silencio ha sido roto. La palabra jamás pronunciada ha sido dicha. Ya no hay vuelta atrás. François Hollande ha violado el tabú pero también ha dicho lo que todo el mundo sabía: la lucha en contra del ISIS no es en contra de un terrorismo internacional abstracto.

Francia ha declarado la guerra al ISIS, organización islamista supranacional que a su vez ya había declarado la guerra a Francia y a toda Europa.

Los horrendos atentados, otra vez cometidos en París, no fueron actos de fanáticos sin control. Hollande lo expresó muy bien: son partes de un plan sistemático de guerra, organizado desde fuera y con ramificaciones múltiples al interior de Europa. Dijo: guerra.

Guerra: palabra que espanta a electores, que escandaliza a los bien pensantes, que asusta a los redactores de periódicos, que no deben escuchar los niños. Pero también es la palabra que mejor corresponde con el significado de los hechos que están sucediendo.

El atentado de París del 13-N será el Pearl Harbor de los franceses. Pronto lo será para toda Europa y aunque Angela Merkel todavía no se atreva a pronunciar la terrible palabra, ya no podrá silenciarla más.

Tal vez los gobiernos europeos que aceptaron formar parte de la gran coalición internacional en contra del ISIS, imaginaron que solo se trataba de un frente político simbólico. Como siempre creyeron que EE UU realizaría algunos ataques aéreos sobre posiciones estratégicas y ellos después se limitarían a enviar medicamentos y alimentos. Que las tropas del ISIS ya eran dueñas de Irak y de casi toda Siria, nadie quería saberlo. Mucho menos querían saber que nosotros (Occidente) estamos en guerra y que esa guerra la estamos perdiendo.

Pero Francia no es un país aislado. Francia es el corazón histórico de la Europa moderna. Las palabras bélicas de Hollande involucran a todos los europeos. Los gobiernos deberán revisar sus posiciones frente a la declaración de guerra hecha sin rodeos por el presidente francés. Más todavía, la que ya estamos viviendo, será una guerra asumida por todo el Occidente político y sus aliados del mundo islámico.

No hay tiempo para preocuparse demasiado con las razones de la guerra. Si la culpa la tuvo Bush o Bin Laden, Husein o Asad, el colonialismo europeo del siglo 19 o el imperialismo norteamericano del siglo 20, Obama o Putin, Adán o Eva, no es en este momento lo más importante. Nadie piensa demasiado en las causas de un incendio cuando se le está quemando la casa.

La guerra que presenciamos es, para que nadie se engañe, una guerra mundial. No hay ningún motivo para designarla de otro modo. Ya de hecho hay más países involucrados que durante la Primera Guerra Mundial. Estamos viviendo, efectivamente, los primeros capítulos de la Tercera Guerra Mundial. El Papa Francisco, quien no es precisamente un belicista, ya la bautizó así.

La palabra guerra cambia todo el espectro gramatical. Por de pronto, las alianzas internacionales deberán adquirir un nuevo carácter. Las alianzas militares –hay que remarcarlo- no son lo mismo que las alianzas políticas. Steinmeier, ministro del exterior alemán, ya habló de re-estudiar las relaciones con Asad y con Putin. Probablemente pensaba en Churchill y Stalin. Los ejércitos kurdos, hasta ahora los únicos que luchan cuerpo a cuerpo en contra del ISIS, deberán ser considerados aliados de Occidente, guste o no al gobierno turco. Lo mismo Irán. Los califatos petroleros, Arabia Saudita antes que nada, deberán someterse a un sistema de vigilancia que controle las remesas destinadas a financiar al ISIS. Y si Hamas y Hezbollah ya se han distanciado de ISIS, deberán ser aceptados como aliados temporales.

La que ya ha llegado no será una guerra como las anteriores. Es una guerra donde un enemigo no usa uniforme ni es identificable a simple vista. Los aparatos de inteligencia y toda la modernidad digital deberán ser reactivados en su máxima intensidad. Los aeropuertos se parecerán en algunos momentos a las cárceles. En otros momentos parecerán hospitales. Hoteles ultramarinos con piscinas y campos de golf, serán convertidos en trincheras. La vida cotidiana será cada vez más restrictiva. Las mentalidades paranoicas reverdecerán entre las autoridades administrativas y en su celo, cometerán absurdos desmanes. Como dijo Joschka Fischer, Europa ingresa a la “normalidad” del mundo.
La palabra guerra cambiará, además, otras palabras. Los fugitivos que huyen de los bombardeos en Irak y en Siria deberán ser designados -y por lo mismo tratados- como lo que son: refugiados de guerra. O población evacuada. Solo así podrán ser protegidos de las garras de los neofascistas que erigen alambradas y queman lugares de refugio.

Los neo-fascismos que abogan por la fragmentación de Europa y de sus naciones, también deberán ser vistos como lo que son: agentes objetivos de enemigos extra-continentales. Europa estará obligada a unirse más que nunca antes, ya sea consigo misma ya sea dentro de sus naciones. En el marco determinado por una guerra mundial no hay lugar para secesionismos étnicos.

Nadie se engañe; hay que decirlo con todas sus letras: La que ha comenzado será una guerra irregular, prolongada, y sobre todo, como todas las guerras, cruel; muy cruel. Para el enemigo de hoy, al igual que para los nazis de ayer, una guerra si no es total no es guerra. Eso hay que saberlo desde el primer momento. A la realidad hay que mirarla de frente aunque su rostro sea horrible. La otra alternativa es la locura.


Estoy escribiendo al lado de una radio encendida. No tengo tiempo para redactar frases impecables. Quizás en estos momentos, desde un hotel en Berlín, escribo como la persona en la que me convertiré sin desearlo ni saberlo: en un simple corresponsal de guerra.

Fernando Mires

Que nada nace de la nada - Por Olivier Herrera Marin




Al–Qaeda, ISIS
NO HAY EFECTO SIN CAUSA
Que nada nace de la nada

En imagen:
Olivier Herrera Marín en la Sorbona en Marzo del 2006 en la sala Lavoisier
En el 50 aniversario de la concesión del premio Nobel a Juan Ramón Jiménez

Como presidente de POETAP (Poetas de la Tierra y Amigos de la Poesía) lo primero son nuestras condolencias y solidaridad con las familias de las víctimas, que todos somos París, y se me nubla la vista y me faltan palabras para condenar con la máxima energía el atentado criminal perpetrado contra el pueblo de París por los zombis descerebrados del mal llamado estado islámico. Las elites financieras y gobernantes ponen todas las trampas, las armas y las guerras, y los pueblos, ponen el trabajo y las víctimas colaterales. No hay efecto sin causa, que la materia ni se crea ni se destruye solo se transforma, nos dijo Antoine Lavoisier. Y si en los tiempos de Nerón, Caracalla y Calígula todos los caminos del terror conducían a Roma. En los tiempos de Reagan, Bush (padre e hijo) y Obama todos los hilos del terror conducen al Pentágono y al despacho oval de la Casa Blanca.

Desde el origen de los tiempos en la noche sin historia, la humanidad, ha avanzado paso a paso, cayendo, retrocediendo para reponerse y poder levantarse, y volver a avanzar en base al esfuerzo y sacrificio asumido por sus más humildes y preclaras inteligencias. Hemos recorrido un largo y duro camino, regando los campos y las ciudades, los valles y las calles con la sangre más inocente. La historia de la humanidad, desde Abel y Caín hasta nuestros días, es la historia de la codicia, del saqueo de todas las riquezas, fuentes de energía y demás recursos naturales de la Tierra, es la historia del horror de las hambrunas y de la infamia, del terror de las guerras.

No hay efectos sin causas, y en la espiral del terror, TODOS, y los de abajo, más que los de arriba, tenemos todas las de perder.

Son incontables las muertes del hambre, de las guerras justas y humanitarias, y de las guerras santas, de la vesánica locura de Al-Qaeda y de ISIS, y de sus atentados terroristas en New York y Madrid, en Bali y Beirut, en París y Moscú, en Siria e Irak… Los monstruos de la razón salidos de las madrasas de Arabia Saudita y Paquistán, de los campos de entrenamiento y los laboratorios de Frankenstein auspiciados y financiados por los petrodólares y los fondos reservados del Sheriff de la Aldea Global, han hecho realidad el adagio español, cría cuervos y te sacarán los ojos.

Es vergonzosa la hábil y espuria, útil manipulación-recuperación que hacen de todos los atentados criminales, algunos medios al servicio de Don Dinero. Nuestro estupor e indignación multiplica la rabia acumulada y contenida por todos los maniqueísmos y dogmas, los fanatismos delirantes y las provocaciones y guerras de los Dioses Cínicos y Enanos (presidentes, ministros y generales) ser-viles servidores de su Único Amo y Señor. Los humanos, hemos de mantener la lucidez y serenidad, la templanza necesaria para no dejarnos arrastrar al abismo infernal de una publicitada guerra de religiones, que no es tal, pues si así fuera, los días de EU y USA estarían contados, que no existe ni habrá fortaleza ni guarida donde se puedan esconder y protegerse los 2,1 mil millones de cristianos de los 1,3 mil millones de musulmanes.

Hoy, la población de la tierra asciende a 7.200. 000 .000 habitantes, la mitad de ellos cristianos y musulmanes. Es evidente que por encima de todas las diferencias económicas y políticas, de los credos religiosos y tribus partidistas, nos hemos de unir, SI o SI, en cuanto nos une y es esencial, el espíritu y la cultura de la tolerancia, del respeto al diferente que nos complementa, enriquece y humaniza y la defensa común de la Tierra y el agua limpia, esa y no otra, ha de ser la visión y la prioridad absoluta de los cristianos y los musulmanes, de los 1,2 mil millones de ateos, agnósticos y sin religión, de los 870 millones de hinduistas y los 379 millones de budistas sin poder ignorar (bajo ningún concepto) a los 15,1 millones de judíos, el 0,2 % de la población mundial por su desmedida relevancia científica, y poder económico, político y militar.

Por encima de los rabinos, clérigos y sumos sacerdotes, de todos los dioses y reyes, presidentes y generales, de sus armas y ejércitos, todos los humanos sujetos de derechos, nos levantamos y tomamos la palabra para avanzar unidos codo a codo, mano a mano por las sendas y las calles, los bulevares, los paseos y las amplias alamedas de París y de todos y cada uno de los pueblos y las ciudades donde eclosione El Huevo de la Serpiente, haciéndoles frente decidida y pacíficamente a todos los terrorismos del Neocon y el Yihadista al Neonazi y Neofascista, desde los crótalos del desierto de Nevada y los áspid de la península Arábiga a los eternos templarios y los nuevos cruzados. Ellos, los invictos maestros del terrorismo global, tienen los fondos de reptiles, tienen la pistola, la espada vengadora y el poder de desencadenar todas las Tormentas del Desierto, tienen el petróleo y las televisiones, los drones y los misiles inteligentes, y tienen sus monstruos y coartadas, nosotros tenemos la cultura del aceite de oliva, de las sandias y de las habas, de las palmeras y los dátiles, tenemos la dignidad de toda la gente laboriosa, noble y sencilla de la Tierra, tenemos los Jardines Colgantes y la poesía de la media luna, ellos están desnudos, pasmados y mudos de espanto, nosotros les ganaremos la Paz y la Libertad, el Amor y la Vida al tener la decencia y la palabra.

En los años 1971/2 viví en la zona de los atentados y conocí bien la composición social de sus residentes y los asiduos de Bataclan, latinos, magrebís, estudiantes y el pueblo llano de París.

Termino este breve artículo con unos versos de enero del año 1991 tan actuales como hace casi 25 años. Es nuestro sentido homenaje a la memoria de todas las víctimas del terrorismo, hoy, en París, ayer, en New York y en Madrid, en Oslo y Moscú, en Ankara y Beirut, Irak y Afganistán, Libia y Túnez, El Kurdistán y Siria… ,

Estáis asesinando los olivos y los limoneros (…)

Estoy escribiendo estos versos / Y estoy llorando de impotencia, / Y de asco, de rabia y de nausea / Por todo cuanto siento y pienso. / Vuestros padres os engendraron / Y vuestras madres os parieron / Para que floreciesen los claveles / En la boca de los cañones / Para que judíos y palestinos, / Cristianos y musulmanes / Nos diésemos las manos / Por encima de las alambradas. / Derribando los muros / Del hambre y la ignorancia. / Para que todos tuviésemos / La tierra, la sal y el agua. / El aire, el mar y el rocío / Y nuestra ración diaria / De pan y aceite de oliva / De dátiles, leche y de miel.

Y, EN PAZ, SE-ÑO-RES PRE-SI-DEN-TES

Señores Presidentes, / Señores Ministros,/ Señores Generales, / Señorías y Baronías:

Nosotros queremos respetarnos y amarnos / Por encima de todas las diferencias, / Por encima de todos los fanatismos, / Por encima de todos los dogmas y credos. / Por encima de vuestras ideologías / Y partidos-partidistas, / Por encima de vuestros parlamentos / E intereses petrolíferos.

Por encima de vuestras hipocresías / Y nauseabundas razones, / Por encima de vuestras /Bombas y misiles súper-inteligentes. / Aún florecen en la Alhambra, / Los claveles y las rosas. / Aún viven los peces / Y brota el agua de sus fuentes.

Aún sienten y se abren / Con el beso del rocío / Los corazones enamorados/ Y las flores del desierto. / Aún quedan en la tierra / Ruiseñores que les cantan con amor / A Federico García Lorca y a Miguel Hernández /A los pueblos de la leche y de la miel,

Queremos nacer, crecer y vivir, / En paz y en libertad señor Saddam / En paz y en libertad señor Bush. / En paz y en libertad señores Presidentes. / En paz y en libertad y con AMOR, / O en paz descansarán sus mercedes, / SE-ÑO-RES PRE-SI-DEN-TES.

R.I.P.

Dioses, Cínicos y Enanos (Presidentes, Ministros y Generales)
De 1991 y publicado en Junio del 1994
Olivier Herrera Marín
Presidente de POETAP

LO QUE PARECÍA, ERA - Por Eduardo Juan Salleras


Ya no pueden quedar dudas
LO QUE PARECÍA, ERA.
Por Eduardo Juan Salleras, 15 de noviembre de 2015.-

Se autoriza su publicación solamente en forma completa y nombrando la fuente

El hombre andaba por todos lados y al sitio donde llegaba, arrugaba la ñata y decía: - Aquí hay olor a bosta. Y todos asentían: - Sí, sí, es cierto, hay olor a bosta.

¿Cómo puede haber olor a bosta a cada lugar donde voy? Pensaba el señor.

Hasta que llegó a su casa y curiosamente también ahí sintió el desagradable vaho.

Entonces se sacó los zapatos y encontró en ambas suelas, pegado…

… no era solamente olor, era bosta no más.

Hace un tiempo largo que estoy hablando sobre el gobierno de despotismo, de autoritarismo, de un modelo que solamente se sostiene en el relato, que no existe en sí ninguna causa nacional y popular sino el mercado de las consciencias ciudadanas, que la democracia es la excusa y la república es la gran molestia y escollo; el hombre libre es el próximo a someter o el enemigo del sistema… tan patético es lo del oficialismo que odian, repudian, desprecian, maltratan, ridiculizan a su propio candidato, al que apoyan con la meta o la promesa de su líder, que una vez en el poder, relegarlo o echarlo para volver a ser lo que fueron y que no están dispuestos a abandonar, no hay democracia que valga ni leyes que se interpongan a lo que consideran hace ya 12 años es suyo: El Estado.

No era olor, era bosta no más.

Tanta aprensión le tienen a su candidato que se alegraron de su posible derrota, hasta que se dieron cuenta que la misma podía llevarlos definitivamente al ostracismo y por qué no a muchos de ellos ante la justicia, con un futuro incierto para la gran mayoría de los que ocuparon puestos de poder.

Es que las negociaciones en la oposición de apoyo irrestricto a un cambio, habla de un acuerdo programático en el tema de lucha contra la corrupción, el narcotráfico, la pobreza… yo agregaría la trata de blancas, los desaparecidos del modelo… y demás.

No extraña entonces que haya cargos que se nieguen a entregar; a argucias para impedir que se cumpla la voluntad popular; amenazas de gremialistas oficialistas para entorpecer el éxito de la futura gobernadora de la provincia más importante del país; campañas públicas tan sucias que huelen a bosta diciendo del oponente lo que éste nunca dijo ni hizo.

En la redes sociales las jóvenes mentes brillantes que acompañaron éste “modelo”, proponen robarles el documento a todos aquellos familiares y amigos gorilas que no lograron convencer y que van a votar al cambio.

Por lo menos en la Argentina nunca se ha visto un despotismo manifiesto tan abiertamente, como si estuviéramos hablando de una religión, el relato es la vox populi y lo demás es pecado. Se inició así, una vez apercibidos que les había llegado el momento del adiós, la guerra santa, pudiendo ver incluso a una sarta de sin vergüenzas del ambiente artístico e intelectual, apretando gente con el relato y persuadiendo que el probable próximo presidente es el mismo satán.

El vaciamiento de las reservas en el Banco Central, el nombramiento de legiones de “inocupables” que se agregarán a los ya existentes, por el sólo hecho de garantizarles un ingreso a cambio de nada y seguir teniendo intrusos dentro del Estado actuando como espías o desestabilizadores, inventando nuevas secretarías y afines, nombrando jovencitos, no sólo sin la más mínima experiencia sino, con ningún conocimiento intelectual del cargo para el que se lo nombra…

… No es solamente el olor a lo que me vengo refiriendo hace ya un tiempo…

Ahora, ¿puede haber aún alguna persona de buena voluntad política, democrática o republicana en el oficialismo que avale todavía las conductas abusivas de las instituciones, las maniobras injustas propias del autoritarismo o los avances dictatoriales en procura de entorpecer cualquier acción natural de la democracia?

Tras más de una década de ocultismo donde se persiguió a la justicia, donde se encubrieron memorándums, acuerdos petrolíferos, pesqueros, mineros… muere un fiscal de la Nación de forma más que dudosa, el que en su carpeta, la que presentaría al día siguiente probablemente acusaba con las pruebas de traición a la patria a unos cuantos… todavía se habla de la muerte de “él”, mientras en el ideario popular se siguen tejiendo muchas conjeturas… de dineros del pueblo esfumados entre la corrupción y los inocentes envíos al exterior de los fondos de Santa Cruz que nunca se repatriaron…

El 22 de noviembre hay una sola elección, cambiar o seguir, no confundan al electorado, el candidato del gobierno nacional es continuidad, difícilmente pueda producir un giro quien hasta ahora no se le conoce una idea propia, siempre estuvo subido a olas ajenas, y a último momento, al ideario del segundo opositor.

La campaña electoral es de un atraso cultural preocupante ya que el oficialismo admite la ignorancia que supo conseguir en muchos de los votantes, tomándolos por idiotas o por ciudadanos inmaduros, utilizando una violencia institucional y social inaudita, particularmente para estos tiempos del siglo XXI que estamos comenzando.

Dentro del gobierno, específicamente del Ministerio del Interior, se maneja el colegio electoral. Solamente puede haber fraude por parte del oficialismo.

Ojalá el 10 de diciembre, los usurpadores de la República nos devuelvan el Estado a los ciudadanos.

Y si huele a bosta… es bosta no más.

EJS

HAY UN SOLO CAMINO AL CAMBIO - Por Eduardo Juan Salleras


Al fin coincido con Cristina
HAY UN SOLO CAMINO AL CAMBIO
Por Eduardo Juan Salleras, 8 de noviembre de 2015.-

Se autoriza su publicación solamente en forma completa y nombrando la fuente

Al final de su mandato, luego de haber tenido yo tantas diferencias con ella, debo aceptar que coincido plenamente con lo de un modelo u otro, según la presidente.

Lo del modelo creo que es una sobreactuación, digamos más bien una manera, aunque los hay buenos, malos y espantosos.

Ella hace una diferenciación con los años 90, es raro que se posicione allí, porque en esa década estaban gobernado ellos, Macri era tan sólo un dirigente de fútbol. Muchos de sus funcionarios y adeptos fueron parte del gobierno de la Alianza. Como si la palabra “Alianza” tuviera la culpa.

Además, no veo mucha diferencia entre la década ganada y la pizza con champaña de los tiempos de Menem. Desde ya que fueron realidades distintas, en los noventa se hizo caja privatizando todas las empresas públicas posibles, con el aplauso incluso de los Kirchner, y en los 2000, estatizaron todas las mismas firmas, como otra forma de llenar las arcas, mucho más atractiva que la del riojano porque permitía un fondo interminable, especialmente en obras públicas, las que se hicieron y las que no, verdaderos agujeros negros en los que se fueron zambullendo uno tras otro los adictos al modelo en busca de su parte.

Ambos gobiernos peronistas coincidieron en la corrupción, desde ya que Menem, al lado de los Kirchner, parece hoy una carmelita descalza, siendo además mucho más respetuoso del sistema democrático y republicano como de la Constitución Nacional.

En aquella última década del siglo XX, no existía la intolerancia y la brecha violenta que se vive hoy entre propios y ajenos, casi una secesión irremediable que llevará seguramente mucho tiempo para sanar.

También discutiría sobre si el trabajador estaba mejor allá que acá, tomando como principal problema para los de menores recursos a la inflación. En los noventa, hubo un tiempo incluso que fue negativa, o sea, bajaban los precios por orden del maléfico mercado.

Y ya iniciando el siglo XXI, fue el peronismo el responsable del 2002, de la devaluación de 4 a 1, de la desocupación y del crecimiento de la pobreza. En el 2001 había otros problemas, otra realidad y otras soluciones.

Como siempre, esas devaluaciones sin asco, las pagan los sectores de menos recursos y se favorecen algunos, especialmente los endeudados en dólares en el país. Pero además, creó un colchón de emisión para el nuevo gobierno, dándole el respiro suficiente para gobernar tranquilo al sucesor.

Sin embargo no. Les duró a los Kirchner tan sólo 4 años, o sea, una inflación encubierta desorbitante, y ya en la administración de Cristina Fernández, se habían gastado todo el trabajo sucio que había hecho por ellos Duhalde. Por eso la necesidad de tapiar el INDEC, de crear el cepo y de emitir a pasos agigantados para mostrarse ricos, comprar voluntades por doquier, haciendo así cola los desvergonzados aspirantes a recibir.

Tampoco en los 90 había la inseguridad y el narcotráfico que hay hoy, y si debemos medirlo, podríamos decir el 10% de la actual.

No olvidemos también que por entonces los precios internacionales de los granos eran muy bajos, con una soja que no superaba los 120 dólares por tonelada, contra una de éste tiempo que llegó a los 600.

Eso no hace que aquella década haya sido buena pero sí que ésta última tuvo más propaganda que resultados positivos, que superó en vicios a la anterior, sin haber resuelto problemas estructurales irrenunciables como la pobreza, habiendo incluso fomentado, por acción u omisión, ataques a las instituciones de la república, el crecimiento de la inseguridad y la proliferación del narcotráfico y el consumo de drogas. Ignorando además la desaparición de personas y la trata de blancas.

En éste último tiempo hubo personajes que se creyeron jerarcas intocables, y en cierta forma lo fueron, llevándose puesto al antojo lo que les vino en ganas.

Se irán como llegaron, con las arcas vacías del banco central, ¿dónde quedó entonces la riqueza generada en más de 10 años de condiciones favorables para el país? Con más deuda de la recibida y con un nivel de pobreza semejante al 2001, tal vez no, al 2002.

Ni Menem, ni De la Rúa, dejaron minada la función pública. El gobierno que asuma tendrá que desactivar cada una de esas bombas que harán intransitable la vida de los argentinos los próximos años. Espero que el peronismo ayude a tal acción, tanto el que quede activo como aquel residual, porque en cierta forma son responsables de lo que dejen estos.

El próximo gobierno tendrá que actuar de movida y con urgencia investigando el enriquecimiento ilícito de los últimos 12 años, empezando por la justicia.

Deberá poner el ojo en aquellas provincias gobernadas por feudos e instarlas a normalizar sus instituciones, debiendo poner un límite corto a las reelecciones indefinidas, tanto provinciales como en municipales.

Solamente liberando al Estado de parásitos y corrupción, estarán los fondos necesarios para terminar con la pobreza. Es necesario incorporar al CONIN como política nacional y acabar con la desnutrición infantil desde el vamos.

Al nuevo gobierno se le va a hacer muy difícil quitarse el lastre del kirchnerismo, y si éste viene del mismo oficialismo, será imposible. Por ende, hay una sola alternativa de cambio para el 22 de noviembre. Espero que el peronismo sea consciente de lo que la sociedad reclama, siendo responsable del terreno ganado políticamente desde hace 70 años, garantizando con patriotismo la gobernabilidad y el éxito de la Argentina en los años por venir.

No vengan con el cuento del modelo, es necesario cambiar urgente las formas.

Ya florecieron en mi campo los ligustros y el jazmín paraguayo. Todo el perfume de la primavera en su esplendor.

Esperemos para el país una nueva floración de la República, marchita en toda la década ganada.

EJS

Argentina, la hora de la verdad Por Andrés Oppenheimer


La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner todavía goza de relativamente altas tasas de popularidad gracias a una economía artificialmente inflada, pero su mandato probablemente será considerado como uno de los más desastrosos de la historia reciente de Argentina.

Fernández, que entrará en sus últimas semanas en el cargo después de las elecciones presidenciales del domingo, ha realizado un milagro económico al revés: a pesar de heredar la mayor bonanza económica en muchas décadas gracias a los altos precios internacionales de las materias primas del país, dejará a la Argentina más pobre que antes.

No hay economista en el mundo que pueda disputar lo siguiente: cuando Fernández llegó al poder en 2007, la economía de Argentina crecía a tasas anuales del 8 por ciento. Hoy día, la economía ha caído a un crecimiento casi nulo del 0.4 por ciento este año, y se contraerá un 0.7 por ciento en 2016, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Junto con Venezuela y Brasil, Argentina es uno de los países que menos crecen de América Latina.

El porcentaje de pobres ha aumentado del 27.9 por ciento de la población en 2007 al 28.7 por ciento en 2014, según el Observatorio de la Deuda Social de la Pontificia Universidad Católica Argentina.

Pero el hecho más triste es que Argentina, que fue uno de los países más avanzados y mejor educados del mundo a principios del siglo XX, está en los últimos lugares de los rankings internacionales de educación, innovación y competitividad. Ahora ocupa el puesto 59 entre los 65 países en la prueba estandarizada PISA de estudiantes de 15 años de edad. 

En ciencia y tecnología, a pesar de la riqueza de talentos individuales en el país, registró sólo 81 patentes internacionales el año pasado, en comparación con las 18,200 registradas por Corea del Sur, según la Oficina de Patentes y Marcas de EEUU.

En el ranking 2014-2015 de Competitividad del Foro Económico Mundial, de 144 países, Argentina ocupa el lugar 104 en competitividad global, 138 en la protección de los derechos de propiedad, 127 en pagos irregulares y sobornos, 142 en el despilfarro del gasto público, 143 en el favoritismo en las decisiones gubernamentales, 135 en la transparencia del gobierno, 133 en fiabilidad de los servicios de policía, y 138 en el comportamiento ético de las empresas.

Y, sin embargo, casi el 40 por ciento de los argentinos están apoyando el candidato gubernamental, Daniel Scioli, lo que le podría dar una victoria con una oposición dividida.
¿Cómo se puede explicar que más de un tercio de los argentinos todavía apoyen al gobierno?

Parte de ello se debe a que Fernández ha dado subsidios a millones de personas, y a que ha aumentado el número de empleados públicos en un 45 por ciento desde 2007. Asimismo, el gobierno controla gran parte de los medios de comunicación y está engañado a muchos, haciéndoles creer que el país anda bien.

Y otra explicación es “la persistencia en el error, que es una vocación de los argentinos”, como me dijo el ganador del premio Nobel Mario Vargas Llosa.

Mi opinión: Gane o pierda Scioli el domingo, Argentina se acerca a su hora de la verdad. Con una economía quebrada, fuga de capitales y las crisis económicas simultáneas de China y Brasil –los mayores mercados de exportación de la Argentina– quien sea que gane la elección tendrá que llevar a cabo ajustes económicos dolorosos.

Para entonces, Fernández estará fuera del poder, tratando de evitar ser llevada a la justicia por acusaciones de corrupción masiva, e intentando influir en el nuevo gobierno a través del Poder Judicial, el Congreso y otras instituciones que ahora controla. Pero cuando comience el inevitable ajuste de cinturón, muchos argentinos se darán cuenta de que Fernández ha sido la peor presidenta de la historia reciente del país.

A O

Expectativas moderadas - Por Alberto Medina Méndez


El populismo y la demagogia han dejado huellas que no se borran de la noche a la mañana. No se puede pretender que este colosal deterioro cicatrice espontáneamente. El punto de inflexión parece estar a la vuelta de la esquina y el eventual cambio va más allá de lo meramente electoral.

El hartazgo ha hecho su parte y, a estas alturas, es evidente que la mayoría espera que la dinámica actual se modifique pronto dándole lugar a un período diferente. Pero es indispensable eludir ese exitismo que antepone lo emocional por sobre lo racional, con todo lo que eso conlleva.

Ningún país salió de procesos funestos y prolongados a gran velocidad. La historia mal contada, a veces, simplifica en demasía haciendo creer a muchos que el odio, el resentimiento y el caos, pueden ser reemplazados mágicamente por el amor, la convivencia y el progreso. Nada de eso ha ocurrido en un breve lapso, en ninguna parte del planeta.

La transición, aun en la hipótesis de que se recorra el sendero correcto y con escasos tropiezos, no da sus frutos rápidamente. Es vital disponerse a superar cada etapa, sabiendo que cada una de ellas implica sobrepasar desafíos específicos, que se lograrán solo con grandes esfuerzos, pero también con importantes sacrificios en el presente.

El futuro se muestra de un modo atractivo y por eso entusiasma tanto. Pero es central no equivocarse y fantasear con la idea de que todo sucederá en un conveniente contexto de éxitos concluyentes y triunfos categóricos.

No se trata de suavizar la euforia. Todo es bastante más complejo y tiene que ver con establecer expectativas absolutamente razonables. Es saludable evitar frustraciones innecesarias y esquivar las grandes decepciones, pero también sirve esta postura para disfrutar, como corresponde, cada avance.

Es fascinante soñar con lo mejor, ser ambiciosos y aspirar al logro de extraordinarias metas. No es bueno ponerse límites y se deben intentar alcanzar elevados estándares. Pero esos enormes retos deben obtenerse, con impulsos sucesivos, con pequeñas victorias que propicien la siguiente.

La situación actual es preocupante. Muchos de los indicadores han sido deliberadamente alterados y la basura se ha escondido bajo la alfombra. Ahora vendrá la difícil tarea de transparentarlo todo. Se visualizará renovada información que algunos imaginaban pero que no estaban disponibles. Es imperioso construir ese diagnóstico para evaluar la gravedad de lo acaecido y empezar, desde allí, a diseñar ese camino que permita resolver uno a uno los desmadres de este tiempo perdido.

Suponer que ese procedimiento será simple sería de una gran ingenuidad. Que algunos ciudadanos estén exultantes porque entienden que el ciclo vigente ha llegado a su fin es esperable, pero la clase dirigente tiene la inmensa responsabilidad de advertir a todos acerca de lo que ha sucedido en el pasado y lo que ahora tienen en sus manos de cara al porvenir.

Los groseros despilfarros, los obscenos excesos, la dilapidación imprudente de los recursos de todos ha sido una de las características de esta era. No se sale de allí solo con emotivos discursos, excitantes festejos, ocultamientos piadosos y mentiras que intenten mitigar el malhumor social.

Desactivar el explosivo coctel que engendraron los gobernantes demandará no solo de varios años, sino de una singular inteligencia que permita desarticular cada torpeza cometida, dominar cada adversidad concreta, minimizando el seguro impacto negativo que recaerá sobre tantos.

Algunos asuntos llevarán mucho tiempo. Tal vez sea necesario esperar varias generaciones para olvidar estos infortunios. Un mandato de gobierno no bastará para resolverlo todo. El daño ha sido gigante y no debe ser subestimado. Aún resulta imposible dimensionar la magnitud del desorden.
La destrucción de la cultura del trabajo y una perversa mutación de los valores morales no se solucionan con cuantiosas inversiones, mayor seguridad jurídica, el sinceramiento de las variables, la apertura de los mercados y la integración con el mundo. Ni siquiera una alta dosis de sensatez y el regreso del sentido común alcanzan para restablecer parcialmente esas profundas heridas que el régimen deja como legado.

Pese a lo que muchos sostienen, lo económico no es lo más importante. Es solo una parte del problema que, claramente, debe ser abordado para evolucionar. Pero es trascendente entender que la batalla que asoma se dará en otros campos que precisarán de más esmero y dedicación.

Por astutas que sean las decisiones y empeño que se le asigne a la gestión, la recuperación será invariablemente lenta y gradual. Habrá que prepararse para esta dificultosa fase, acompañando apropiadamente su ritmo.

Después de todo, no se ha llegado hasta aquí de casualidad, sino con la imprescindible complicidad de esta sociedad que hoy parece dispuesta a darse una nueva oportunidad. La autocrítica tendrá que ser la protagonista excluyente si realmente se espera una transformación con mayúsculas.

Se necesitará entonces de mucha paciencia, de bastante prudencia y de una tenaz perseverancia, para no cometer los mismos errores del pasado. La actitud adecuada será la verdadera clave. Por eso resulta fundamental disponer de esa madurez cívica que admita expectativas moderadas.

Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com

No bajar la guardia - Por Alberto Medina Méndez


La euforia irracional y el entusiasmo desmedido pueden convertirse en una verdadera trampa cuando las batallas son prolongadas. Las tensiones políticas del continente vienen de larga data y pueden perdurar en el tiempo. Este proceso no se ha iniciado ahora. Es el patético resultado de décadas de populismo creciente y un estatismo a prueba de todo.

No se debe cometer el error de creer que ciertas victorias circunstanciales son éxitos concluyentes. El cansancio, el hartazgo, los desaciertos propios de los demagogos, pueden encaminarlos hacia eventuales tropiezos.

No se trata de no festejar los logros, sino de tomar conciencia del contexto, de dimensionar apropiadamente los acontecimientos y comprender que los actores de la política contemporánea serán reemplazados por otros. Ellos se suceden entre sí, pero sus ideas centrales permanecen. Podrán mutar o adaptarse, pero solo para tomar fuerza y arremeter bajo un nuevo disfraz.

Es lo que dice la historia reciente de estos países. El populismo tiene una extensa trayectoria. Se ha transformado e innovado, buscando nuevos perfiles para volverse más eficaz, hábil y perverso. Casi sin percibirlo, quienes intentan reemplazarlo en el poder, terminan utilizando idénticas tácticas, aplicando similares recetas e imitando ese peligroso recorrido.

Es importante tener cuidado, conocer la coyuntura en profundidad y tener los pies sobre la tierra. La amenaza nunca desaparece. En todo caso, frente a cada logro concreto, a cada pequeño paso en positivo, se debe tomar posición, fortalecer ese espacio para consolidar lo obtenido y sostener el apoyo popular que, en el actual esquema, es el pilar vital del sistema.

La política es dinámica. Los escenarios se modifican rápidamente y, por imperceptible que parezca, a veces, la sumatoria de insignificantes hechos aislados son los que van construyendo un todo que en un momento determinado se manifiesta con vigor y sin contemplaciones.

Los sistemas electorales pueden ayudar a unos a triunfar y perjudicar a otros conduciéndolos al fracaso, pero el termómetro del clima de ideas que impera en una sociedad es bastante más difícil de interpretar.

Es imprescindible no confundirse. Son esas ideas que la sociedad defiende, esos valores con los que la comunidad comulga, esas premisas y creencias, esos paradigmas, los que determinan las políticas de largo plazo.

Una nación que cree que el Estado debe hacerlo todo, que su progreso depende más de las dádivas de sus gobernantes que de sus propios talentos, méritos y esfuerzos, que pretende ayudar a los más débiles saqueando a otros usando coercitivamente la ley, no tiene futuro alguno.

Esa sociedad está condenada a vivir bajo las reglas de la demagogia y el populismo, solo porque no se anima a promover con convicción un sistema que priorice la cultura del trabajo y establezca incentivos para que aquellos que lo deseen genuinamente puedan generar riqueza y prosperar.

Los equilibrios siempre son inestables. Suponer que lo logrado es absoluto implica no entender la naturaleza humana. Todo está en constante movimiento y como bien decía Heráclito "lo único inmutable es el cambio".

Si se entiende esta realidad no es posible darse el lujo de relajarse. Los que defienden el colectivismo como matriz, los que creen que los individuos deben subordinar sus libertades al bienestar general, solo tropiezan de tanto en tanto, pero suelen tomarse revancha y volver con más ímpetu.

Es posible que los personajes de turno se retiren del juego. Ya ha sucedido eso en el pasado. Pero no menos cierto es que serán otros los que heredarán su voracidad por el poder e intentarán ocupar ese lugar.

Ellos saben conquistar el poder. Es posible que se equivoquen, pero siempre retoman la lucha y dan la pelea política. Cuentan con la ventaja de no tener escrúpulo alguno y de apelar al "vale todo" para recuperar lo perdido.

Es trascendente entonces, mantenerse en vigilia, ser constantes y perseverantes, evitar la soberbia de quienes creen que sus adversarios han sido definitivamente derrotados, cuando en realidad solo han retrocedido algunos pocos metros y usarán ese desliz para tomar mayor impulso.

Lo que viene puede ser una gran oportunidad, solo en la medida que se comprenda adecuadamente lo que realmente está ocurriendo. Pero lejos se está de haber logrado un triunfo con mayúsculas.

La tenacidad no es una virtud de esta era en la que la fugacidad parece marcar el ritmo. Las actitudes espasmódicas de esta sociedad se han manifestado muchas veces, pero sin lograr afirmarse como corresponde. Es por eso que se corre permanentemente el riesgo de caer en el abismo.

El desafío consiste en estar alertas, en prestar mucha atención a lo que sucede alrededor, porque el futuro depende, en buena medida, de esa conducta constante de resguardar cada victoria, fortalecer ese escalón, para recién luego avanzar hacia el siguiente. Si se hacen los deberes, tal vez se pueda dar vuelta la página en algún momento y soñar con un porvenir mucho mejor. Para eso será indispensable no bajar la guardia.


Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com

CATALUÑA EN ALTA VOZ - COMUNICADO


CATALUÑA EN ALTA VOZ
COMUNICADO

¡CATALANS HISPANS!

SE RUEGA QUE SE DIFUNDA EL SIGUIENTE COMUNICADO DE SOMATEMPS, SOBRE LA PROPUESTA DE RESOLUCIÓN PRESENTADO A LA MESA DEL PARLAMENT DE CATALUNYA.

27 de octubre de 2015


A continuación comentamos los puntos de la resolución presentada.

En el punto PRIMERO, los Grupos parlamentarios de Junts pel Sí y de la CUP interpretan tener un mandato democrático para transformar la autonomía en un Estado independiente. Argumentan haber obtenido una amplia mayoría de votos y escaños. Evidentemente en la cuestión de votos mienten, pues no obtuvieron la mayoría de sufragios emitidos. Por otra parte las elecciones no tuvieron legalmente nunca un carácter plebiscitario. Y, evidentemente, en ningún lugar constan que porcentaje de votos o escaños pueden permitir una intención semejante. Quieren jugar un juego sin reglas.

Pero es que —no se olvide, porque parece que hemos entrado en su lógica invertida— aun en el hipotético y negado supuesto de que se hubiera conseguido una mayoría absoluta de votos, en ningún caso, ello legitima a llevar a cabo una conducta delictiva.

En el punto SEGUNDO, se declara solemnemente el inicio del proceso de creación de un estado catalán en forma de república. Este punto es fascinante porque parece que el proceso se inicia ahora. Y eso que ya llevan no sé cuantos años hablando de él. El talante “democrático” de estos dos grupos parlamentarios se demuestra en que ya han decidido que el estado nuevo debe tener forma de república. ¿No permitirán previamente un referéndum para decidirlo? Si mal no recordamos durante un año, los independentistas han celebrado el tricentenario de la derrota en una Guerra Civil por un Rey. Muchos catalanes, creemos que sería más consecuente reivindicar una rama dinástica de los Habsburgo o bien dejar de celebrar el 11 de septiembre.

El punto TERCERO es un canto al populismo. Se proclama un “proceso constituyente ciudadano”, participativo, abierto y “activo”, para preparar las bases de una futura Constitución catalana. Bien, ya sabemos cómo acaban estas cosas, la acaban mangoneando cuatro. Pero hay que darle siempre un carácter festivo a todo este interminable proceso. Nos preguntamos si habrán buscado un lugar muy grande para reunir a todos los catalanes en Asamblea, o si abrirán una página web para que todo el mundo pueda volcar sus ideas. Además, ¿cómo se define quién es ciudadano catalán? ¿los que tienen DNI español y han nacido en Cataluña? ¿Los empadronados aunque no tengan DNI español? ¿Cualquier inmigrante ilegal? ¿Dónde está el censo de la ciudadanía catalana?

El punto CUARTO insta al futuro gobierno a poner en marcha los pasos necesarios. Ya veremos quién es ese gobierno y quién lo preside. Aún queda mucho espectáculo por delante.

El punto QUINTO, pone un plazo máximo de 30 días para poner en marcha y aprobar tres leyes: una constituyente, otra de seguridad social y otra de hacienda pública. Sí, es bueno que se den prisa. Normalmente montar estas cosas bien suele costar bastantes décadas. Hasta ahora la Administración autonómica ha ido fagocitando la central, pero ¿dos haciendas públicas? No creo que los españoles catalanes podamos pagar tantos impuestos a dos Agencias tributarias.

El punto SEXTO, es ingenioso pues se inventa el concepto jurídico de “desconexión democrática”. No se reconoce la autoridad del Tribunal Constitucional español ni de las decisiones del Estado español. Y por su puesto hacen oídos sordos a la ilegalidad que supone la convocatoria de referendos.

Hay textos, como el de la Independencia de Estados Unidos que pasan a la historia. Este texto tiene visos de pasar a la historia de los ridículos. Se supone que inmediatamente esta resolución la harán llegar a mandatarios y autoridades europeas, cuyas secretarias –pues no creemos que paseen el filtro- pondrán cara de póker. Si alguna autoridad lo lee, y tiene los mínimos conocimientos de derecho, creerá estar viendo visiones, o que los catalanes nos hemos vuelto locos por algún escape en Vadellós.

El punto SÉPTIMO es demasiado críptico incluso para nosotros. Se insiste en la desconexión democrática (se olvidan que cuando desconectas un electrodoméstico deja de funcionar) que definen que ha de ser: “masiva, sostenida y pacífica” (sic)

El punto OCTAVO solicita blindar al nuevo govern, obedeciendo sólo las normas surgidas de la cámara catalana. Pues bueno, tendrá que empezar a legislar sobre todo: tráfico, aduanas, aeropuertos, etc… ya que la inmensa mayoría de la legislación es española o europea. Tendrán que trabajar lo que no han trabajado en su vida. Y eso que antes de 18 meses se han comprometido a convocar nuevas elecciones.

El punto NUEVE declara la voluntad del inicio de negociaciones, aunque no se especifica con quién y pone en conocimiento de la Unión Europea y del mundo mundial esta “machada” del nacionalismo.

Una decepción de resolución. Creíamos que iban en serio.

Esto suena a una declaración de intenciones para asustar a enanitos del bosque. Tantos años esperando que el independentismo diera este paso y ahora resulta que quieren negociar, desconexiones democráticas (¿?), masivas, activas, participativas, abiertas (eso sí, lo de la forma republicana está decidida de antemano sin encomendarse a Dios y al Diablo. El Señor Bañostenía más arrestos y quería que en esta declaración ya se declarara la “desobediencia civil” y se pusiera en marcha la revolución. Casi lo hubiéramos preferido. Primero, por ser más coherente y, segundo, porque ya dilucidaríamos quién y cómo acaba con esta payasada política de forma rápida. Ahora tendremos que volver a iniciar un interminable proceso hacia la nada. Tendremos que ver como los cainitas nacionalistas se navajean. Temblaremos cada minuto para ver qué hacen o deciden los socialistas catalanes. Sí, el Señor Baños de la CUP tiene más razón que un santo (y que nos perdone la alusión confesional) al afirmar que “para conseguir la independencia hay que montar un pollo”, pero su resolución más bien es propia de un “pollino”, un “ruc”, vamos una burrada.

Como esto va para largo, pues ustedes son incapaces de gobernar su propia casa, nos tomaremos un tiempo para elaborar documentos de reflexión, acción y desobediencia civil, si el nuevo govern autonòmic rompe la legalidad vigente. La desobediencia a la que estos dos grupos parlamentarios incitan, ha llegado a nuestros oídos y pensamos aplicarla. Intenten gobernar Cataluña con la mitad de catalanes en contra, entonces sabrán, como decía el señor Baños, lo que es “un pollo”.

¡CATALANS HISPANS! ¡DESPERTA FERRO! ¡MORI EL MAL GOVERN!

En estos momentos el gobierno español tiene sus responsabilidades y esperamos que las asuma si quiere seguir teniendo cierta legitimidad sobre los catalanes hispanos. Pero, independientemente de sus acciones o inhibiciones, nos resulta frustrante que durante tantos años se haya permitido larvar esta locura colectiva. Por tanto, nosotros, los catalanes hispanos asumimos el deber de resistir ante cualquier desvío tiránico e ilegal del govern autonòmic. Si nuestro gobierno nos abandona, la Cataluña hispana se organizará para su propia defensa.


Recibido por nuestra Redacción desde Somatemps





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