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LA FRACTURA GEOPOLÍTICA DE SUDAMÉRICA EMPIEZA EN BRASIL



LA FRACTURA GEOPOLÍTICA DE SUDAMÉRICA
EMPIEZA EN BRASIL

Por Rafael Bautista S.

Si la diplomacia abierta está diseñada para el consumo informativo (pues algo se tiene que informar), la política exhibida mediáticamente está concebida para moldear opinión pública. Ninguna tiene, como misión, orientar y, menos, generar una relación crítica con los hechos políticos (el nuevo circo romano es virtual); lo que se informa no contiene nada que no sea lo permitido por la función asignada, es decir, lo que se sabe es apenas lo que una administración selectiva de información permite saber (este control, por supuesto, no es del todo perfecto; su éxito es proporcional al grado de domesticación producida). La interpretación de los hechos políticos son, de ese modo, circunscritos dentro de los márgenes permisibles que establece un poder estratégico que sabe la importancia del manejo de la información.

La diplomacia abierta es un concepto que sintetiza la visión aristocrática de la democracia moderna: el pueblo no tiene por qué saber lo que realmente está en juego. El pueblo obedece, no decide. Quienes deciden son los protagonistas de la diplomacia profunda y son los artífices de la política real. Lo que se ve es apenas el teatro mediático, la tragicomedia política; pero la trama, el argumento y el meollo del asunto, no pueden exhibirse, ni siquiera en el propio desenlace. Porque descubrir esto es revelar los propósitos del nivel profundo y esto significa desenmascarar al poder detrás del trono.

Hoy en día, la mediocracia ha monopolizado toda mediación entre individuo y realidad, haciendo de la opinión pública su patrimonio privado. La información se ha convertido en un recurso estratégico de control político, haciendo de ésta la marca registrada de todo fenómeno comunicacional; pero no es la información, en sí, lo que produce conocimiento, sino la reflexión que tematiza el sentido que contiene la información; tampoco es el contacto directo con los hechos lo que permite comprensión sino el tener perspectiva, así como la objetividad no se mide por la neutralidad sino por los criterios éticos que se asume. Entonces, para tener una visión clarificada de los acontecimientos, hay que superar el cerco mediático y desenmarañar los contenidos informativos que propaga la prensa y, de los cuales, ni ella misma es consciente.

Lo que sucede en Brasil no puede sopesarse a partir de lo que se exhibe mediáticamente; esa información sólo produce confusión y no permite entrever lo que realmente está en juego. Las denuncias de corrupción gubernamental es un teatro montado para los ingenuos en geopolítica, que es el modo cómo se está definiendo la nueva reconfiguración global. En ese sentido, la posible destitución de la presidenta Dilma no está lejos de todo lo que ha venido aconteciendo desde el golpe en Honduras y Paraguay.

Bajo la nueva nomenclatura implantada por las guerras de cuarta generación, un golpe de Estado puede ahora prescindir del uso de la fuerza militar. El “impeachment” es una nueva modalidad del concepto de “golpe suave”, que se impone el “smart power” como una forma de reducir las expectativas democráticas de los pueblos, sin alteración del orden constitucional y promovida por la propia institucionalidad democrática. Lo que pareciera un contrasentido no es más que la constatación de una capitulación jurídica que la izquierda continental no ha sabido tematizar.

Algo que la visión economicista de la izquierda latinoamericana no entiende es que el neoliberalismo no es simplemente un modelo económico. No es políticamente que el neoliberalismo penetra en nuestros Estados sino jurídicamente. La doctrina del shock nos muestra cómo el dogma neoliberal penetra en nuestras sociedades pero no nos enseña cómo llega a encarnar en la estructura misma del Estado. Lo que sucede en Brasil es muestra del modo cómo el régimen normativo de los Estados es capturado por el concepto de derecho que patrocina la actual hegemonía financiera del dólar-centrismo.

Algo que el marxismo standard no ha llegado a aclararse es que el capitalismo es imposible sin un marco jurídico que haga posible el desarrollo de la lógica del capital. Marx mismo señalaba que, en realidad, no vemos relaciones económicas sino, vemos estas relaciones en el espejo de las relaciones jurídicas. Sin un derecho que justifique y legitime el robo y el despojo (al ser humano y a la naturaleza) que son, en última instancia, el contenido del concepto de riqueza moderna, el capitalismo sería imposible.

El régimen normativo que inaugura el derecho moderno-liberal es lo contenido en la subjetividad moderna que promueve el capitalismo. Desde Hegel, el derecho expresa la propiedad, como determinación de la libertad del individuo moderno; es decir, el derecho moderno es concebido para la defensa de la apropiación de lo que era común, por eso “lo privado” de la “propiedad privada” es la “privación” que se hace a los demás de lo que era común. Es un derecho pensado para los ricos. Si este derecho estructura el régimen normativo de un Estado, entonces se entiende que ese Estado desarrolle únicamente una política antipopular.

Por eso el neoliberalismo realiza un desmontaje del carácter nacional de nuestros Estados y reconfigura nuestras constituciones a merced del nuevo sujeto del derecho actual: el capital transnacional. Los nuevos tratados comerciales, como la Alianza del Pacífico (extensión del Trans Pacific Partnership o TPP, y del Trade In Services Agreement o TISA), son clara muestra de ello, estableciendo una subordinación de los propios Estados a una legislación global que protege a las empresas de todo reclamo de soberanía.

Nuestros gobiernos habían originado una recuperación del carácter nacional de nuestros Estados, pero sin alteración del régimen normativo que había implantado previamente el neoliberalismo. Ahora, cuando se había logrado, aunque sea mínimamente, la estabilidad requerida para impulsar las economías, es desde el propio sistema constitucional que se produce una recaptura del poder. Otra vez, la izquierda entrega en bandeja de plata un país a merced de un nuevo asalto conservador.

Algo que ya debía ser asunto de evaluación politológica es la empecinada denuncia de presidencialismo que promovía la derecha continental. Una de las premisas de la democracia neoliberal, inventada por los think tanks gringos, es la distribución del poder político, recortando atribuciones constitucionales que pudiese tener una cabeza –no disciplinada– gubernamental, para desviarlo al legislativo sobre todo, donde es posible establecer la lógica de los lobbies y, de ese modo, controlar siempre al ejecutivo. Esa es la democracia gringa, donde el presidente no ejerce poder, simplemente lo administra; por eso el voto es irreal, porque el presidente, aunque prometa todo, no puede hacer nada, y el poder detrás del trono actúa cómodamente desde las cámaras. Por eso, a este tipo de democracia le incomoda que un presidente pretenda recuperar atribuciones constitucionales, desde las cuales pueda promover una radical transformación del Estado.

Es curioso cómo las acusaciones de corrupción gubernamental siempre aparecieron una vez que aparecía la predisposición de realizar una “limpieza” estatal. Eso sucede en Brasil y es hasta titular en el New York Times del 15 de abril: “ella no robó nada, pero está siendo juzgada por una banda de ladrones”. Esta situación comienza desde que Dilma, el 2011, efectúa “limpiezas” en organismos públicos.

Algo que es fundamental en la implantación del neoliberalismo es la generación de una cultura de corrupción política, pues sólo de ese modo pueden los mismos connacionales coadyuvar a un desmantelamiento del carácter nacional del Estado. De ese modo la política se convierte en subsidiaria de la economía: las empresas financian campañas políticas y compran políticos para influenciar al propio poder político (el poder de Eduardo Cunha en el Congreso brasilero –el principal impulsor del “impeachment” contra Dilma–, proviene precisamente del poder que le brindan los políticos favorecidos del montaje de corrupción que originó a través de acuerdos con empresas ligadas al financiamiento de campañas y compra de políticos, a cambio de favores e influencia legislativa para hacerse de contratos públicos y estatales). El neoliberalismo no sólo promueve la desregulación bancaria sino también la inmoralidad política. La política se vuelve administradora del poder recortado que le otorga el poder económico. El Estado mismo se encuentra, una vez desmantelado, a merced del ingreso que puedan proporcionarle sectores empresariales.

Estos sectores se hallan, desde el neoliberalismo, demasiado comprometidos con el dólar. De modo que sus intereses no encajan en una recuperación del carácter nacional del Estado. Que Eduardo Cunha sea el aliado principal del vicepresidente Temer, señala una orquestación congresal que busca algo más que una simple destitución constitucional. Se trata de algo que sólo puede hurgarse en la política profunda y que escapa a las consideraciones meramente locales. Lo que está en juego en Brasil es el destino mismo de Sudamérica; no porque en Brasil se dirima una fatalidad sino que el desenlace del “impeachment” establecerá, en lo venidero, el derrotero geopolítico de toda Sudamérica en el nuevo tablero geopolítico multipolar.

La destitución de Dilma provocaría la sucesión constitucional, es decir, la asunción a la presidencia de su vicepresidente Temer, quien es el favorito, en esta contienda, de los intereses gringos. Temer es la versión brasilera de Macri, cuya misión inmediata es, y así lo está demostrando, reponer en Argentina una economía alineada a la hegemonía del dólar. De ese modo se repondría el proyecto de las elites, que no es otro que un neomonroeismo más implacable, en una situación global ya no tan halagüeña para USA. No se trata sólo de destituir a Dilma sino de anular también a Lula, para una re-cooptación absoluta de la economía del gigante sudamericano. Detrás de todo el teatro mediático se encuentra la restauración neoliberal en condiciones que ameritan la urgencia de USA por aislar a Sudamérica de la influencia de China y Rusia y de toda opción que signifique, para nuestros países, separarse de la hegemonía gringa.

El factor geopolítico viene por ese lado. Tanto USA como Rusia ya han venido declarando su más que seguro abandono, no sólo de Siria sino de todo el Medio Oriente. Esto supondría no sólo el desentenderse de los conflictos suscitados allí sino el mudar el propio teatro de conflagración geopolítica global a otra parte del mundo. USA concentra su poder bélico en el Extremo Oriente, pero su más actualizado neomonroeismo está concentrando sus esfuerzos en recuperar, lo que considera su continente, de toda influencia que merme en algo su importancia. Desde la doctrina Bush, USA ha ido perdiendo presencia en casi todo el mundo; el propio empecinamiento en Irak y Afganistán le costó, entre otras cosas, perder su control sobre Sudamérica.

Tanto Ucrania como Siria han mostrado la fractura de un mundo unipolar y que está propiciando una nueva guerra fría. Dos bloques antagónicos se enfrentan en todo conflicto que persigue la reposición de un mundo unipolar: por un lado USA, su brazo armado (la OTAN), su brazo político (la Unión Europea), y su brazo financiero (la Banca israelí-anglosajona); por el otro, los BRICS, además del Grupo de Shanghai, pero sobre todo Rusia y China. Brasil forma parte de los BRICS y, una unión más estrecha entre Brasil y China, supondría el fin de la hegemonía gringa en Sudamérica. La restauración neoliberal en Brasil persigue la desconexión entre estos dos gigantes. Si Brasil corre la misma suerte que Argentina, entonces el futuro del MERCOSUR, la UNASUR y el ALBA se hallan seriamente comprometidos y nuestros países, que no pueden vivir al margen de una integración económica, estarían a merced de los tratados comerciales promovidos por el capital transnacional. La Alianza del Pacífico ha sido diseñada para eso, pues dentro de la doctrina Obama, un punto primordial es la contención de China. Si USA promueve esta contención en la propia área de influencia de China, con mayor razón en lo que consideran los gringos su backyard.

Para estos fines el Council of Foreign Relation o CFR ha diseñado el concepto geopolítico de “North-America”, donde éste se expande hasta Venezuela, como parte de un Caribe ampliado (que USA siempre consideró como su Mar Mediterráneo). Este concepto establece la prioridad de contar con los recursos naturales y energéticos que proveen las cuencas del Orinoco y del Amazonas, como base material para garantizar la reposición de la supremacía gringa en el continente. La anulación geopolítica de Sudamérica es esencial para esta reposición. Esta fue la claridad que tenía el presidente Chávez (por eso era urgente su desaparición). Ningún otro presidente, ni siquiera Lula, ha mostrado consciencia de esta perspectiva geopolítica, necesaria a la hora de ingresar de modo soberano a una nueva reconfiguración del tablero geopolítico global.

Deshacer una integración regional sudamericana, de carácter soberano, es fundamental para debilitar al BRICS, sobre todo a Rusia y China, pues el cordón geoestratégico de las potencias emergentes tendrían que recluirse al viejo continente, una vez rota la continuidad que proporcionaban Sudáfrica y Brasil (desde Washington se orquesta las protestas estudiantiles en Hong Kong, la desestabilización en Sudáfrica, también las protestas contra la relección de Putin, así como la confabulación con la familia Saudí y la banca, para bajar el precio del petróleo e implosionar las economías de Rusia, Irán y Venezuela); desconectar a Brasil supone aislar a Sudamérica de la expansión del pacífico y no permitir, bajo ninguna circunstancia, un ingreso en mejores condiciones, de nuestra región, en la nueva cartografía tripolar (USA-China-Rusia) que no conviene para nada a la supremacía gringa.

La carencia de una lectura global de un mundo en transición nos hizo perder la gran oportunidad de consolidar un proyecto regional cuando el Imperio estaba distraído en el Medio Oriente. La resistencia de los pueblos de Irak, Afganistán, Siria, Irán, etc., nos había dado la posibilidad de originar una primavera democrática en estos lados; pero el exitismo de lo logrado, que no era sólo merito nuestro, ahora nos descubre en una coyuntura ya no tan favorable, donde las dos más grandes economías de Sudamérica se van inclinando por una nueva capitulación mucho más entreguista que las anteriores. La colonialidad de nuestras elites, tanto económicas como políticas y hasta culturales, sólo pueden manifestar un ánimo de resignación y, aunque prodiguen un anti-imperialismo discursivo, esto sólo sirve para el berrinche momentáneo y la inculpación unilateral hacia afuera (hasta para admitir responsabilidades la izquierda sólo sabe mirar hacia afuera).

En esta coyuntura, donde la integración es más difícil y el quedar aislados cancelaría lo propositivo de nuestras revoluciones, es menester reponer de modo urgente las prerrogativas que pretendían una integración política y económica, además de financiera, regional. Nadie se va a salvar solo. La salida de esta emboscada no puede ser sino conjunta. Las críticas al interior de nuestros procesos no pueden perder de vista que, lo que está en juego, es la sobrevivencia misma de nuestros Estados. Si los gobiernos muestran algo de sensatez al respecto, debieran ser los primeros en ceder su exclusivismo e infalibilidad, para promover una nueva reconexión horizontal con el carácter popular-democrático que habían inaugurado nuestros pueblos, sobre todo indígenas. Una nueva integración no puede reducirse a lo meramente comercial sino que debe proponerse en los términos geopolíticos de una reposición geoestratégica de la región, para de ese modo permitirnos un ingreso, en las mejores condiciones, en el nuevo tablero geopolítico global.

Así como las políticas que adopta Macri son insostenibles, lo mismo sucedería con Temer en Brasil. El nuevo tipo de acumulación financiera que orquestan los nuevos tratados comerciales son decididamente más despiadados y sólo pueden conseguir los índices acumulativos que se proponen, despojando todas las conquistas sociales logradas en este periodo. Como en Argentina, lo que se produciría en Brasil es el caos (las conquistas sociales, y hasta culturales, han constituido un nuevo sentido común que será difícil anular). Pero este panorama no ensombrece las aspiraciones del capital financiero, pues para las finanzas, el caos y la guerra constituyen siempre oportunidades para generar ganancias espectaculares.

Si USA desiste del Medio Oriente, pues ya no puede contrarrestar la superioridad bélica rusa, le resta asegurar su área inmediata de influencia. Y si, para ello, promueve un concepto geopolítico de ofensiva estratégica, como es el “North-America” ampliado, entonces la anulación de Sudamérica supondría su balcanización. Esa es tristemente la constancia de toda reconfiguración geopolítica: donde no haya integración regional sólo resta su balcanización. Cuando todo se trata de sobrevivir –hasta de las potencias–, los fuertes no hallan otra manera de hacerlo sino a costa de los débiles. Y los débiles lo son porque, en semejante situación, anteponen sus particularidades y no apuestan por su complementación. En un mundo compartido, nadie es independiente del todo, ni siquiera los imperios; se es independiente en la medida en que se toma conciencia del grado de dependencia que se tiene, de modo de aprovechar esa dependencia (porque no es unilateral) y hacerla recíproca. La independencia es subjetiva, es decir, es el tipo de relación que establezco, lo que define mi condición.

Este panorama es también el que se viene definiendo en las elecciones que se llevaran a cabo en USA. La favorita del poder financiero y los lobbies es Hilary Clinton (a quien ya llaman “Killary”) y, si la nueva administración gringa recae en la parte más conservadora, que ya no es sólo la republicana, entonces la tercera guerra mundial pasaría a ser una opción inevitable. La visión provinciana euro-gringo-céntrica de la diplomacia y la política exterior del primer mundo no concibe un mundo compartido y esa limitante sólo admite la posibilidad de la guerra.

Toda la propaganda actual está diseñada para legitimar una situación límite. La develación de los “panamá papers” es una de las tantas estrategias de la guerra financiera contra los enemigos del dólar. No en vano, el consorcio que investiga estas cuentas off-shore es curiosamente patrocinado por la CIA, la fundación Ford y la fundación Soros. La curiosa selectividad informativa da muestras de una interesada pesquisa, donde aparecen personajes del “eje del mal”, para darle más candela al asunto. Otra función más del circo mediático que, pretendiendo defender la libertad y la legalidad, no hace otra cosa que no sea recortar aún más la libertad global; porque esta operación no afecta al sistema financiero, que necesita estos paraísos fiscales para, precisamente, evadir las leyes estatales; esta operación sólo busca eliminar la competencia y establecer como únicos paraísos fiscales a aquellos que se encuentran en las jurisdicciones de USA, Gran Bretaña, Israel y Holanda, de ese modo, tener el control total de todos los movimientos financieros globales, legales o no.

La importancia geoeconómica de Sudamérica es clara para las pretensiones del concepto “North-America”. Para una incorporación de nuestra región, en condiciones prometedoras, a un mundo multipolar, se requiere una apertura hacia el pacífico y una conexión estratégica –soberana– con el gigante asiático. De modo aislado esto no es posible y esto lo saben los gringos, por eso, anulando a Brasil se anula una apuesta conjunta. Sólo regionalmente se estaría en condiciones de negociación favorable con alguna potencia, de lo contrario, cualquier potencia sólo nos subsumiría en su proyecto expansivo.

El concepto de “North-America” subyace al disciplinamiento del Caribe, que empezó con el golpe en Honduras, la incorporación del México neoliberal como garante energético de esta restauración expansiva, la desestabilización de Venezuela, el golpe en Brasil, la defenestración de Cristina Kirchner (cuando mostró su entusiasmo de que Argentina formase parte del BRICS) y, hasta podría decirse: caen como anillo al dedo, la derrota de la izquierda en Perú y el terremoto en Ecuador (¿habrán estado activas las antenas del proyecto HAARP?). La actual guerra fría financiera, tiene fines geoestratégicos contra el BRICS; y el interés por reducir a Sudamérica en el concepto “North-America”, implosionando sus tres más grandes geoeconomías (Brasil, Argentina y Venezuela), hace preocupante la situación nuestra en esta encrucijada.

Sudamérica se encuentra polarizada entre lo que resta del ALBA y el auspicio imperial de la Alianza del Pacífico. Si Brasil es absorbido por la restauración neoliberal, su importancia como promotor de una integración regional (cosa que, hay que decirlo, nunca se propuso de modo decidido) habrá devenido en arrastrar a todos a la capitulación. El MERCOSUR sería excluido por la Alianza del Pacífico y USA controlaría de nuevo todo para su propio y exclusivo beneficio (el CAFTA ya está bajo su control). La fractura geopolítica daría lugar a una situación de caos y desestabilización regional y una posible balcanización.

Sudamérica sería el lugar de la definición geopolítica global, donde el supremasismo gringo fundaría sus pretensiones de restaurar su hegemonía única y la reposición de un mundo unipolar. Para ello cuenta con la complicidad de las burguesías locales y todo el sistema financiero mundial, que es capaz de colapsar cualquier economía vulnerable al patrón dólar. Ahora se comprenderá por qué era urgente y necesario el funcionamiento del Banco del Sur y la consolidación de una moneda regional. Sólo con la recuperación de nuestras reservas internacionales podía haberse dado un impulso decidido a nuestra independencia económico-financiera regional; esto involucraba la transformación de todo el marco jurídico imperante (mercado-céntrico y dólar-céntrico), pero eso fue, precisamente, lo que no fue posible para la perspectiva colonial de nuestros gobiernos. Puede que sean anti-neoliberales, pero su perspectiva no es post-capitalista. Por eso todo lo que han logrado se encuentra, ahora, a merced y el disfrute de una restauración neoliberal.

La tecnocracia neoliberal, presente en los ministerios del sector económico y financiero, son el caballo de Troya que no se supo descubrir a tiempo (mientras Dilma era defenestrada, vía el gigante mediático Globo, por su osadía de pronunciarse a favor de una independencia cibernética de Brasil, cometía la imprudencia de confiar a Joaquim Levy –un funcionario del FMI– las arcas de las finanzas brasileras, no haciendo otras cosa que facilitarle su labor de sabotaje; lo que le valió después ser nombrado jefe financiero del Banco Mundial). Como se dio cuenta el presidente Chávez –en el caso de Libia–: nuestros propios gobiernos fueron los encargados en reafirmar nuestra dependencia al sistema financiero, causante del actual e inminente colapso económico global. Por eso el primer mundo, gracias a nuestra dependencia, sigue estable, a pesar de su aguda crisis financiera. De las guerras multidimensionales que emprende USA contra el BRICS, las guerras geofinancieras son las que más éxitos le han deparado; no otra cosa significa el espionaje cibernético de la National Security Agency a la PETROBRAS y que hizo poner a Brasil de rodillas cuando develó sus cuentas secretas. También las sanciones económicas contra países determinados le han sido más efectivas que el poder militar.

¿Cómo salió de la recesión del 29 el posterior ganador de la segunda guerra mundial, o sea, USA? La guerra ha sido siempre, en el mundo moderno, el campo de oportunidades más apetecido del ámbito financiero. Lo grave en nuestro presente es que una conflagración global entre potencias, pasa por el uso de armamento nuclear. Pero hasta aquello entra en los cálculos imperiales a la hora de promover el desarrollo de bombas atómicas tácticas, que son municiones nucleares de pequeñas dimensiones, que se cree disminuyen los riesgos del uso de arsenal nuclear de dimensiones mayores, sin tomar en cuenta la peligrosidad que significaría la proliferación del uso masivo de estas armas de carácter táctico.

El concepto de “North-America” es una clara respuesta a la nueva visión estratégica que había nacido en la Escuela de Geoestrategia del Brasil, el 2008, y que se expuso en la llamada “Estrategia Nacional de Defensa”; tomando en cuenta los ámbitos nuclear, espacial y cibernético y configurando dos áreas estratégicas: el Atlántico Sur y el Amazonas. Esta estrategia ponía, como es debido, un interés detenido en los asuntos de seguridad nacional y defensa. Esto, que debía haber sido promovido por la UNASUR, en sus mejores momentos, ahora parece sólo constituir una anécdota. Este año, Brasil anunció, por medio de su ministro de comercio, Armando Monteiro, la aceptación de pagos, por parte de Irán, en divisas que no sean precisamente el dólar, con el fin de eludir las sanciones económicas de USA. El sistema financiero global puede aceptar el comercio sur-sur, pero si esto involucra hacerlo al margen del dólar, entonces la reacción no se deja esperar.

La corrupción, el “impeachment”, la destitución de Dilma, etc., son parte del circo montado para el gran público. Pero lo que se apuesta en ese circo es otra cosa. El destino de toda Sudamérica está en juego, mientras se incentiva, también mediáticamente, la desilusión y el desencanto de nuestros procesos (que van más allá de los avatares de los circunstanciales gobiernos). El desenlace de lo que suceda en Brasil, marcará la disposición geoestratégica, ya sea de reclusión o expansión, del BRICS. Si Brasil cae, la supremacía gringa tendrá una carta estratégica para enfrentar a las potencias emergentes y contará, de nuevo, con nuestros recursos, para una nueva reconquista del mundo.

La Paz, Bolivia, 27 de abril del 2016

Rafael Bautista S.
autor de “la Descolonización de la Política.
Introducción a una Política Comunitaria”.
Dirige el “taller de la descolonización”
en La Paz, Bolivia
rafaelcorso@yahoo.com

La manía de legislar. - Por Alberto Medina Méndez


La manía de legislar.

Prevalece en esta era una visión que afirma que las leyes pueden resolver cualquier problema. Esta falacia se ha instalado, no solo en la política sino también en buena parte de la sociedad que las demanda. Parece que jamás se ha comprendido, con claridad, la naturaleza y la esencia de las normas.

Muchos dirigentes políticos depositan abundantes energías en imaginar novedosas reglamentaciones que modifiquen la calidad de vida de todos, sin entender que las conductas no se transforman artificialmente. Ellos adhieren a esta necia postura de suponer que una ley todo lo puede.

En estos países, pululan a diario intentos de legislar sobre cualquier asunto. Ninguna jurisdicción logra escaparse de este molde general y caen, irremediablemente, en este eterno juego. Esta actitud obsesiva de los legisladores no distingue partidos. Todos creen en la omnipotencia del Estado, que impone reglas haciendo que la gente se someta a ellas sin más.

Es la ley la que debe interpretar a la sociedad, ajustándose a sus valores y no al revés. En estas comunidades, los legisladores suponen que pueden establecer reglas importadas, incompatibles con la idiosincrasia local y así producir genuinos cambios de hábitos, que permitan vivir en una sociedad desarrollada, gracias a su gigante creatividad e interesantes normas.

Por eso abundan, en estas latitudes, tantas leyes que pretenden fijar precios, impedir la comercialización de productos o regular la distribución de otros. Esos políticos creen que pueden controlar la economía y subordinarla a sus caprichos. Están convencidos de que, desde sus escritorios, pueden obligar a todos a obedecerlos, porque la razón y la verdad los asiste.

La economía se rige por un complejo sistema de estímulos. Cuando la legislación interfiere, altera no solo los precios relativos, sino que genera múltiples daños y consecuencias inimaginables para ese legislador. Sus claras limitaciones intelectuales y morales le impiden comprender que la interacción voluntaria entre los hombres no es objeto de su tarea cotidiana.

Pero eso no solo sucede en la economía, sino también en el resto de las manifestaciones individuales. Nadie deja de consumir estupefacientes, aborta, pasa un semáforo en rojo, se prostituye o porta armas, porque la legislación lo prohíbe. Razonar de ese modo es desconocer a la humanidad. Las personas toman decisiones en función de otros paradigmas diferentes.

Las leyes pueden intentar amedrentar pero, en casi todos los casos, solo consiguen que esas mismas acciones igualmente se concreten, pero en ambientes de mayor marginalidad, criminalizando sus determinaciones.

Los seres humanos solo evolucionan cuando aprenden, maduran, reflexionan y toman decisiones voluntarias totalmente conscientes y no cuando el Estado los amenaza con multas, penalidades o prisión.

No es que no se pueda legislar sobre absolutamente nada, pero es importante comprender que el trillado "respeto a las leyes" no se consigue arrodillando a la sociedad con rigor. El respeto se gana, nunca se impone. Si la idea es infundir temor, miedo, pánico y terror, esas no parecen ser las mejores alternativas para construir una comunidad pacífica y civilizada.

La sociedad en general está dispuesta a cumplir normas que coinciden con su matriz moral. La prohibición de matar, es compatible con esa convicción de que cada uno debe decidir por sí mismo que hacer con su cuerpo. Bajo esa perspectiva resulta inadmisible que otro pueda disponer de ella a su arbitrio. Así se explica el elevado consenso de esta norma.

Algo similar ocurre con el robo. La mayoría comprende el concepto de la propiedad privada, aunque últimamente haya relativizado esa creencia. La gente entiende que apropiarse del fruto del trabajo ajeno no es ético y por eso aprueba que cualquiera que transgreda ese principio sea sancionado.

Es evidente que se viven en el presente tiempos de "inflación legislativa". Muchos actores de la política contemporánea pretenden contener la subida de precios, evitar despidos, extender la expectativa de vida, erradicar enfermedades y eliminar adicciones apelando a las leyes. Si realmente esas herramientas fueran efectivas y sus teorías tuvieran algún correlato empírico con la realidad, la humanidad seria rica, joven y feliz por decreto.

Claro que muchos adhieren a esta visión por conveniencia y no por ignorancia. Una parte importante del "negocio" de la política se sustenta sobre la idea de que la sociedad esté convencida de que la legislación salva vidas, enriquece a las personas y las hace mejores. Si esa tesis no tuviera adeptos, probablemente, muchos de los burócratas no tendrían salarios, y no podrían vivir entonces a expensas del trabajo de los demás.

Pero no menos cierto es que otro sector de la sociedad cree ingenuamente en estas mentiras y alienta estos reprochables comportamientos de la política. Son muchos los ciudadanos que les exigen a los dirigentes que bajen los precios, generen empleos y que los jóvenes jamás se droguen, como si estos tuvieran en sus manos una varita mágica para lograrlo.

Es la peor combinación. Una sociedad irresponsable que delira con soluciones facilistas en complicidad con una clase política manipuladora que aprovecha esa candidez para atraer votos con estos disparates.

Mientras tanto, no solo no se resuelven los problemas sino que estas maniobras dilatorias hacen que finalmente nadie se ocupe seriamente de las cuestiones de fondo, de esas donde realmente se pueden mitigar impactos. Las normas no solo no aportan soluciones eficientes, sino que además desenfocan y postergan el abordaje correcto de las problemáticas actuales.

Si la sociedad desea cambios en positivo, debe comprender las verdaderas motivaciones que explican las conductas humanas y ponerse a trabajar con sensatez, sin delegar en terceros sus responsabilidades, intentando convertirse en genuinos agentes de cambio e inspirando a otros a imitarlos.

La ideología imperante que invita a redactar leyes a mansalva es una gran ilusión, un absoluto fraude. Pero, evidentemente, es funcional a una sociedad profundamente desorientada y a un sistema político procaz que promueve este espejismo de la mano de esta perversa manía de legislar.

Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com

A TODOS MIS AMIGOS DE ARGENTINA. SALUDOS. - Por Nuria Barbosa León



“A TODOS MIS AMIGOS DE ARGENTINA. SALUDOS. "

El amor a Cuba me hizo buscar un arma potente para defenderla, pronto descubrí que las palabras y las historias penetran en el corazón de las personas y resultan un tiro eficaz. 

Mis historias son reales, anécdotas de personas que viven a mi alrededor, que un día quisieron relatar sus vivencias, anónimas hasta para ellos mismos, pero que en el conjunto ha hecho que el triunfo de la Revolución cubana aún siga enfermando al capitalismo agonizante. 

Lo principal no es dar carga dramática, ni rebuscar un lenguaje porque el hecho en sí asume el papel de verdugo. No hay nada mejor que la verdad para aplastar una mentira. 

Mentiras, guerra mediáticas y desinformación es lo que abunda en el mundo sobre Cuba, de ahí el mito que se convierte en rumor. Hoy, el capitalismo no tiene respuestas a cómo conseguir un alto índice educacional, mantener la esfera educacional y la salud pública de forma gratuita y al alcance de todos, obtener medallas en competencias deportivas internacionales, gozar de una tranquilidad en una sociedad donde la violencia de mafias y grupos armados ha desaparecido, y agregar la contribución de Cuba con los demás países en esas esferas en que se han cosechado logros. 

Cuba puede dar lecciones en cómo salir de una crisis económica porque los cubanos supimos de un período especial en la década del noventa al desaparecer el campo socialista con el que teníamos el 80 por ciento de las importaciones, al mismo tiempo en que se arreció un férreo bloqueo para desarticular el proceso independiente y soberano que nació en la Isla el 1ro de enero de 1959. 

Hablar de Cuba no es buscar el detalle negativo que empañe su imagen, es tomar la historia de vida de cada uno de los integrantes de ese pueblo y mostrar que vivimos y amamos en un gobierno que nos brinda participación en las decisiones políticas, que desenmascara al capitalismo en todo su disfraz y que nos da fuerza para seguir peleando por la independencia y la soberanía nacional. 

Cuba hoy ya no es una isla, porque a ella se unen todas las voces progresistas del mundo que ven la necesidad de un cambio para la supervivencia. Para nosotros, la defensa del socialismo, es dar esperanza de vida a todos. 

Sirva este libro, “Por ese motivo” reflejo de amor de los cubanos, a continuar cultivando el espíritu para un tiempo de cambio.” - 

NURIA BARBOSA LEÓN

Donde las aves proliferan la gente prospera - Por Hugo César Renés


Tendencias prospectivas del análisis de los indicadores psicosociales detectados durante el año 2015 y los tres primeros meses de 2016, que fueron obtenidos mediante la explotación sistemática de los distintos medios de comunicación social escritos de alcance nacional.

1. Objeto del presente análisis

Todo proyecto político estratégico debe contener un diagnóstico sobre la situación psicosocial del país y la descripción de aquellos problemas cuya solución se debe priorizar.

La mayor utilidad que se le puede pedir a un diagnóstico psicosocial como el que proponemos realizar, es que permita prever, interpretar, solucionar, o moderar, las distintas situaciones sociales y/o políticas conflictivas que puedan presentarse en una sociedad.

En el presente documento se enuncian y describen los grandes lineamientos del cuadro de situación psicosocial que padece nuestra sociedad los que seguramente facilitarán, a partir de la evaluación participativa en las distintas etapas de decisión política (con momentos de trabajo conjunto), el análisis e interpretación de una SITUACIÓN PSICOSOCIAL PUNTUAL ( por ejemplo la situación de los jóvenes urbanos) que facilite la constitución de un ámbito de discusión y diálogo entre los distintos actores políticos, sociales, religiosos y económicos existentes a nivel nacional, provincial, regional y municipal, a fin de concluir en un diagnóstico psicosocial que no solo describa aquellas situaciones que terminan lastimando y deteriorando el tejido social, sino que a la vez permita evaluar el modo de prevenirlos y/o resolverlos, aportando además una función de enseñanza-aprendizaje útil para el planeamiento y programación de políticas psicosociales y sus correspondientes programas y proyectos, clarificando las distintas tareas que se definan como prioritarias y los responsables de ejecutarlas.

Los posteriores informes que realizaré, intentarán profundizar la investigación en los indicadores que enuncio y describo en 3., e incorporarán gradualmente, si se normalizan los informes estadísticos del INDEC y la calidad y veracidad de los mismos es irrefutable, a aquellos que por su importancia y significación emerjan con posterioridad.

2. Antecedentes

Tendencias psicosociales existentes en nuestro país.

Desde hace varias décadas la sociedad argentina viene experimentando una asincronía en los sucesivos cambios económicos, políticos y sociales, que se fueron traduciendo en tensiones sociales y crisis.

En términos generales, se estima que la opinión pública mayoritaria atraviesa actualmente una situación que fluctúa entre la expectativa y la incertidumbre que, como consecuencia de la desorganización sociocultural existente en las distintas estructuras e instituciones sociales generan a su vez situaciones de desasosiego.

La ausencia de cambios que debieran haber acompañado a la industrialización, a la democratización, y a la urbanización, han generado crisis recurrentes y acentuados desequilibrios.

Convergen a flor de piel en nuestro tejido social la inseguridad, la mendacidad, el narcotráfico, la pobreza, la impunidad, la inmigración, la migración interna y la corrupción tanto política como social, formando parte indivisible de nuestra realidad.

Sin duda, muchas son las causas que han contribuido a la actual falta de respeto a nuestras tradiciones, a sus figuras señeras y a la decadencia permanente por la reverencia a la autoridad y a la ley, entre las que debemos señalar principalmente la existencia en nuestra sociedad de una contracultura contestataria posmodernista, la relajación de los lazos de la autoridad paterna, la ausencia de disciplina en la vida escolar (que tampoco motiva, ni capacita), junto a un mercado laboral que genera desocupación y no llega a satisfacer las aspiraciones del trabajador, ni brinda oportunidades, a lo que debemos agregar como agravante, la presencia de una masa político-social “resistente” al cambio propuesto desde el Gobierno Nacional, que está poniendo en evidencia una vez más su falta de espíritu democrático y su obediencia y complicidad partidaria.

Esa enunciada contracultura contestataria, muy arraigada en muchos militantes, punteros sociales, algunos funcionarios del pasado gobierno del FPV y en políticos de izquierda, tuvo su origen en la Argentina en los años 60 y 70. Su soporte filosófico fue entonces, y es ahora el individualismo extremo. Su marco ideo político es el de una democracia hiperindividualista. Su ámbito cultural es la permisividad irrestricta y su garantía política y judicial, el garantismo. Una de sus consecuencias: LA IMPOSIBILIDAD DE FORMULAR UN PROYECTO NACIONAL CONSENSUADO CON UN IDEARIO COMÚN.

La frustración tradicional argentina configura, esencialmente, un problema de identidad nacional. 

Ello responde a que nuestro país no se ha identificado a sí mismo como tal, y esa ausencia de autoidentidad, comienza a evidenciar síntomas desintegrativos de la nacionalidad.

De lo expresado en el párrafo anterior, surge que los grandes rasgos que hoy distinguen a nuestra sociedad están íntimamente relacionados con el individualismo, la emotividad, el providencialismo, la incongruencia de estatus, junto a un predominio en la interacción social de los efectos subjetivos, más que de la racionalidad objetiva.

Las consecuencias harto visibles son el bajo nivel de disciplina social y, por consiguiente, de eficiencia colectiva (competitividad). De allí la ausencia de capacidades tanto individuales como grupales o sectoriales en aras a la anhelada meta nacional proyectada.

La ausencia de cambios sincrónicos a los que fue llevado progresivamente nuestro país, determinó una situación paradojal: bajo nivel educativo, alto grado de urbanización y un estancamiento económico. De allí la frustración imperante y lo difícil de su propia identificación.

Las áreas urbanas atraen familias enteras del interior del país y de países vecinos, que luego no pueden satisfacer sus expectativas en torno a vivienda, educación, salud, seguridad y empleo, entre otras muchas, debiendo padecer violencia de todo género, razón por lo cual a mediano y/o largo plazo, esta situación podrá generar múltiples problemas sociales.

Sabido es que Buenos Aires y el Gran Buenos Aires albergan algo más de 20 millones de personas. Este fenómeno de movilidad social horizontal constituye, en varios aspectos, un movimiento social migratorio conservador que reduce su capacidad potencial de violencia política, pero que podrá llegar a constituirse en fuente de tensión y perturbaciones tales como: endemias, delincuencia, alcoholismo, personalidades semiestructuradas con tendencia a conductas violentas, etc.

De las cifras oficiales de fines del 2015, creíbles o no, surge que el 29,7% de la población porteña y del conurbano, no ganaba el dinero suficiente para cubrir sus necesidades básicas de alimentación, vestimenta, transporte y educación. El grueso de esa pobreza se concentraba en el Gran Buenos Aires, donde afectaría al 35,7% de los casi 9 millones de habitantes, lo que suma a 3.192.900 personas. En el segundo cordón del GBA, que comprende a distritos como Merlo, Moreno, José C Paz, Berazategui, San Fernando y Tigre, la pobreza rondaría el 38,5%. De los 3,546.000 pobres porteños y del conurbano bonaerense, casi 900.000 son indigentes.

En el primer trimestre de 2016 según Tendencias, se habrían registrado 127.144 despidos (78 veces mayor al registrado en el primer trimestre de 2015) de los cuales un 70% habrían correspondido al sector privado, principalmente al de la construcción y un 30% al público; 8.083 habrían sido las suspensiones (16 veces más que en marzo de 2015).

Según datos estadísticos privados (UCA), el 34% de los argentinos es pobre (13.000.000) y un 6,9% es indigente (2.400.000). Según ese estudio, en el primer trimestre de 2016 cayeron en la pobreza 1,4 millones de personas, en tanto 350 mil ingresaron en estado de indigencia.

Para el IPC-Congreso la inflación interanual a marzo de este año ascendió a 35,5%; y la inflación de marzo habría sido de 3,2%, con lo que el primer trimestre habría acumulado un alza de 11,6%.

La incertidumbre es el concepto predominante del momento junto a la latencia de próximos conflictos sociales

Después del brutal ajuste dispuesto por el Gobierno, sin haber pormenorizado todavía la magnitud de la herencia recibida (por ejemplo en el área económica hay desequilibrios muy pronunciados que el común de la gente no percibe como incide en su vida cotidiana y debiera explicársele; se habla de “quiebras” y no de responsables, no se detalló el incremento del gasto previsional producido por la incorporación de gente en sucesivas moratorias que no hizo nunca ningún aporte a la caja, y lo que ello significa, y significará para la ANSES).

Es menester recordar que el estado de frustración que genera un estado de desocupación prolongada, de no es incentivada por activistas sociales a fin de generar malhumor y agitación social para destruir la paz social, produce generalmente apatía, no violencia política.

3. Hipótesis psicosocial

a. Hipótesis psicosocial retenida con indicadores sociales comentados.

Desde la perspectiva del análisis de las Ciencias de la Conducta, se estima que se fue conformando en los últimos años en nuestro país el denominado “MODELO DE PRIVACIÓN CRECIENTE” existiendo en el mismo una mala distribución del Poder, de la Justicia y del bien común.

Este modelo implica que las expectativas de numerosos grupos sociales (bienes y nivel de calidad de vida que se creen capaces de obtener y conservar) permanecen estáticas, mientras sus capacidades para adquirirlas, han disminuido significativamente.

La actual situación económica es para muchos preocupante en virtud de que sus salarios están siendo devorados por una inflación creciente; por el impuesto a las ganancias que alcanzó a muchos que antes no lo pagaban, como así también el impuesto a los bienes personales que si bien no fueron actualizados, si fueron revaluadas las propiedades y los vehículos; por el incremento de la luz, la nafta, los remedios, los productos de la canasta familiar básica, las prepagas, y próximamente el transporte, el gas y nuevamente los combustibles, colocando a la sociedad en un estado de alerta y con un humos cambiante y creciente.

El mes próximo, abril, será impactado por el incremento tarifario e impositivo, junto a una inflación que no se detiene; muchas serán entonces las explicaciones sobre esa desesperante realidad, una por cada político o funcionario que hable. ¿Soluciones?, todas a futuro y en potencial… Agua y ajo sin anestesia, mientras la crisis moral sigue provocando conductas individuales y sociales anómicas, las cuales producen una pérdida de cohesión social y ausencias de normas morales apropiadas, situación especial para un proceso de agitación y discordia social.

Nuestra sociedad es hoy diversidad, contradicción, y conflicto.

Las costumbres, la cultura, las creencias, y las instituciones sociales que se encuentran orgánicamente entretejidas, están perdiendo estabilidad social al ser alcanzadas por cambios y/o reformas sociales que van alterando sus complejas relaciones.

El conjunto de factores económicos, sociales, culturales y psicológicos que están implícitos e interactúan en la actual desigualdad social,son los que potencialmente pueden llegar a generar malestar y violencia social de todo tipo.

La presencia de ideologías, mitos o ideas-fuerza que dieron justificación por más de doce años a la gestión del matrimonio Kirchner, que dejó al fin de su mandato una gran masa social sumida en la miseria, junto a una población superflua desprovista de todo derecho que sigue siendo mantenida en la ignorancia, sobreviviendo en “villas Gueto” en donde el alcoholismo, el consumo de drogas y la criminalidad, así como su población, aumenta exponencialmente son los indicadores más descriptivos de lo antedicho en el párrafo anterior.

Al respecto, es importante destacar que la simple existencia de privaciones no basta para generar conflictos; para que ellos se produzcan es necesario que el deterioro, claramente percibido, haga intolerable tales privaciones y que asimismo esté presente un mito susceptible de transformar la desesperanza, en un futuro cargado de esperanzas en la convicción de un triunfo final.

Por el contrario, el grado de desasosiego y descontento será menor si se logra conservar lo que se tiene.

En la actualidad, se estima que los grupos sociales están tendiendo a adaptar las expectativas a sus actuales capacidades adquisitivas y proyectan las primeras a mediano y largo plazo, mientras la brecha de ansiedad se va insinuando peligrosamente.

Téngase en cuenta que los cambios violentos se producen cuando a un período de estabilidad y/o de supuesto desarrollo económico, sobreviene un período considerado como de retroceso agudo. De allí que exista una relación estrecha entre una economía en proceso menguante y la probable violencia colectiva sobreviviente.

La relación de causalidad existente entre ambas variables señaladas anteriormente es hoy explotada por algunos grupos de presión (generadores de tensión social y malhumor) que pueden verse afectados negativamente por el cambio económico y político social que propone el actual presidente de la Nación Mauricio Macri. Al respecto, la generación de campañas de desinformación y/o difamación podrán producirse con la finalidad de hiperdramatizar la situación social y las perturbaciones que ésta pueda generar en las supuestas “conquistas económicas/sociales obtenidas” durante la gestión del FPV. En tal sentido es probable que se intente motivar a sectores de la población para que éstos justifiquen la futura violencia individual y colectiva que pueda generarse teniendo en cuenta los antecedentes de este sector de la política, y la gran cantidad de armas de distintos calibres que circulan en el mercado marginal.

NO DEBE DESCARTARSE QUE ALGUNOS ACTOS DE VIOLENCIA LIMITADOS PUEDAN TENER CONSECUENCIAS PSICOSOCIALES DESPROPORCIONADAS POR EL GRADO DE IMPACTO QUE LOGREN EN LOS DISTINTOS PÚBLICOS BLANCOS SELECCIONADOS, MERCED A LA ACCIÓN DE LOS DISTINTOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVA Y/O REDES SOCIALES.

En definitiva, las acciones que puedan ser promovidas desde los distintos grupos de resistencia provenientes de grupos de izquierda y del narco tráfico que asola el país, tendrán en lo inmediato efectos limitados que podrán ser exagerados en su difusión posterior (campañas de AS) por los distintos formadores de humor social. De allí la importancia de la manipulación de las imágenes.
En este aspecto no deberá descartarse la posibilidad de la irrupción de “profesionales” de la violencia para obtener mayores ventajas y explotar una de las características de nuestra clase media –considerada por quien esto escribe como una vulnerabilidad- que es su disposición EXTRAPUNITIVA (culpa a los demás de sus propias frustraciones).

Por experiencia personal advierto que las distintas campañas de AS de los grupos resistentes al cambio propuesto por el ingeniero Macri, están seleccionando a los estratos juveniles pertenecientes a las clases medias desclasadas y sectores juveniles pobres y desocupados en los que su estado de ansiedad los hace vulnerable a tal prédica.

Por el contrario, cuantitativamente hablando, el obrero manifiesta una tendencia al conformismo, una baja autoestima y ausencia de confianza para mejorar su suerte y la de su familia. Tal frustración genera una agresividad desplazada que ejerce sobre objetos y/o personas percibidas como débiles (esposa, hijos, etc.).

Es incuestionable que el estrato obrero anhela salir de su actual situación económica, pero por el momento opta por una conducta conformista.

Téngase presente que los estratos juveniles pertenecientes a las clases obreras y medias urbanas de nuestro país fueron adoctrinados e instigados a la violencia en las décadas del 60, del 70 y hasta en estos últimos 10 años.

Los valores económicos, la insatisfacción política, la corrupción y la inseguridad son los factores que en la actualidad concitan la preocupación de la población; los valores de participación política adquieren menor importancia, estimando la ciudadanía en general que la política se limita a una disputa por los cargos oficiales entre las élites políticas gubernamentales y no gubernamentales. De allí la probable distancia social existente entre el cuerpo social y sus élites políticas. En definitiva, la necesidad básica de seguridad (que incluye al valor económico) cobra prioridad en todos los sectores de nuestra sociedad, en donde lo que más interesa hoy es retener lo que se logró obtener
El sistema de salud, que debiera ser una respuesta social organizada para contribuir al cuidado y mantenimiento de la salud de la población como resultado de una armoniosa combinación de acciones públicas y privadas, atraviesa por una profunda crisis. 

Por último, el tema de la pobreza es agitado por algunos sectores y contraélites impulsados por motivaciones diversas. Al respecto, se intenta llevar al fenómeno de la pobreza a la categoría de problema social.

Algunos ideólogos y activistas están pensando que los sectores pobres deberían organizarse para promover un reordenamiento de las prioridades nacionales. Empero muchos críticos destacan que los pobres y las masas empobrecidas, constituyen hoy en la Argentina un grupo sumamente heterogéneo (jóvenes, ancianos, enfermos, etc.) resultando por tal razón, por el momento, una gestión harto difícil para poder obtener una identidad común inspiradora de la unidad grupal; por lo tanto, resulta altamente improbable, por el momento, que se logre promover una acción social generalizada.
Los sectores correspondientes a las clases medias y alta, son los que en la actualidad poseen los recursos y la experiencia de organización necesaria para preparar un movimiento que propugne un cambio social a través de la sublevación, la desobediencia civil, organización de las masas y campañas de Acción Psicológica para hostigar al Gobierno, pudiendo materializar las mismas en el momento en que el gobierno sea percibido como débil, confundido, o indeciso.

b. Temas de acción psicológica (que pueden elevar a una situación social puntual a la categoría de PROBLEMA social).

1) Percepción de la existencia de una generalizada corrupción administrativa.
2) Ineficacia del Poder Judicial en todos sus niveles.
3) Asociación estrecha entre el nivel de desempleo y pobreza generalizada y la política económica vigente.
4) Existencia de sectores sociales marginados de la democracia.
5) Actitud xenófoba respecto a los residentes legales e ilegales de países vecinos.
6) Inseguridad (robos, secuestros, asesinatos, etc.)
7) Desajustes en el sistema económico: crisis, desempleo, indicadores de pobreza y de privación relativa en alza, etc.
8) Desajustes ecológicos y sus problemas conexos: escases de vivienda, desarraigo, marginación social, proliferación de “villas miseria”, etc.
9) Desajustes transitorios por catástrofes: inundaciones, sequías, actividades volcánicas, erosión de suelos, etc.
10) Desajustes demográficos en la pirámide de edades y sus problemas conexos.
11) Desajustes en la opinión pública, ante la avalancha de denuncias de ilícitos y una política informativa mendaz, contradictoria y errática.
12) Delincuencia infanto-juvenil

4. Apreciación general

Sin crecimiento económico, un país empobrecido no tiene como salir de la pobreza y el nuestro, mantiene desde 2004 un nivel de productividad casi estanco, faltándonos tecnología y máquinas para producir más y mejor, y sobrándonos impuestos y burocracia.

Estamos atravesando una transición complicada con una economía con una infraestructura deficitaria en donde la fuerte caída de la masa salarial real, afecta fundamentalmente el poder adquisitivo del asalariado, contrayendo a su vez a la actividad economía.

De los temas de acción psicológica explorados retenemos, como factor de riesgo potencial para la seguridad interior y la imagen del actual gobierno, el posible empleo de activistas y/o de “desocupados políticos” de la reciente gestión del FPV por parte de grupos de tensión, formadores de mal humor social que, eludiendo la confrontación directa que supieron practicar en el pasado reciente por otras más sutiles, comiencen a “preparar” el terreno aprovechando la inmensa capacidad de infiltración, de penetración y de mimetización en las distintas estructuras del Estado que han tenido y tienen, para avanzar política e ideológicamente a fin de acumular fuerza primero, y formar a la OP después, manipulando (teatralizando) las distintas realidades psicosociales locales y/o regionales, para convertirlas en caminos de ida y vuelta, creando de ese modo condiciones que les permitirán retroalimentar el plan de AS en cierne, y manejar la realidad psicosocial de zapa, desgaste y desprestigio del actual gobierno en curso.

Se habla hoy de modificar la edad jubilatoria y el sistema de reparto, del cual se privatizaría una parte; se habla del alto costo laboral argentino… mientras se incrementa el desempleo, el trabajo informal, las tarifas de luz, gas, agua, teléfono, combustibles y transporte que deben afrontarse con el “salario viejo”

Se derrumba el empleo fundamentalmente en la industria de la construcción (madre de industrias) que comenzó el año 2016 con los peores resultados de la última década; el promedio de ocupación cayó un 4,5% frente a diciembre y del 5,5% contra el primer mes de 2015.
En el primer trimestre los bienes acumularon un alza de 11,2%, mientras en los servicios fue de 12,4%; en términos interanuales, ambos rubros subieron 37,1% y un 33,1%, respectivamente

Lamentablemente, por el momento, no hay ninguna señal de recuperación en los niveles de empleo (acumula en los últimos 3 meses un descenso del 13,6%), lo que explica también el nivel de estancamiento en los niveles del salario del sector

Golpeadas por un menor poder adquisitivo, las ventas en marzo, contra marzo de 2015, se redujeron un 5,8% (CAME), lo que permite suponer que, producto ese enfriamiento del consumo la inflación podrá bajar en el segundo semestre (¿recesión?)

Lo descripto hasta aquí permite presuponer que en breve no solo podrá aumentar la conflictividad social y la desconfianza en las instituciones políticas, sino también complicar la gobernabilidad del país

Fenómenos de marchas callejeras, concentraciones y tumultos, huelgas prolongadas y hasta atentados con armas y explosivos, podrán producirse aprovechando las vulnerabilidades preexistentes, fortaleciendo la convicción de que la inflación, la desocupación, la pobreza, la inseguridad y la corrupción, no podrán ser controladas por las autoridades de Cambiemos (PRO). En este aspecto, se considera importante evaluar cuales pueden ser los conglomerados urbanos que mayores vulnerabilidades presentan y cuáles son los grupos de tensión que habiendo sido desplazados por la actual política de Mauricio Macri, puedan estar en aptitud de construir un frente popular de resistencia y dotarlo de una dinámica reaccionaria que le permita ejercer la violencia con significativa intensidad para sembrar la duda y el escepticismo en relación a quienes hoy nos gobiernan (vacío de poder) y conseguir el apoyo de la ciudadanía con vistas a las próximas elecciones legislativas para recuperar los espacios políticos perdidos recientemente

5. Conclusiones

a. Los indicadores psicosociales están revelando que el país padece una situación de crisis economica-social muy profunda, en la cual el dinamismo vital y la capacidad funcional de la sociedad argentina se están reduciendo peligrosamente, no pudiendo el país responder con eficacia, a las exigencias de cambio que impone el actual nivel de civilización.
b. Los indicadores de la inteligencia psicosocial dinámica, es decir, recientes y actuales, permiten definir ciertos espacios ya vulnerados por la situación de crisis descripta que engloba a los factores de índole económico, político, social e institucional.
c. Como se comprueba a través de los indicadores específicos: pérdida de vigencia de la tradición, debilitamiento del sistema de valores derivados de la cultura idiosincrática, desactivación de los controles sociales, conducta social errática e imprevisible de los individuos, nuestra sociedad se ha tornado errática y anómica.
d. El desorden estructural (desorganización social) está quitando a la sociedad argentina condiciones para su afirmación, a la vez que la anomia generalizada, determina la disminución de la valía de las élites, mientras que los nuevos valores que emergen de las distintas capas sociales, no hallan su lugar funcional.
e. Semejante disgregación cultural se evidencia, sobre todo, en el hecho de coexistir tras generaciones que no comparten un común de valores. Cada una de dichas generaciones posee su propia percepción del descrédito de las instituciones, como así también el fracaso de las elites.
f. Los políticos son denostados sin diferenciar partido, haciéndolos responsables del deterioro de la calidad de vida de la sociedad. Este malestar, que en algunos casos ya se ha transformado en desprecio, afecta a los tres poderes del Estado como a sus instituciones por igual.
g. La marcada movilidad social descendente que padece la clase media argentina, se traduce en ansiedad, tensión, desorganización de las relaciones del grupo primario, junto a una manifiesta frustración y desasosiego.
h. Es esta clase media desclasada la que tiene viva y lúcida la conciencia de clase, la que comienza a dar signos de agresividad al igual que los desocupados. El estado de “insoportación” (neologismo de Flaubert) es evidente, en razón de que percibe con mayor intensidad la sensación de injusticia social, pudiéndose constituir en la clase social capaz de sublevar y organizar a las masas empobrecidas.
i. La situación social imperante impide superar los antagonismos de grupos sociales que se exacerban y descontrolan, convirtiéndose en fuerzas anárquicas de presión, las que acentúan el clima de disociación social y anomia.
j. Los indicadores prefiguran en el mediano plazo una situación límite provocada por la inercia de la desorganización social.
k. La “presión” de los sindicatos comenzará a profundizarse en las próximas discusiones paritarias dentro de las cuales estarán presente el impuesto a las ganancias y a los bienes personales (incluso en los gremios próximos al gobierno) lo que podrá provocar una ola de paros y movilizaciones en demanda de mejoras
l. En lo económico, la percepción general es la de un permanente esfuerzo laboral totalmente
estéril sea cual fuere la explicación o justificación que se le pretenda dar a la masa laboral, la que a pesar de tener un trabajo estable, su sueldo no le garantiza poder satisfacer sus necesidades básicas, viviendo debajo del nivel de pobreza (es la nueva clase social que está surgiendo, más conocida como “los trabajadores pobres”)
m. De mantenerse o acrecentarse el clímax psicosocial en ciertas áreas geosociales y de no mediar políticas distensivas, no deberá descartarse la irrupción de perturbaciones sociales. La intensidad de la violencia generada dependerá, en definitiva, de la influencia desarticuladora que posea la estabilidad económica percibida por amplios sectores de la población, que logre mermar la brecha de ansiedad existente.
n. Otra consecuencia que seguramente podrá afectar al vector político emergente, es que serán las nuevas figuras electas las primeras “víctimas” de una realidad social que rechaza como tabúes los compromisos políticos. Si a esta situación de por si problemática, le añadimos una movilidad social descendente en el entramado social de las clases medias (que incluyen al sector especializado obrero), la situación tenderá a agravarse por el desplome resultante que produce el llamado “DESCLASAMIENTO”, fenómeno este más peligroso para el orden establecido que el que puede generar un sector marginal de expectativas limitadas
o. La acción de líderes políticos, religiosos y algunos “agitadores” o activistas “RESISTENTES” bien instalados, encuentran en la actual situación social descripta una vulnerabilidad fácil de explotar a través del efecto demostración, para convertir los deseos de la gente en necesidades. En este sentido, los medios de comunicación masiva y las redes sociales podrán desempeñar un rol eficaz para potenciar la situación de privación y el “mal humor social”
p. Desde una perspectiva psicosocial, se advierte un ahondamiento de la brecha existente entre las aspiraciones, las promesas electorales y las realizaciones efectivamente percibidas por amplios sectores de la población. Dicha situación frustratoria se enmarca dentro de un contexto cultural que describe, en términos generales, la existencia de condiciones para la cristalización de una situación pre revolucionaria (cambio social)
q. Cambiemos está en condiciones de instalar nuevos criterios de excelencia en la política, no exentos de dificultades, debiendo definir con quienes acordará para llevarlos a la práctica y RECUPERAR, REIVINDICAR, y DEVOLVER el sentido más noble y legítimo de la actividad política, recuperando de esa forma la confianza de la ciudadanía en el rumbo elegido

6. Probable evolución

a. Para que nuestro país recupere el anhelado crecimiento sostenido, harán falta reformas económicas (que involucren seriamente al empresariado nacional y al extranjero en ese esfuerzo), institucionales (fundamentalmente en el área de la seguridad social y educación) y legales sustanciales
b. El Gobierno deberá imponer un orden social y lograr que la ciudadanía lo acepte y se subordine a ese orden, el que seguramente permitirá construir una argentina MODERNA, TECNIFICADA, CIENTIFICISTA, confiada en la calidad y capacidad de su capital humano y en la consolidación de sus Estados provinciales.
c. De no disponerse en lo inmediato de políticas distensivas exitosas para cambiar el humor social, no deberá descartarse la irrupción de perturbaciones sociales de distinta gravedad. La intensidad de la violencia producida o la no aparición de la misma, dependerá exclusivamente de la influencia desarticuladora que tengan las medidas que adopte el Gobierno para tal fin.

DEBEMOS TENER EN CUENTA QUE NOS ESTAMOS MOVIENDO SOBRE EL CRÁTER DE UN VOLCAN EN CUYO FONDO, LAS LENGUAS DE LAS LLAMAS QUE PUEDEN DEVORAR LA PAZ SOCIAL Y LA ESTABILIDAD DEL ORDEN, TOMAN DÍA A DÍA MÁS ALTURA…

Bella Vista, 30 de marzo de 2016

Hugo Cesar Renés

Desechar las convicciones - Por Alberto Medina Méndez


Parece que los principios ya no importan mucho a la hora de hacer política. Al menos eso es lo que surge al observar lo que hace la inmensa mayoría de los dirigentes cuando debe fijar posturas y brindar discursos en público.

Queda en el aire esa sensación de que las decisiones se toman en base a un conjunto de conveniencias circunstanciales, a un pactado intercambio de beneficios mutuos y siempre de la mano de ocultos acuerdos que la gente desconoce, no por azar, sino por expresa voluntad de los protagonistas.

La política sigue siendo una actividad de escaso prestigio. Las acciones poco transparentes de quienes la ejercen no ayudan demasiado. La gente percibe que los que hoy opinan de una manera, mañana pueden hacerlo de un modo diametralmente opuesto, sin siquiera sonrojarse.

Debe quedar en claro que cambiar de parecer no es un pecado. De hecho, puede ser el síntoma de una meritoria evolución y sinónimo de una gran honestidad intelectual. Cuando una visión sobre la realidad es cuestionada y los argumentos que sostienen esa crítica tienen suficiente sustento, pueden dar paso a una idea mucho mejor, superadora y con mayor fundamento. En esa circunstancia, ese gesto de reemplazar opiniones debe ser aplaudido.

Se requiere, para eso, de una colosal capacidad para dudar de lo que se ha dicho siempre y estar dispuesto a someter las propias miradas al complejo desafío de una interpelación constante frente a otras ideas, contrastándolas con nuevas perspectivas e interpretaciones diferentes y originales.

Lamentablemente, esto se verifica con mayor frecuencia en los ámbitos científicos y académicos, que en el mundo de la política, donde la hipocresía, la versatilidad y el cinismo parecen ser, no solo moneda corriente, sino una virtud en el desempeño de esa tarea.

Cuesta comprender la falta de escrúpulos de muchos dirigentes que con la misma potencia que sostenían hoy una visión, luego reniegan de ella. Vale la pena insistir en esto de que el problema no pasa por cambiar de posición frente a un tópico cualquiera, sino en la escasa dignidad para aclarar los motivos de esa revisión, que pudiendo ser genuina, se desacredita ya no por la eventual mutación, sino por la inocultable ausencia de explicaciones.

Mucha gente se indigna frente a este tipo de montajes burdos, excesivamente habituales en la política contemporánea. Pero no menos cierto es que estas mismas sociedades no han tenido la osadía suficiente para repudiar con determinación estas acciones que tanto critican por lo bajo. La queja aparece por poco tiempo, en el intercambio superficial entre amigos, pero luego se olvida rápidamente con preocupante displicencia.

Ya se sabe que lo que no tiene costo político para un dirigente, lo que no implica una caída en sus posibilidades futuras, termina convirtiéndose en un estímulo. Es bueno comprender que en países como estos, ese tipo de imposturas se reiteran hasta el cansancio, cíclicamente, justamente porque la sociedad las pasa por alto borrándolas de su registro.

Todo esto también ocurre como consecuencia de un premeditado proceso de vaciamiento ideológico que se ha vivido en las últimas décadas con mayor impulso, bajo el paraguas del endiosado pragmatismo.

Los partidos políticos que se han ocupado expresamente de hacer una apología de la flexibilidad de sus creencias han generado deliberadamente este fangoso terreno que les resulta muy cómodo porque pueden decir lo que sea sin costo alguno y cambiar de visión con total maniobrabilidad.

En los países más serios, con mayor gimnasia cívica, los partidos promueven un conjunto de ideas, se identifican con ciertos preceptos y la gente sabe que esperar de ellos frente a cada tema planteado. Sus posturas no son sorpresivas y el margen de ductilidad se utiliza solo para cuestiones instrumentales, pero no para abandonar los principios básicos.

Mientras se siga idolatrando a los pícaros, mientras se continúe con esta detestable práctica ciudadana de apoyar a personas despreciables, los resultados serán estos y habrá que soportar esta maldita inercia.

La política actual prioriza solo sus intereses. Hace acuerdos a espaldas de todos, canjea favores personales, ofrece ventajas sectoriales y privilegios de casta. Esa volubilidad le resulta tremendamente funcional y cuenta con la complicidad de una irresponsable ciudadanía que avala ese esquema porque prefiere no apegarse a una escala de valores tan inquebrantable.

Nadie ha "recuperado la capacidad de reflexionar, ni de decir lo que piensa". En todo caso, sería más apropiado reconocer que hoy resulta conveniente hacer esto, decir eso y borrar con el codo lo que se escribió con la mano. Es solo una muestra de la perversidad de un sistema, del descaro de una generación de políticos y de una sociedad que tiene mucho que replantearse, porque no solo ha votado a personajes como esos, sino que aprueba a diario, tal vez sin darse cuenta del todo, este tipo de conductas que no son aisladas, sino que forman parte de su inalterable escenografía.

Muchos repiten hasta el cansancio aquello de que "la política es el arte de lo posible", y utilizan esta frase para justificar su eterna adaptabilidad y sus ambiguas posiciones. Que estos episodios se hayan naturalizado más allá de lo deseable no los convierte, de modo alguno, en éticamente correctos.

El presente no es fruto de la causalidad. Buena parte de lo que sucede tiene que ver con lo que se hace mal y la clase política no es la excepción a la regla, sino en todo caso, una prueba irrefutable de la decadencia moral de una sociedad que, en su vida diaria, funciona de idéntico modo, con un doble estándar, reclamando a los demás un status moral que no se pide a sí misma. No solo la política hace siempre lo que más le conviene. Muchos individuos también han caído en la tentación de desechar las convicciones.

Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com


Le pregunto a nuestra señora de los ojos cubiertos - Por Hugo César Renés


Ahora que empezó a desperezarse, me permito preguntarle a nuestra JUSTICIA si pudo saber:

¿Quién se quedó con el dinero que se robaron de los fondos de la Presidente para su viaje a Medio Oriente ? (586.000 dólares!!! ).

Supongo que sabrá quiénes son los propietarios de las 1700 pistas clandestinas que hay en el país y quiénes son los que la utilizan mediante el apoyo de las FFAA y su red de radares para controlar el espacio aéreo??

Obviamente tendrán un profundo conocimiento de nuestras fronteras laxas que nadie controla, porque somos un verdadero colador para el trafico de drogas y armas… Alguna opinión al respecto tendrá o deberá tener.

Tendrá detectado e investigado al ex secretario Jaime y sus viajes a Venezuela. ¿Cuándo lo llamará a declarar? ¿y los negocios con la Venezuela del fallecido Chavez? ¿ y la desaparición del Fondo Fiduciario para garantizar el intercambio de 100 millones de dólares?

Sabrá nuestra señora de los ojos tapados quién cargó los 944 kilos de cocaína en la base de Morón y los 740 kilos de Cocaína que se encontraron en la Estancia del Diputado que el partido peronista defendió celosamente?

¿Habrá investigado a Marcelo Ferreyra?. ¿Habrá aclarado el tema del camión blindado y los policías muertos?. ¿Y el asalto al Banco ?, ¿y el robo de las cajas de seguridad ?, ¿y el tema los barrabravas contratados como fuerza de choque para reprimir disidentes?, ¿y el acoso brutal e invasión de la privacidad de los hijos de Ernestina Herrera de Noble en su guerra con los medios no adictos? ¿Y el 82 % móvil para los jubilados?; ¿y la inseguridad en la Provincia de Buenos Aires ? ¿Y el tren bala ?... ¿Y los 20.000 millones de inversiones chinas? ¿ y los trenes que se compraron a España y Portugal que se siguen oxidando en Tucumán y/o en los Talleres de Buenos Aires?. ¿Y la empresa aérea estatal que nunca voló (supo tener más de trescientos funcionarios, pilotos y azafatas pero nunca tuvo aviones?

¿Habrá tomado debida cuenta de los numerosos fallos de la Justicia que el gobierno del FPV no obedeció? ¿y que hizo entonces ¿Y la gran mentira del INDEC que nos quiso vender que no teníamos inflación, ni pobres?

Obviamente podrá explicarnos que pasó en Skanska y quienes fueron los responsables, y los Millones del Anses que se "gastaron (no se invirtieron)" en fútbol para todos"? Y el resto de los dineros del Anses que se "gastan y no se recuperan " para los reales destinatarios los Jubilados"?

Señora de los ojos cubiertos, ¿podrá explicarme qué pasó con la valija de Antonini Wilson y la bolsita de Felisa Miceli con $$ y dólares que se olvidó en el baño del ministerio de economía?; ¿ y la función de Felisa como Auditora de los fondos oficiales destinados a Madres de Plaza de Mayo? ¿y los cheques sin fondo firmados por estas abuelas? .

¿Qué pasó con Julio Cesar López ? ¿Y la muerte de la mujer del hijo de Moyano? ¿Y los casinos de Cristóbal López? ¿Y el rey de la efedrina?; ¿y los colombianos muertos en el shopping, quiénes fueron los responsables? Y los fondos de la provincia de Santa Cruz depositados en el exterior y sus intereses? ¿Y los sobreprecios que se pagan por Obras Públicas hechas a los empresarios amigos?; ¿Y las absolutamente extraordinarias rentas, muchísimo más de lo que le pagan a Ud. o a mí, que perciben los Kirchner por el alquiler de sus numerosas propiedades (alquiladas a firmas contratistas del Estado) y sus plazos fijos bancarios, en bancos estatales, a tasas diez veces superiores que al resto de los mortales?

Podrá explicar la JUSTICIA la responsabilidad de los Schocklender (su Ferrari, sus yates ) y de Hebe Bonafini, en el programa “Sueños compartidos” y sus casitas incompletas de telgopor que nos costaron más que una mansión en zona Norte y nadie puede explicar donde están ni cuántas son?

¿Y los subsidios de la Oncca a empresas truchas ? ¿y el incendio en las oficinas del Dr. Oyarbide? ¿Y la desaparición o robo de los archivos incriminatorios en poder de la Dra. Ocaña, ex Ministra de Salud de la Nación, que probaban las maniobras de las mafias de los medicamentos con las Obras Sociales Sindicales?

…Y mis dudas siguen señora, igual que mi desconocimiento

En azul y blanco, 
Hugo Cesar Renes

Rosario: Comienza Fábrica de Ideas 2016



Ya se encuentra abierta la inscripción para aquellos jóvenes interesados en participar de Fábrica de Ideas, un espacio grupal de intercambio, reflexión y producción con chicos y chicas con ganas de compartir visiones acerca de la participación político cultural y sus realidades más cercanas.

Fábrica de Ideas es un espacio de encuentro semanal para jóvenes que se desarrolla anualmente en el Museo de la Memoria de Rosario y que busca promover instancias de reflexión sobre la participación político cultural juvenil, el intercambio y la convivencia entre jóvenes provenientes de diferentes realidades y la producción colectiva de conocimiento sobre problemáticas de vulneración de derechos en el presente, en articulación con la memoria histórica de violaciones a los derechos humanos. 

Se propone el desarrollo de una investigación y de acciones a futuro, que toman cuerpo en una producción colectiva expresiva, plasmada en algún soporte creativo (audiovisual, plástico, sonoro, corporal, entre otros). El material se distribuye y se presenta en encuentros con otros grupos de jóvenes del resto de la región y el país. 

El ciclo 2016 tendrá inicio el martes 5 de abril a las 18.30 h en el Museo de la Memoria (Córdoba 2019).

Informes e inscripción: jovenesymemoria@rosario.gov.ar; 4802060, interno 210.

La codicia como sinónimo de ineptitud - Por Alberto Medina Méndez



La codicia como sinónimo de ineptitud.

Cuando se trabaja con esmero, se pueden lograr brillantes resultados. El corolario de la tarea bien hecha, de la capacidad de resolver los problemas de la sociedad en el marco de un mercado competitivo, de satisfacer necesidades de un modo óptimo, muchas veces permite generar riquezas.

En cambio, en el ámbito estatal, el único modo de acumular mucho dinero es apelando a la corrupción. Los salarios en el sector público pueden ser inclusive elevados, según la posición que se ocupe, pero jamás se comparan con las significativas ganancias que se pueden lograr en el sector privado.

Sin embargo, en estos países, en el ranking de hombres más acaudalados, invariablemente aparecen dirigentes políticos que ostentan fortunas sin ningún pudor. No es necesario abrir una investigación judicial para darse cuenta de que esos dineros se han logrado recurriendo a negocios espurios.

Nadie puede acumular tantos recursos, en un cargo público con su salario formal. A lo sumo, siendo austero y administrándose muy bien, puede llevar adelante una vida acomodada pero jamás tan ampulosa como la que se le conocen a tantos personajes siniestros por estas latitudes.

La mayoría de los analistas intentan explicar el flagelo de la corrupción enfocándose en sus causas y consecuencias, pero tal vez valga la pena detenerse un poco en comprender como funcionan sus protagonistas.

Es posible entender, aun sin compartir sus criterios, la actitud de algunos que creen que su llegada a las oficinas públicas se constituye en su gran oportunidad para hacerse ricos. Ellos toman esa ocasión como la gran chance para salvarse. Saben que esa circunstancia durará poco tiempo y que si hacen negociados pueden cambiar su situación actual para siempre.

Es evidente que no tienen escrúpulo alguno y que les importa muy poco su eventual desprestigio personal. Algunos apuestan a pasar desapercibidos y que nunca nadie registre sus andanzas, pero su destreza para el disimulo es invariablemente efímera. Tarde o temprano terminan desplegando un patrimonio que jamás podrán justificar.

Indudablemente, su descredito no los incomoda tanto. En su escala de valores disponer de dinero es más relevante que su propia honra. Los tiene sin cuidado lo que opine la sociedad sobre ellos, ni siquiera lo que sus amigos y familiares piensen o la indigna herencia que le dejarán a sus hijos.

Una arista que no se analiza con suficiente profundidad es la otra cara de esa actitud lamentablemente tan cotidiana, de ir por lo ajeno sin pudor alguno, de quedarse con el fruto del esfuerzo de otros, y hacerlo con el descaro y la impunidad que tantas veces se ejercita sin recato.

Ese corrupto que utiliza su poder circunstancial en el Estado, para apropiarse del dinero que no le corresponde, no solo es un delincuente que infringe leyes y un inmoral por su ausencia de principios éticos.

Este individuo, es un incapaz, alguien que no dispone de ninguna habilidad, ni talento, para generar una riqueza legítima y bien merecida. Su valoración sobre sí mismo es muy limitada, casi nula. El no se cree apto. Sabe que no podrá desarrollarse por sus propios medios y el único camino que le queda para lograr su meta es saquear, sin contemplaciones, a los ciudadanos.

Ni siquiera tiene el coraje de los malhechores que le quitan todo a la gente a cara descubierta. El corrupto es un ser mucho más despreciable aún, porque además de sus burdas acciones diarias, es un cínico sin límites porque habla de la corrupción, como si él no fuera parte esencial de ella. Utiliza palabras como "honestidad" y "transparencia" en su lenguaje habitual, y lo hace a sabiendas de su real comportamiento, lo que lo convierte en un personaje mucho más repugnante.

La corrupción es un fenómeno aberrante, pocas veces combatido con inteligencia. La sociedad supone que solo se trata de elegir a los honestos, sin comprender el complejo entramado estructural que ha sido pergeñado por algunos para que cualquier energúmeno ignorante se aproveche de esas enormes grietas instaladas deliberadamente en el sistema.

Se podrán minimizar los hechos como estos, pero no se eliminarán de raíz hasta que no se logre desmontar el desmesurado tamaño del Estado, la eterna discrecionalidad de sus decisiones y su sombrío accionar.

En ese contexto, seguirán desfilando nefastos personajes por la vida política, sin distinción ideológica ni partidaria. Pero es trascendente entender que los corruptos, no solo son detestables sujetos que se apoderan de lo impropio con absoluta hipocresía, delincuentes de guantes blancos que se aprovechan de la gente, sino también personas que no valen la pena, que no tienen ninguna aptitud y cuya autoestima está por el suelo.

Ellos han elegido voluntariamente el camino del mal, el más humillante de los senderos. Legarán a sus hijos una inmensa fortuna a cambio de que convivan con la pesada carga de sus apellidos. Su patrimonio es la prueba más irrefutable de su absoluta impericia. Ellos solo pueden obtener dinero robando. Jamás podrán ufanarse de haber construido un imperio genuino, ni sentirse orgullosos de su esfuerzo. Es probable que no tengan remordimientos, ni se arrepientan nunca, pero la sociedad jamás los respetará, ni les dará reconocimiento. Su codicia es sinónimo de ineptitud.

Alberto Medina Méndez
albertomedinamendez@gmail.com

Patriotismo fuera de lugar - Por Samuel Auerbach



Patriotismo fuera de lugar

Cuando una ciudad es objeto de un atentado terrorista y el número de víctimas es importante, el mundo afín se solidariza adoptando el nombre de ese lugar. Es así como inmediatamente después del atentado en Bélgica se oyó la frase coreada por muchos “Yo soy Bruselas”. Lo mismo sucedió después del acto terrorista de París. Después que asesinaron al fiscal judío argentino Alberto Nissman, la gente que lo estimaba salió a la calle portando pancartas con la leyenda “Yo soy Nissman”.

Con la intención de que estos atentados no se olviden con facilidad, redacté un artículo al que titulé “Todos los días tenemos que ser París o Bruselas”. La reacción contra ese título no tardó en llegar. Algunos israelíes replicaron con otra frase que decía “Todos los días yo soy Israel”, para manifestar con patriotismo su oposición a ser solidarios con el dolor de países que no se inmutan cuando Israel es sacudido con un sangriento atentado terrorista. El rencor se sobrepone al sentimiento de solidaridad. Yo diría patriotismo exagerado y fuera de lugar. Se asemeja más a una exteriorización de venganza.

¿Una bomba que estalla en EEUU nos debe doler más que una bomba en Bruselas? ¿El dolor será mayor si es que entre las víctimas hay israelíes? Ridículo. En todos los casos caen humanos inocentes. Mayormente las víctimas son niños, mujeres y ancianos que nada tienen que ver con la política. El terrorismo no hace distinción. Desparrama en forma indiscriminada la muerte en represalia, o simplemente para llamar la atención.

Mi punto de vista es otro. A mi me duele ver a inocentes seres humanos sangrando y llorando, sin importarme en qué país se encuentran, sin importarme si son franceses o belgas; si son negros, blancos o amarillos; cristianos, mahometanos o judíos. Inclusive sufro enormemente cuando veo a un niño tendido en el suelo portando un puñal, aunque ha sido herido o muerto en defensa propia. Aunque yo justifique que lo hayan abatido, me duele verlo caído, porque es una pobre criatura que fanáticos terroristas le enfermaron la mente cuando aún no tenía uso de razón. Me duele ver a inocentes huyendo de la barbarie, familias que mueren por hambre o enfermos sin atención. Me duele ver el dolor ajeno, aún si el que sufre es un indefenso animal.

Insisto, todos los días tenemos que ser París, Bruselas, o Jerusalem, o cualquier otra ciudad, para no olvidar tan pronto el injusto dolor allí producido, y poder así mantener intactos los esfuerzos tendientes a encontrar una solución. Y como ya lo dije varias veces, ¡ojalá nunca tengamos que ser Israel o cualquier otro lugar del mundo, por los mismos motivos por los cuales somos París o Bruselas!

Samuel Auerbach
Natanya, Israel.

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