SOBRE: La fábrica de mitos
Compatriota, Los políticos latinoamericanos y principalmente quienes hoy conducen la Argentina, fueron impactados por las revoluciones rusa de 1917, china de 1949 y cubana de 1959, y por sus ideólogos, especialmente Lenin y PARTICULARMENTE LA DOCTRINA DEL CENTRALISMO DEMOCRÁTICO contenida en su libro ¿QUÉ HACER?, con apego a la cual se fundaron muchos partidos políticos sudamericanos de estructuras organizativas fuertemente centralizadas y piramidales con OBJETIVOS Y METAS idénticas, desde México a la Patagonia, instaurando Estados federales de poder centralizado (EFC)
La nueva dirigencia política conquistó el poder utilizando partidos políticos que ofrecían "ideas e instituciones de sentido común" (democracia, voto universal directo, libre y secreto, asistencialismo y desarrollo económico, etc) quienes una vez en el poder fortalecieron su dominio a través de cogollos autoritarios de precaria democracia interna y financiación clandestina ecléctica que se dividen por diferencias de criterios tácticos y estratégicos PERO NUNCA POR DIFERENCIAS DE PRINCIPIOS POLÍTICOS.
Con tales maquinarias instauraron inicialmente "hegemonías" socialistas light, (tiranías blandas legales que imaginaronn eternas)
Todas estas hegemonías funcionan hoy como democracias representativas de partidos políticos (estadio más inferior de la democracia, consagradas en constituciones en las cuales se consignan los modelos antes señalados, con los cuales implementaron políticas populistas, económicas, de asistencia social, educativas, elecciones más o menos transparentes (más menos que más) y una corrupción administrativa creciente que los va llevando al colapso.
La nueva oligarquía política argentina se aferró a ese ESTADO FEDERAL DE PODER CENTRALIZADO -EFC- populista, presidencialista, corrompido y NOMINALMENTE federal pero absolutamente incapaz de generar riqueza (para el Estado), frenar la dilapidación estatal y evitar la crisis por si misma.
En la presente realidad, las provincias y municipios carecen de atribuciones y de los recursos constitucionales necesarios para afrontar su propio desarrollo, viéndose obligados a ESPERARLO TODO de la "rosada".
...Y no es que los políticos no sepan que el modelo de EFC está ya obsoleto, sino que no quieren sustituirlo por un Estado Federal de poder DESCENTRALIZADO, porque significaría la pérdida de casi todos los poderes que hoy tienen.
HOY, NUESTRO ESTADO FEDERAL DE PODER CENTRALIZADO -EFC- PRESCRIBE UN GOBIERNO DE PODER ILIMITADO CENTRALIZADO EN LA JEFA DE ESTADO (TIPO REY, EMIR, DUCE, AYATOLA, ETC.)
Sus características básicas son:
Centralización del poder en una pirámide vertical, cuya cúspide actualmente es la jefa de Estado, su PP y muy pocas manos más (ejemplo: EFC monárquico, absolutista; EFC fundamentalista islámico; EFC nazi fascista; EFC anarquista; EFC comunista o dictadura del proletariado; EFC socialdemócrata, y últimamente, el EFC neocomunista o socialismo Siglo XXI).
Todos los EFC tienen generalmente una "vida útil" buena y virtuosa durante un lapso definido, después del cual, se agota, se corrompe de manera irreversible y jamás retorna a ser virtuoso; por ende, NO SON SOSTENIBLES EN EL TIEMPO.
En mi última descripción psicosocial argentina ("Carta abierta a potenciales electores) traté de describir nuestra realidad, en la cual la Iglesia (el Papa) se acerca al pueblo, a los más humildes (aplicando la TEOLOGÍA de los Pobres) pero eso no indica que la Iglesia se este acercando al pueblo, ni mucho menos que Jesús esté llegando al corazón de cada persona que ve, oye, y acompaña al Papa...
El Papa Francisco, ciertamente culto y "renovador", podría ser mucho más fenomenal si incorporara la POLITOLOGÍA BÍBLICA a la Doctrina Social de la Iglesia, SENCILLAMENTE PORQUE ESTÁ EN LA BIBLIA, ES VOLUNTAD EXPRESA DE DIOS PARA QUE SE ORGANICEN Y GOBIERNEN TODOS LOS PAÍSES DEL MUNDO... ESE SISTEMA SE LLAMA ESTADO FEDERAL DE PODER DESCENTRALIZADA (EFD) Y ES UNO DE LOS TRES COMPONENTES DE LA POLITOLOGÍA BÍBLICA, TEOLOGÍA POLÍTICA O CIENCIA SOCIAL DE DIOS. Está en la Biblia, no lo inventé yo,
Un abrazo, Hugo Cesar Renés
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