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Hablando a Calzón quitado - por Alberto R Pringles



Alberto R. Pringles
Los Ángeles, California
Alberto.Pringles@Argentinisima.US

No puedo negar que de vez en cuando me asquea leer alguno que otro artículo que me llega de gente resentida, amargada y que transcurre su vida con un odio profundo, psicopático hacia alguien, hacia algunos o hacia todos!

No hay… nada que les venga bien! El grueso de la ciudadanía acepta la realidad de los vaivenes políticos que nos brindan los sistemas democráticos como lo es el de Argentina! “Y, al perder, dirán: “bueno… será la próxima vez…!” Y a otra cosa! 

Así nos decimos en la derrota! Y de aquí en el intercambio que hacemos vía Internet he conocido a varios con ideas extremistas, fanáticas. Y en el fondo “clasistas” y “racistas”, lo que los destaca y que es el fondo de la cuestión! Pero es un racismo de gente estúpida, que por alguna razón creen o pretenden ser “mejores” o “distintos” que el grueso de la comunidad argentina pero nunca supe en que está basado todo ello.

Algunos creen que por el solo hecho de ser descendientes de europeos los pone más alto en el “ranking” que aquellos que no lo son!

En serio? Tal vez sería lindo que lean a Arturo Jauretche en El-Medio-Pelo-en-la-Sociedad-Argentina (aquí un Link, gentileza de un Peronista-Peronista, para que lo lean gratuitamente y se ilustren) y allí toca justamente ese tema y concluye que la gente de raíces criollas esta apenitas un punto debajo en el ranking de los de descendencia italiana y española y estos a su vez están en “el fondo del tarro en Europa”! Me recuerda que “alguien”, muy conocida aquí en el Internet, al yo nombrar el racismo en Italia, saltó a gritar su “racismo”: “yo no soy del sur de Italia, soy de Milán!” Lo que le faltó decir el por qué abundan por allí al Norte de Italia las personas de origen nórdico! Bueno, hay que leer la historia del Imperio Romano cuando fueron atacados por las tribus germánicas bárbaras que sometieron y dominaron al Imperio. Y claro, las mujeres italianas fueron de una atención especial a los rudos bárbaros rubios! Y de allí descienden todos! SÍ?

Claro todos estos racistas y enfermos mentales no podían tolerar que la “chusma criolla y peronista” escalara posiciones sociales durante el peronismo! “¿Cómo estos cabecitas negras ahora van a Mar del Plata y van al teatro y visten bien?“."¡No puede ser”! - decían.

Mar del Plata antes de Perón era un ciudad “exclusiva”, algo así como Punta del Este, para gente de más altos recursos! Durante el peronismo se llenó y sigue llena de hoteles gremiales! Allí iban todos y de todos los niveles Y, claro, al “Medio Pelo” argentino le dio “de la patada” (como dicen los mexicanos) y jamás le “perdonaron a Perón semejante “ultraje”! 

Pasé 15 días “gratis” cuando era chico en los nuevos y lujosos hospedajes de Chapadmalal, merced a la gentileza de la Fundacion Eva Perón. ¡Gracias Evita!

“En Argentina los únicos privilegiados son los niños”! - decían Perón y Evita. ¡Fue absolutamente cierto!

Yo fuí el Rey de mi país, Argentina y millones de otros chicos sentían lo mismo. Éramos muy especiales.

Pero estos “Medio Pelo”, que al igual que la bosta de paloma ni para guano sirven, debieron “tragárse” esta ofensa. Y fueron por ello acumulando un odio feroz, obtuso y psicopático contra los “culpables” de todo ello. ¿Y quiénes eran?: ¡Perón y Evita!

Pero a su vez el pueblo de la nación cada vez más apreciaba y apoyaba lo que estaban viviendo!

Pero ya no hubo manera de volver atrás y la chorrera de autos que actualmente van hacia la costa atlántica, lo que se produce asiduamente, es una consecuencia de todo aquello. ¡De aquella magnifica era de Perón y de Evita!

Y no creo que la mayoría que viajan sean rubios con ojos celestes, ¿sí?. Gracias, Papito Perón, por convertir Argentina en una nación para “todos los argentinos” y no para una oligarquía minoritaria.

Por todo ello en las urnas estos golpistas gorilas jamás podrían ganar. ¡El golpe era el único medio!

Y los conozco a todos los del “Medio Pelo” de aquí en el Internet, desde el famoso y el más cobarde “eunuco” que jamás mostró su cara y se esconde detrás del seudónimo de “GM”, o “GMartu”, etc. Y luego siguen Pia, y otros tanto a los cuales nombro como “La Jauría Gorila”.

Pero de vez en cuando aparece alguna “sorpresita”, un “tapado” que tímidamente muestra sus pezuñas gorilas. Y en este caso se llama Jorge Wilde.

¡Salute! Para colmo lleva el apellido ilustre del gran dramaturgo irlandés Oscar Wilde, autor entre otras obra de “El retrato de Dorian Gray” y que era muy famoso por su alto nivel de inteligencia!

Bueno, algo paso con el ADN porque este Jorge Wilde criollo no se distingue precisamente por esa capacidad.

Narra a su antojo, trayendo a colación expresiones dichas por Perón (o que según él “dijera”) y por ello con su clara mentalidad “gorila” deja entender que Perón era un extremista que fomentaba la violencia sin límite.

¿“Violencia”? ¿Y para qué quería Perón la violencia si en las urnas si el apoyo ciudadano hacia él era cada vez más notorio?

De lo que no se puede criticar a Perón es falta de capacidad y olfato político. ¡Era un estadista y político brillante!

Perón, fue derrocado por un golpe de estado criminal e infame en 1955 que destrozó los grandes progresos obtenido por el gobierno peronista y persiguió y o fusiló a docenas de peronistas como si fuesen perros en los basurales de Jose León Suárez. ¿Se acuerda de eso, Wilde? ¡Yo sí! ¡Tampoco yo soy un “pibe”.

Y yo lo viví en carne propia en Córdoba el 17 de Septiembre de 1955. Estando en la Fuerza Aérea, escapé de ser fusilado por pura suerte al negarme a derribar con un cañón antiaéreo a mi cargo a 2 bombarderos Avro Lincoln de Villa Mercedes leales a Perón que venían a bombardear a las fuerzas de Lonardi y otros canallas y traidores por el estilo. Por ejemplo Isaac Rojas, quien recibiera la Medalla Peronista, si la memoria no me falla, de manos de Jose Espejo Secretario de la CGT!

Busque mi historia (está en el Internet) y vea los cojones que yo tenía con solo 19 años. Y, si no, se la mando sin problemas!

Es cierto. Perón dijo: “Al enemigo, ni justicia siquiera!”
Y también dijo: “Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de ellos”. (31-8-55).-
Estoy totalmente de acuerdo con esas expresiones de Perón que fueron hechas en momentos de ataques y asesinatos brutales y masivos contra la Nación y contra un gobierno legítimo y Usted, Wilde, cobardemente ignora esos “detalles”.

¿Cuántos golpes de estado sufrió Perón? ¡Muchos! ¡Y cada vez más crueles!
¿Y qué hacia Perón? Se enojaba, “decía” cosas muy fuertes pero en definitiva qué “HACÏA”? Nada!
Sólo llamaba a la cordura y respeto a la Justicia y a la Constitución. ¡Siempre fue así! ¡Siempre trataba de evitar derrame de sangre!

¿Cuántas veces perdonó Perón al General Benjamín Menéndez, por ejemplo? ¡Infinidad de veces! ¿Y qué hacía éste? ¡Hacia otro golpe!

Perón debió haberlo fusilado “legítimamente” como se lo pedían todos. El pueblo lo demandaba y Perón nos apaciguaba.

Luego vino el 16 de Junio de 1955 en donde la insana criminalidad y la cobardía clásica de la Armada Argentina, con su patriarca y símbolo el Capitán Rosales, que abandonó el barco que se hundía antes que su tripulación. Igual que durante la guerra de Malvinas, cuando corrieron a esconderse en el primer puerto que encontraron dejando varado a medio Ejército Argentino sin armamento ni provisiones algunas y sin por ello poder entrar en combate. Y dejando a la Fuerza Aérea con esa carga que cumplió a pleno, admirando al mundo con su valor y destreza. 

Esa canalla cobarde de la Armada atacó bombardeando una demostración pacífica en Plaza de Mayo asesinando a 350 argentinos indefensos y dejando a otros 2.000 sin piernas y/o brazos. Y si en ese momento Perón hubiera dicho “Hay que matarlos a todos”, tenía razón. “¡Ni Justicia, siquiera!"
Por ello fue justificado el ataque de la muchedumbre a las Iglesias dado que ella fue parte integrante del complot. Fueron parte de estos asesinatos.

Y toda esa canalla huyó al Uruguay, que era un centro Gorila, y luego del golpe de 1955 fueron reincorporados y formaron parte del gobierno de Lonardi, Aramburu y Rojas. Y Usted, Wilde, ¿no sabía todo eso? Era un gobierno de asesinos y cobardes. Y Usted, Wilde ¿está realmente en bolas! ¿Sí?

Ciertamente Usted, Wilde, debiera cambiarse el apellido. Le queda grande. Porque se dedica a hurgar boludeces en vez de ir a lo profundo.

Usted, al parecer, no ve el Aconcagua porque está detrás de una planta de perejil. ¿Y Usted se llama “Wilde”?

Como “Peronista-Peronista” que soy, me tocó “vivir” esa magnífica era de avances notorios de nuestro país.
No, no me lo contaron. ¡Lo “Viví”!

No hace falta que me fije que Usted forma parte de la lista predilecta que envía Pia, es decir de ultra gorilas golpistas. Es decir Ustedes son los mismos excrementos que los Montoneros, ERP, y otras bostas terroristas criollos. ¡Son lo mismo! Como diría Perón: “son como un mimbre: lo toman de las puntas, lo dobla y sus extremos se tocan” Son la misma m….da con diferente aroma.

Perón jamás mató ni mandó matar a nadie.
¿Fue su gobierno “imperfecto”? ¡Seguramente! ¡No conozco gobierno alguno perfecto!
Perón fue el Presidente más legítimo y más admirado de la Historia Argentina. ¡Fue único!

Pero le daré algo para que se nutra y entienda, y aclare su amnesia.
Aquí la carta integra del discurso que dijo Perón el 31 de agosto de 1955 donde dijera la frase “Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de ellos” ¡Es una pena que Perón no lo llevo a cabo!
Y hubiese sido lo más justo. Era terrorismo a la Nación. Era traición a la Patria.
Correspondía la pena de muerte. Lo dice claramente el Código de Justicia Militar de aquella época.
Y Perón se negó a aplicarlo. La Nación Argentina más que el mismo Perón pagó muy caro por ello!

Lo mismo ocurre aquí en EE.UU. : a los actos de terrorismo se los juzga con una Ley especial y Federal.
El culpable de poner las bombas en la Maratón de Boston seguramente morirá en una silla eléctrica o con una inyección letal.
Y me parece muy justo y muy apropiado y por demás muy merecido. ¡Y lo mismo hubiese sido en lo golpes contra Perón!

Perón aquí titubeo y le costó otro golpe de estado un mes más tarde con el que cayó su gobierno.
Perón, a mi juicio, se equivocó. Fue demasiado magnánimo.
Y esas bestias no merecían ese trato demasiado civilizado.
Pero no fue derrotado. Su Jefe de Ejército, General Lucero, le aseguraba que sus fuerzas leales eran superiores a la de los golpistas.
Pero Perón no quería más derramamientos de sangre entre argentinos y renunció.

18 años más tarde, la dictadura de Lanusse fue a pedirle que retornara de España. Y volvió con todos los honores y le pagaron todos salarios atrasados, penalidades, etc.

Y el Pueblo de la Nación nuevamente lo eligió como su máximo Líder. ¡Lástima que ya estaba muy anciano!

Wilde, tal cual decía al principio: ¡Usted me da mucha pena!

Alberto R. Pringles
Los Ángeles, California
Alberto.Pringles@Argentinisima.US

Discurso del 31 de agosto de 1955
Perón Juan Domingo
(Transcripción completa y literal)

Compañeras y compañeros:
He querido llegar hasta este balcón, ya para nosotros tan memorable, para dirigirles la palabra en un momento de la vida pública y de mi vida, tan trascendental y tan importante, porque quiero de viva voz llegar al corazón de cada uno de los argentinos que me escuchan.
Nosotros representamos un movimiento nacional cuyos objetivos son bien claros y cuyas acciones son bien determinadas, y nadie, honestamente, podrá afirmar con fundamento que tenemos intenciones o designios inconfesables.
Hace poco tiempo esta plaza de Mayo ha sido testigo de una infamia más de los enemigos del pueblo. Doscientos inocentes han pagado con su vida la situación de esa infamia. Todavía nuestra inmensa paciencia y nuestra extraordinaria tolerancia, hicieron que no solamente silenciáramos tan tremenda afrenta al pueblo y a la nacionalidad, sino que nos mordiéramos y tomáramos una actitud pacífica y tranquila frente a esa infamia. Esos doscientos cadáveres destrozados fueron un holocausto más que el pueblo ofreció a la patria. Pero esperábamos ser comprendidos, aun por los traidores, ofreciendo nuestro perdón a esa traición. Pero se ha visto que hay gente que ni aún reconoce los gestos y la grandeza de los demás.

Después de producidos esos hechos hemos ofrecido a los propios victimarios nuestra mano y nuestra paz. Hemos ofrecido una posibilidad de que esos hombres se reconcilien con su propia conciencia.
¿Cuál ha sido su respuesta? Hemos vivido dos meses en una tregua que ellos han roto con actos violentos, aunque esporádicos e inoperantes. Pero ello demuestra su voluntad criminal. Han contestado los dirigentes políticos con discursos tan superficiales como insolentes. Los instigadores, con su hipocresía de siempre, sus rumores y sus panfletos. Y los ejecutores, tiroteando a los pobres vigilantes en las calles.

La contestación para nosotros es bien clara: no quieren la pacificación que le hemos ofrecido. De esto surge una conclusión bien clara: quedan solamente dos caminos: para el gobierno, una represión ajustada a los procedimientos subversivos, y para el pueblo, una acción y una lucha que condigan con la violencia a que quieren llevarlo.

Por eso, yo contesto a esta presencia popular con las mismas palabras del 45: a la violencia le hemos de contestar con una violencia mayor. Con nuestra tolerancia exagerada nos hemos ganado el derecho de reprimirlos violentamente. Y desde ya, establecemos como una conducta permanente para nuestro movimiento: aquel que en cualquier lugar intente alterar el orden en contra de las autoridades constituidas, o en contra de la ley o de la Constitución, puede ser muerto por cualquier argentino.
Esta conducta que ha de seguir todo peronista no solamente va dirigida contra los que ejecutan, sino también contra los que conspiren o inciten. (Ergo, la iglesia, los radicales, etc.)

Hemos de restablecer la tranquilidad, entre el gobierno, sus instituciones y el pueblo por la acción del gobierno, de las instituciones y del pueblo mismo. La consigna para todo peronista, esté aislado o dentro de una organización, es contestar a una acción violenta con otra más violenta. Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de los de ellos.

Compañeras y compañeros: hemos dado suficientes pruebas de nuestra prudencia. Daremos ahora suficientes pruebas de nuestra energía. Que cada uno sepa que donde esté un peronista estará una trinchera que defienda los derechos de un pueblo. Y que sepan, también, que hemos de defender los derechos y las conquistas del pueblo argentino, aunque tengamos que terminar con todos ellos.
Compañeros: quiero terminar estas palabras recordando a todos ustedes y a todo el pueblo argentino que el dilema es bien claro: o luchamos y vencemos para consolidar las conquistas alcanzadas, o la oligarquía las va a destrozar al final.

Ellos buscarán diversos pretextos. Habrá razones de libertad de justicia, de religión, o de cualquier otra cosa, que ellos pondrán como escudo para alcanzar los objetivos que persiguen. Pero una sola cosa es lo que ellos buscan: retroceder la situación a 1943.

Para que ello no suceda estaremos todos nosotros para oponer a la infamia, a la insidia y a la traición de sus voluntades nuestros pechos y nuestras voluntades.

Hemos ofrecido la paz. No la han querido. Ahora, hemos de ofrecerles la lucha, y ellos saben que cuando nosotros nos decidimos a luchar, luchamos hasta el final.

Que cada uno de ustedes recuerde que ahora la palabra es la lucha, se la vamos a hacer en todas partes y en todo lugar. Y también que sepan que esta lucha que iniciamos no ha de terminar hasta que no los hayamos aniquilado y aplastado.

Y ahora, compañeros, he de decir, por fin, que ya he de retirar la nota que he pasado, pero he de poner al pueblo una condición: que así como antes no me cansé de reclamar prudencia y de aconsejar calma y tranquilidad, ahora les digo que cada uno se prepare de la mejor manera para luchar.
Tenemos para esa lucha el arma más poderosa, que es la razón; y tenemos también para consolidar esa arma poderosa, la ley en nuestras manos.

Hemos de imponer calma a cualquier precio, y para eso es que necesito la colaboración del pueblo.
Lo ha dicho esta misma tarde el compañero De Pietro: nuestra nación necesita paz y tranquilidad para el trabajo, porque la economía de la Nación y el trabajo argentino imponen la necesidad de la paz y de la tranquilidad. Y eso lo hemos de conseguir persuadiendo, y si no, a palos.
Compañeros: Nuestra patria, para ser lo que es, ha debido ser sometida muchas veces a un sacrificio. Nosotros, por su grandeza, hemos de imponernos en cualquier acción, y hemos de imponernos cualquier sacrificio para lograrlo.

Veremos si con esta demostración nuestros adversarios y nuestros enemigos comprenden. Si no lo hacen, ¡pobres de ellos!

Pueblo y gobierno, hemos de tomar las medidas necesarias para reprimir con la mayor energía todo intento de alteración del orden. Pero yo pido al pueblo que sea él también un custodio. Si cree que lo puede hacer, que tome las medidas más violentas contra los alteradores del orden.
Este es el último llamamiento y la última advertencia que hacemos a los enemigos del pueblo. Después de hoy, han de venir acciones y no palabras.

Compañeros: para terminar quiero recordar a cada uno de ustedes que hoy comienza para todos nosotros una nueva vigilia en armas. Cada uno de nosotros debe considerar que la causa del pueblo está sobre nuestros hombros, y ofrecer todos los días, en todos los actos, la decisión necesaria para salvar esa causa del pueblo.

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**Visita: http://salasdevideoconferenciasolgaydaniel.blogspot.com.ar/
http://bohemiaylibre.blogspot.com

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