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Considerando 8 opciones a presidente y vicepresidente, los números arrojados por el sistema presentan algunas curiosidades que pueden ser "bugs" del sistema o reales valores señalando probabilidades diferentes a las mostradas por los encuestadores o por la sensación general estimada.
Siendo los posibles votantes unos 28.650.000, y teniendo en cuenta los datos históricos y la presión electoral actual, el sistema estima que habrá un 70% de votos válidos, es decir, un valor cercano a los 20 millones.
Aplicando el método a los candidatos, y mostrando entre paréntesis el índice de preferencia detectado, los resultados serían:
1° - Cristina F. de Kirchner (7) + Amado Boudou (1.85) = Total: 8.85 (36%) (7.200.000 votos)
2° - Jorge Altamira (3.48) + Christian Castillo (0.73) = Total: 4.21 (17%) (3.400.000 votos)
3° - Elisa Carrió (0.91) + Adrián Pérez (2.57) = Total: 3.48 (14%) (2.800.000 votos)
4° - Eduardo Duhalde (1.98) + Mario Das Neves (1.08) = Total: 3.06 (12.5%) (2.500.000 votos)
5° - Alberto Rodríguez Saá (0.39) + José María Vernet (1.56) = Total 1.95 (7.9%) (1.580.000 votos)
6° - Hermes Binner (1.48) + Norma Morandini (0.35) = Total 1.83 (7.5%) (1.500.000 votos)
7° - Ricardo Alfonsín (0.45) + Javier González Fraga (0.21) = Total 0.66 (2.7%) (540.000 votos)
8° - Alcira Argumedo (0.17) + Jorge Cardelli (0.36) = Total 0.53 (2.1%) (420.000 votos)
Sorprendidos como usted por los valores eyectados por el sistema, luego de ponderar diferentes variables - que en otros casos han dado resultados bastante corroborados por la realidad - intentamos aceptar a priori esos datos e intentar justificarlos en una primera aproximación.
El predominio del kirchnerismo no sería tan marcado como ese frente seguramente esperaba, ya que le daría un valor inferior al 40% buscado para estas primarias. Eso obligaría a realizar ciertos pactos para octubre con fuerzas cuya identidad dependerá de los resultados obtenidos por ellas.
La aparición en segundo término de la izquierda más acendrada nos obliga a hacer una inesperada búsqueda de motivos para su logro aquí pronosticado de un 17%, muy superior a los valores históricos. Quizá podría ser consecuencia del corrimiento del FpV hacia una centro-izquierda poco convincente luego de una trayectoria que pareció querer en un principio representar un modelo más socialista pero que no se condice con ciertas posiciones tomadas en el desarrollo de sus gobiernos (Néstor + Cristina). De todos modos, nos resulta difícil de aceptar ese resultado surgido de este programa de cálculo y entendemos que el índice aquí obtenido por Altamira puede estar muy por encima de la aceptación general de su figura política. Salvo que se trate de una manifestación anti-K que, ante las características de "ensayo" de estas primarias que no tendrán quizá incidencia directa en octubre, sea solamente una demostración de ese sentimiento más que una votación de tipo presidencial real. Los resultados del domingo por la noche dirán si esta "premonición matemática" tiene un fundamento válido. O, ¿por qué no?, podría ser una muestra del rechazo de la población a la catarata de publicidad política que tuvo que soportar, especialmente desde la televisión, y que no dejaba traslucir reglas parejas aplicadas a los 8 ó más competidores.
Que Elisa Carrió aparezca en tercer lugar con un 14% ya no resulta tan increíble. Es más, podía haberse esperado un número más elevado que la pusiera como competidora de un eventual ballotage luego de las elecciones de octubre. Aunque quizá su imagen ha sufrido un deterioro importante en los últimos meses (o años) y este valor obtenido aquí mostrara un proceso de desintegración de sus huestes políticas que se habrían alejado en busca de otros horizontes que tampoco son el alfonsinismo, nuevo envase de un radicalismo que tampoco da señales de hacer pie en las contiendas futuras.
El cuarto lugar lo ocupan en este estudio matemático dos ex que se unieron en una extraña relación que pretende reverdecer el peronismo tradicional por encima de Rodríguez Saá-Vernet que presentan similares "aspectaciones". Si sumamos ambas propuestas tendríamos para el justicialismo un aproximadamente 20% que marcaría su peso real en la sociedad del 2011, ya que agregándole el FpV - sin los grupos más izquierdistas de entonces - los que Perón echó de la plaza -, señalarían algo así como un 45-50% del total de votantes. Pero las divisiones que afectan el panorama político actual han causado daños a todos los perfiles políticos. Duhalde-Das Neves aparece aquí como la opción peronista más aceptada y con una diferencia importante, más aún si en octubre suman otras fuerzas que en estos momentos no podríamos predecir cuáles serían.
"El Alberto" y su compañero de fórmula Vernet ocupan en esta evaluación de probabilidades un quinto lugar nada despreciable, ya que obtendrían un casi 8% que perdió fuerza luego del abandono de una fórmula conjunta con Duhalde. De haber hecho el cálculo con ambos sumados, su más del 15% los hubiera dejado en un segundo lugar mucho más significativo. Estos guarismos producidos por el sistema predictor que utilizaron sus impulsores ya son más aceptables.
En este experimento de laboratorio matemático asoma en un sexto lugar Hermes Binner, identificado con un socialismo quizá más "a la europea", es decir, lejos de todo marxismo, leninismo o trotskismo. No atrae por eso a los impulsores de una izquierda tradicional que, según este método de evaluación, hubieran acercado su aceptación a un 20% más que interesante. Por eso no deja de ser creíble ese 7.5% que, de cumplirse, demostraría que una cosa es Santa Fe y otra todo el país.
La séptima colocación a nivel aceptación - no medida por encuestas en las que nadie cree sino en índices que los creadores de este sistema de medición intentan probar como más confiables -, lo muestra a Ricardo Alfonsín con su compañero de fórmula González Fraga. Apenas un 2.7% le brindaría el sábado su respaldo. Es que el 20% tradicional del radicalismo se ha diversificado en los últimos tiempos y el candidato intenta ponerse como posible futuro presidente a través de aceptar casi cualquier tipo de alianza. Los independientes no lo ven como alguien potable que pueda orientar el país hacia mejores destinos pues no tiene la fuerza expresiva de su padre ni su rigidez democrática que, sin embargo, le permitió ganar unas elecciones muy particulares pero no soportar luego las consecuencias de la marejada justicialista que se repuso y volvió a la carga para colocar a Menem en el poder antes de cumplirse el plazo de gobierno. Los números que aquí obtuvo la idea ricardista, mostrarían que hay temas que no puede mencionar pues traen a la memoria recuerdos que lo perjudican. La experiencia de los dos últimos presidentes radicales ha sido mala en la práctica y puede justificar la no aceptación que se refleja en los guarismos que exhibe en esto que no es más que un programa de cálculo pero que nos ha hecho pensar un poco en el tema electoral.
Finalmente, el octavo lugar del Proyecto Sur con un 2.1% de votos a favor no deja de ser aceptable. Argumedo-Cardelli es una fórmula puesta para no ganar, pues sus virtudes seguramente muy positivas no tuvieron tiempo de ser conocidas por los votantes, que en muchos casos hubieran preferido ver como candidato a Pino Solanas, quien tendría un índice (según este sistema) de 2.1 aproximadamente, y sumado a , Cardelli llegarían a 2.46, con un 10% de votos, es decir, alrededor de 2.000.000 de votos que aquí lo colocarían en un mejor quinto lugar.
Insistimos en que estas predicciones deben tomarse "con pinzas", ya que se basa, según sus creadores, en nuevas formas de medir la popularidad de los individuos y de allí extraer conclusiones numéricas que quizá no reflejen luego la realidad. Aunque excepción hecha de los sorprendentes números que presenta para Altamira-Castillo - por elevados -, y para Alfonsín-Gonzalez Fraga - por escasos -, los demás valores "pueden ser".
Aconsejamos tomar nota de los resultados aquí obtenidos a través de las evaluaciones matemáticas. Para luego compararlos y ver en qué se aproximaron y en qué no a los que el recuento de votos del domingo 14 por la noche haya brindado.
Y si llegara a funcionar, estos chicos que hicieron el sistema van a pasar a la gloria de un sólo envión. De todos modos, los tradicionales encuestadores que utilizan técnicas de muestreo y evaluación estadística han venido errando por mucho en los últimos tiempos.
Faltan pocos días, pocas horas para develar la incógnita. Con sistema predictor electoral o sin él, lo que debemos desear es que esta dupla agosto-octubre termine brindando el mejor panorama posible para el futuro de nuestro país.
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