El doctor Rafael Algorta, integrante de la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia, advirtió que la sociedad, al dar la espalda a los procesos viciados de nulidad que se siguen por causas de la lucha antisubversiva, con condenas escrituradas deantemano, pavimenta su propia indefensión ya que más temprano que tarde, serán víctimas de “jueces que cambian sus sentenciassegún soplen los vientos” y termine por destruirse totalmente, golpe a golpe, “los cimientos, los principios básicos, del orden socialjusto”.
Algorta pronunció su alocución el pasado 5 de octubre durante el acto por el Día Nacional de Víctimas del Terrorismo. El texto de su alocución fue hecho llegar este jueves (13 oct 2011) por sus allegados a través de la red Internet.
El profesional advirtió así que la indiferencia ciudadana por los procesos irregulares a militares, policías y miembros de las fuerzas de seguridad,puede tener luego idéntica aplicación en otros planos, tanto de la política como del sindicalismo, la prensa y otros sectores de la vida nacional.
El texto completo del discurso es el siguiente:
Señoras, señores:
Nosotros, los abogados de Justicia y Concordia, que nos agrupamos, no con la finalidad de rememorar o revisar un pasado doloroso, sinosimplemente por la indignación que nos causa este presente vergonzoso, tenemos también alguna cosa que decir en un acto como éste.
Porque este acto, en definitiva, es un clamor de justicia. Pero, como bien suele decir Silvia Ibarzábal, no un clamor de reparaciones materiales, yaque nada puede reemplazar a las víctimas cruel y bestialmente asesinadas, sino un clamor de reparación histórica y de salvación de nuestra patria.
En estos últimos días se han escuchado voces airadas a propósito de la justicia. Voces de quienes antes no decían nada
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Voces de ira contra los jueces, incluso contra los jueces de la misma Corte. Un gremialista los acusa de perseguir solamente a sus compañeros,mientras quedan libres narcos, corruptos, contrabandistas de armas y un largo etcétera.
Un candidato a presidente acaba de decir que en el país “el gran ausente es la justicia” y que tenemos “una Corte que no actúa”; para rematardiciendo: “…no se puede construir un país sin justicia”.
¡PERO NI EL UNO NI EL OTRO, NI EL GREMIALISTA NI EL POLÍTICO, HAN HECHO OIR SUS VOCES AIRADAS CUANDOESTA MISMA CORTE – Y TANTOS OTROS JUECES QUE CAMBIAN SUS SENTENCIAS SEGÚN SOPLEN LOS VIENTOS – HANVENIDO DESTRUYENDO GOLPE A GOLPE LOS CIMIENTOS, LOS PRINCIPIOS BÁSICOS DEL ORDEN SOCIAL JUSTO!
Callaron cuando esos mismos jueces arrasaron con los derechos y garantías que están en la base del orden jurídico universal.
Callaron en esos casos porque la cosa no iba contra ellos sino sólo contra unos policías, unos gendarmes, unos militares, y unos pocos (por ahora)civiles, muchos de ellos viejos o enfermos.
¿A quién le importa lo que les pase a estos hombres?“Algo habrán hecho”, decían mientras miraban para otro lado.
Así, de la misma manera, muchos argentinos - por segunda vez en nuestra historia reciente - anestesian sus conciencias.¡ES QUE ESTADIRIGENCIA NUESTRA DE HOY NO PUEDE NEGAR QUE ES HEREDERA DE AQUELLA OTRA DE LOS AÑOS ’70, QUE SEMOSTRÓ INCAPAZ DE EVITARLE AL PAÍS EL TERRIBLE BAÑO DE SANGRE CUANDO ACEPTÓ POR ACLAMACIÓN LABOCHORNOSA ANMISTÍA DEL GOBIERNO DE CAMPORA.
Se mantuvieron callados en aquel momento, y se mantienen hoy callados porque lamentablemente ellos - así como muchos de los dirigentespolíticos, gremiales, empresarios - reaccionan solamente cuando se los toca en sus intereses de clase o – quizás todavía peor – en sus deliriosideológicos.
Y actúan así porque en este país tan desarticulado, que es nuestra Argentina de hoy, las cosas han llegado a un punto en el que nadie parecesentirse como parte de un todo, sino que cada parte actúa como si ella solamente fuera el todo, queriendo imponer sus intereses propios a losdemás.
Varios años atrás, un filósofo español, viendo a su patria en semejante condición, dijo de ella que era una nación invertebrada. En un país en eseestado, escribió, a cada grupo “no le importan las esperanzas o necesidades de los otros y no se solidarizará con ellos para auxiliarlos en su afán.
Como el vejamen que acaso sufre el vecino no irrita por simpática transmisión a los demás núcleos nacionales, queda éste abandonado a sudesventura y debilidad. En cambio, es característica de este estado social la hipersensibilidad para los propios males.
Enojos o dificultades que en tiempos de cohesión son fácilmente soportados, parecen intolerables cuando el alma del grupo se ha desintegrado de laconvivencia nacional.
”Por esto, por no saber mirar de frente a la Argentina y a sus compatriotas, por hacerlo siempre en forma oblicua, torcida, advierten que esa justiciaque hoy reclaman para ellos, ellos mismos contribuyeron a que cantase ausente.
¡NO FUERON CAPACES DE ADVERTIR QUE, AL SER NEGADA LA JUSTICIA A UNA CLASE DE ARGENTINOS, DESTROZANLA JUSTICIA MISMA Y POR LO TANTO TODOS LOS ARGENTINOS QUEDAMOS EN PELIGRO!
Y ahora, cuando les duele, vienen a decirnos que quieren una justicia pareja, que respete las simetrías, que se haga ver y sentir cuando hace falta.
Si estos señores quieren saber con honestidad qué cosa es la justicia en la Argentina de hoy, en qué se ha convertido mientras ellos se miraban sóloa sí mismos, sería bueno que vayan a dar una mirada, como hacemos los abogados de Justicia y Concordia, a los tribunales de La Plata o SanMartín, de Comodoro Py o Tucumán, de Mendoza o Resistencia, donde se desarrollan los llamados juicios de “lesa humanidad”.
Verán entonces llegar a los acusados, para ser juzgados por segunda o tercera o enésima vez en sus vidas, por los mismos hechos ocurridos hacemás de treinta años y por los que habían sido absueltos o amnistiados o indultados.
Verán llegar a alguno portando un tubo de oxígeno; a otro paralizado en una camilla; a otro con casi 90 años de edad y sin noción de lo que pasa asu alrededor, bajando de una ambulancia, en silla de ruedas ….¡Y ESPOSADO! (no vaya a ser que intente fugarse); Verán otros muchos, claro,que pese a que ya no son jóvenes, gracias a Dios mantienen su fuerza y su gallardía y, como el teniente coronel Losito hace pocos días, tienenincólumes sus arrestos para cantar verdades de a puño y mostrar a los jueces que los juzgan hasta qué punto han dejado de serlo.
Verán que en esos juicios son recibidos estos hombres por una turba perfectamente adiestrada para lanzarles gritos de odio.
Eso no es justicia, señores. Eso es venganza.
Verán asimismo que en esos tribunales los reciben también unos hombres que dicen ser los jueces. Pero no hay que engañarse: esos hombres no sonjueces verdaderos. Sus sentencias están escritas desde antes de que empiece a escucharse al primer testigo. Todas iguales: ¡¡¡CONDENA!!!, aprisión perpetua, treinta años, veinte años. A cumplirse, la mayoría, en cárceles infames.
Pero no es lo único que verán.
Verán también que quienes los acusan e insultan, lo que actúan como testigos y los que en vez de hacer justicia reparten iniquidad, ¡SON LOSMISMOS QUE, MÁS DE TREINTA AÑOS ATRÁS, BAÑARON EN SANGRE A LA ARGENTINA, SALIENDO A MATAR A HOMBRES, MUJERES Y NIÑOS QUE NADIE QUIERE RECORDAR!
Nadie; salvo nosotros, esta noche.Señores, estos son los juicios que el señor presidente de la CorteDr. Lorenzetti proclama como política deEstado, haciendo que un puñado de logreros y adulones se ponga de pie para aplaudirlo, mientras también lo hace a la distancia su prologuista yconsejero, el conocido prevaricador Garzón.
El mismo aplauso de las mismas gentes que, poco antes, recibió el señor Zaffaroni, quien, así como se olvida de pagar sus cargas sociales y dedeclarar sus cuentas en Suiza, ignora el comercio que explotan sus numerosos inquilinos.
Y todo esto adornado con la ideología de los derechos humanos, que en la Argentina no solamente ha servido para que el poder político persiga alas personas, sino también para hacer negocios y enriquecerse. Y después que se ocupe Oyarbide.
“No se puede construir un país sin justicia”, ha dicho aquel político; y tiene razón, aunque él no sepa bien que cosa está diciendo.
Nosotros lo venimos diciendo hace ya más de dos años, con mayor claridad, con mayor convicción y mejor fundamento: es preciso recuperar lajusticia; y con la misma urgencia hemos dicho que es imperativo restablecer la concordia, la amistad política entre hermanos.
En cambio, vientos de injusticia y discordia se continúan sembrando en la Argentina. Por eso no es aventurado decir que se avecinantempestades. Se nos dice que este pueblo no se conmueve por ello, que nada de todo esto le interesa, que sólo le importa el bolsillo.
¡CUIDADO, SEÑORES! No confundamos lo que late en la superficie, con lo que duerme en el ser profundo de este noble pueblo argentino. Lapolitiquería, la corrupción, las ideologías y la estupidez lo tienen como anestesiado. Parece que de un lado está la patria escarnecida, devastada…. y de este lado solamente nosotros, los pocos reunidos esta noche.
Parece que todo se vende y todo se compra. De nuevo: ¡CUIDADO, SEÑORES! Tanto crimen impune, tanta infamia, tanto deshonor, harán queese pueblo despierte.
Entonces, cuando esa hora llegue, como decía el gran José Manuel Estrada habrá que vender; sí, “¡¡VENDER LA TÚNICA Y COMPRAR LAESPADA!!”
Nada más.
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Enviado por Hugo Calzada
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