Volver a la fuente. Mirando fotos viejas con Edgardo Depetri. Volver al espacio donde comenzó su historia y otras historias. Un espacio, el Turbio. La energía de la piedra. Y un sueño que comienza con la certeza de un hombre que marcó para siempre esta patria: Juan Perón. Perón que, apenas presidente, pide que le elaboren un proyecto energético nacional para un país que dejará de ser una chacra ganadera para ser un país industrial. No hay joda. Energía. Y ahí, así, nace el Yacimientos Carboníferos Fiscales.
Tirar esos 300 kilómetros de vías férreas desde el puerto de Río Gallego al Turbio, eso en si mismo fue una épica. A tiros contra los esbirros de los terratenientes, algo del lejano oeste, expandir el país. Yacimiento de El Turbio para alimentar las usinas que iban creciendo en todo el país. Ya estaba el proyecto de las represas hidroenergéticas, las centrales termonucleares.
Eso, como fue la Flota Fluvial Argentina o el INTA si usted por nombrar lo inabarcable. “El General Perón no soñaba. Tenía los ojos abiertos y daba órdenes” dice Edgardo. Es algo que se le niega: el estadista que fue.
De él salían las órdenes que iban haciendo el armado estratégico para una industria que comía mano de obra. Hay que construir otro país. Y en menos de 10 años, desde el 46 al golpe gorila del 55, logró lo que generaciones no pudieron o no quisieron.
El Yacimiento del Turbio fue parte de esa épica.
Y Edgardo Depetri siempre anda con el alma “tirando pá atrás” Pal Turbio. Depetri. Ahora diputado Nacional, responsable máximo del Frente Transversal y ser CTA desde su fundación. Eso ahora. Hace algo más de 25 años era minero, trabajador del Turbio. Época de milicos, ya Malvinas había sido la derrota y se peleaba por ganar ATE. Con Víctor, con los compañeros crean Anusate. Una historia de fogoneo para estos muchachos llegados de todos los rincones del país.
Pueblo minero: años soportando a pura pueblada la defensa del yacimiento. Nombrar uno es olvidar otros. En las entrañas, el socavón los hermana: la vida es un hilo y mí yo es el yo de todos. Aguantaron los embates de los milicos y aguantaron la privatizadora de Menem. Hay algunos videos por ahí. El pueblo entero frente a boca de mina. Este yacimiento no se cierra. Los “viejos” con sus familias.
Aguantaron.
“Y ahora les viene la época dulce. La súper usina en boca de mina ya está ahí. Lo que siempre soñamos, dice Edgardo. Con Edgardo estamos seleccionando fotos para el periódico y la muestra fotográfica para el acto de “Esperando a Néstor”, en Plaza de los Dos Congresos. Las fotos pasan por el ojo de la computadora. Néstor abrazando a los mineros. Néstor hablando en El Turbio –ya Cristina es la Presidenta. Todos lo abrazan.
Néstor. Hay cosas que te hacen una muesca, te dejan el alma renga. Néstor. A veces me despierta una llamada en la noche, digo es Néstor, y atiendo. Me llamaba a cualquier hora. No se bajaba nunca. Otra foto. Lo muestra a Lino saltando en los escalones de la Casa Rosada. Y Lino ya no está –dice Edgardo.. Que no esté Lino Heredia. El hermano que falta... Pienso en la usina, esto lo hicimos pagando duro. Pagando con vidas, con mucha lucha. Esta usina no viene de regalo. La Ganamos. Y Kirchner, por supuesto. Néstor siempre estuvo con nosotros. Y que tampoco está. “Cerrar el Turbio es achicar la patria, cortarle un pedazo” eso decía Néstor. Y decía: Y acá no se acaba el país, acá empieza.
Ya estamos esperando a los mineros. Está el monumento. Una foto donde Kirchner se zambulle como un roquero entre los cascos mineros. Cuando estoy allá, es como que nunca me fui. Ahí nacieron mis hijos. Tenía 19 años cuando salí de mi pueblo. Miro las montañas y es como que te estás cayendo, como que te dan un empujón y se acaba la patria. Y los “viejos”. Verlos con tantas ganas. En cada uno de ellos hay sangre de héroe. Escriba sobre estos “viejos”. Sobre sus familias. De cómo abandonaron su tierra por el sueño de un trabajo. Hay ya tres generaciones de turbienses. Es una batalla que se ganó, la ganó la clase trabajadora, Y la ganó Néstor.
Frente Tranversal Nacional y Popular
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