HARÁN INEVITABLE UNA REVOLUCIÓN VIOLENTA”
(F. Kennedy)
NIVELES DE RIESGO EN JUEGO EN ARGENTINA
1. La democracia argentina enfrenta los desafíos del desencanto ciudadano, la inseguridad, la corrupción y la falta de proyectos comunes.
2. Vivimos pensando en la inmediatez y no en el mediano y largo plazo.
3. Por ello seguimos padeciendo la crisis de EDUCACIÓN, ENERGÉTICA, DE INFRAESTRUCTURA, DE TRANSPORTE, AMBIENTAL Y GANADERA.
4. La violencia y la inseguridad tanto jurídica como personal, persiste; el clientelismo político, la corrupción, y el consumo de drogas se han incrementado tanto como la inflación real.
5. Nuestra población crece a expensas de los grupos sociales más vulnerables caracterizados por tener al 62,7% de los chicos bajo la línea de pobreza (6 de cada 10 niños son pobres). El año pasado nacieron aproximadamente 400.000 argentinos sumergidos en la pobreza “invisible” que viven en las zonas rurales y villas de emergencia.
6. La actual situación económica plantea enormes dificultades para descubrir una tendencia clara ya que mientras algunos indicadores dan cuenta de un progresivo estancamiento, otros informan sobre una recuperación.
7. La sociedad argentina está atravesando un proceso de envejecimiento poblacional que obliga a evaluar sus consecuencias a mediano plazo.
8. En un país que se dice federal, la Nación se queda con casi el 70% de los impuestos, distribuyendo el restante 30% entre las provincias.
9. El movimiento obrero ya no es la columna vertebral del “peronismo” que nos gobierna; es a penas una prótesis descartable.
10. Uno de los datos más notables que padecemos es la proliferación de la pobreza, y dentro de ella, la aparición de múltiples pobrezas: pobreza de subsistencia, pobreza de protección (interna y externa), pobreza de participación, pobreza de comprensión de la realidad, etc.
11. La anomia nos está dirigiendo lenta pero decididamente hacia un escenario de confrontación y de violencia social.
12. El empleo crece desde la informalidad.
13. El país necesita imperiosamente una mejor distribución de las riquezas porque la actual dinámica económica kirchnerista, lejos de mejorar la situación distributiva, la ha empeorado.
14. Según UNICEF, existe en nuestro país “una mayor exclusión y riesgo educativo”. Una alta proporción de niños de 5 años no accede a la educación; un millón de chicos de entre 15 y 19 años están fuera del sistema educativo; 10,3% de adolescentes no empezó la secundaria y un millón de chicos tiene sobriedad en el sistema educativo. Cada año 68.374 niños de entre 6 a 11 años dejan la escuela.
15. En los últimos seis años el mapa socioeconómico del país cambió completamente: el 70% de la población hoy pertenece a sectores de ingreso bajo y marginales; la clase media quedó integrada por apenas el 20% de la población, en una sociedad como la nuestra que supo incorporarse tempranamente a esa franja a través del aluvión inmigratorio de antaño y las pautas económico-sociales del Gral. Perón que generaron una rápida movilidad social ascendente.
16. El deterioro social de los últimos once años (precariedad social, pobreza, falta de infraestructura, escolaridad incompleta entre otras) está casi duplicando la mortalidad entre los adultos jóvenes.
17. Los nichos de corrupción se incrementaron en los estamentos políticos, judiciales y fuerzas policiales; suprimidos los frenos del deber y la equidad de la justicia, la corrupción ha ganado espacios en instituciones insospechadas años atrás.
18. Nuevos tiempos parecen alborear parra la política; lo que viene ¿será una nueva cultura de austeridad gubernamental? El despertador de la conciencia nos está indicando que estamos ante una nueva oportunidad para, abandonada la desconfianza mutua, volver a reagruparnos para distribuir los bienes con más equidad a través del trabajo y no de la dádiva y los privilegios que terminan atrofiando las células nobles de la sociedad.
¿Llegará el año próximo el tan ansiado salto de calidad institucional?
En azul y blanco,
NIVELES DE RIESGO EN JUEGO EN ARGENTINA
1. La democracia argentina enfrenta los desafíos del desencanto ciudadano, la inseguridad, la corrupción y la falta de proyectos comunes.
2. Vivimos pensando en la inmediatez y no en el mediano y largo plazo.
3. Por ello seguimos padeciendo la crisis de EDUCACIÓN, ENERGÉTICA, DE INFRAESTRUCTURA, DE TRANSPORTE, AMBIENTAL Y GANADERA.
4. La violencia y la inseguridad tanto jurídica como personal, persiste; el clientelismo político, la corrupción, y el consumo de drogas se han incrementado tanto como la inflación real.
5. Nuestra población crece a expensas de los grupos sociales más vulnerables caracterizados por tener al 62,7% de los chicos bajo la línea de pobreza (6 de cada 10 niños son pobres). El año pasado nacieron aproximadamente 400.000 argentinos sumergidos en la pobreza “invisible” que viven en las zonas rurales y villas de emergencia.
6. La actual situación económica plantea enormes dificultades para descubrir una tendencia clara ya que mientras algunos indicadores dan cuenta de un progresivo estancamiento, otros informan sobre una recuperación.
7. La sociedad argentina está atravesando un proceso de envejecimiento poblacional que obliga a evaluar sus consecuencias a mediano plazo.
8. En un país que se dice federal, la Nación se queda con casi el 70% de los impuestos, distribuyendo el restante 30% entre las provincias.
9. El movimiento obrero ya no es la columna vertebral del “peronismo” que nos gobierna; es a penas una prótesis descartable.
10. Uno de los datos más notables que padecemos es la proliferación de la pobreza, y dentro de ella, la aparición de múltiples pobrezas: pobreza de subsistencia, pobreza de protección (interna y externa), pobreza de participación, pobreza de comprensión de la realidad, etc.
11. La anomia nos está dirigiendo lenta pero decididamente hacia un escenario de confrontación y de violencia social.
12. El empleo crece desde la informalidad.
13. El país necesita imperiosamente una mejor distribución de las riquezas porque la actual dinámica económica kirchnerista, lejos de mejorar la situación distributiva, la ha empeorado.
14. Según UNICEF, existe en nuestro país “una mayor exclusión y riesgo educativo”. Una alta proporción de niños de 5 años no accede a la educación; un millón de chicos de entre 15 y 19 años están fuera del sistema educativo; 10,3% de adolescentes no empezó la secundaria y un millón de chicos tiene sobriedad en el sistema educativo. Cada año 68.374 niños de entre 6 a 11 años dejan la escuela.
15. En los últimos seis años el mapa socioeconómico del país cambió completamente: el 70% de la población hoy pertenece a sectores de ingreso bajo y marginales; la clase media quedó integrada por apenas el 20% de la población, en una sociedad como la nuestra que supo incorporarse tempranamente a esa franja a través del aluvión inmigratorio de antaño y las pautas económico-sociales del Gral. Perón que generaron una rápida movilidad social ascendente.
16. El deterioro social de los últimos once años (precariedad social, pobreza, falta de infraestructura, escolaridad incompleta entre otras) está casi duplicando la mortalidad entre los adultos jóvenes.
17. Los nichos de corrupción se incrementaron en los estamentos políticos, judiciales y fuerzas policiales; suprimidos los frenos del deber y la equidad de la justicia, la corrupción ha ganado espacios en instituciones insospechadas años atrás.
18. Nuevos tiempos parecen alborear parra la política; lo que viene ¿será una nueva cultura de austeridad gubernamental? El despertador de la conciencia nos está indicando que estamos ante una nueva oportunidad para, abandonada la desconfianza mutua, volver a reagruparnos para distribuir los bienes con más equidad a través del trabajo y no de la dádiva y los privilegios que terminan atrofiando las células nobles de la sociedad.
¿Llegará el año próximo el tan ansiado salto de calidad institucional?
En azul y blanco,
Hugo Cesar Renés
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