…EL TEMOR INCLINÓ LA BALANZA
Por Eduardo Juan Salleras 25/06/2011
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Cuando el fiel apenas se movía, de un lado la inteligencia, del otro la ambición, el temor puso el pié sobre este último, inclinando el plato en favor de intentar la reelección.
Las últimas negociaciones, apuntaron a dos candidatos de la oposición, pretendiendo acordar bajo firma, para el futuro, evitar cuestiones judiciales en contra de los últimos años del actual proceso. A cambio incluso, hasta algún acuerdo electoral y pos, en favor de los pactos.
Uno dijo que sí, y firmó, pero el otro comenzó a dar una lista de personajes que seguro no se salvarían de los tribunales. Entonces, en este caso, cerraron la carpeta y se fueron con las manos vacías.
- Sra., se viene la noche, la necesitamos, incluso no hay garantías para UD.
Le propusieron poner la cara, o mejor dicho: la imagen, y buscarle un buen ladero que incluso, dé seguridades en el caso que ella quiera tomarse largas licencias, o definitivamente, de inmediato después de las elecciones, irse con el reclamo de sus seres queridos.
¿Quién sería entonces una buena pareja? Y…el ministro, al que tanto quiere. Conformaría entonces a los ultras, tanto de derecha como de izquierda; notable versatilidad la del muchacho.
Más allá que el temor y la ambición, de ella y de los suyos, hayan inclinado la balanza en favor de buscar la reelección, en desmedro de la inteligencia y la racionalidad, el haber resuelto la candidatura, muy lejos está de solucionar los problemas internos, el tironeo intestino producirá seguramente desgarros difíciles de cicatrizar rápido.
La duda que queda es si los casos de corrupción que están explotando hoy son denuncias de la oposición o del mismo oficialismo, estos, como una forma de presionarla a presentarse cuando la vieron medio esquiva a seguir. Ummm.
No olvidemos que muchos de los participantes del poder son de extracción subversiva, y en este ámbito no se admite desertar: cuántos ausentes en consecuencia.
Y también la desconfianza es grande, los que deberían ser fraternos camaradas.
Debe haber hoy no menos de 20 tendencias diametralmente opuestas aunque parezca mentira.
La no candidatura de la Sra., transformaría la situación en ingobernable. Entonces, ante la fecha de cierre y el caos interno del oficialismo, resolvió haciéndose la desentendida, fichar su candidatura…pero ¿será?
Dijo que siempre fue candidata, de ser así, engañó a propios y extraños, armando listas, entre gallos y medias noches, dejando fuera a sus seguidores más comprometidos públicamente, los que al fin comprendieron de qué se trata el asunto, pero el temor los junta.
Claro, la oposición es servil al gobierno, se enojan, se juntan, se pelean, se apuntan con el dedo entre sí, se chupan el dedo, se moralizan, se escandalizan, se bajan, se suben, y la gente mira sus monadas sin saber si aplaudir o llorar.
Lo único que debe hacer la oposición, más que acuerdos programáticos que nadie entiende, es juntarse, soportándose los olores, para firmar un compromiso de gobernabilidad, gane quien gane, los primeros dos años. Es así que muchos ciudadanos que están dispuestos a votar, a ella o a él, por su honestidad o capacidad – en el momento histórico de mayor corrupción y negligencia –se preguntan cómo hace para gobernar. Con este compromiso público, se le garantizaría menos piedras en el camino.
El temor siempre está en si puede manejar el país otro partido que no sea el de siempre, porque una cosa es gobernar y otra, es hacer poder, y este último paso es nuestro añejo problema, que alimenta la cultura autoritaria, la corrupción y el populismo.
Otro acuerdo que la oposición debe asumir en conjunto y públicamente, es comprometerse a crear un sistema, ajeno al poder político, de control del delito de orden público, en virtud de alcanzar alguna vez la pureza institucional que nunca tuvimos, mostrándola al pueblo para que la conozca, la disfrute y la cuide de ahora en más.
Lo que queda es mínimo en estos tiempos cuando la economía mundial nos impulsa sola hacia adelante. Únicamente debemos recuperar institucionalidad para que con el dinero de una casa construyamos cuatro; con el precio de un kilómetro de autovía hagamos cinco; que las provincias hagan lo suyo y no desaparezcan como arte magia sus fondos por los que nadie da cuenta de nada; que a las empresas les convenga mucho más, legal y monetariamente, tener un empleado en blanco que en negro; que no se roben el patrimonio de los jubilados; que no maten gente con medicamentos adulterados; que no surjan por generación espontánea empresarios dueños de petroleras, monopolios “timberos”, empresas constructoras que construyen todo, publicistas, actores y periodistas militantes,… todos enriquecidos con los recursos del Estado; ...
Solamente hay que hacer lo que se debe hacer.
Pocas encuestadoras se animan a decir que todavía, cerca del 60% de los votantes, siguen indecisos. Si el 50% de ellos no votara, la Sra. casi ganaría en primer vuelta, si no, no. Son las proyecciones antojadizas, o mejor dicho, bien pagas, que le van dando, con el 50% restante, un triunfo cómodo. Pero ¿A quién votan los vacilantes? Será una cuestión de duda, de inseguridad, de confusión, de perplejidad, de ambigüedad… O terminarán reaccionando al engaño, a la mentira, a negarse a ser tomados por estúpidos…a temer a una cruel autocracia…
Escuché que con $ 430.- mensuales debería comer una familia tipo. Son los índices que lo dicen y por ello, baja la indigencia y la pobreza. Son los números de la inflación oficial los que nos hacen sentir bien, anorexia mediante.
Y como el gran tema es la inseguridad, ya se lanzó un nuevo plan para controlarla, tanto en el cinturón sur, como en la misma Capital, apareciendo de la noche a la mañana móviles por todos lados y uniformes federales, con los que se pretende tapar a la metropolitana.
Entonces disfrutemos de estos tiempos electorales que solamente durarán cuatro meses, porque después, ni el Chapulín Colorado podrá defendernos.
EJS
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