Cuando el que pierde gana y el que gana pierde…
MORDIENDO EL POLVO DE LA DERROTA
Por Eduardo Juan Salleras
27 de julio de 2011.-
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La verdad es que dio gusto votar con el nuevo sistema electoral de Santa Fe, llamado: boleta única.
Cuatro colores distintos y cuatro cargos diferentes: gobernador, senador, diputado e intendente. No hubo prácticamente impugnaciones. Creo que es imposible hacer trampas, al menos con las boletas. Desde ya que si se carga cualquier cosa y después no se permite el recuento…
Lo más curioso para mí fue encontrarme a los candidatos de igual a igual, en fila y no por orden de importancia, sino como venían, y realmente me impresionó verlo a Del Sel a gobernador, su imagen y su nombre. Invitaba a la atención, era lo distinto.
Y fue notable su elección, dejando muy atrás al candidato del oficialismo nacional y dándole un gran susto al del oficialismo provincial, él que recién sobre el final logró sacar una mínima ventaja para consagrarse ganador. Y está bien, porque el socialismo merecía un mandato más, había recibido de manos del justicialismo, luego de 24 años ininterrumpidos, el gobierno. Y no fueron éstos últimos destacados por su buena conducción de la provincia.
Además los socialistas demostraron estos 4 años, honestidad, y eso es mucho. Debería ser siempre así, como el trampolín para cualquier gobierno.
Creo incluso, que Antonio Bonfatti, hará mejor gobierno que Binner.
Miguel Del Sel, dio una lección a los dos oficialismos, nacional y provincial y esto no puede pasar por alto. Porque sus adversarios tenían detrás aparatos del Estado - uno enorme y otro mucho más pequeño; uno desvergonzado y el otro prudente – que son muy importantes en función del mapa político electoral, más allá de las inversiones y promesas de campaña, en obra pública (desde inicio a inauguraciones), dádivas, etc.
Ese pobre ciudadano, actor cómico, de la nada y en cuatro meses, solamente andando y hablándole a la gente de sus cosas, de sus problemas, en su idioma, sentándose en sus sillas, chupando mate de sus bombillas, recorriendo desde las chacras a las villas, desde la producción a la pobreza, les demostró a todos…a todos…que cualquier Juan de los Palotes puede hacerles comer el polvo de la derrota.
Porque el pueblo está harto de politiquerías baratas, demagogias viciosas, y principalmente, sentirse un número al momento necesario de poner el voto. Es ahí cuando aparecen las cosas, incluso los besos y los abrazos.
Además, Miguel Del Sel, demostró saber más de política que estos recalcitrantes circunstanciales del poder. Con solamente 10 frases pudo resumir los objetivos de su posible gobierno, haciéndolo mucho más compresible que los otros. Y si a eso le sumamos, su simpatía, su energía positiva, el entusiasmo que contagiaba en los ciudadanos…tuvo el resultado justo y también pudo haber ganado.
Bonfatti, secándose el sudor de la frente, respirando profundo después del susto, debe comprender y aprender del fenómeno Del Sel, agradeciéndole la elección que hizo, porque es un muestra clara y sensata que el electorado busca otra cosa, incluso, y por sobre todo, en la forma de ser, de conducirse, del funcionario.
En 15 días, el kirchnerismo sufrió dos tremendas derrotas, y probablemente, en un mes, sufra cuatro. Marcando una tendencia muy clara, la que ya se dio dos años atrás, cuando también el propio Néstor Kirchner tuvo que besar el suelo del fracaso electoral: aquel que se muestra más antikirchnerista gana.
La paliza que le dieron a Filmus y a Rossi, Macri y Del Sel, es histórica y pedagógica. También deben aprender de ella los tibios, los que quedaron afuera y los que llegaron apenas con el último aliento.
Otro gran protagonista de las dos elecciones, tanto de la Capital como de Santa Fe, fue su majestad las encuestas. Salvo alguna, en especial aquella que hace tiempo dice que más del 60% de los encuestados no saben o no contestan, las demás le pifiaron al resultado final de tal forma que las elimina de toda credibilidad, porque queda demostrado que sus número responden a los ánimos de sus contratantes y no a la realidad.
“Las mentiras tienen patas cortas”, esa frase es la que preocupa al oficialismo, porque le ganó a la que dice: “miente, miente, que algo quedará”, aunque no está dicha la última palabra, por ello creen que con efectos puede lograr enderezar la endeble imagen de la señora.
Tal es así, que han comprobado en su propio seno, que el descenso de River Plate y la eliminación temprana del Seleccionado Argentino en la Copa América, produjo una disminución de su figura, en un 9%, arrastrándola del 42% al 33% de aceptabilidad. Según parece son número oficiales. Aunque yo nunca creí en el 42.
Entonces, para cambiar el humor futbolero, decidieron este embrollo urgente de cambios en los campeonatos del ascenso, dejando como mensaje, que todos, el año que viene, compiten en primera, igualando hacia arriba o igualando hacia abajo, llevando el “futbol para todos” a dónde, tal vez, no se hicieron méritos, desconociendo la esencia del deporte que es casualmente la competencia leal, que conlleva como condición irrenunciable: virtud y justicia, y no intereses, utilidades, y mucho menos, atractivos políticos.
La injerencia ya del oficialismo en nuestras vidas es tal, que entra a los vestuarios del fútbol, masajea a los jugadores y les da instrucciones antes de entrar a la cancha.
Y si así y todo, pierden por goleada, como ocurrió en las últimas elecciones, salen a festejar el triunfo como si nada, porque a la victoria nunca se renuncia, aunque sea ficticia, aunque sea mentira, aunque sea trampa. ¿En estas manos se puede dejar una competencia deportiva, que cuestiona incluso los resultados dados, haciendo ganar al que pierde y perder al que gana?
De seguir tolerando tanto autoritarismo, próximamente nombrarán al director técnico del seleccionado, desde ya, alguien afín, como los hay periodistas que trabajan en la televisión pública y en la otra, desnudos, por pedido del sistema, por sus pagas, mostrándose así sin el más mínimo pudor.
Y si a tan débil imagen política le sumamos los distintos focos de corrupción que están explotando como granos en un cuerpo cansado y disminuido, afeándolo cada vez más, perdiendo el atractivo lógico de las prebendas y las dádivas, aquellos que dicen que el oficialismo se desmorona vertiginosamente, tal vez tengan razón.
Hasta hoy, es así.
Veremos cuáles son sus próximos pasos para enderezar un barco escorado. Les recomiendo observar quiénes, de los que están en la parte más alta, deciden tirarse al agua, quitándole su contrapeso.
Nuestro país, desgraciadamente, sufre la política y con ese sufrimiento se aleja de las instituciones.
Miguel Del Sel, le puso simpatía al sistema. Bienvenido.