López Murphy íntimo - apuntes tomados de una nota de Nicolás Pizzi

"En una época sabía las formaciones de San Lorenzo de memoria, mi ídolo era Sanfilippo"
Su fanatismo por el Ciclón es sólo un recuerdo. Ahora casi no ve los partidos. Pero mantiene su pasión por la natación. 

Su imagen de hombre duro se quiebra ante sus nietos. "Cuando me contacto con ellos es el instante más feliz de mi vida", dice.
"Los fines de semana vamos al gimnasio con mi esposa. Hacemos cinta y bicicleta", Ricardo López Murphy. (Clarín.com).

Le cuesta soltarse la corbata y hablar de su vida privada. Se siente más cómodo recitando consignas de campaña. Pero detrás de esa imagen dura, que le valió su apodo de Bulldog, hay un hombre que vive pendiente del Skype (el programa que permite hablar gratis por Internet) para estar en contacto con sus cuatro nietos, que viven en el exterior. “Cuando puedo contactarme con ellos es el instante más feliz de mi vida”, reconoce Ricardo López Murphy, uno de los candidatos que sueña con derrotar a su ex aliado, Mauricio Macri.

Nació el 10 de agosto de 1951. La primaria la hizo en la Escuela Nº 8 de Caballito, en José M. Moreno entre Juan Bautista Alberdi y Valle, a pocas cuadras de su casa. Para esa época ya abrazaba su fanatismo por San Lorenzo. Con el tiempo, comenzó a ir a la cancha con frecuencia. Y recitaba las formaciones del Cuervo de memoria. “Leíamos primero la parte deportiva del diario. Luego la violencia me alejó de la cancha”, reconoce.

-¿Cuál fue el mejor equipo que vio en su vida?
- Sin duda, Los Matadores del 68.

Su carrera política le permitió conocer a sus ídolos de aquella época gloriosa: José Sanfilippo y Rodolfo Fischer. Con el paso del tiempo, el fútbol comenzó a pasar a un segundo plano y lo reemplazó por la natación. “Actualmente nado dos veces por semana. Hago entre 2000 y 3000 metros”, se ufana.

A los 19 años, un libro de Karl Popper, "La sociedad abierta y sus enemigos", le cambió la vida, al menos la manera de ver el mundo. “Yo venía de posiciones de izquierda, fue muy shockeante para mi”, reconoce. La lectura sigue siendo una pasión. Ahora está leyendo “La tumba de Lenin” en inglés.

Por esos años de militancia universitaria le tocó visitar una comisaría. Nadie se asuste, fue sólo por hacer pintadas. “No quedamos registrados. Se puede decir que no tuve hostigamiento con el pianito”, se sonríe.

Su vida, sin duda, estuvo marcada por la vida política. Y le tocó conocer a todas las figuras de la época de la mano de su padre, que llegó a ser diputado nacional. Hasta su bautismo se transformó en un acto político. “Estaba toda la cúpula del radicalismo. El padrino iba a ser Ricardo Balbín, que era muy amigo de mi padre, pero estaba preso y lo terminó reemplazando Arturo Frondizi”, recuerda con orgullo.

En el rubro musical, quedó marcado por el auge del folclore, en el comienzo de los 60´. También le quedaron grabadas algunas melodías inolvidables del francés Charles Aznavour.

Su vida cotidiana no sale de la rutina. A la mañana, lectura de diarios y de mails. Si tiene un poco de tiempo, también hojea El País de España. Luego se sube al colectivo para ir a la oficina. Sus colaboradores confirman que no es ningún recurso de campaña. “Me resulta cómodo y barato el transporte público. La gente me pregunta cosas, dialoga, pero ya no se sorprenden”, dice con cierta naturalidad.

Cuando no trabaja, trata de estar en su casa. De vez en cuando alguna salida al cine o a comer con su mamá. “Si no hace mucho frio la llevo a un restorán”, cuenta.

Los fines de semana se refugia en su casa de Adrogué. “Con mi esposa vamos al gimnasio, hacemos cinta y bicicleta en un club”. También aprovecha para dejar de lado las ensaladas y comer un buen asado.

La pregunta que más le cuesta llega al final del reportaje.

-¿Cuál es la mujer más linda?
- Catherine Zeta Jones.

- No, tiene que ser una argentina, Ricardo.
- Valeria Mazza es una mujer muy bonita….. Y también Julieta Prandi, la vi en el cuarto de mis hijos, responde sin ponerse colorado.

Enviado por Prensa Convergencia Federal