ELLOS, QUE TODO LO SABEN, ¿NO LO SABÍAN?
Por Eduardo Juan Salleras
07/06/2011
(Se autoriza su publicación solamente en forma completa y nombrando la fuente)
(Se autoriza su publicación solamente en forma completa y nombrando la fuente)
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El caso de las Madres de Plaza de Mayo y de su hijo predilecto: Schoklender, no me sorprende, como no me sorprendería muchas cosas más referentes al destino de la famosa CAJA.
Cuando se despilfarran los fondos públicos en procura de mercantilizar las consciencias, los efectos logrados son generalmente hechos de corrupción.
Y este resultado no es exclusivo de las derechas o de los neoliberales o los corporativistas, sino también de las izquierdas, de los comunistas y de los progresistas.
Es una condición humana, de un espíritu miserable, que se sirve de los dineros del pueblo para su beneficio o el de la supuesta causa, pero ésta nunca es suficiente razón para robar del erario público.
La corrupción invita a la depravación, pervirtiendo todo lo que toca, sobre bases de libertinaje, pretendiendo para sus fines, la desintegración de la sociedad… Y así estar cómodos.
Entonces, algunos inocentemente, disimulan esta peste contemporánea, relacionándola con algo natural, común, hasta normal, de nuestros tiempos; sonriéndose ante la comisión del delito, como si fuera tan sólo un casillero en la escala del poder…así debe ser, dirán.
Sin embargo, cuando la corrupción se inserta en todos los estamentos del Estado, encadenándose, entre ellos: ejecutivo, legislativo y judicial, la sociedad queda indefensa ante la injusticia, ante los abusos, desconociendo definitivamente la virtud de la república, que dicen todos respetar, amar, pero de las que se sirven, no solamente robándolas sino peor, corrompiendo a los ciudadanos, porque hacerles creer, o mejor dicho: aceptar, la inmoralidad cívica como un vicio común de nuestro tiempos, es el principio del final, es la deformación ideológica, la descomposición espiritual; la bacteria que hoy contamina a nuestras instituciones y a nuestra gente.
Pero no hay corrupción masificada sin impunidad, a ésta la garantiza el SISTEMA.
Las Madres de Plaza de Mayo, montaron una universidad, una radio y un canal de TV, con el propósito de formar ideológicamente - quizás individuos distraídos, desorientados o aquellos que delegan en otros la facultad de pensar -y así trasplantar sus sentimientos, todo financiado por el Estado.
Luego inventaron lo de la empresa constructora, que recibió cientos de millones de dólares para tal emprendimiento… ¿y por qué no? Ahora, ¿Por qué no me los dan a mí entonces, o a UD? Yo también estoy dispuesto a construir viviendas para los que las necesitan, en las provincias, en los pueblos…construcciones en serio. Pero faltan los cimientos ideológicos pretendidos. Todo financiado por todos, no solamente con lo recaudado de los ricos, sino también de los pobres, cuando hay que darle a la maquinita para fabricar más dinero porque no alcanza, creando una inflación galopante, que nos obligan a negar.
La pregunta del millón es: ¿UD le daría para administrar 300 millones de dólares a Hebe de Bonafini? ¿Le daría a cuidar su flaca billetera?
Sra. Presidente: ¿UD le permitiría administrar su lujoso hotel sureño?
Entonces, ¿Por qué le dan a esa señora o a su institución de forma totalmente parcial fondos públicos para que los use como se le antoje sin que nadie pueda reclamarle ni controlarle nada, bajo amenaza de ser brutalmente intimidado por ella?
Denle a administrar los dineros de Eskenasi, de Lázaro Báez o de Cristóbal López…o la fortuna, no ilícita, de la familia presidencial.
¿Por qué nos endosan a nosotros el lastre Bonafini?
Cuando se habla de la CAJA, es esto: el manejo indiscriminado de los dineros del pueblo para saciar sus antojos, comprar voluntades y votos, monopolizar las imágenes, el fútbol, los medios de comunicación, etc.
Pero también sirve para arrodillar a gobernadores y provincias, casi todas dependientes de los fondos enviados por su majestad, el gobierno nacional: LA CAJA; escupiendo así sobre el concepto de federalismo, haciendo de los estados provinciales, inútiles territorios poblados de mediocres.
La Rioja, como otras provincias, tiene más del 90% de sus ingresos compuesto por fondos enviados desde Buenos Aires. Su gobernador, orgulloso de ser reelecto… como contentos el 62% de sus votantes, porque, con merecimiento o no, seguirán comiendo de su mano, ya que el 75% de la población depende, directa o indirectamente, del Estado.
Y que siga la fiesta…Pan y circo para todos.
Pero se avecinan problemas serios. La Argentina es un país muy rico, si, pero como toda riqueza hay que saberla administrar. Tal es así, que muchas fortunas, históricas, emblemáticas, sucumbieron ante la mediocridad y la pasividad del holgazán. Probablemente veamos a los nuevos ricos del momento quebrar sin los aportes de la Caja y los vagos que renunciaron a trabajar, deberán salir a robar, jamás a buscar trabajo. Para que todo ello se sostenga se aceptará cualquier tipo de dinero, lavado o sucio, como ingreso genuino de la CAJA, la que ya, para este entonces, considerada un barril sin fondo, del que todos quieren sacarle hasta la última moneda.
¿Será que no ven tan claro el futuro inmediato?
Esta “monada” de muchacho, Sergio, dejó un mensaje muy claro en sus últimas exposiciones públicas: “yo hace dos años que no firmo un papel… son la Madres las responsables…”. Tal vez por ello la madame del odio, huya hablar del tema y desvíe sus arengas contra aquellos que no tienen nada que ver con el asunto.
Desde ya, la causa cayó en el juez más suertudo del mundo, y entre secretos de sumario, colgar la pelota en la tribuna, beatificar en vida a la madre Hebe de Calcuta y la inmortalidad del cangrejo…se buscará dormir el tema.
Ahora yo me pregunto: La SIDE, el jefe de gabinete, la AFIP, Verbisnki y Página 12, Néstor y Cristina, todos ellos, que todo lo saben, ¿no lo sabían?
Lo cierto es, que tanto éste affaire, como el de Moyano y Suiza, como otros no tan importantes, y los que faltan por venir, tiene origen en el mismo seno oficial. Son parte de la nueva puja de poder, no habiendo hoy quién ponga límites a la avaricia. Y cuando la señora, en sus discursos, grita desentonadamente: “…algunos dicen que me quieren…”. Tiene razón, no es tan querida como necesaria para que no acabe la fiesta.
El caso de las Madres de Plaza de Mayo y de su hijo predilecto: Schoklender, no me sorprende, como no me sorprendería muchas cosas más referentes al destino de la famosa CAJA.
Cuando se despilfarran los fondos públicos en procura de mercantilizar las consciencias, los efectos logrados son generalmente hechos de corrupción.
Y este resultado no es exclusivo de las derechas o de los neoliberales o los corporativistas, sino también de las izquierdas, de los comunistas y de los progresistas.
Es una condición humana, de un espíritu miserable, que se sirve de los dineros del pueblo para su beneficio o el de la supuesta causa, pero ésta nunca es suficiente razón para robar del erario público.
La corrupción invita a la depravación, pervirtiendo todo lo que toca, sobre bases de libertinaje, pretendiendo para sus fines, la desintegración de la sociedad… Y así estar cómodos.
Entonces, algunos inocentemente, disimulan esta peste contemporánea, relacionándola con algo natural, común, hasta normal, de nuestros tiempos; sonriéndose ante la comisión del delito, como si fuera tan sólo un casillero en la escala del poder…así debe ser, dirán.
Sin embargo, cuando la corrupción se inserta en todos los estamentos del Estado, encadenándose, entre ellos: ejecutivo, legislativo y judicial, la sociedad queda indefensa ante la injusticia, ante los abusos, desconociendo definitivamente la virtud de la república, que dicen todos respetar, amar, pero de las que se sirven, no solamente robándolas sino peor, corrompiendo a los ciudadanos, porque hacerles creer, o mejor dicho: aceptar, la inmoralidad cívica como un vicio común de nuestro tiempos, es el principio del final, es la deformación ideológica, la descomposición espiritual; la bacteria que hoy contamina a nuestras instituciones y a nuestra gente.
Pero no hay corrupción masificada sin impunidad, a ésta la garantiza el SISTEMA.
Las Madres de Plaza de Mayo, montaron una universidad, una radio y un canal de TV, con el propósito de formar ideológicamente - quizás individuos distraídos, desorientados o aquellos que delegan en otros la facultad de pensar -y así trasplantar sus sentimientos, todo financiado por el Estado.
Luego inventaron lo de la empresa constructora, que recibió cientos de millones de dólares para tal emprendimiento… ¿y por qué no? Ahora, ¿Por qué no me los dan a mí entonces, o a UD? Yo también estoy dispuesto a construir viviendas para los que las necesitan, en las provincias, en los pueblos…construcciones en serio. Pero faltan los cimientos ideológicos pretendidos. Todo financiado por todos, no solamente con lo recaudado de los ricos, sino también de los pobres, cuando hay que darle a la maquinita para fabricar más dinero porque no alcanza, creando una inflación galopante, que nos obligan a negar.
La pregunta del millón es: ¿UD le daría para administrar 300 millones de dólares a Hebe de Bonafini? ¿Le daría a cuidar su flaca billetera?
Sra. Presidente: ¿UD le permitiría administrar su lujoso hotel sureño?
Entonces, ¿Por qué le dan a esa señora o a su institución de forma totalmente parcial fondos públicos para que los use como se le antoje sin que nadie pueda reclamarle ni controlarle nada, bajo amenaza de ser brutalmente intimidado por ella?
Denle a administrar los dineros de Eskenasi, de Lázaro Báez o de Cristóbal López…o la fortuna, no ilícita, de la familia presidencial.
¿Por qué nos endosan a nosotros el lastre Bonafini?
Cuando se habla de la CAJA, es esto: el manejo indiscriminado de los dineros del pueblo para saciar sus antojos, comprar voluntades y votos, monopolizar las imágenes, el fútbol, los medios de comunicación, etc.
Pero también sirve para arrodillar a gobernadores y provincias, casi todas dependientes de los fondos enviados por su majestad, el gobierno nacional: LA CAJA; escupiendo así sobre el concepto de federalismo, haciendo de los estados provinciales, inútiles territorios poblados de mediocres.
La Rioja, como otras provincias, tiene más del 90% de sus ingresos compuesto por fondos enviados desde Buenos Aires. Su gobernador, orgulloso de ser reelecto… como contentos el 62% de sus votantes, porque, con merecimiento o no, seguirán comiendo de su mano, ya que el 75% de la población depende, directa o indirectamente, del Estado.
Y que siga la fiesta…Pan y circo para todos.
Pero se avecinan problemas serios. La Argentina es un país muy rico, si, pero como toda riqueza hay que saberla administrar. Tal es así, que muchas fortunas, históricas, emblemáticas, sucumbieron ante la mediocridad y la pasividad del holgazán. Probablemente veamos a los nuevos ricos del momento quebrar sin los aportes de la Caja y los vagos que renunciaron a trabajar, deberán salir a robar, jamás a buscar trabajo. Para que todo ello se sostenga se aceptará cualquier tipo de dinero, lavado o sucio, como ingreso genuino de la CAJA, la que ya, para este entonces, considerada un barril sin fondo, del que todos quieren sacarle hasta la última moneda.
¿Será que no ven tan claro el futuro inmediato?
Esta “monada” de muchacho, Sergio, dejó un mensaje muy claro en sus últimas exposiciones públicas: “yo hace dos años que no firmo un papel… son la Madres las responsables…”. Tal vez por ello la madame del odio, huya hablar del tema y desvíe sus arengas contra aquellos que no tienen nada que ver con el asunto.
Desde ya, la causa cayó en el juez más suertudo del mundo, y entre secretos de sumario, colgar la pelota en la tribuna, beatificar en vida a la madre Hebe de Calcuta y la inmortalidad del cangrejo…se buscará dormir el tema.
Ahora yo me pregunto: La SIDE, el jefe de gabinete, la AFIP, Verbisnki y Página 12, Néstor y Cristina, todos ellos, que todo lo saben, ¿no lo sabían?
Lo cierto es, que tanto éste affaire, como el de Moyano y Suiza, como otros no tan importantes, y los que faltan por venir, tiene origen en el mismo seno oficial. Son parte de la nueva puja de poder, no habiendo hoy quién ponga límites a la avaricia. Y cuando la señora, en sus discursos, grita desentonadamente: “…algunos dicen que me quieren…”. Tiene razón, no es tan querida como necesaria para que no acabe la fiesta.
Eduardo Juan Salleras
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