Que no nos canse la democracia
¿ES ACASO HOY EL PERONISMO TAN SÓLO UNA FRANQUICIA?
Por Eduardo Juan Salleras, 19 de octubre de 2015.-
Se autoriza su publicación solamente en forma completa y nombrando la fuente
Cansado ya de pensar, redactar y borrar artículos políticos, intentaré, ya que se vienen las elecciones y se termina por fin éste asunto, que si bien nos jugamos la forma de vivir los próximos cuatro años, ha sido extenuante el camino a la definición.
Desde ya que entre encuestas pagas que informan lo que el cliente quiere y en busca de crear una tendencia o justificar el tongo, y la suposición de fraude con el asidero de los ocurrido en algunas provincias de acuerdo a lo comprobado o denunciado, poco entusiasmo le queda al ciudadano, que se ha transformado hoy en tan sólo: el votante.
Si a ello le sumamos la incertidumbre sobre si habrá balotaje o no, y si lo hay, quién competiría en el mismo, o peor todavía, de ocurrir: quién es capaz de los dos postulantes de ganarle al oficialismo, llegamos al escrutinio con la lengua afuera.
Pero, ¿Qué paso en todo éste tiempo en el que, el oficialismo, de perder terreno popular, pasa a ser el preferido? ¿Y de un Massa primero cómodo en las encuestas a tercer lugar lejos sin haber pasado por el segundo puesto?, ¿Y al que hoy ocuparía ese espacio – según parece – y elegido del gobierno para confrontar en un supuesto balotaje?
Hay algo de lo que se olvidaron los candidatos en un principio, para luego correr detrás de ello: el peronismo.
El kirchnerismo ignoró en un principio al postulante Scioli, diría más: lo despreció, sin embargo éste es el preferido de los peronistas - por ende el que mejor mide - contra los que apenas marcaban una mínima tendencia y renegados de Perón, los “camporistas”. Entonces, debieron virar la nave hacia el justicialismo y ponerle la gorra de capitán al “motonauta”.
Algo parecido le pasó a Macri, quién al principio pretendió basar su propuesta en un tímido antiperonismo. Por ésta consecuencia sufrió un estancamiento e incluso descenso en la tendencia popular. Sin embargo sigue siendo el elegido del oficialismo para confrontar electoralmente.
Massa, de manera inexplicable, se congeló más tiempo de lo debido, perdiendo terreno y mirando de lejos la compulsa electiva. ¿Se habrá quedado sin plata? ¿De dónde la sacó ahora? O ¿la guardó para esta instancia? Él, se ocupó de concentrar al peronismo residual, aquel desechado por los Kirchner, que crearon el sustituto al justicialismo en una grotesca formación llamada: La Cámpora.
Resulta que, tanto Scioli como Macri, se dieron cuenta tarde que les faltaban esos votos, uno para ganar en primera vuelta y el otro, para aspirar al balotaje. El primero dicen que sacó la chequera para quitarle a Massa varios, claro, ese dirigente mercenario no tiene ninguna utilidad, no suma, además le quitó lo peor que había aceptado en sus filas el hombre del Tigre.
Macri en cambio, inventó sobre la marcha, la pata peronista, inaugurando la estatua del general junto a lo más pesado del justicialismo histórico, los sindicatos, que más allá de estar hoy demodé, miran con sigilo tanto a Macri como a Scioli y porque no, a Massa.
Es así que uno saca la conclusión que en la Argentina no hay política sin peronismo.
Pero, en realidad: ¿Qué es el peronismo?
Yo lo definía como una excusa para hacer poder.
Ya no es un partido político, tampoco una ideología social, ni siquiera un sentimiento, quedó reducido a un pretexto, a un subterfugio para alcanzar el gobierno o espacios en él.
Esto le comentaba a un verdulero amigo de Buenos Aires, Rubén, que tiene su negocio a la vuelta de mi casa. Le expliqué con todo esmero cuestión de que comprenda claramente a lo que me refería.
Me miraba, con una tenue sonrisa, moviendo suavemente la cabeza de arriba abajo.
Pensé en un momento, o no entiende lo que le digo o no le interesa. Tal vez sea peronista, pensé.
Sin embargo, cuando pudo me dijo: - ¿UD lo que quiere decir es, que el peronismo es en realidad una franquicia?
Me dejó helado, la tenía más clara que yo, o en su defecto, entendió al pie de la letra lo que pretendía hacerle saber.
Y me quedé con eso de franquicia, es cierto, es la definición perfecta de lo que hoy es el justicialismo.
Agazapados están ortodoxos y modernos en ocupar rápidamente nuevos espacios.
Si gana Scioli, deberán de forma urgente anticiparse a los frentistas, éstos incluso no le tienen nada de confianza a su candidato, los que indisimuladamente apoyan desganados, reconociendo que al cuarto oscuro entrarán con un broche en la nariz.
Lo de Massa y Macri es distinto, ahí hay lugar de sobra.
Todo el mundo se lamenta que estos dos aspirantes al poder, no hayan congeniado un camino común.
Dicen que la culpable es la soberbia de Macri, o ese purismo étnico político que le recomendaron como estrategia y al que él hizo caso, sin detenerse a pensar que ante todo estaba el pueblo, en especial ese harto de doce años de despotismo. Su gurú la pifió feo.
Todas las encuestas pagas o no, dan un escenario de balotaje, ¿Habrá fraude como dicen?
¿Qué es más peligroso hoy, que gane Scioli o que gane Aníbal Fernández su elección? Si tuviera que elegir, ¿qué haría UD?
En la provincia de Buenos Aires se gana por un voto, no hay segunda vuelta, y parece ser que los números a María Eugenia Vidal le son muy favorables con una diferencia no demasiado abultada pero importante, 4 a 5 puntos.
Lo que no pueden medir los evaluadores pagos es ese 30% que no votó en las PASO, y a aquellos indecisos, de todos los colores, los que no lo quieren a Scioli (en el oficialismo), los que no lo quieren a Macri (en la oposición), los que creen que Massa no llega, los que piensan que sólo existe la virginidad en Stolbizer… los que votarían a Del Caño por votar en contra de todo o los que están dispuestos a agradecerle a Rodríguez Saá todo aquello que logró en su provincia.
¡Qué buena definición del peronismo! Una franquicia.
Nada está definido, ni siquiera quien puede salir primero, en la medida que la elección sea transparente.
Dios ilumine a nuestro pueblo y si eso se le hace imposible, al menos que nos proteja.
EJS
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