El economista Arcadi Oliveres y la, todavía, monja benedictina Teresa Forcades han decidido publicar un “Manifiesto para la convocatoria de un Proceso Constituyente en Cataluña”. Buscan que dicho proceso culmine con la creación de una candidatura unitaria que tenga como objetivo la convocatoria de una asamblea constituyente. El ideario político que se desprende de la lectura del manifiesto es evidente. Secesión de Cataluña, que se convertiría en en una República independiente de España, modelo económico de izquierda radical (estatalismo y nacionalizaciones a gogó) y ecologismo-pacifismo a ultranza.
No voy a analizar todos los puntos del texto que han hecho público. Si acaso, comentar que lo de los “medios de comunicación públicos bajo control democrático” me huele a censura pura y dura, por muy democráticamente que se quiera pintar. Dado que la señora Forcades ha señalado el chavismo venezolano como el ejemplo a seguir, ya nos hacemos una idea de cuál es la opinión que tiene sobre la libertad de prensa. Pero allá ella y sus circunstancias.
Ahora bien, lo que parece evidente es que una monja benedictina no puede dar este paso tan decisivo en dirección a la vida política sin dejar, automáticamente, de ser monja. Sor Teresa Forcades debe convertirse en la ciudadana Teresa Forcades quitándose el Sor de delante de su nombre. De hecho, su actuación pública en los últimos años va encaminada en esa dirección. Forcades tiene de religiosa benedictina lo que yo de monje budista, así que es de sentido común que le haga a la Iglesia el favor, y se lo haga a sí misma, de secularizarse canónicamente. Y si no lo hace por voluntad propia, la Iglesia tendrá que dar el paso.
Ya se verá en qué quedan las repercusiones mediáticas de sus declaraciones una vez abandonada la condición de monja. Posiblemente deje de contar con el interés que hoy tiene para los medios, pero al menos será coherente con su visión de la vida y de la sociedad. O lo mismo se convierte en una nueva Pasionaria a la catalana, en una Margaret Thatcher de la izquierda republicana y secesionista. A mí, sinceramente, me importa un bledo.
Como política de izquierdas podrá defender tranquilamente que se mantenga como legal que las mujeres puedan matar a sus hijos antes de nacer, el derecho de Cataluña a hacer trizas la unidad de España, que llegue el comunismo a su pueblo o que se prohiba que se vacune a la gente. Ya se verá el apoyo electoral que obtiene y como se las arregla con las leyes españolas a las que, le guste o no, está sometida.
Vaya desde aquí mi más sincera felicitación por la coherencia que ha demostrado con este paso.Solo le falta un poquito más de coherencia y dejar la comunidad benedictina de Montserrat a la que pertenece. Así que, ánimo Teresa: tú puedes.
Respecto al señor Olivares, me imagino que hoy mismo habrá presentado su renuncia a la presidencia de la ONG “Justícia i Pau”, que tiene naturaleza jurídica de asociación de derecho canónico de la archidiócesis de Barcelona, que cuenta en su patronato con un delegado episcopal -Josep Maria Fisa- y que recibe recibe habitualmente apoyo económico para su funcionamiento por parte de la Generalidad de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona y el Arzobispado de Barcelona. La otra opción, posiblemente la más sensata, es que dicha ONG deje de depender de la principal archidiócesis catalana.
Luis Fernando Pérez Bustamante
infocatolica.com
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