Una noticia que llama la atención: Funcionarios de las Naciones Unidas entregaron los cohetes que encontraron escondidos en una escuela de la UNRWA (la agencia de la ONU responsable de los refugiados palestinos) a las “autoridades de Gaza”, confirmaron las fuentes en Jerusalén.
Es otra clara demostración del antisemitismo que predomina en las instituciones que se dedican a cuidar el orden y la convivencia pacífica entre las naciones de este planeta. Una institución con tales fines, debería confiscar o destruir todo armamento que llegue a sus manos. Un arma significa violencia y muerte, en especial cuando se encuentra en poder de sectores en guerra. Pero el fuerte odio a Israel y la simpatía con la causa palestina que manifiestan los funcionarios de las Naciones Unidas, les hizo olvidar cual es su función. La devolución de armas a Hamas, es similar a una entrega de armas como lo hace Siria e Iran, hecho que los convierte en sus aliados y colaboradores. Esa repudiable actitud no deja de ser una ayuda a Hamas en su macabro esfuerzo de borrar del mapa a Israel, pues ese armamento tan generosamente devuelto, no quedará archivado como recuerdo en agradecimiento por su gesto. Los pacíficos funcionarios de las Naciones Unidas saben muy que los cohetes que ellos devolvieron a Hamas, serán usados para continuar asesinando civiles en Israel.
Samuel Auerbach
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