Israel está en guerra con el grupo terrorista palestino Hamas que se apoderó de la franja de Gaza. Para terminar rápidamente con el continuo bombardeo a su población civil, Israel necesita destruir los arsenales de Hamas, a los que tiene bien ubicados. Esos arsenales están protegidos en túneles, debajo de casas particulares, mezquitas y hospitales. Sabiendo que Israel se abstiene de matar civiles, los habitantes en sus viviendas, los fieles en las mezquitas y los enfermos en los hospitales, son obligados a servir como escudos humanos contra un posible ataque de la aviación israelí. Y si por ese motivo llegan a morir, serán buen material de propaganda en contra de Israel y "mártires que se sacrificaron por la causa palestina". Es muy cierto que es de héroes morir por defender la patria de uno, pero es de imbéciles morir para destruir la patria del otro.
Mientras que las bombas suicidas, los atentados terroristas y los misiles de Hamas están dirigidos especialmente al sector civil de Israel, este diminuto y sensible país, cuyo pueblo ama a la vida, siempre evitó matar inocentes. Es una desventaja que sus enemigos supieron aprovechar en las guerras que libraron contra él.
Pero basta ya. Aunque, a pesar de las advertencias de las Fuerzas Armadas israelíes, los civiles palestinos no abandonen los arsenales a los que están obligados a escudar, Israel debería atacarlos con su aviación, cerrando los ojos para no sufrir viendo caer a inocentes. Como ciudadano de un país que está en guerra, pienso que es preferible ver eso y no ver las dolorosas bajas que una eventual invasión terrestre a Gaza, podría producir en las tropas que nuestros hijos integran. Es preferible eso y no tolerar los secuestros, asesinatos e incesantes bombardeos que desde la fundación del Estado de Israel, su pueblo está soportando. No importa si el mundo se nos vendrá encima. Es ese mundo parcial que mira para otro lado cuando no es Israel el país al que debe censurar.
Nunca en la historia de la civilización, los países en guerra se abstuvieron de matar civiles, de destruir museos, hospitales, mezquitas, iglesias o sinagogas. En la segunda guerra mundial, Londres fue destruida casi por completo y los EEUU de Norte América destruyeron dos ciudades en un santiamén cada una, sin importarles a quienes quitaban la vida. Y nadie criticó nada porque así son las guerras. Lo importante es no dejarse vencer por el enemigo, en especial Israel porque es su existencia la que está en juego.
Samuel Auerbach.
Natanya, Israel.
---
**Visita: http://salasdevideoconferenciasolgaydaniel.blogspot.com.ar/
http://bohemiaylibre.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario