“Todas las fuerzas son utilizables en nuestro movimiento si son nobles y leales y todos los hombres serán bienvenidos si vienen con lealtad y con sinceridad a servir bajo nuestra bandera.” “El mal de este tiempo y especialmente de este país son los brutos, y tú sabes que es peor un bruto que un malo”
Compañeros, si somos o nos pensamos como PERONISTAS, sólo nosotros podremos dar-nos esta respuesta. Y si somos honestos, y, si la misma es un decidido sí!, entenderemos el deber que convenimos desempeñar para con nuestro PUEBLO, este pueblo trabajador que nos ha conferido la razón de nuestra existencia para un destino al que estamos llamados a cumplir: guardianes de la Justicia Social, de la Libertad del pueblo y de la Soberanía de nuestra PATRIA.
Sin embargo, la mayor parte de nuestra dirigencia parece desconocer quién era, qué representó y por qué fue Perón el que levantó la bandera de una nueva esperanza, frente al socialismo imperialista y el liberalismo capitalista. Que fue él quien nos diera un pensamiento propio gestado desde nosotros mismos, para que aprendamos a mirar nuestras cosas y a nuestra tierra con ojos argentinos.
Compañeros, sin estos aspectos bien clarificados nunca entenderemos quiénes somos y cuáles son nuestras responsabilidades con vistas al futuro.
Uno creería deducir que sobre Perón se ha dicho todo, pero está visto que no es así. De di-versas interpretaciones ha sido objeto Perón, y el Peronismo, atendiendo a las corrientes historiográficas (anglosajona/marxista) que adscribe cada estudioso, a su postura política, a sus reacciones emocionales o al dinero que percibe. Resulta que una gran mayoría de los historiadores, sociólogos, economistas, politólogos e, incluso, políticos actúan como replicantes de la LEYENDA NEGRA que se ha construido alrededor de nuestro conductor. Para colmo de males, a mediado de los ’60 surge una corriente que establecía que al peronismo había que sentirlo, no pensarlo. El problema derivado de esta actitud es que tal pragmatismo llevó a un período plagado de contradicciones y marcado por un sesgo de tragedia que hoy parece repetirse.
Compañeros, nos vienen confundiendo los tantos, máxime si tenemos en cuenta que nos han reducido a un concepto de Movimiento en que todos pueden ‘estar’, mas luego, ser peronistas. Una falacia!
Indudablemente, nos debemos una explicación a nosotros mismos. Quizás las heterodoxias por los que vagamos, por los golpes que hemos recibido, por la soberbia o los desencuentros que no supimos manejar, aún no nos hemos dado ese tiempo. Debemos provocar el debate entre compañeros que somos. Desde nosotros mismos. Que no venga de otros que no sean los nuestros.
Es el momento de RENACER. Es el momento para que todo dirigente peronista de buen talante entienda la importancia de su respuesta al aceptarse como peronista, que debe producir los resultados esperados y que sus actos y accionar sea de una magnitud tal, que beneficie a todos sin distinción alguna. Porque lo que representa es savia filosófica, asociada a la grandeza de multiplicar. Porque el peronismo es un atributo de grandeza que se mide por resultados, con el hacer y el realizar, es la absoluta entrega del misionero que va sembrando ejemplos y esperanzas en medio de un desierto árido de egoísmos y venalidades, abriendo sendas y caminos donde nadie quiere transitar. Compañeros, nos quieren expulsar del devenir histórico despojándonos de nuestra mística, amputándonos la memoria y reducirnos a sombras del pasado. Sin embargo emergeremos de las cenizas más fuertes, más justos, más íntegros, más solidarios…MÁS PERONISTAS!. No es nostalgia pasada, es el pan nuestro de cada día. Ya es tiempo de peronismo: montura que nos vuelve miniaturas en gigantes!.
Nos sentimos hostigados por una agresión desigual frente a unos contreras al que nuestra presencia, en el pasado, no les permitió llegar al poder por su falta de madurez.
Pensemos un instante compañeros, sabemos en qué manos está y quién conduce el peronismo? De un peronismo que lo están vaciando de significaciones…
Unos por ingenuos, otros por vanidosos, algunos por pura revancha, se han prestado a ser instrumentos útiles en esta tragedia que nos toca vivir, y que muchos apóstatas observan nuestra caída libre sin siquiera atinar a buscar alternativas válidas para emprender la RESTAURACIÓN. Escuchamos impávidos voces extrañas que plantean nuestra aniquilación como si fuéramos parte de una dialéctica marxista…como su pudieran superarnos, compañeros!. Sin darnos cuenta de que todo es parte de una tramoya construida por aquellos expulsados de Plaza de Mayo, por confundir lo que está bien con lo que les conviene, con el objeto de tomarse revancha y mostrarse como lo que nunca podrán ser…
Compañeros, el peronismo no tiene vocación de perder este poder. De ninguna manera! Siempre estaremos dando lucha por nuestra Patria, por el Movimiento y por nuestro pueblo!
La conducción estratégica de Perón posibilitó la mayor unidad popular que recuerden los hombres, contrariamente se fue disgregando a partir de su muerte. Hoy, debemos reconstruir, entre todos, parte de ese equilibrio perdido. Para ello es necesaria la erradicación de este sectarismo de derechaizquierda y la indefinición de los tibios.
Dentro del Peronismo ya debe articularse una conducción real, sólida, disciplinada y determinante, como instrumento para contrarrestar toda ese doloroso ‘entrismo’ realizado por un adversario que se manifiesta tan letal como impiadoso. Fueron tan astutos y sutiles que no nos hemos dado cuenta de esta aplastante realidad e, incautamente, caímos en su trampa peleándonos entre nosotros mismos…sin multiplicarnos!
Esto no pretende ser una declaración de lloriqueos ni una ficción inventada para ganarnos un espacio como unos mendicantes. A la búsqueda de la verdad nos remitiremos y estaremos en condiciones de desafiar a quien pretenda desvirtuar esta querella, poniendo sobre la mesa la realidad como única verdad, que avalará todo lo que exponemos, y de lo que UD. sospecha compañero!.
En definitiva, la conducción actual nos revela una incapacidad alarmante para vislumbrar la realidad, fruto de su mezquindad conceptual, de su negación respecto a lo que marcaba Perón en sus enseñanzas y, lo que es más grave, tan solo responden a sus propias estrategias de sobrevivir, legitimando la inorganicidad, manteniendo el inmovilismo que imposibilita los recambios necesarios para dinamizar y fortalecer la conducción del Justicialismo.
La estructura organizativa del peronismo debe asegurar un sistema de elección y selección de sus dirigentes, basado en la participación masiva de sus afiliados y en la promoción de sus militantes más representativos a todos los niveles de la actividad política. Esto, por supuesto, no es lo que ambicionan los cultores de la teoría del “apriete”, de los que tiraron el cadáver de Rucci en la mesa de las negociaciones para torcerle el brazo a Perón, que alientan la desviación, la indisciplina y la atomización, llenos de quimeras pasadas e imposibles, de pasiones desatadas y violentas. Entelequias del ningún lugar, fantasmas arrinconados por la historia.
Los peronistas debemos, como el propio Perón nos señalara, actualizar las formas de ejecución contenidas en la Doctrina y lograr la impostergable tarea de organización, democratización y conducción del conjunto, para que su legado renazca en un movimiento orgánico y adoctrinado, de participación colectiva, como ejemplo de madurez y garantía de unidad.
Se necesita de la unidad de los peronistas para construir la unidad de los argentinos; y la unidad de los argentinos para realizar la de Hispanoamérica e ingresar con soberanía, libertad y justicia al UNIVERSALISMO. Solo así seguiremos siendo un Movimiento de Liberación.
“Debemos defender al peronismo como un estandarte, defenderlo del odio y la melancolía, de los males endémicos y de los académicos, del rufián caballero y del oportunista,…y también, también de los peronistas!”.
GOTTE LUIS E.
SECRETARIO DE ADOCTRINAMIENTO Y FORMACIÓN PERONISTA.
CENTRO DE ESTUDIOS DR. RAMÓN CARRILLO.
MAR DEL PLATA, AGOSTO DEL 2013.
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