Para pensar: apretada síntesis de las conclusiones de dos estudios para confrontar con nuestra realidad nacional.
1. Un estudio realizado por el CNI (centro que normalmente asiste a casi todas las agencias de inteligencia de EE.UU.) titulado “El mapa del futuro global”, predice que en 2020 Estados Unidos seguirá siendo el país más poderoso del mundo, seguido de cerca por China, la India y Europa; América latina, con excepción de Chile y Brasil, prácticamente no existiría.
Expresa asimismo que el centro de gravedad de la economía mundial girará hacia los países asiáticos, debido a que gran parte del crecimiento ocurrirá en China, la India e Indonesia, razón por la cual, viviremos cada vez menos americanizados y cada vez más “asiatizados”.
En ese panorama se afirma que América latina seguirá sin beneficiarse de una mayor integración a la economía global por “la ineficiencia gubernamental y porque hay un riesgo cada vez mayor de que surjan líderes populistas que exploten la brecha entre ricos y pobres para consolidar su poder”.
2. Otro trabajo producido por académicos de la Universidad de Georgetown, el Centro de Estudios Nueva Mayoría y la Universidad Diego Portales de Chile, titulado “América latina en 2020”, coincide con el diagnóstico de la CNI, siendo más explícito aún, pues afirma que América latina “verá crecer la brecha que la separa de las naciones más avanzadas del planeta”. El estudio, redactado por Rolf Linkohr, presidente de la delegación del Parlamento Europeo para Sudamérica dice: “La influencia de América latina en el mundo está disminuyendo. La región se está quedando atrás porque tiene gobiernos ineficientes, carece de sistemas de justicia independientes, ha descuidado la educación y la corrupción está a la orden del día”.
Como resultado de todo lo expresado, “la credibilidad de las elites políticas es baja”, y agrega que el atraso de la región “es principalmente culpa de una elite que está mucho más preocupada por sí misma que por la sociedad”.
La realidad, a la luz del modelo “productivo” K.
El Gobierno recauda mucho, pero gasta más; el componente de obra pública y gasto estatal es muy alto, téngase solo como referencia el gasto en publicidad.
La falta de inversión (fundamentalmente en el sector energético) esta afectando particularmente a la industria.
En un contexto como el descripto, seguimos teniendo un bajo nivel de competitividad global, con un desarrollo financiero mediocre, en donde la recuperación social está por debajo del crecimiento económico.
Al modelo “productivo” K se lo puede describir como la combinación de una política de tipo de cambio alto, con incentivos al consumo, con controles de precios y adulteración de los índices inflacionarios oficiales, con claros estrangulamientos en energía y transporte, un gran sacrificio para toda la población y muy particularmente para los jubilados, obscenamente excluidos de todo aumento salarial digno, junto a un fuerte crecimiento del gasto público.
Para el Indec todo está más barato. En julio, el costo de la Canasta Básica Alimentaria para una familia tipo fue de $432,52. La Canasta Básica Total que define el límite para no caer en la pobreza, (mide la evolución no sólo de los alimentos, sino también el de la indumentaria y los servicios) para una familia con dos hijos menores, quedó en $929,93.
Los precios de referencia no sirven porque no se cumplen. Los precios relativos están muy atrasados (alimentos, energía, combustibles y transporte, por ejemplo). El esquema K se está agotando. ¿Cuál será el esquema de Cris, si gana?.
Mientras crece la incertidumbre, decrecen las inversiones (aunque algunas ingresen clandestinamente viajando en vuelo chárter desde Venezuela, bien custodiadas por funcionarios públicos K del Ministerio de Planificación, ¿incentivos?, ¿lavado?, ¿apoyo para la campaña de Cristina?) y se incrementa la inflación (áspera realidad conformada por insostenibles desequilibrios en el ámbito de la economía nacional y regional), las entidades que agrupan a los productores agropecuarios de todo el país profundizan el desencuentro con el gobierno reprochando uniformemente la política oficial para el sector (control de precios, retenciones y la inflación). ¿Qué podrá hacer Kirchner, con la mirada puesta en las próximas elecciones, para fracturar a la opositora unidad del activismo agropecuario con la “conspiradora” oligarquía vacuna (para Aníbal Fernández “derecha liberal angurrienta”)?.
Mientras el titular de la Sociedad Rural demanda puntualmente el fin de las retenciones que paga el campo y también de las restricciones a las exportaciones de carne vacuna, el vicepresidente de CRA, Néstor Roulet, afirma que “Los productores agropecuarios no queremos subsidios, no queremos limosnas, ni entrar en ese amplio mundo del clientelismo que está organizando el Gobierno. Sólo pretendemos lo que nos corresponde y lo que es nuestro”.
Día a día se va acrecentando la sustitución de la ganadería por la agricultura. En los últimos 15 años, la ganadería cedió a la agricultura unos 11 millones de hectáreas.
El principal destino de los productos agroalimentarios nuestros es China (por favor, relea las tendencias expresadas en los dos estudios descriptos más arriba).
El riesgo país más que se duplicó en los últimos meses rondando los 459 puntos básicos.
Venezuela, que desde el 2005 lleva invertido en papeles argentinos unos 4.500 millones de dólares, se ha convertido en el “prestamista de última instancia”. En esta oportunidad, con un mercado bastante complicado para la emisión títulos, la Argentina le venderá a Chávez 500 millones de dólares en BODEN 2015, pagando una tasa de interés que oscilará en torno al 10,6% anual (se trata del costo más alto que debe asumir el gobierno para tomar dinero desde que reestructuró la deuda). Según Alberto Fernández, “los argentinos debemos estarle reconocidos” al generoso Hugo Chávez. ¿A cuánto nos prestaba el FMI?.
La deuda pública argentina (unos u$s 140.000 millones) volvió hoy a los mismos niveles que tenía en 2001 (u$s 144.500 millones) antes de la crisis. El 40% de los pasivos está nominado en dólares y el 41% se ajusta por la inflación (se encarece por cada punto de devaluación de nuestra moneda aparte del encarecimiento de los pasivos indexados).
La mezcla de indiferencia, desconfianza e ideologías, está convirtiendo a la Argentina en un país irrelevante para el mundo. Nadie desea invertir a largo plazo (salvo el bolivariano) en un país con instituciones débiles y políticos fuertes (piense en 2020...).
Nuestro mayor pecado es no tener una visión estratégica de país, razón por la cual el grado de improvisación es muy grande.
Puede ser que nuestro país a pesar de las afirmaciones del Dr. Duhalde: “la Argentina está condenada al éxito”, ¿recuerda?, deje de ser un país con futuro..., tal vez... Todo depende de los argentinos. Si tenemos buenos diagnosticadores que nos permitan prever el futuro a fin de proveerlo (y los tenemos), y políticos – estadistas (que también los hay) que sin apegarse a ideologías retrógradas ni a banderías sectoriales, proyecten a mediano y largo plazo el futuro del país, estoy seguro que la Argentina puede tener un lugar preponderante en el contexto internacional a futuro.
Para ello deberíamos revisar nuestras instituciones y luego planificar (LOS QUE SEPAN) jugando con los factores estructurales y políticos que permitan profundizar racionalmente, en los próximos diez años, tanto la democracia, como sus clásicos principios de justicia social, equidad en la distribución de la riqueza, igualdad de oportunidades en educación, salud y justicia.
Por el momento, “lo que hay es una inequidad escandalosa que lesiona la dignidad personal y la justicia social” (Cardenal Jorge Bergoglio). Proyéctela al 2020, ¿cómo lo ve?.
Algunas afirmaciones dichas “al boleo” por nuestros funcionarios...
“Queridas abuelas, abuelos y jubilados” a quienes “fuimos dándole el lugar que merecen y vamos a seguir en esa recuperación”, N{estor Kirchner al hablar en el acto de cierre de la fórmula perdedora Filmus-Heller ( hasta el día de hoy los abuelos no tienen ni para remedios).
“El mejor ejemplo para nuestros hijos es que sus abuelos puedan disfrutar los frutos de una vida dedicada a hacer grande la Argentina” (Daniel Scioli). ¿Conocerá nuestro entonces vicepresidente la falta de actualización en los haberes de los jubilados y cuántos de ellos están por debajo de la línea de pobreza?.
“Hay que luchar con desprendimiento en la tarea de gobierno, y por cada golpe hay que poner la otra mejilla; a cada agravio, un gesto de amor y a cada actitud insolidaria, un gesto solidario, y a cada actitud sectaria, una actitud de amor” (Néstor Kirchner).
¿Habrá escuchado ese mensaje Aníbal Fernández, cuando afirmo que Mauricio Macri era “un señor sin formación política, un típico tilingo, un especulador” achacándole “no laburar mucho”, y de “rebuscársela mostrando la caripela”. ¿Habrá escuchado a Kirchner el polifuncional y multifasético Rafael Bielsa, entonces diputado por la ciudad de Buenos Aires y candidato a gobernador de la provincia de Santa Fe, quien dijo que Binner: “...cada vez que habla rebuzna”.
Una vez más las palabras de Kirchner quedan superadas por una realidad muchas veces desconocida hasta por el propio presidente y su esposa.
Hasta la próxima,
en azul y blanco,
HUGO CÉSAR RENÉS.
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