para Porisrael.org
Enviado por Raúl Reuben Vaic
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La tira tragicómica aparecida en el diario Página 12 es la demostración de un nazi que expresa lo que piensa. Sin metáforas, no esconde su ideología por segunda vez a través del humor en ese medio. Es un activista racista con lápiz y papel que fue publicado masivamente en un periódico defensor de los Derechos Humanos.
El autor de semejante y brutal utilización de la barbarie cometida contra los judíos durante la Shoá debe haber sido criado con mamadera de odio y dibujado su antisemitismo con la sangre de los asesinados. En el detalle de los cuadros hace hablar a sus personajes, a los prisioneros, con sus trajes a rayas, con sus perfiles de nariz aguileña haciéndoles decir al disc-jockey, que los hace bailar, que está equivocado porque a ellos los van a matar.
¿Y qué quiere decir esto? Esto significa, mis queridos hermanos judíos y dirigencia comunitaria, que tanta explicación al enemigo no es un método para cambiar su antisemitismo. Inclusive la intención de poner a Hitler estimulando a los judíos a que se diviertan porque así el jabón, después de ser incinerados, saldrá mejor, es, desde la mente del dibujante, una demostración más de su placer por matar judíos y del reciclado de sus restos. Es el típico representante de un nazismo vigente, sin ningún tipo de tapujos, en un país como el nuestro en el que vivimos recordando la barbarie del Proceso y sus metodologías. Y esto es lo paradójico.
La tira tragicómica aparecida en el diario Página 12 es la demostración de un nazi que expresa lo que piensa. Sin metáforas, no esconde su ideología por segunda vez a través del humor en ese medio. Es un activista racista con lápiz y papel que fue publicado masivamente en un periódico defensor de los Derechos Humanos.
El autor de semejante y brutal utilización de la barbarie cometida contra los judíos durante la Shoá debe haber sido criado con mamadera de odio y dibujado su antisemitismo con la sangre de los asesinados. En el detalle de los cuadros hace hablar a sus personajes, a los prisioneros, con sus trajes a rayas, con sus perfiles de nariz aguileña haciéndoles decir al disc-jockey, que los hace bailar, que está equivocado porque a ellos los van a matar.
¿Y qué quiere decir esto? Esto significa, mis queridos hermanos judíos y dirigencia comunitaria, que tanta explicación al enemigo no es un método para cambiar su antisemitismo. Inclusive la intención de poner a Hitler estimulando a los judíos a que se diviertan porque así el jabón, después de ser incinerados, saldrá mejor, es, desde la mente del dibujante, una demostración más de su placer por matar judíos y del reciclado de sus restos. Es el típico representante de un nazismo vigente, sin ningún tipo de tapujos, en un país como el nuestro en el que vivimos recordando la barbarie del Proceso y sus metodologías. Y esto es lo paradójico.
(fragmento de una nota más extensa)
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