Superstición y cultura
Insisto: CONTINUIDAD O CAMBIO
Por Eduardo Juan Salleras, 31 de julio de 2015.-
Se autoriza su publicación solamente en forma completa y nombrando la fuente
Si para Ud la inseguridad es una sensación, el narcotráfico una consecuencia natural de los tiempos modernos, la inflación una exageración, la desaparición de personas algo del más allá, la trata de blancas una nueva modalidad de empleo, y correr los jueces que investigan el robo del dinero del pueblo, la corrupción, es una piolada, entonces vote continuidad…
- Tienes que hacer figurar en las encuestas que él gana y en primera vuelta…
- ¿Y para qué?
- Para que él gane en primera vuelta, ¿me entiendes?.
Entre la superstición y la cultura se debate hoy el resultado de la elección presidencial - ¡ojo! En provincia de Buenos Aires el resultado también puede traer consecuencias catastróficas para la sociedad – ya que, han fracasado en el intento de llegar a presidentes, los gobernadores del distrito más importante del país, incluso teniendo en la Nación el mismo signo político (Duhalde). Este karma da para pensar, si es sólo un maleficio o una coincidencia desagradable para los postulantes. También se cree que el argentino promedio es un vicioso exitista, llevándolo a votar siempre al que parece ganador. A partir de ello, las encuestadoras, pasaron a cumplir una triste labor: ajustar la realidad a los dineros de quién las contratan.
Según algunos, a la ciudadanía lo único que le interesa es la economía, por encima de la política. Esta condición demuestra que la corrupción es un problema endémico en la Argentina, el dinero está por encima de los principios, desconociendo que no hay economía que aguante sin un proyecto político serio y sano desde lo ético.
Sobre la mesa del poder se tiran fortunas. Alrededor están todos desesperados esperando que retiren los de más arriba lo suyo, para luego sí, los nerviosos beneficiarios - luego de demostrar su actuada obsecuencia - tirarse de cabeza: empresarios, punteros, barras bravas, artistas, periodistas… y los nuevos incorporados a la corrupción generalizada, a manotear lo que queda .
Si hay algún juez o fiscal que ose investigar estos beneficios, será rápidamente apartado de la causa, ya sin ningún pudor, para serle entregada a un amigo participante de la mesa de la riqueza.
Mientras tanto la gente afuera intenta esquivar las balas de la inseguridad, en una selva oscura, parecida a la Ciudad Gótica de Batman, en la que la violencia se respira en el ambiente, todo vale, excepto la vida de los ciudadanos, por la que nadie se inquieta.
Desde ya que la sociedad tiene sus culpas, entregada, desanimada, se preocupa más por su supervivencia individual que por la colectiva, sin darse cuenta que así su esfuerzo es totalmente estéril, porque la violencia, tarde o temprano, le llegará.
Está muy claro, que todo lo anterior está íntimamente relacionado con las nuevas costumbres, el consumo desenfrenado de alcohol y droga en los jóvenes, que nadie detiene y que en la última década se fue acentuando al tiempo que la Argentina ganaba importancia en el camino del narcotráfico.
Los valores sociales en la última década cayeron a los niveles más bajos, quizás jamás sospechados, al punto que hoy violar a una adolescente ya no es cuestión solamente de un depravado, sino una práctica común de divertimento. Y todos nos limitamos a decir ¡Oh! Sin hacer nada.
Dejamos tan solo que las cosas pasen, y pasan, se agravan, sin vuelta atrás. Nunca supimos volver a foja cero y lo que parecía antes ciencia ficción, hoy es una realidad incontrastable.
Cómo no va a ser así, si una década detrás, fomentado por el gobierno, se colocaron carteles en derredor de la Plaza de Mayo, con la foto de los periodistas y personajes indeseables para el oficialismo para que la gente escupiera su cara. ¿Cómo no vamos a llegar a dónde estamos?
El nivel de intolerancia es insostenible y la violencia verbal inaceptable, más si se abusa por tener detrás una investidura que otorga impunidad- o inimputabilidad – cuando un ministro sale a decir barbaridades sin límites y nadie puede decir absolutamente nada.
El abuso de la cadena oficial haciendo propaganda para las próximas elecciones sería un escándalo en cualquier país normal, no aquí, porque dejamos de serlo hace más de una década.
Barras bravas que viajan a los mundiales con el dinero de todos, incluso el de aquellos que no tienen para comer, y en agradecimiento a la sociedad que contribuye para ello, violencia en el fútbol. Es que el negocio es, casualmente, que la gente se vea obligada a ver a su equipo por la TV, y por ello el Fútbol para Todos, la propaganda oficial más importante. Fortunas incontrolables se destinan a ese fondo negro del deporte del pueblo.
Es increíble que gran parte de ésta fiesta nacional y popular, sea financiada con los fondos de los jubilados, a los que se les niega el 82% móvil que les corresponden por ley, que no respetan; tan inaceptable como escuchar que es imposible cumplir con ello, cuando un delincuente preso cobra más que un decente que trabajo toda su vida para tener una vida honrada.
Y escuché a uno decir: - no sé si voy ir a votar, esto no tiene vuelta a atrás.
Insisto: si Ud cree que todo o gran parte de lo ocurrido en los últimos 12 años, está bien, vaya y vote continuidad, sea responsable y no diga después que no los votó. Ahora, si considera que la inseguridad es un flagelo insostenible; el narcotráfico la condena de la sociedad; la corrupción y una justicia doblegada a ella un horror republicano; la inflación, el más desagradable impuesto a la pobreza; la desaparición de personas y la trata de blancas una inaceptable realidad que lastima; como usarle el dinero a los jubilados para pagarle la fiesta a los vagos… si le parece inaguantable ya la intolerancia y la violencia social de todos los días… Elija el cambio, al más capaz de llevarlo a cabo. Pero, no se desentienda.
El Estado es del pueblo, hay gobiernos que lo usurpan.
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