ARTICULO Claudio Chaves junto a mi respuesta a algunas opiniones opinables respecto a mi persona (al que le quepa el sayo, que se lo ponga).
Realmente estoy absolutamente seguro que como argentinos, nuestro futuro común, hoy no existe, pero si existe nuestro presente; y es precisamente este presente el que nos está imponiendo la necesidad de estrechar filas, sumar voluntades e ideas y elevar nuestros objetivos para solucionar tanta pobreza intelectual y económica que padece una parte importante de nuestra población.
Como a muchos le consta, no acostumbro llevar en mis palabras el simplismo instalado por la demagogia kirchnerista. Expreso y describo la cruda realidad nacional que llevamos en mis espaldas que realmente lastima, mortifica, y que urge modificar.
Pero no son para nada un lamento de lo que pudimos ser Y NO SOMOS. Son, o intento que sean, un llamado a la imaginación, al trabajo creativo, a la ilusión puesta en el porvenir, NO EN EL PASADO.
Mi voz y la de los que intento representar, que hoy no opinan porque tienen miedo a represalias o a perder algún beneficio individual (miserias hay en todas partes), o están presos de un Poder Judicial dócil y permeable a las "influencias" del Poder Ejecutivo que lo emplea para someter y silenciar, es la voz de la fe, del trabajo y del sacrificio, y la del futuro de ese trabajo y ese sacrificio.
La buena fe de las causas se conocen por el cuño de las obstinaciones, y mi obstinación es la natural obstinación de quién sabe, CON MUCHA HUMILDAD, donde esta mi camino, y resolvió desde hace tiempo a seguirlo.
REPITO UNA VEZ MÁS: SI NO ME ENTIENDES, ES PORQUE HABLAMOS LENGUAS DIFERENTES
Un fuerte abrazo en azul y blanco,
Hugo Cesar Renés
Sólo para estén informados les reenvío un artículo de Claudio Chaves, opinable como todo lo que envío o reenvío yo.
Creo que vale la pena darle una leída, seguramente te ayudará a entender el fenómeno Kirchnerista.
LA FALACIA DEL PENSAMIENTO KIRCHNERISTA.
Raul Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, José M. Rosa, Juan J. Hernández Arregui, Rodolfo Puigros, Jorge Abelardo Ramos y John W. Cook han sido los pensadores al que este gobierno más atención ha prestado a la hora de interpretar la historia de nuestro país. Todos ellos han formado parte de la generación intelectual que se educó en el marco de un mundo quebrado por dos guerras y sumergido en la profunda crisis del 30’.
Sólo para estén informados les reenvío un artículo de Claudio Chaves, opinable como todo lo que envío o reenvío yo.
Creo que vale la pena darle una leída, seguramente te ayudará a entender el fenómeno Kirchnerista.
LA FALACIA DEL PENSAMIENTO KIRCHNERISTA.
Raul Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, José M. Rosa, Juan J. Hernández Arregui, Rodolfo Puigros, Jorge Abelardo Ramos y John W. Cook han sido los pensadores al que este gobierno más atención ha prestado a la hora de interpretar la historia de nuestro país. Todos ellos han formado parte de la generación intelectual que se educó en el marco de un mundo quebrado por dos guerras y sumergido en la profunda crisis del 30’.
Bajo la influencia de las ideologías nacientes del siglo XX: el nacionalismo y el marxismo, abordaron desde esa cosmovisión su presente y el pasado. Como correspondía a su tiempo fueron feroces críticos del liberalismo a quien responsabilizaron de ser un cuerpo doctrinario al servicio de la anti-patria.
Para todos ellos la Argentina del siglo XIX, a excepción del período que gobernó Rosas, se había transformado, liberalismo mediante, en un país dependiente del capitalismo británico, por lo tanto una especie de semi-colonia con veleidades europeístas de gran nación de la cual debíamos avergonzarnos.
Seguían las ideas de Lenín que en su libro “El Imperialismo etapa superior del capitalismo” afirmaba que esa dependencia era la razón de la pobreza de unos y la riqueza de otros. En consecuencia la lucha frontal contra el imperialismo auguraba un futuro de grandeza y desarrollo industrial autónomo como también, para los de inspiración marxista, el advenimiento del socialismo, pues al reintroducir la crisis en los países centrales, al verse privados de sus regiones de influencia, verían disminuidas sus enormes ganancias viéndose obligados a ajustar el cinturón de su clase obrera. De ahí al conflicto de clase y al socialismo un solo paso.
Esta cosmovisión afincada en el peronismo tradicional y la izquierda pro-peronista es la que ha profesado el kirchnerismo, al menos hasta estos días.
EL BICENTENARIO
El 2010 fue el punto más alto y agudo del ideologismo historiográfico kirchnerista, expresado en esta instancia por divulgadores que nada nuevo aportaron a la ciencia histórica, como Pacho O’Donnel, Felipe Pigna o Hugo Chumbita, por citar algunos, que replicaban una visión historiográfica gastada y perimida. La creación del Instituto Dorrego fue un claro ejemplo de lo enunciado. Más de lo mismo.
Esta cosmovisión afincada en el peronismo tradicional y la izquierda pro-peronista es la que ha profesado el kirchnerismo, al menos hasta estos días.
EL BICENTENARIO
El 2010 fue el punto más alto y agudo del ideologismo historiográfico kirchnerista, expresado en esta instancia por divulgadores que nada nuevo aportaron a la ciencia histórica, como Pacho O’Donnel, Felipe Pigna o Hugo Chumbita, por citar algunos, que replicaban una visión historiográfica gastada y perimida. La creación del Instituto Dorrego fue un claro ejemplo de lo enunciado. Más de lo mismo.
En ese año el gobierno, desde la Presidenta hacia abajo, repitió el viejo y gastado esquema de liberación o dependencia, claro que con otras palabras. Al discutir con el pasado, costumbre habitual del kirchnerismo, la argentina del Centenario se les antojaba injusta, extranjerizante y pro europea, Carta Abierta decía en esa oportunidad: “Un modelo de país agroexportador incapaz de proyectarse con autonomía del Imperio Británico”. Recorrer los discursos y declaraciones de los cuadros políticos e intelectuales del kirchnerismo es hallar ideas similares.
AHORA CHINA
La Argentina de 1862 a 1930 creció exponencialmente vinculando su economía al mercado mundial algo que al revisionismo kirchnerista le parece deplorable. La crisis del 30’ rompió el hechizo y debimos encerrarnos en nuestro mercado interno, sustituyendo importaciones, alejándonos lentamente del mercado mundial dejando de ser el mundo el engranaje central de nuestra economía.
AHORA CHINA
La Argentina de 1862 a 1930 creció exponencialmente vinculando su economía al mercado mundial algo que al revisionismo kirchnerista le parece deplorable. La crisis del 30’ rompió el hechizo y debimos encerrarnos en nuestro mercado interno, sustituyendo importaciones, alejándonos lentamente del mercado mundial dejando de ser el mundo el engranaje central de nuestra economía.
A esta realidad no buscada había que encontrarle un relato, esto es, un cuerpo de doctrina que diera sentido a la novedad y esta arquitectura cultural fue el nacionalismo con colores y sonidos marxitoides. En ese tiempo de desconexión los pensadores citados construyeron la idea que la autarquía era el camino a la grandeza. Algo salió mal. La industria no trepó a los niveles competitivos internacionales y la “oligarquía ganadera” continuó siendo el sector competitivo por excelencia.
Lo cierto que el ciclo sustitutivo ha culminado como lo pone en evidencia nuestra industria automotriz, la de Tierra del Fuego y cientos de pymes que dependen de insumos de un mundo interconectado.
De pronto aparece China y se dispone a ocupar el rol que ciento cincuenta años antes cumplió Inglaterra y ¿qué hace el kirchnerismo? ¡Lo que hay que hacer!, acuerdos con ellos. Pero claro… ¿cómo los realiza? de manera vergonzante, ocultando, escondiendo, con tapujos. ¡Rehacer un discurso aprendido de memoria no se hace de un día para el otro!
Resultado: para la mediocridad intelectual del kirchnerismo el imperialismo solo es norteamericano, los chinos son humanistas, solidarios, portadores de una cultura amigable con los valores humanos. En fin…comunistas.
Scalabrini Ortiz, ídolo del kirchnerismo, denunciaba la entrega de tierras al capitalismo británico para la construcción del ferrocarril Rosario- Córdoba, tanto como la importación de insumos con preferencia aduanera y otras preciosuras. Esta mirada contribuyó en la política a aquella famosa consigna: Patria sí, colonia no, que la Cámpora enarbola con un vigor rayano en el paroxismo.
¿Luego de los acuerdos con China, que ni la maldita oligarquía se animó con Gran Bretaña, seguirán los sones patrióticos. No hay nada más peligroso que los conversos puestos a gobernar.
CLAUDIO CHAVES
De pronto aparece China y se dispone a ocupar el rol que ciento cincuenta años antes cumplió Inglaterra y ¿qué hace el kirchnerismo? ¡Lo que hay que hacer!, acuerdos con ellos. Pero claro… ¿cómo los realiza? de manera vergonzante, ocultando, escondiendo, con tapujos. ¡Rehacer un discurso aprendido de memoria no se hace de un día para el otro!
Resultado: para la mediocridad intelectual del kirchnerismo el imperialismo solo es norteamericano, los chinos son humanistas, solidarios, portadores de una cultura amigable con los valores humanos. En fin…comunistas.
Scalabrini Ortiz, ídolo del kirchnerismo, denunciaba la entrega de tierras al capitalismo británico para la construcción del ferrocarril Rosario- Córdoba, tanto como la importación de insumos con preferencia aduanera y otras preciosuras. Esta mirada contribuyó en la política a aquella famosa consigna: Patria sí, colonia no, que la Cámpora enarbola con un vigor rayano en el paroxismo.
¿Luego de los acuerdos con China, que ni la maldita oligarquía se animó con Gran Bretaña, seguirán los sones patrióticos. No hay nada más peligroso que los conversos puestos a gobernar.
CLAUDIO CHAVES
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