Porqué es difícil un prolongado cese de fuego.
La obstinada negativa de Hamás a desarmarse, es una clara demostración de que este grupo terrorista sigue obedeciendo a la orden celestial que les dicta aniquilar a Israel. Todas las exigencias que pone sobre la mesa de negociaciones que en Egipto se desarrollan con el fin de obtener una tregua duradera, llevan implícita la intención de desplazar del Medio Oriente al “intruso país de los sionistas”, no importa cuándo sea. Paciencia no les falta. La liberación de las bocas de entrada a Gaza y la creación de un aeropuerto, son exigencias de Hamás que lo llenará de sofisticados armamentos con los que podrá llevar a cabo sus deplorables fines.
La obstinada negativa de Hamás a desarmarse, pone a luz esta triste realidad: el régimen que somete al pueblo de Gaza, se instaló por la fuerza en esa franja contigua a Israel con el exclusivo propósito de aniquilar al país vecino, y no para gobernar a sus correligionarios que la habitan. Hamás no gobierna al pueblo de Gaza, su sector civil es usado y sacrificado a favor de sus siniestros planes guerreros. Todo el dinero que entra a las arcas gubernamentales, se invierten en elementos de destrucción y en beneficio propio de sus dirigentes, en vez de hacerlo para la seguridad, bienestar y progreso de la gente a la que gobierna.
Israel suspenderá sus ataques solo si Hamás deja de bombardear a Israel. Pero Hamás no lo dejará de hacer mientras Israel sea su vecino, mientras no desistan de obedecer a esa santa orden que desde el cielo les llega.
Una tregua prolongada para el alivio de ambos pueblos, es muy difícil que la logren los bien intencionados intermediarios que para ello se esfuerzan en Egipto. Las condiciones que las partes proponen, no satisfacen ni a unos ni a otros. Mientras que Hamás exige condiciones que le permitan conseguir más armas para continuar atacando al pueblo de Israel, este pequeño pero fuerte país solo pide tranquilidad para sus ciudadanos. Mientras Israel pide paz para su pueblo y para el pueblo de Gaza, Hamás no tiene en su programa dejar de molestar a los odiados judíos que tiene al lado, aunque para ello tenga que sacrificar a su pueblo con destrucción, miseria y muerte.
Y si al finalizar la presente tregua, los fanáticos de Gaza reanudan sus provocaciones, si continúan lanzando mortíferos misiles sobre la población civil de Israel, las fuerzas de defensa del país de los judíos tendrán la oportunidad de conseguir esta vez lo que no pudieron otras veces con suaves repuestas bélicas. Israel volverá poner en marcha su operación “Margen Protector”, y así continuar con su interrumpido y legítimo fin, que es conseguir con las armas el desarme de Hamás, y si es posible, lograr un cambio de gobierno en Gaza que devolverá a su respectivos pueblos, la paz que todo pueblo merece.
Samuel Auerbach
Natanya, Israel.
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**Visita: http://salasdevideoconferenciasolgaydaniel.blogspot.com.ar/
La obstinada negativa de Hamás a desarmarse, pone a luz esta triste realidad: el régimen que somete al pueblo de Gaza, se instaló por la fuerza en esa franja contigua a Israel con el exclusivo propósito de aniquilar al país vecino, y no para gobernar a sus correligionarios que la habitan. Hamás no gobierna al pueblo de Gaza, su sector civil es usado y sacrificado a favor de sus siniestros planes guerreros. Todo el dinero que entra a las arcas gubernamentales, se invierten en elementos de destrucción y en beneficio propio de sus dirigentes, en vez de hacerlo para la seguridad, bienestar y progreso de la gente a la que gobierna.
Israel suspenderá sus ataques solo si Hamás deja de bombardear a Israel. Pero Hamás no lo dejará de hacer mientras Israel sea su vecino, mientras no desistan de obedecer a esa santa orden que desde el cielo les llega.
Una tregua prolongada para el alivio de ambos pueblos, es muy difícil que la logren los bien intencionados intermediarios que para ello se esfuerzan en Egipto. Las condiciones que las partes proponen, no satisfacen ni a unos ni a otros. Mientras que Hamás exige condiciones que le permitan conseguir más armas para continuar atacando al pueblo de Israel, este pequeño pero fuerte país solo pide tranquilidad para sus ciudadanos. Mientras Israel pide paz para su pueblo y para el pueblo de Gaza, Hamás no tiene en su programa dejar de molestar a los odiados judíos que tiene al lado, aunque para ello tenga que sacrificar a su pueblo con destrucción, miseria y muerte.
Y si al finalizar la presente tregua, los fanáticos de Gaza reanudan sus provocaciones, si continúan lanzando mortíferos misiles sobre la población civil de Israel, las fuerzas de defensa del país de los judíos tendrán la oportunidad de conseguir esta vez lo que no pudieron otras veces con suaves repuestas bélicas. Israel volverá poner en marcha su operación “Margen Protector”, y así continuar con su interrumpido y legítimo fin, que es conseguir con las armas el desarme de Hamás, y si es posible, lograr un cambio de gobierno en Gaza que devolverá a su respectivos pueblos, la paz que todo pueblo merece.
Samuel Auerbach
Natanya, Israel.
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