Tengamos cuidado, no vaya a ser que por intentar salir del fuego caigamos en sus brasas…, escuchemos, leamos, exijamos compromisos…
Supo afirmar Sergio Massa, respecto al lineamiento de los principales ejes del proyecto de gobierno de Cristina Fernández enunciados en el discurso de apertura del 126º período ordinario del Congreso de la Nación: “El estilo y la capacidad para expresar ideas fue contundente. Es una mujer admirable por sus condiciones de estadista, pero además demuestra que es una persona preparada para enfrentar los desafíos de la gestión”.
Amigos de la vida, les pido que sepamos leer con inteligencia los gestos de la gente, no los que expresan algunos medios ni sus comunicadores.
Hoy más que nunca es necesario trabajar para que las fuerzas individuales, lejos de aislarse y reconcentrarse en su egoísmo, concurran simultánea y colectivamente a un fin único: al progreso y engrandecimiento de nuestro pueblo.
La fe que nos debe animar debe ser incontrastable: Dios, la patria, el grito de nuestra conciencia y de nuestra razón nos imponen el deber de consagrar todas nuestras fuerzas en pos de esos objetivos.
Tenemos por delante un mundo de esperanzas y la fuente inagotable de un porvenir incógnito que debemos descifrar.
El fatalismo de los que nada hacen no tiene que contagiarnos.
No debemos discutir entre nosotros, porque si lo hacemos nos convertiremos cada uno en enemigo de todos, y estaremos ejecutando justamente lo que las "máscaras K" pretenden.
En política se puede y se debe aspirar al ideal. Pero, justamente, por ese mismo ideal y por tratar de realizarlo, debemos ser realistas y atenernos estrictamente a la realidad de los hechos.
Y esa realidad, esencialmente polimorfa y siempre cambiante, puede exigir variedad de procedimientos e imponer variaciones tácticas.
Hoy la propuesta es liberarnos de tanta mediocridad.
Les pido a todos que me ayudemos para terminar con aquellos que se están sirviendo de la política en su propio beneficio y no en el del pueblo.
Con la misma convicción les pido que no se dejen engañar por la falsa apariencia de dudosas honestidades (verdaderos antifaces de la malicia), que a través de temerarias acusaciones o de verdades a medias, procuran contaminar con falsas apreciaciones a la sociedad; deben recordar bien de que fuentes emanan y cuáles son los designios que acarician estos difamadores.
La experiencia nos ha hecho ver ya suficientemente que clase de bienes pueden reportar a la sociedad esos corifeos y cómo sus frutos solo han engendrado la decepción, el desencuentro, el desengaño y el odio entre los argentinos.
Creo que lo más importante en estos momentos es destruir con el apoyo de todos, la virulencia de los fermentos disgregadores en el que puedan cuajar el egoísmo y la indiferencia.
No quiero más miseria, pobreza, exclusión, violencia social, indignidad, injusticias de todas clases..., BASTA!!!.
Que Dios los bendiga a todos en este cometido.
Los abrazo desde el corazón,
HUGO CESAR RENÉS…
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