Al cumplirse diez años de haber asumido la Presidencia de la Nación, un hombre, el doctor Néstor Kirchner, fue el iniciador de un camino de transformación institucional y política que es nuestro deber recordar.
Un camino que tuvo en la política al instrumento esencial para darle a nuestro pueblo la recuperación tan deseada. Una recuperación no sólo en el aspecto material sino, fundamentalmente, en recrear la autoestima de todos los argentinos.
Néstor Kirchner hizo de la política un medio en donde todos los hombres y mujeres de buena voluntad pudimos expresarnos y ser protagonistas de la Argentina por venir.
Los trabajadores organizados, la juventud, la mujer, la cultura, la producción, los partidos políticos, las organizaciones sociales: todos fuimos incorporados a un sistema de participación que dio garantía a una mayor y mejor democracia, y recreamos la idea de organización popular como indispensable para sostener la política en defensa de los grandes intereses nacionales.
Compartí con Néstor Kirchner encuentros que me dieron la visión de un proyecto de país para los próximos veinte años. Ese dirigente peronista convertido en estadista, preocupado y ocupado del crecimiento de la Argentina.
Así lo expresó en julio de 2010 cuando visitó al bloque del Frente para la Victoria de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires y explicó con pasión su mirada patriótica.
Se inició con su Gobierno la recuperación de la justicia social y de soberanía que ha permitido la construcción de un país sustancialmente diferente y con certezas. Y de un constante crecimiento que ha recreado nuevas bases estratégicas y una acumulación económica con inclusión social que posibilitó a una gran cantidad de argentinos que volvieran a sentirse dignos.
Independencia Económica
Como ha ocurrido a lo largo de nuestra historia, debió enfrentar a aquellos que aceptaron dócilmente las recetas del neoliberalismo que aconsejaba la enajenación del patrimonio de los argentinos. Esos que decían restablecer las relaciones con el Fondo Monetario Internacional para ponernos bajo su dominio.
Personajes que nos mostraban hacia dónde iba el mundo siguen como si nada sucediera, tratándonos de explicar lo que sus intereses inconfesables tornan inexplicables.
Está claro que los argentinos ya no soportamos el engaño. Néstor Kirchner así lo entendió, y se puso al frente de la patria y de su gente, utilizando la política como el medio para alcanzar la paz, el bien común y la felicidad posible del pueblo.
Paz, resultado de la justicia social; independencia económica premisa del bien común; y felicidad del pueblo mediante una activa y constante participación en la conducción de su destino.
La continuidad de su gesta y los logros obtenidos hasta ahora dependerá de nosotros. De todos los que aspiramos a tener una patria grande y un pueblo feliz.
De profundizar el proyecto nacional que hoy lleva adelante la presidenta de todos los argentinos, Cristina Fernández de Kirchner, y en el acompañamiento que debemos realizar desde aquellos lugares donde las circunstancias nos ubiquen.
Lo que no debemos hacer, tal como lo señalara Néstor Kirchner, es renunciar a la política para entregar el sistema de decisiones a las corporaciones. Ese ha sido, para mí, su primordial legado.
Presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires
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