¿Murió o simuló haber muerto? Si murió realmente, ¿fue un suicidio? ¿fue un asesinato? Y muchos otros de alguna forma menos realistas.
El caso de Néstor Carlos Kirchner no fue una excepción. Los habituales incrédulos hicieron y siguen haciendo en voz baja y con miradas de cierta complicidad para con sus interlocutores, comentarios acerca de la mayoritariamente inesperada muerte del ex presidente argentino.
Si ellos suelen poner cara de "yo sé algo que pocos saben", permítanme poner yo la de "no sé nada que la mayoría no sepa" para hacer aquí un repaso de datos de las fuentes más diversas. El objetivo es ayudar a un historiador de oficio o amateur a investigar el asunto si lo considera importante o tal vez sólo interesante.
Iniciaré con la reconstrucción que Tribuna de Periodistas hizo del último mes de vida de este hombre que se ganó odios y amores profundos pero que no pasó desapercibido en la primera década del siglo XXI en Argentina.
No transcribo. Como en una reunión entre amigos prefiero citar y comentar entre mate y mate.
Según el sitio citado, Kirchner sabía desde principios de octubre que le quedaban pocos días de vida. La fase final comenzó cuando sufrió la intervención quirúrgica de su carótida, el 11 de septiembre. Los médicos que lo asistieron le dieron recomendaciones para que se cuidara y su salud no siguiera resintiéndose porque, según información suministrada confidencialmente el problema que venía trayendo se había agravado seriamente.
Pero Kirchner no hizo nunca caso a estas indicaciones, ni antes ni después de su operación. Su personalidad no se lo permitía, es decir, él no se lo permitía.
Una sola vez estuve al lado de Kirchner en la plaza Belgrano de Ensenada. Me sorprendió cuando al terminar el acto se lanzó realmente sobre el público en busca de una relación "cuerpo a cuerpo" que me pareció absolutamente sincera. Sus guardaespaldas intentaron protegerlo pero era imposible.
Un "calentón", hubiera dicho mi madre. Alguien que había comprado la imagen que vendía a muchos otros: el nuevo Perón que la gente esperaba, aunque Perón era más medido en sus contactos que generalmente eran un apretón de manos, un toquecito cómplice en un brazo, un beso a los niños.
Quedé paralizado y dejé que fuera mi suegra la que se acercara a él y lo saludara. Yo estaba muy cerca, a un par de metros, pero el fervor que me rodeaba y que Kirchner había encendido era suficiente para mi experiencia personal. Un hombre así se siente quizá por encima de cualquier recomendación de terceros, y hasta quienes no habíamos sido ganados por su breve historia política porque nunca nadie lo había logrado estábamos convencidos de que, para bien o para mal, era una especie de "superhombre".
Como presidente había pateado el tablero para iniciar cambios que proponía como fundamentales de modo de lograr lo que él estimaba como un "país en serio". Y varias veces había dicho que cada vez que destapaba una olla encontraba dentro algo podrido. Ese día en la plaza lo vi físicamente, anímicamente y síquicamente parecido a Don Quijote de la Mancha. Y me vendió la idea de que si alguien podía lograrlo era ese flaco, desgarbado, con el saco desprendido y los cachetes colorados.
Según Tribuna, "el golpe más duro le llegó el 5 de octubre, cuando la Corte Suprema anunció la suspensión del artículo 161 de la Ley de Medios, el más importante de todos: no casualmente, era el que exigía la desinversión en el plazo de un año a los grupos mediáticos “enemigos”. La furia del santacruceño fue tal, que no vaciló en llamar a diversos referentes de izquierda, alineados al Gobierno, para pedirles que “escracharan” a los jueces supremos".
Esta circunstancia, sumada al resto de un panorama muy complejo y que dificultaba sus planes, le provocaron dolores en el pecho que requirieron un nuevo chequeo médico esta vez secreto. Sólo lo sabrían los más íntimos y su médico personal, Luis Buonomo. Y allí se enteró de que su sistema coronario estaba colapsado por completo. Demasiado deteriorado como para intentar una intervención quirúrgica.
La única posibilidad de sobrevida dependía de que se alejara de la política y se dedicara a descansar. Imposible esta segunda opción para un hombre con su forma de ser. Era como pedirle a Superman que deje de luchar contra el mal y se vaya a alguna playa lejana a hacer solamente nada.
Y aquí permítanme una digresión. Para quienes opinan que Kirchner no murió sino que "desapareció" sería ésta una buena razón. Cristina en el gobierno y Néstor descansando en El Calafate o algo así. ¿Podría ser?
Ese día 5 de Octubre fue terrible para la salud del ex presidente. Golpeado por la realidad desde dentro y desde fuera de su cuerpo, llamó a Daniel Scioli, gobernador del provincia de Buenos Aires, para coordinar una reunión reservada "a solas". Al día siguiente se encontraron y así Scioli se enteró de que el ex presidente se iría alejando poco a poco de la actividad pública intensa y que su domicilio sería en Río Gallegos. Dos días después otros gobernadores se enteraron de esta decisión por boca del propio Kirchner.
Y este proceso de "desarme" lo continuó señalando, con respecto a la Corte Suprema de Justicia, "Es un poder independiente y esperamos que realmente se consolide la independencia"
El hombre sabía que se moría. Lo supongo abatido, llorando, lamentando profundamente que las debilidades de su salud pusieran un punto a su vida demasiado prematuramente, lo que no le permitiría alcanzar las cumbres que se había propuesto como metas. Un día antes, el 7 de octubre, Kirchner había tomado la decisión secreta de construir un panteón familiar pero no alcanzó a terminarlo. Adquirió el predio pero no llegó a construir nada allí. Aunque los papeles para adquirir la parcela se cumplieron, los tiempos de la construcción no previeron un desenlace tan veloz. ¿Para qué quería un panteón? ¿Por qué hacerlo secreto?
Hoy el mausoleo Kirchner está terminado e inaugurado y, según la versión oficial que lo da como dato veraz, el cuerpo del ex mandatario yace allí.
Luego de la reunión con los gobernadores, Néstor desaparece la escena pública y se somete a ese "reposo absoluto" recomendado por sus médicos. Pero se aproximaba otro 17 de Octubre y Moyano había convocado una nueva celebración del día de la Lealtad convocado.
Kirchner reaparece públicamente el viernes 22 en un acto que su esposa encabezó en la ciudad de Chivilcoy. Se lo vio muy caído y con razón. El Congreso había votado el 82% móvil para los jubilados y Cristina tuvo que vetarlo, el fallo adverso de la Corte, el enfrentamiento entre patotas y varios temas más lo habían puesto al borde de la depresión.
Señala Tribuna de Periodistas que esa misma noche decidió viajar a Santa Cruz, para recalar al día siguiente en Río Gallegos, la ciudad de sus sueños; ese lugar al que le costaba volver desde 2003 porque era sistemáticamente “escrachado” por la misma gente que alguna vez lo había vivado en sus días de Gobernador.
El sábado 23 por la noche faltó al festejo de los 28 años de la unidad básica “Los Muchachos Peronistas”, algo impensado porque se conocía la relación que ese lugarcito tenía con sus primeros tiempos políticos. Prefirió dormirse temprano y, junto a Cristina, salió el domingo 24 a tomar un café a un lugar al que no había vuelto en años: el Hotel Santa Cruz, como en sus viejas épocas. Allí, sería retratado por última vez con simpatizantes a su gestión pero se lo ve en esa fotografía muy deteriorado.
Ahora sí elijo transcribir párrafos del informe.
El lunes 25 Cristina debía regresar a Buenos Aires, en el marco de una complicada agenda que la llevaría hasta Tierra del Fuego. Sin embargo, decidió “inventar” una “gripe con anginas” a efectos de quedarse al lado de su marido.
El martes 26 sólo fue jornada de descanso y paseo en una de las camionetas del matrimonio.
Horas más tarde, en la madrugada del miércoles 27, se daría el fatal desenlace.
Y aquí comienza a cubrir el misterio las siguientes horas que nunca se conocieron en detalle. Era la madrugada del 27 de Octubre, como expresé. Varias horas después, los medios llenaban micrófonos y pantallas con una noticia paralizante: "Murió Kirchner".
Según muchos dicen saber desde hace años, Cristina y Kirchner no compartían lecho matrimonial. No es posible, aseguran ellos, que Cristina haya notado que su esposo no respiraba o que se sacudía convulsivamente.
Y cuando no hay información confiable, vuela, como dicen los periodistas, la "carne podrida". Cualquiera dice cualquier cosa, creíble o increíble, y el resto la repite. Algo hay que decir mientras se elabora una estrategia para convertir una noticia como ésta en un producto que puede dejar buenas utilidades. Y no solamente a nivel medios de prensa sino, y fundamentalmente, a nivel político.
El cuerpo del ex presidente estaba, con solía decirse, "aún caliente" y ya se iniciaba la secuencia de noticias verdaderas y falsas que marcaría los tiempos siguientes. Porque no había muerto un hombre: había muerto quien seguramente sería, a partir de ese momento, "el hombre". Al menos por los siguientes meses o quizá años.
Recorramos otras fuentes porque creo que nadie dejó de opinar sobre el asunto. Y seguramente este pequeño ensayo o lo que sea se tornará menos ordenado y cronológico. Queda en el lector reorganizarlo si lo cree conveniente.
¿Se suicidó Néstor Kirchner? Hubiera sido posible pues de pronto su cuerpo le fallaba y la situación política se ensombrecía, ambos alimentos de una depresión de la que estaba al borde y que avanzaba sobre él y, al decir de Ortega y Gasset, sobre su circunstancia. La epopeya planeada había devorado a su creador y necesario conductor. Pero el suicidio del líder tendría muy diversas lecturas. En ningún caso, estimo, se podría titular como un acto de cobardía porque ese rótulo no se lo aplicó ningún oponente, creo, en ninguna oportunidad. ¿Un mensaje? "Dar hasta la vida por este proceso de redefinición del país que ahora se podía hacer no desde la estrategia montonera sino con el bastón presidencial en la mano y el apoyo de antiguos y nuevos argentinos que compartían métodos y objetivos del "modelo" propuesto."
¿Por qué sus restos fueron trasladados y velados a cajón cerrado? ¿Era para que nadie viera que el ex presidente se había pegado un tiro? ¿Fue un acto intencional de su ahora viuda Cristina para que su fallecido cónyuge entrara rápidamente en la categoría de "mito"? ¿O fue solamente la consecuencia de un proceso normal iniciada por el hecho de que la muerte se había producido a miles de kilómetros de Buenos Aires?
Muchos se preguntaban quién habría dentro del ataúd. ¿Sería realmente Kirchner?
Según lo que Taringa.net considera "indicios", Néstor fallece casualmente el día programado para el Censo Nacional; día de parálisis total a lo largo y ancho del país. Casualmente la pareja presidencial estaba en El Calafate, alejadísimos de los medios nacionales de gran cobertura, que dicho sea de paso tenían los ojos puestos en el Censo.
¿Otro "indicio" el día de la muerte de Néstor, había un par de periodistas de un conocido medio que hacían guardia en la entrada de la casa hotel de los Kirchner en El Calafate. Un rato antes de las 9 de la mañana cayó Gendarmería y se desplegó un gran operativo, en el cual se ordenó alejar a dichos periodistas a 200 mts. de donde estaban.
Y otros: si Cristina un día antes suspendió su agenda por una fuerte gripe viral...¿qué hacía al día siguiente paseando por el centro de El Calafate y con un bebé en brazos al que podía contagiar. ¿Por qué durante el velorio no se la vio engripada?
El avión con el cadáver de Kirchner llegó a la madrugada al Aeroparque. A pesar que estaba cerrado desde hacía unos días aterrizó allí y los periodistas no pudieron ni siquiera acercarse.
El funeral se decide realizar en Casa Rosada y no en el salón del Congreso donde históricamente son velados los ex presidentes, ya que dicho salón, casualmente permanecía cerrado por refacciones. Por ende, el circuito normal que hacía la gente alrededor del cajón para tocarlo y dejarle flores, era imposible de llevar a cabo. Un fuerte vallado separa a la gente que ingresa a Casa Rosada del ataúd de Néstor.
Luego vendrían los "yo lo vi" que aseguran que Kirchner estuvo días, meses o años después de su "muerte" en Pehuajó o en otros centenares de lugares.
Pero Cristina comenzó a gobernar "sin Él" y continúa haciéndolo. Quizá con Néstor también se fueron de su entorno los amigos de "Él" y comenzaron a aparecer los amigos "de Ella". El modelo cambió, no sé si para profundizarse o para adecuarse a nuevos tiempos. Analizado con crudeza política: ¿la muerte de Kirchner tuvo consecuencias positivas, negativas o nulas sobre los tiempos posteriores de ese modelo? ¿Con los cambios metodológicos hubo también cambios de objetivos?
Según algunos que conocían a los Kirchner desde hace años, desde que se formó la pareja ella había tomado el mando con las mismas características que hoy tiene para gobernar el país. Ella decidió que luego de su casamiento se mudaran al sur para aprovechar lo que esa familia tenía de dinero y de poder, y con eso iniciar una carrera política que no sería posible por la vía "subversiva" que los militares habían desintegrado operativamente. Y que en sus proyectos estaba lograr la toma del Estado por la vía pacífica que les abría el entonces presidente Duhalde y el ex presidente Menem.
¿Sería entonces Néstor, luego de su paso por el gobierno nacional, la herramienta adecuada para conducir el país durante los siguientes veinte o más años? ¿O habiendo aprendido de que Perón sin Eva tuvo los días contados era preferible que Cristina misma tomara el poder absoluto como una nueva y mejor Eva en un nuevo y mejor -ismo que dejaría atrás el peronismo para volverse kirchnerismo con Néstor y cristinismo sin "Él"?
¿Habrá leído correctamente la realidad? ¿Podrá modelar la arcilla argentina para convertir el país no en lo que Néstor soñaba sino en lo que ella tiene como proyecto?
Daniel Aníbal Galatro
danielgalatro@gmail.com
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