"Yo no combato individualmente a los capitalistas; combato el sistema que da el privilegio."
Jorge Engel, trabajador gráfico, uno de los cuatro mártires de Chicago,
ahorcado en EE.UU. el 11 de noviembre de 1887.
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Amigas, amigos,
Recientemente nos referíamos a Guatemala, con motivo del proceso electoral, y analizábamos la situación del país, castigado por la violencia del crimen organizado con vínculos dentro del aparato del estado y de organismos de seguridad. También describíamos la persistencia de la injusticia social y el poder ejercido por un grupo de familias que controlan las principales riquezas, industrias y empresas del país. En el horizonte inmediato, la llegada al gobierno del ex general Otto Pérez Molina, vencedor en la segunda vuelta de los recientes comicios presidenciales. Su principal argumento pre-electoral fue afirmar que combatirá con "mano dura" a la delincuencia. Los sectores populares recelan de su futura gestión, porque el ex general está vinculado con matanzas cometidas durante la represión de campesinos en la región de El Quiché a comienzos de los años ochenta, en especial durante el terrible periodo dictatorial del Gral. Ríos Montt.
Hoy retornamos a Guatemala a raíz del artículo que nos envía el compañero Sergio Ferrari, periodista argentino que reside en Suiza, y que recoge declaraciones del obispo guatemalteco Alvaro Ramazzini en las que denuncia el modelo neoliberal y en especial la acción depredadora de la transnacional canadiense que opera en la extracción de oro en la región de San Marcos. El obispo, que tiene una larga trayectoria de compromiso con su pueblo y que ha sido varias veces amenazado de muerte por sus denuncias, reafirmó su apoyo a la resistencia pacífica de las comunidades indígenas contra la minería.
La cuestión de las industrias extractivas transnacionales que se han instalado también en Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Bolivia y otros países de América Latina, ha generado un fuerte rechazo de las comunidades afectadas por los daños medioambientales y la contaminación que provocan. Además, en muchos casos disfrutan de condiciones excepcionales concedidas por los gobiernos, tanto en materia de impuestos, como en las bajas regalías que suelen percibir los estados por la extracción de sus riquezas.
Un saludo.
Carlos,
Redacción de SERPAL.
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Obispo guatemalteco denuncia la injusta relación norte-sur
Por Sergio Ferrari (*)
La cuestión de las industrias extractivas transnacionales que se han instalado también en Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Bolivia y otros países de América Latina, ha generado un fuerte rechazo de las comunidades afectadas por los daños medioambientales y la contaminación que provocan. Además, en muchos casos disfrutan de condiciones excepcionales concedidas por los gobiernos, tanto en materia de impuestos, como en las bajas regalías que suelen percibir los estados por la extracción de sus riquezas.
Un saludo.
Carlos,
Redacción de SERPAL.
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Obispo guatemalteco denuncia la injusta relación norte-sur
Por Sergio Ferrari (*)
El Obispo guatemalteco Álvaro Ramazzini de la diócesis de San Marcos exigió en Suiza una mayor “coherencia ética en la política de desarrollo” hacia su país. Y llamó a la sociedad civil del Norte a exigir más transparencia en las relaciones comerciales Norte-Sur.
“Hoy nadie sabe realmente cuáles son las ganancias de las empresas que operan en nuestro país”, enfatizó.
“La sociedad civil debe poner todas sus fuerzas para que las relaciones comerciales se basen en la justicia y no en el provecho”, señaló el prelado durante una visita a Berna, organizada por la Red Guatemala y Amnistía Internacional /Suiza con el apoyo de otras ONG helvéticas que promueven la Campaña “Derecho sin Fronteras”.
Es importante, insistió el obispo católico romano, hacer conciencia para que la sociedad del norte entienda que su bienestar no debe basarse en la falta de bienestar de los pueblos del sur.
“No se debe perder la mirada y la atención hacia Guatemala”, subrayó el obispo de San Marcos, diócesis donde se concentra la empresa minera canadiense Marlin, cuya explotación de recursos naturales, en particular el oro y la plata, “no le deja nada a nuestra gente” y produce, solamente, “daños ecológicos irreparables”, subrayó.
“Hoy nadie sabe realmente cuáles son las ganancias de las empresas que operan en nuestro país”, enfatizó.
“La sociedad civil debe poner todas sus fuerzas para que las relaciones comerciales se basen en la justicia y no en el provecho”, señaló el prelado durante una visita a Berna, organizada por la Red Guatemala y Amnistía Internacional /Suiza con el apoyo de otras ONG helvéticas que promueven la Campaña “Derecho sin Fronteras”.
Es importante, insistió el obispo católico romano, hacer conciencia para que la sociedad del norte entienda que su bienestar no debe basarse en la falta de bienestar de los pueblos del sur.
“No se debe perder la mirada y la atención hacia Guatemala”, subrayó el obispo de San Marcos, diócesis donde se concentra la empresa minera canadiense Marlin, cuya explotación de recursos naturales, en particular el oro y la plata, “no le deja nada a nuestra gente” y produce, solamente, “daños ecológicos irreparables”, subrayó.
Situación guatemalteca
Una radiografía rápida de la situación social actual del país centroamericano, incluye, como síntoma principal el aumento del problema ya crónico de la pobreza, con corolarios significativos como el incremento de la migración hacia los Estados Unidos de Norteamérica, a pesar de las medidas cada vez más restrictiva de este país, expresó Ramazzini.
La situación de miseria, insiste el prelado de San Marcos, se expresa también en los altos niveles de desnutrición infantil, que golpean al 59 % de los niños de entre 1 y 5 años.
Esa realidad estructural, “ligada estrechamente al actual modelo neoliberal imperante”, empuja a sectores campesinos - como los de su región-, a “producir amapola para ganar dinero. Se ha ido fortaleciendo en los últimos años el poder del narcotráfico en diversas zonas del país”, con su consecuencia de armas, militarización y violencia creciente.
Drogas y armas, un “binomio inseparable” según el dirigente católico, quien advirtió sobre el aumento significativo en los últimos años, particularmente, de la violencia contra las mujeres.
Una radiografía rápida de la situación social actual del país centroamericano, incluye, como síntoma principal el aumento del problema ya crónico de la pobreza, con corolarios significativos como el incremento de la migración hacia los Estados Unidos de Norteamérica, a pesar de las medidas cada vez más restrictiva de este país, expresó Ramazzini.
La situación de miseria, insiste el prelado de San Marcos, se expresa también en los altos niveles de desnutrición infantil, que golpean al 59 % de los niños de entre 1 y 5 años.
Esa realidad estructural, “ligada estrechamente al actual modelo neoliberal imperante”, empuja a sectores campesinos - como los de su región-, a “producir amapola para ganar dinero. Se ha ido fortaleciendo en los últimos años el poder del narcotráfico en diversas zonas del país”, con su consecuencia de armas, militarización y violencia creciente.
Drogas y armas, un “binomio inseparable” según el dirigente católico, quien advirtió sobre el aumento significativo en los últimos años, particularmente, de la violencia contra las mujeres.
La responsabilidad del Estado
A nivel económico, se mantiene el actual modelo polarizante, con el correlato de la “gran concentración”. Diversas fuentes, analiza el obispo, indican que la riqueza del país se concentra hoy, prácticamente, en las manos de 59 familias.
En ese marco, el Estado presenta una gran fragilidad. “Llama a la inversión extranjera sin imponer medidas o reglamentaciones que ayuden al país a salir de la pobreza”.
Eso se expresa, por ejemplo, en el terreno de la minería, con explotaciones de trasnacionales que no respetan los convenios de la Organización Internacional del Trabajo, suscriptos por Guatemala. Como el 169, que exige la consulta previa de las comunidades indígenas antes de implementar cualquier proyecto en sus territorios, explica.
Y de allí que “el derecho a la consulta previa aparece hoy como una clara y sostenida reivindicación de las comunidades. Es un momento en que los pueblos indígenas van ganando conciencia sobre sus derechos”, enfatiza. Por eso, “apoyamos la resistencia pacífica de las comunidades contra la minería...Y lo seguiremos haciendo”.
Un ejemplo concreto: la Mina Marlin, de la Goldcorp, de origen canadiense – explotada a través de la Montana Exploradora de Guatemala- instalada en el territorio del Municio San Miguel de Ixtahuacán, en San Marcos. “Sus directivos, no dan información ni sobre las ganancias reales, ni sobre la contaminación de los ríos o las aguas subterráneas, ni sobre el impacto del drenaje ácido”, enfatiza Ramazzini. Con el agravante -añade- del desprecio total por ajustar sus riquezas a las necesidades sociales. El miembro de la Conferencia Episcopal de Guatemala explica que “el contrato original establecía que la Marlin debía pagar por impuestos y regalías el 1%. En ese entonces, hace 4 años, la onza de oro se vendía a 420 dólares estadounidenses. Hace apenas dos meses la onza de oro llegó a 1.510 dólares...Y sin embargo - denuncia - siempre siguen pagando el 1% del precio de base de hace cuatro años".
A nivel económico, se mantiene el actual modelo polarizante, con el correlato de la “gran concentración”. Diversas fuentes, analiza el obispo, indican que la riqueza del país se concentra hoy, prácticamente, en las manos de 59 familias.
En ese marco, el Estado presenta una gran fragilidad. “Llama a la inversión extranjera sin imponer medidas o reglamentaciones que ayuden al país a salir de la pobreza”.
Eso se expresa, por ejemplo, en el terreno de la minería, con explotaciones de trasnacionales que no respetan los convenios de la Organización Internacional del Trabajo, suscriptos por Guatemala. Como el 169, que exige la consulta previa de las comunidades indígenas antes de implementar cualquier proyecto en sus territorios, explica.
Y de allí que “el derecho a la consulta previa aparece hoy como una clara y sostenida reivindicación de las comunidades. Es un momento en que los pueblos indígenas van ganando conciencia sobre sus derechos”, enfatiza. Por eso, “apoyamos la resistencia pacífica de las comunidades contra la minería...Y lo seguiremos haciendo”.
Un ejemplo concreto: la Mina Marlin, de la Goldcorp, de origen canadiense – explotada a través de la Montana Exploradora de Guatemala- instalada en el territorio del Municio San Miguel de Ixtahuacán, en San Marcos. “Sus directivos, no dan información ni sobre las ganancias reales, ni sobre la contaminación de los ríos o las aguas subterráneas, ni sobre el impacto del drenaje ácido”, enfatiza Ramazzini. Con el agravante -añade- del desprecio total por ajustar sus riquezas a las necesidades sociales. El miembro de la Conferencia Episcopal de Guatemala explica que “el contrato original establecía que la Marlin debía pagar por impuestos y regalías el 1%. En ese entonces, hace 4 años, la onza de oro se vendía a 420 dólares estadounidenses. Hace apenas dos meses la onza de oro llegó a 1.510 dólares...Y sin embargo - denuncia - siempre siguen pagando el 1% del precio de base de hace cuatro años".
Conciencia ciudadana internacional
Nos rebelamos, subraya el líder católico de San Marcos, “contra la actitud de los países ricos que mantienen su estilo de vida a costa de la pobreza de las naciones pobres y luego dan un poco de cooperación, muchas veces condicionada a exigencias sobre lo que hay que hacer con la misma”.
Y subraya, en ese sentido, la importancia de iniciativas de las sociedad civil del norte, como la suiza, que acaba de lanzar la Campaña “Derecho sin Fronteras” para exigir a las filiales de las trasnacionales helvéticas que operan en el sur, el respeto de los derechos humanos y ambientales según los mismos criterios vigentes en Suiza.
“No solo es importante la Campaña en marcha, sino también asegurar que luego, los términos de la iniciativa se cumplan plenamente”, subraya el obispo guatemalteco.
El respeto de esta iniciativa “sería una muestra de coherencia ética en la política del desarrollo” de Suiza. Indicando, a manera de síntesis, grandes desafíos y responsabilidades de las naciones ricas.
En un momento internacional muy importante y oportuno. “Estamos a solo cuatro años del plazo definido para que se apliquen los Objetivos del Milenio...Y son muy pocas las naciones que han cumplido, por ejemplo, con la proposición de destinar el 0. 7 % del Producto Interno Bruto para la cooperación al desarrollo. Es hora de dar pasos significativos”, concluye Ramazzini.-
Nos rebelamos, subraya el líder católico de San Marcos, “contra la actitud de los países ricos que mantienen su estilo de vida a costa de la pobreza de las naciones pobres y luego dan un poco de cooperación, muchas veces condicionada a exigencias sobre lo que hay que hacer con la misma”.
Y subraya, en ese sentido, la importancia de iniciativas de las sociedad civil del norte, como la suiza, que acaba de lanzar la Campaña “Derecho sin Fronteras” para exigir a las filiales de las trasnacionales helvéticas que operan en el sur, el respeto de los derechos humanos y ambientales según los mismos criterios vigentes en Suiza.
“No solo es importante la Campaña en marcha, sino también asegurar que luego, los términos de la iniciativa se cumplan plenamente”, subraya el obispo guatemalteco.
El respeto de esta iniciativa “sería una muestra de coherencia ética en la política del desarrollo” de Suiza. Indicando, a manera de síntesis, grandes desafíos y responsabilidades de las naciones ricas.
En un momento internacional muy importante y oportuno. “Estamos a solo cuatro años del plazo definido para que se apliquen los Objetivos del Milenio...Y son muy pocas las naciones que han cumplido, por ejemplo, con la proposición de destinar el 0. 7 % del Producto Interno Bruto para la cooperación al desarrollo. Es hora de dar pasos significativos”, concluye Ramazzini.-
*Sergio Ferrari, es colaborador de E-CHANGER, ONG suiza de cooperación solidaria miembro de la Campaña “Derecho sin Fronteras”.
(Enviado por SERPAL)
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