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Tuve la oportunidad de conocer a Cipriano Reyes en la década de los 80. Y no sólo éso. La Editorial Contemporánea me pidió que lo ayudara en la corrección final de los originales de su libro "La farsa del peronismo" que luego se presentaría, creo, en Sudamericana-Planeta.
Varios meses trabajamos juntos durante varias horas semanales. Eso me permitió conocerlo y, a través de él, tener una versión diferente de toda una época del país.
Recuerdo muchas de sus palabras cuando me explicaba sus experiencias y sus puntos de vista. Fue mi gran profesor de Historia Argentina, aunque no compartiera yo por entonces no pocas de sus opiniones.
Don Cipriano, con la calma y la reflexión que dan los años, me relató detalles de cómo se creó e instrumentó el que luego sería el Movimiento Nacional Justicialista.
Transcribo esta nota periodística como un modo de homenaje personal a alguien que dedicó paciencia y horas a darme otra visión de una historia que permitió y permite muchos ángulos diferentes de análisis.
Daniel Aníbal Galatro
Esquel - Diciembre 2013
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Su construcción del 17 de octubre y el enfrentamiento con Perón (1943-1955).
por Lisandro Angelini
Introducción
La Revolución del 4 de junio de 1943, marcó un quiebre en la historia política Argentina, mediante ella alcanzaba su fin la llamada década infame, acabando los gobiernos conservadores que se habían desarrollado hasta ese momento. Algunos de los integrantes del G.O.U. ocuparon posiciones centrales en el nuevo gobierno nacional del Gral. Ramírez, este es el caso del Cnel. Perón quien quedó al frente del Ministerio de Guerra. Dentro de esta logia, en términos ideológicos se destacaban las posiciones nacionalistas y neutralistas, a pesar de ello, dentro de ella también existían sectores que veían con agrado al fascismo y asimismo algunos de sus miembros se encontraban en posturas cercanas al nacionalismo popular, compartiendo la opinión de que los objetivos centrales debían ser: terminar la corrupción, combatir al comunismo, así como restablecer la moral y disciplina en las Fuerzas Armadas(1).
La posición adoptada, en términos generales, por el movimiento obrero frente al golpe militar y la nueva situación política, fue puramente defensiva, esta posición encontraba asidero en que el nuevo gobierno desplegó algunas medidas(2), sin embargo, con el transcurso del tiempo las posiciones del movimiento obrero tornarán en otro sentido. A finales de 1943 Perón fue designado al frente del Departamento de Trabajo, con posterioridad transformado en la Secretaria de Trabajo y Previsión; ya en los fundamentos del decreto del Poder Ejecutivo Nacional 15.074/43, es posible observar de sus consideraciones y propósitos algunas de las transformaciones que se realizarían en el ámbito laboral(3). Desde la Secretaria, Perón realizó una política activa dentro del ámbito gremial, iniciándose un período que cambiaría las formas organizativas del movimiento obrero y la relación de éste con el Estado, se creó nueva legislación laboral, se generaron nuevos sindicatos y principalmente se garantizó el cumplimiento material de las normas que hasta ese entonces habían tenido un carácter más esencialmente nominal y formal.
Es en este contexto que comenzarán a desarrollarse, las vinculaciones entre Perón y Reyes, este último al frente del Sindicato de la Carne de Berisso, realizará su primer contacto a partir del conflicto laboral que enfrentaba en el frigorífico Armour. Prontamente Reyes se dará cuenta de que algo había cambiado, sus pretensiones comenzaban a ser escuchadas y a tener respuesta desde el gobierno, la nueva Secretaría ya no respondía a los intereses de los patrones y había suplantado al viejo y oligárquico Departamento del Trabajo, se había iniciado una nueva etapa del movimiento obrero.
Las construcciones de memoria
El peronismo marcó más de medio siglo en la historia política argentina, es como consecuencia de esta relevancia y centralidad en la discusión política argentina, que se desarrollaron abordajes desde distintas perspectivas historiográficas, y asimismo implicó una temática imposible de obviar por los distintos actores políticos y sociales de la sociedad. En este sentido, las construcciones de memoria y las interpretaciones sobre el 17 de octubre son abundantes y diversas, este evento representaba, por primera vez en nuestra historia, una movilización de los sectores obreros, determinando un cambio sustancial en la situación política nacional(4), y asimismo el comienzo de una nueva etapa en el movimiento obrero.
La elección de la construcción de memoria de Cipriano Reyes no es aleatoria o casual, la misma está dada por su trayectoria dentro del sindicalismo, la cual se remonta a principios de la década de 1920; por otra parte su estilo de conducción y desempeño dentro de la génesis del peronismo dan cuenta de su relevancia. De modo indisociable a la figura de Reyes se encuentra el Partido Laborista, que había permitido instrumentalizar en las elecciones presidenciales el movimiento que se había consolidado ese 17 de octubre; fue este partido el que aportó la mayor cantidad de votos a la fórmula electa de Perón-Quijano, de ahí las pretensiones de Reyes de atribuir la victoria a dicho partido, posición que entrará inmediatamente en conflicto con el tipo de liderazgo de Perón.
Dentro de la historia política, el surgimiento de nuevas perspectivas historiográficas y el aporte de otras disciplinas, permite la construcción de nuevos objetos de estudio, en este caso: la memoria. En este proceso, han sido discutidas y problematizadas, las relaciones que existen entre la memoria y la historia, así como memoria en si como objeto de estudio.
Como señala Marta Philp(5), la política hace referencia a los procesos dadores de sentido, la política produce sentidos para una comunidad y en este contexto los usos del pasado pueden ser pensados como una de las estrategias esgrimidas por el poder para legitimar su accionar. De este modo sostiene que: El pasado se convierte en uno de los insumos claves para construir un imaginario, conformado por representaciones colectivas, donde se articulan ideas, imágenes, ritos y modos de acción que varían a lo largo del tiempo en función de las necesidades políticas del presente. Es a partir de esta perspectiva que podemos entender una construcción de memoria, en este caso puntual, la construcción de memoria de Cipriano Reyes. En este sentido, esta construcción consiste en un proceso de legitimación de un modelo político cuya definición es disputada por distintos actores.
La legitimación, abarca una serie de estrategias amplias, ellas se plasman en el plano discursivo, simbólico y material. Una de las más significativas dentro de la dinámica de actores políticos y sociales es la representación, que expresa la unidad política del grupo como un todo(6). Es así que es posible de comprender a los trabajos de memoria como una forma de legitimación, la cual involucra la organización del recuerdo en una sucesión temporal, y a su vez una lógica de sentido; de este modo, establecer quien realiza el trabajo, cómo construye esa memoria y cuándo resultan centrales, particularmente este último punto en tanto toda construcción se realiza a partir del presente político a partir desde el cual se produce una determinada lectura del pasado.
Sin embargo, esta confrontación y discursos no quedan meramente en un plano abstracto, ni se disocian de las demás facetas sociales, políticas, económicas, sociales; no sólo responden a pretensiones concretas y objetivas de un momento dado, sino que ese enfrentamiento en el plano discursivo es una más de las estrategias que esgrimen los distintos actores para persuadir e imponer sus pretensiones. La construcción de memoria que realiza Cipriano Reyes, se produce desde un presente en el cual pretende su legitimación, en este sentido el título mismo de sus obras son ejemplo de sus posiciones: La Farsa del peronismo, Yo hice el 17 de octubre. De este modo, es que cobra sentido, no sólo que se recuerda, sino que se olvida, se oculta o evita circunstancias que puedan entrar en contradicción y se produce una interpretación que haga coherente el relato.
Cipriano Reyes y el 17 de octubre
Afirma Reyes(7) que con posterioridad al 17 de octubre de 1945 se ha faltado a la verdad y se ha tergiversado la actuación de personas, nombres y grupos, que muchas veces ni siquiera pertenecían al movimiento obrero o que estándolo no pertenecían a la órbita del Comité de Enlace.
Antes de concentrarse en los días previos al 17 de octubre, es necesario destacar algunos momentos recordados por Reyes que nos permiten dilucidar la apropiación de símbolos que identifican al peronismo. En primer lugar, recuerda que cuando Perón visitó Berisso, todo había sido preparado y organizado por el gremio y que al frente de la marcha que acompañaba a Perón surgió un grupo de muchachos que se colocaron delante de la caravana y a fuerza de bombo, fueron abriendo camino, señala Reyes: El bombo surgió en Berisso y luego pasó a la historia(8). Así se observa, en primer lugar que el acto había sido organizado y preparado por él, y segundo apropiarse de uno de los símbolos del peronismo como es el caso de la utilización de bombos en estos tipos de actos públicos o manifestaciones. Asimismo el lema de Perón es el primer trabajador de la República surgió del discurso del líder Sindical Domenech, Secretario de la Unión Ferroviaria, en un acto encabezado por Perón en la ciudad de Rosario.
El slogan ¡Alpargatas si, libros no!, también fue acuñado por su sector frente a la situación dada por los estudiantes de la FUA y la FUBA, tomando las universidades del país, especialmente la de Buenos Aires y La Plata, formando grupos de choques contra los obreros que apoyaban la acción revolucionaria. No consistía en un grito contra la cultura o la educación, sino que, entre otros significados, tenía un fuerte sentido social, era el grito contra quines se identificaban con la burguesía política y la oligarquía reaccionaria(9).
Más próximo a la fecha central, relata Reyes, que en un clima de tensión permanente se venían produciendo los acontecimientos políticos, universitarios y gremiales, hasta que el día 9 de octubre se produce inesperadamente a la renuncia de Perón a todos sus cargos en el gobierno, que iban a cambiar todo el gabinete, especialmente intervenir la Secretaria de Trabajo. El día 10 de octubre se produjo el acto que se había convocado el día anterior, una multitud de cincuenta mil personas llenaba las calles aledañas a la Secretaria de Trabajo; Perón apareció en el palco, enumeró tres decretos que él había dejado firmados en beneficio de todos los obreros del país: aumento de sueldos y salarios para todos los trabajadores, salario mínimo vital y móvil y participación en las ganancias para todos los obreros y empleados a nivel nacional. Manifestó su fe en la democracia, proclamó que la emancipación de los trabajadores era su propia realización y pidió la desconcentración pacífica.
Los días 11 y 12 se movilizó la dirigencia para iniciar la lucha por la reposición del líder en el gobierno, permanentes grupos de obreros se desplazaban hacia el domicilio de Perón tratando de verlo, pero en ningún momento salió a saludarlos, en Avellaneda y Berisso se venía preparando la movilización para realizar la huelga general. El 12 de octubre en la Plaza San Martín, la oposición realizó una manifestación, que terminó en disturbios. Esa noche fue detenido Perón y llevado a la prisión naval de la Isla Martín García, pareciendo inevitable que se daría un golpe de Estado.
El 13 de octubre tuvo contacto con dirigentes de la Central Obrera para que se realizara una huelga general por la libertad de Perón, pero muchos de ellos temían comprometerse y argumentaban que para tomar una posición debía convocarse al Consejo Central Confederal y eso era imposible en ese momento. Sin embargo, a pedido de Reyes se les permitió seguir reuniéndose en el salón, y desde ese día se declararon en reunión permanente. En Berisso, el Sindicato de Reyes se hallaba preparado para ganar la calle.
El día 14 la prensa de la Capital Federal informaba sobre formaciones de sindicatos, federaciones y agrupaciones obreras; quienes manejaban esa información y manifiestos, negaban la adhesión a la huelga general anunciada, y firmaban los comunicados una serie de Federaciones de Obreros, de los cuales algunos eran comunistas y otros agentes de Braden principalmente, según recuerda Reyes.
El día 15, desde la mañana, comenzaron las reuniones de todos los dirigentes, delegados e integrantes de las comisiones activistas y de los comités de huelga. Había que consultar a la C.G.T, pero ésta se abstuvo de declarar la huelga. El sector de Reyes declaró la huelga por tiempo indeterminado hasta conseguir la libertad de Perón y su reposición en el gobierno; por otra parte, se puso a organizar todo el plan de lucha: hora de comienzo, cómo debían actuar los grupos de activistas, de delgados y comité de huelga, en los distintos sectores obreros, en fábricas, talleres y empresas, en el amplio ámbito industrial del gran Buenos Aires, Berisso, Ensenada y La Plata. Cada grupo tenía la responsabilidad de coordinar el movimiento y convocar obreros de las fábricas y formar la mayor cantidad de manifestantes, con la consigna de llegar a Plaza de Mayo. Todos estos movimientos debían estar perfectamente sincronizados con el Comité de Enlace Intersindical; en todos los lugares donde se estaban organizando las fuerzas masivas, se producían escaramuzas o enfrentamientos de grupos de obreros activistas con la policía, en Berisso se llevaron a cabo los enfrentamientos más graves, de ese modo se convirtió en el bastión indiscutible de esa gran jornada, como recordara Reyes.
El 16 en la C.G.T., se esperaba una decisión a favor de la huelga, pero no lo hicieron y se resolvió que el movimiento suspendido el día anterior se realizara el día 17. En la mañana del 17, el movimiento estaba totalmente sincronizado, cada zona, según la distancia y el perímetro que debía abarcar, las manifestaciones tenían que comenzar a una hora determinada para arribar de manera conjunta a Plaza de Mayo.
Cuando se inició la marcha sobre Buenos Aires y avanzaba la multitud por los caminos Gral. Belgrano y Centenario, grupos de manifestantes armados con palos y piedras, paraban vehículos que transitaban, carros, automóviles, colectivos u ómnibus, a los cuales se los obligaba a transportar a los obreros hasta las puertas de la Capital, para reunirse con el resto de sus pares y llegar a la Plaza de Mayo(10). En diversos lugares se produjeron desmanes, resultado lógico e inevitable en un movimiento revolucionario de masas. Todas las emisoras transmitían permanentemente informaciones sobre el movimiento de huelga general, así como de los hechos que se iban produciendo en el transcurso.
En cada una de las columnas, existía alguien designado para información que se comunicaba con el equipo de Información General que estaba instalado en una oficina de la Avenida de Mayo, controlado por el Comité de Enlace Intersindical.
Ese día en la Plaza sólo había un objetivo definido, una muchedumbre revolucionaria convertida en pueblo, que exigía la libertad de Perón, recuerda Reyes. Ante la expectativa la gente gradualmente se ponía más violenta, pero varios delegados y activistas que llegaron con la gente organizada, se opusieron a todo tipo de violencia o desorden innecesario. A las 23 horas, un locutor anunció la presencia del Coronel Perón, y que ya se disponía a expresar su palabra, produciéndose una extraordinaria exclamación de gritos y estribillos, la figura de Perón asomó en el balcón rodeado por el presidente junto a otros militares y civiles. En ese momento las luces se apagaron quedando la plaza a oscuras, y la gente improvisando antorchas con periódicos, exclamando el nombre de Perón, mezclado con cantos, estribillos y agitar de pañuelos. El General Farrel, comunicó que todo el gabinete había renunciado y que el gobierno no sería entregado a la Corte Suprema. Luego prosiguió el célebre discurso de Perón donde se produce su solicitud de retiro del servicio activo del ejército y la aclamación de la gente, sobre el final, los trabajadores que se encontraban en la Plaza ante el pedido de Perón, regresaron a sus hogares y se desconcentraron(11).
El conflicto Perón-Reyes
El Partido Laborista fue creado con la perspectiva de las elecciones presidenciales que se iban a desarrollar el día 27 de febrero de 1946; éste se hallaba inspirado en el Partido Laborista inglés, influencias del socialismo y asimismo recogía posiciones que habían sido construidas a lo largo del movimiento obrero y la participación de sindicatos. La Carta Orgánica del partido daba a los dirigentes sindicales el predominio del mismo, principalmente a aquellos dirigentes sindicales, que habían fortalecido su posición con posterioridad al 17 de octubre; como presidente fue elegido Luis Gay, del sindicato de telefónicos, y el vicepresidente y principal responsable del Partido en la provincia de Bs. As. Cipriano Reyes. Sus líderes buscaban la creación de un partido independiente y no un simple instrumento de Perón(12). Desde el Partido Laborista se apoyaban las políticas del gobierno, asimismo tenía un claro sentido democrático, el concepto de responsabilidad partidaria y todo lo que debe caracterizar a un partido de los trabajadores, respetuoso de principios e ideas como asimismo de la personalidad de los integrantes(13).
En las elecciones presidenciales, Perón obtiene la victoria, siendo el Partido Laborista el que más votos aportó a la formula vencedora(14). Con posterioridad a las elecciones, como indica Robert A. Potash(14), el movimiento peronista no estaba aún libre de las luchas internas que lo habían caracterizado desde su ascenso al poder. El estilo de conducción política de Perón prontamente entrará en conflicto con el Partido Laborista y con Cipriano Reyes en especial. Según Reyes, la victoria en las elecciones presidenciales había significado un triunfo de los trabajadores y el partido, no una victoria personal de Perón; claramente ésto se contradecía con las pretensiones y liderazgo de Perón(15).
Los conflictos entre Perón y Reyes venían sucediendo desde los principios del mismo 1946, cuando se realizó la nominación de los candidatos para las elecciones por la provincia de Buenos Aires, Perón anunció que Domingo Mercante y no Reyes, quien iba a ser el candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires. El día 23 de mayo de 1946, mediante trasmisión radial difundida a todo el país, Perón, disolvía al Partido Laborista, la UCR Junta Renovadora y los Centros Cívicos Independientes, con vistas a la formación de un nuevo partido: el Partido Único de la Revolución Nacional, éste reuniría a todo el movimiento peronista en un solo partido(16). Ésta con posterioridad pasarán denominarse Partido Peronista. Esta decisión, estuvo motivada principalmente por la conflictividad existente entre algunos sectores de las fuerzas que apoyaron a Perón en la elección presidencial, así como en el marco de una táctica unificadora de Perón con el objetivo de consolidar su posición(18).
Reyes es quien se mantiene firme en sus convicciones y enfrentará a Perón, la carta que le dirige poco después, evidencia el nivel del conflicto(19). Perón en un intento de doblegar las pretensiones de Reyes le ofrece el cargo de presidente la Cámara de Diputados, pero lo rechaza y responde la famosa frase que él no servía para tocar la campanilla.
Como señala Plotkin(20) el 17 de octubre se convirtió año tras año en un festejo altamente ritualizado, era el momento en el que la clase obrera organizada, renovaba su voto de confianza y lealtad hacia el líder. Esa fecha había sido para Reyes un triunfo de los dirigentes sindicales que coordinaron la movilización de las masas, no una movilización espontánea de las masas en busca de su líder por entonces detenido; lejos de su relato se encuentra una Eva Perón activa, organizadora y coordinadora de ese día(21), así entran dos perspectivas centrales en cuanto al 17 de octubre: organización en oposición a la espontaneidad. Asimismo esta interpretación se evidencia con posterioridad a las elecciones y la creciente conflictividad entre Perón-Reyes.
El 17 de octubre de 1946, Perón y el Gobierno celebraba el Día de la lealtad en un acto multitudinario en la Plaza de Mayo, este último un claro ejemplo de lugar de memoria(22); el acto era organizado por el gobierno nacional y apoyado por una fuerte propaganda. Paralelamente el Partido Laborista, encarnado en la figura de Reyes, celebraba el Día del Pueblo en La Plata y otro acto frente al Palacio del Congreso, no era el día de la lealtad al líder, sino que era la conmemoración de la victoria de la movilización del pueblo(23).
Entre la construcción de memoria elaborada por Reyes y la construida por Perón y Eva existen claras diferencias; una de ellas es el papel desempeñado por esta última en la defensa de Perón durante su detención y la gestación y desarrollo del 17 de octubre, como señala Eva Perón(24). Por otra parte Eva Perón(25) denuncia cómo después de las elecciones algunos dirigentes sindicales, haciendo clara referencia a Reyes entre ellos, no pudiendo comprender que el movimiento es Perón, realizaron una conspiración y los acusa de actuar de mala fe y ser traidores a la clase obrera, asimismo indica Todos ellos recuerdan cómo estos supuestos líderes obreros se aliaron, en oscuro maridaje, con la más rancia oligarquía, y al amparo de la prensa conservadora y del capitalismo conjurado contra los argentinos intentaron la destrucción del Líder en 1946.
La persistencia de Reyes en enfrentarse a Perón, sería muy onerosa a su persona, el 4 de julio de 1947 mientras se dirigía a la estación de La Plata en un taxi, desde un automóvil dispararon ametralladoras produciendo la muerte instantánea del conductor del taxi y lesiones a Reyes en un claro intento de homicidio; así la intensidad del conflicto iba en ascenso. En junio de 1948 Reyes terminó su mandato como Diputado; y el 23 de septiembre fue apresado por una supuesta conspiración, un grupo comandado por el mismo Reyes había planeado asesinar a Perón y a su esposa el día 12 de octubre, a la salida del teatro Colón. Esta acusación determinará su prisión, donde sufrió numerosas torturas. Reyes recuperará la libertad con posterioridad al golpe de Estado dado contra el gobierno encabezado por Perón en 1955, pocos días después del 16 de septiembre de 1955 fue alcanzado por la amplia amnistía dictada por el Gral. Eduardo Lonardi.
Consideraciones finales
La problematización, desde diversas disciplinas, en torno a las vinculaciones entre historia y memoria han permitido la construcción de nuevos objetos de estudio. La memoria como objeto de estudio, ha brindado nuevas perspectivas analíticas para el enfoque de la historia política.
El Partido Laborista significaba para Perón un medio para instrumentalizar su victoria en las elecciones presidenciales, sin embargo como recuerda Reyes, el partido tenía objetivos que iban más allá de ello y era pensado como el representante del movimiento obrero. El tipo de liderazgo peronista entró en conflicto con Reyes, que percibe las acciones de Perón como una traición no sólo a su persona sino también al movimiento obrero.
Reyes, a través de su construcción de memoria, se atribuye la génesis de símbolos que luego fueron apropiados y resignificados por el peronismo. El conflicto de Reyes con Perón, tras una tentativa de homicidio, terminó con el encarcelamiento del primero, como consecuencia del supuesto intento de asesinato del presidente y su esposa, siendo liberado en 1955. La construcción de memoria de Reyes busca resignificar el 17 de octubre, legitimar su posición y denunciar la traición sufrida. La construcción de memoria realizada por el peronismo, principalmente a partir de 1947, significó la creación de una memoria oficial del peronismo, siendo ésta, más eficaz en su instalación pública.
Notas:
(1) POTASH, Robert A., Perón y el G.U., Los documentos de una Logia Secreta, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1984.
(2) DEL CAMPO, Hugo, Sindicalismo y peronismo, los comienzos de un vínculo perdurable, CLACSO, Buenos Aires, 1975, pág. 171.
(3) CIRIA, Alberto, Partidos y Poder en la Argentina Moderna (1930-1946), Ediciones La Flor, Tercera edición, Buenos Aires, 1973, págs. 118-120.
(4) LUNA, Félix, El 45, Editorial Sudamericana, Sexta edición, Buenos Aires, 1975, págs. 272-304.
(5) PHILP, Marta, Memoria y poder: el rescate de un problema clásico. Una mirada desde la historia política, Córdoba, Cuadernos de Historia, Serie Ec. Y Soc., Nº 8, CIFFyH-UNC, 2006, pág. 96.
(6) COICAUD, Jean-Marc, Legitimacy and Politics, Traducción David Ames Curtis, Cambridge University Press, Cambridge, Inglaterra, 2002, págs. 22-31.
(7) REYES, Cipriano, Yo hice el 17 de octubre, Capital Federal, GS Editorial, 1973, pág. 241.
(8) Ibídem, pág. 159.
(9) Ibídem, págs. 192-193.
(10) REYES, Cipriano, Cipriano Reyes. Sobre el 17 de octubre del 45, en Archivo de Radio Nacional, http://www.radionacional.com.ar/audios/cipriano-reyes.html [Último acceso: 28/06/2011].
(11) ALEXANDER, Robert J., A history of organized Labor in Argentina, Praeger Publisher, Westport, USA, 2003, pág. 86.
(12) Ibídem, págs. 86-87.
(13) GAY, Luis y TORRE, Juan Carlos, El Partido Laborista en Argentina, Editorial Biblos-Fundación Simón Rodríguez, Buenos Aires, 1999, pág. 65.
(14) POTASH, Robert A., El ejército y la Política en la Argentina (II) 1945-1962. De Perón a Frondizi, Traducción Enrique Tejedor, Biblioteca Argentina de Historia y Política, Hyspamérica Ediciones, Buenos Aires, 1986, págs. 132-133.
(15) ALEXANDER, Robert J., op. cit., pág. 89.
(16) PERON, Juan Domingo, Discurso como presidente constitucional, Caracas, Venezuela, Compilación, restauración y digitalización Archivo Sonoro “José Guillermo Carrillo”, Fotografía Nelson Naveda. 25 de enero de 2006. http://www.fundacionjoseguillermocarrillo.com/sitio/disjuanperon.php [Último acceso: 28/06/2011].
(17) LUNA, Félix, op. cit., Anexo.
(18) GALASSO, Norberto, Perón, Formación, Ascenso y Caída, (1893-1955), Tomo I, Ediciones Colihue SRL, Buenos Aires, 2005, págs. 425-426.
(19) REYES, Cipriano, La Farsa del peronismo, Buenos Aires, Editorial Sudamericana-Planeta, 1987.
(20) PLOTKIN, Mariano Ben, Mañana es San Perón, Traducción Keith Zahniser, Schorly Resources Inc, Washington, USA, 2003, pág. 42.
(21) Ibídem, pág. 67.
(22) NORA, Pierre, Les lieux de memoire, Ediciones Trilce, Durazno, Uruguay, 2008, pág. 33-34.
(23) LUNA, Félix, Perón y su tiempo, I La Argentina era una fiesta 1946-1949, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2000, pág. 28.
(24) PERON, Eva, La Razón de mi vida, Buenos Aires, Ediciones Peuser, 1951, págs. 41-47.
(25) PERON, Eva, op. cit., págs. 108-114.
Fuentes y Bibliografía
I- Fuentes
I-A Documentos
-Decreto del Poder Ejecutivo Nacional 15.074/43.
-Carta Orgánica del Partido Laborista.
I-B Libros
-PERON, Eva, La Razón de mi vida, Buenos Aires, Ediciones Peuser, 1951.
-REYES, Cipriano, La Farsa del peronismo, Buenos Aires, Editorial Sudamericana-Planeta, 1987.
-REYES, Cipriano, Yo hice el 17 de octubre, Capital Federal, GS Editorial, 1973.
1-C Orales
-REYES, Cipriano, Cipriano Reyes. Sobre el 17 de octubre del 45, en Archivo de Radio Nacional, http://www.radionacional.com.ar/audios/cipriano-reyes.html [Último acceso: 28/06/2011].
-PERON, Juan Domingo, Discurso como presidente constitucional, Caracas, Venezuela, Compilación, restauración y digitalización Archivo Sonoro “José Guillermo Carrillo”, Fotografía Nelson Naveda. 25 de enero de 2006.
http://www.fundacionjoseguillermocarrillo.com/sitio/disjuanperon.php [Último acceso: 28/06/2011].
II- Bibliografía
ALEXANDER, Robert J., A history of organized Labor in Argentina, Praeger Publisher, Westport, USA, 2003.
CIRIA, Alberto, Partidos y Poder en la Argentina Moderna (1930-1946), Ediciones La Flor, Tercera edición, Buenos Aires, 1973.
COICAUD, Jean-Marc, Legitimacy and Politics, Traducción David Ames Curtis, Cambridge University Press, Cambridge, Inglaterra, 2002.
DEL CAMPO, Hugo, Sindicalismo y peronismo, los comienzos de un vínculo perdurable, CLACSO, Buenos Aires, 1975.
GAY, Luis y TORRE, Juan Carlos, El Partido Laborista en Argentina, Editorial Biblos-Fundación Simón Rodríguez, Buenos Aires, 1999.
GALASSO, Norberto, Perón, Formación, Ascenso y Caída, (1893-1955), Tomo I, Ediciones Colihue SRL, Buenos Aires, 2005.
LUNA, Félix, El 45, Editorial Sudamericana, Sexta edición, Buenos Aires, 1975.
LUNA, Félix, Perón y su tiempo, I La Argentina era una fiesta 1946-1949, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2000.
NORA, Pierre, Les lieux de memoire, Ediciones Trilce, Durazno, Uruguay, 2008.
PHILP, Marta, Memoria y poder: el rescate de un problema clásico. Una mirada desde la historia política, Córdoba, Cuadernos de Historia, Serie Ec. Y Soc., Nº 8, CIFFyH-UNC, 2006.
PLOTKIN, Mariano Ben, Mañana es San Perón, Traducción Keith Zahniser, Schorly Resources Inc, Washington, USA, 2003.
POTASH, Robert A., El ejército y la Política en la Argentina (II) 1945-1962. De Perón a Frondizi, Traducción Enrique Tejedor, Biblioteca Argentina de Historia y Política, Hyspamérica Ediciones, Buenos Aires, 1986.
POTASH, Robert A., Perón y el G.U., Los documentos de una Logia Secreta, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1984.
http://www.huellasdelahistoria.com/ampliar_contenido.php?id_noti=527
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