El antisemita es un enfermo atacado por una enfermedad endémica muy antigua llamada antisemitismo, que se transmite por herencia o por contagio personal, y que se manifiesta en un odio injustificado hacia los judíos. La enfermedad se hace muy peligrosa cuando ataca a periodistas o dirigentes, en especial a jefes de estados o políticos infiltrados en instituciones encargadas del orden, la justicia y la paz entre los seres humanos.
El atacado de antisemitismo, ve justos a razonamientos errados, crea o da por ciertos hechos inexistentes, falsea la historia, tergiversa noticias, ridiculiza, segrega, discrimina, aisla, humilla, castiga, persigue, expulsa y hasta mata judíos simplemente por serlo. En algunos países en los que la enfermedad fue epidemia, el antisemitismo llegó a transformar a esas matanzas o "pogroms" en deporte predilecto. Todas las ideas, motivos o hechos que el antisemita usa contra los judíos, los inventa o los modifica para justificar su odio, manifestando placer cuando exterioriza sus argumentos con furia frente a un público.
Imposible demostrarle su error, aún con pruebas contundentes. Al pretender convencerlo con indiscutibles verdades que lo ponen contra el muro sin escapatoria, responde con exabruptos en alta voz para sobreponerse y hacer callar a su interlocutor, como se vio en un recordado debate televisivo en el que intervinieron dos miembros de la colectividad judía argentina y dirigentes de la agrupación "Quebracho". (*)
Como es una enfermedad que afecta al razonamiento, el enfermo no admite otros criterios que no sean similares al suyo. Por lo tanto hasta el día de hoy, no se conoce cura para esta enfermedad. Todo lo que se le diga al enfermo para hacerle entender que su odio no tiene sentido, caerá en saco roto. Ningún escrito dirigido a un antisemita tendrá efecto positivo. Siempre volverán a lo suyo porque nada les cambiará su arraigado sentimiento, ese profundo odio del que no se pueden desprender.
El único medicamento que en la actualidad se emplea tiene acción preventiva. Con el fin de evitar que la enfermedad se propague, lo está usando con eficacia el Estado de Israel bajo el nombre "Esclarecimiento" ("hasbará" en hebreo). Con esa medicación Israel hace ver al mundo las indiscutibles y probadas verdades que no conoce o no recuerda, para así rescatar a ese público susceptible, blanco de la prensa manejada por enfermos de antisemitismo.
Samuel (Milo) Auerbach.
Natanya, Israel
milo11@bezeqint.net
(*) (http://blogs.hebreos.net/internetjudia/?p=63)
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