Por Eduardo Juan Salleras, 26 de junio de 2012.-
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¿Dictadura Parlamentaria?... ¿Qué? ¿No es acaso el Parlamento la casa del pueblo donde están sus representantes?
Empecemos de nuevo ¿Dictadura Parlamentaria?... ¿Cómo? El parlamento es el congreso – diputados, senadores – que en un sistema republicano puro, serio (no el nuestro), son los representantes de los ciudadanos: “El pueblo gobierna a través de sus representantes” dice La República.
Sería entonces la dictadura del pueblo, ¿o no?
¿Qué diferencia hay entre una dictadura parlamentaria y una dictadura presidencial?
En que esta última es de una sola persona, a lo que se puede llamar entonces: tiranía.
Un presidente (o una) que quiere acaparar todo el poder, al que los representantes del pueblo obedecen sumisamente (nunca al ciudadano que los eligió), y al que la justicia – tercer poder de la república – mira asustada para no ofender al dictador, se llama tirano.
La tiranía del clientelismo político, de los que tienen hambre de estómago y de los que tienen hambre de dinero y de poder.
La tiranía unitaria del déspota (o la déspota) que viola todas las leyes federales, oprimiendo a las provincias, utilizando arbitrariamente sus fondos para sí, obligándolas a asfixiar a los contribuyentes con más impuestos, con el fin de contentar al opresor.
La tiranía de aquel (o aquella) que pretende monopolizar la opinión pública persiguiendo al periodismo independiente y comprando, o mandando a comprar a sus seguidores, todos los medios de comunicación posibles para acaparar la totalidad de la atención popular.
La tiranía de aquel (o aquella) que pretende tener su sindicalismo propio, que le obedezca y le sea obsecuente, al que comprará con poder o con dinero.
La tiranía de aquel (o aquella) que obliga a comer barro a la justicia, a esa que se atreve a mirar con desconfianza sus actos de gobierno y personales, haciendo renunciar, o corriendo, a los fiscales y jueces que intentaron cumplir con su obligación.
La tiranía de aquel (o aquella) que harta a sus seguidores y al pueblo en general con sus discursos en cadena, carentes de contenido, solamente para alimentar su ego y su incontinencia, obligando a los vasallos presentes al aplauso absurdo.
La tiranía de aquel (o aquella) que utiliza los fondos personales de los jubilados - porque son de ellos, son propios – para despilfarrarlos en antojos políticos sin garantías, mientras los pobres viejos deben renunciar por imposición y sumisión a lo que es suyo, postergando a mejor vida su bienestar.
La tiranía de aquel (o aquella) que priva a las obras sociales de los recursos para cumplir con las necesidades sanitarias impostergables de sus afiliados, solamente por no ser adeptos a su política.
O, la tiranía de aquel (o aquella) que le retira el apoyo económico a los comedores infantiles - para muchos, única comida diaria - por el solo hecho de no participar de los actos partidarios cuando se lo requieren o por denunciar algún clientelismo dentro de tanta miseria.
No sabría decir con exactitud si el ex presidente Lugo de Paraguay fue destituido de forma justa o no, pero sus propios legisladores le votaron en contra. Sí puedo decir que Paraguay tiene un congreso heterogéneo – no como aquí - que utilizó los caminos constitucionales, que no hablan de tiempos sino de formas, y que exigen respeto de su soberanía nacional.
¿Dónde quedó eso de la autodeterminación de los pueblos?
Nuestro país retiró urgente su embajador (¿lo tenía?), pero sin embargo nunca lo hizo de Cuba, que sí es una dictadura reconocida mundialmente y con varias décadas flagelando a su gente.
Me pregunto: si el destituido hubiera sido el presidente de Chile: Piñera, en manos de la izquierda chilena, ¿cómo hubiera actuado nuestra presidente?
Es que hubo un acuerdo: Ushuaia II, de defenderse entre sí, los países que conforman la UNASUR, ante el peligro que alguna de las instituciones republicanas de esas naciones, puedan deponer de su cargo a uno de estos tiranillos insaciables que pretenden eternizarse en su hegemonía.
Y se rasgan las vestiduras por Honduras, estos presidentes absolutistas atornillados al poder, que dominan toda la vida de los ciudadanos, sometiendo a su sociedad, a la necesidad de depender de la buenaventura de su majestad para sobrevivir.
Claro, en ellos no existe la posibilidad siquiera de destitución constitucional.
En nuestro país tampoco, porque está monopolizado el poder, no existe la república. Tanto el Legislativo como el Judicial, ya sea por temor, por vendidos o por la esperanza de ser comprados, jamás cuestionarían una medida del gobierno.
Pero estos avisos de sublevación institucional y popular por la vecindad, ponen en alerta a los déspotas, intentando urgente reformas constitucionales, para lograr encuadrar legalmente sus abusos y violaciones.
Nuestra Carta Magna, en su artículo 29 dice: “ El Congreso no puede conceder al Ejecutivo nacional, ni las Legislaturas provinciales a los gobernadores de provincia, facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen, consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la patria“.
Entonces, ¿Cómo es la conducta de nuestros ejecutivos, nacional y provinciales, y la de los legisladores?
A Fernando De la Rúa lo destituyeron las cacerolas de los ahorristas, con el aplauso y el oportunismo de los que hoy se horrorizan por lo de Paraguay y Honduras; sin haber pretendido el derrocado monopolizar el poder y mucho menos subyugar a sus conciudadanos. Después lo acusaron de comprar leyes… ¿comprar leyes? ¿Cuántos legisladores se han vendido posteriormente? ¿Y…?
Debemos estar bien atentos, no podemos entregar lo poco que nos queda de república. Si hasta ahora llegaron a donde llegaron, diciendo vamos por todo, ¿qué más podemos permitir? Nadie habla de las 17 muertes de Paraguay… como nadie habla de los desaparecidos de este tiempo en la Argentina: niños, mujeres adolescentes (trata de blancas)… como nadie habla de la violencia en el fútbol para todos, las muertes a cada fin de semana sin que el circo se detenga… Como nadie habla de la inseguridad, un verdadero golpe de Estado a la ciudadanía ¿Es acaso esta la única forma de vivir la democracia
EJS
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