“Pido que me escuchen. Nosotros como pueblo civilizado, no podemos tomar medidas que sean aconsejadas por la pasión, sino por la reflexión (...) Para no ser criminales como ellos, les pido que estén tranquilos, que cada uno vaya a su casa (...) Les pido que refrenen su propia ira; que se muerdan, como me muerdo yo, en estos momentos, que no cometan ningún desmán.
No nos perdonaríamos nosotros que la a la infamia de nuestros enemigos le agregáramos nuestra propia infamia (...) Quiero que en esta ocasión en que sellamos la unión indestructible sobre el pueblo y el Ejército, cada uno de nosotros levante en su corazón un altar a este ejército que no solamente ha sabido cumplir con su deber, sino que lo ha hecho heroicamente.
Los que tiraron contra el pueblo no son ni han sido jamás soldados argentinos, porque los soldados argentinos no son traidores y cobardes, y los que tiraron contra el pueblo son traidores y cobardes (...) Nosotros no somos los encargados de castigar, nuestros enemigos, cobardes y traidores, desgraciadamente merecen nuestro desprecio, pero también nuestro perdón Por eso pido serenidad (...)””
(JUAN DOMINGO PERÓN)
Enviado por La Corriente Avanza (Mar del Plata)
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