El Gobierno se muestra hay preocupado por la inseguridad, no por lo que pueda padecer la gente, que poco le interesa, sino que teme que esa “sensación” pueda socavar su imagen en épocas preelectorales.
Defender el orden es una obligación constitucional que los poderes del Estado están incumpliendo.
Estamos pasando por un momento muy particular y extraño.
La realidad está mostrando que mientras somos robados, asesinados, intimidados, o ninguneados
como ciudadanos por la patota sindical o piKetera, o los matones del bocota Moreno
o de la morsa Fernández, desde los burdeles de la oratoria kirchnerista se fue instalando en la sociedad
la perversa idea de que transgredir la ley siempre está justificado y que hacerla cumplir constituye,
las más de las veces, violaciones de los derechos humanos.
De esta manera, el relato ideologizado setentista (clásico en los funcionarios K) hace del delincuente una víctima, y de los que los padecemos, padecimos, o deben hacer cumplir la ley, sus victimarios.
Mi remate para que lo pienses:
Donde está la pobreza y la ignorancia, sembremos el abecedario.
Acuérdense de Martín Fierro: “La ley es como el cuchillo, no ofende a quién lo maneja”.
En azul y blanco,
HUGO CESAR RENES
No hay comentarios:
Publicar un comentario