La apropiación privada de la renta pública es la base del sistema jurídico Romano que generó todas las injusticias y desigualdades, creando una sociedad de clases, conduciendo a los grupos sociales al estado de barbarie o guerra civil y su correspondiente desintegración.
Renta pública: es el aumento del valor de la tierra que se produce, no, como fruto del trabajo de su poseedor, sino como consecuencia del aumento de las demandas sociales.
La ley mosaica vino a poner fin a este eterno conflicto y en el Levítico 25 dice Jehová: “La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois parta conmigo” (25:23). Por lo tanto, en toda tierra de vuestra posesión otorgaréis rescate (renta) por la tierra".
Hay un medio para asegurar los derechos iguales de todos, no dividiendo la tierra en pedazos iguales, sino tomando para uso de todos, aquel valor que se adhiere a la tierra, no como el resultado del trabajo individual sobre ella, sino como resultado del aumento de población y del progreso de la sociedad. Por ese medio todos estarían igualmente interesados en la tierra de su país nativo. Si uno utilizaba un pedazo de más valor que su vecino, pagaría un impuesto más pesado. Si no usaba tierra directamente, aun así sería un igual partícipe en la renta. He aquí el camino sencillo.
La revelación cristiana era la doctrina de la igualdad humana, de la paternidad de Dios, de la igualdad de los hombres. Minaba en su misma base aquella monstruosa tiranía del sistema juridico romano que tenía opreso al mundo civilizado; rompía las cadenas de los cautivos, las argollas del esclavo; y terminaba con aquella monstruosa injusticia que permitía a una clase despilfarrar los productos del trabajo, mientras aquellos que trabajaban apenas podían nutrirse.
El Cristianismo primitivo quiere hacer carne este mandato de la ley mozaica bajo la dominación romana de sus territorios y el Catolicismo trata de universalizar este concepto, es decir, que el nuevo orden jurídico se expanda por todo el Imperio Romano.
Aquel movimiento de reforma social fue sofocado y pervertido su mensaje en favor de una religión de sometimiento al orden jerárquico romano estatuido.
Este principio de orden social renace recién en el Siglo XVII de la mano de los jesuitas, la Escuela de Salamanca y la Fisiocracia y será la base intelectual de las grandes revoluciones: la inglesa, la americana, la francesa y las revoluciones latinoamericanas de 1810.
En esta oportunidad la contrarreforma vino de la mano de la Codificación del Derecho, que reinstalo el puro derecho romano, mediane el sistema canónico, que luego seria sostenido por un "nuevo liberalismo" que eliminaría a la tierra, como centro de los recursos del estado, reflotando el antiguo sistema tributario esclavista romano, que hoy denominamos NEOLIBERALISMO.
La tensa situación creada por el perverso sistema jurídico dominante, fue intentado revertir en 1912 por el presidente Roque Sáenz Peña que junto con su ley de sufragio universal, mando la "ley de reforma tributaria" que logaría terminar con la injusticia reinante y que daría base sólida a la democracia. La ley de reforma tributaria -consensuada con H. Irigoyen- nunca fue sancionada y sin ella la democracia seria explosiva.
A mediados del Siglo XX Perón no pudo, no supo o no quiso poner de pie al sistema rentístico de recursos del estado del cristianismo primitivo y de la Revolución de Mayo según su Constitución de 1853 y a cambio sanciona la "ley de congelamiento de alquileres y arriendos" que mitiga la injusticia causada por la apropiación privada de la renta publica y por un tiempo, genera una enorme clase media que con su consumo generaría una gran transformación de la sociedad argentina. A este Movimiento se lo llamo "justicialismo" por venir a terminar “momentáneamente” con una injusticia de base generada por el sistema jurídico romano que promueve y permite la apropiación privada de la renta publica, realzando el robo y el latrocinio político como fuente genuina de la propiedad, mientras socializa el esfuerzo de los trabajadores con impuestos, que degradan la propiedad sagrada del trabajo hasta hacerlo digno del esclavo.
El justicialismo en todas sus vertientes: peronistas, radicales, menemistas y kirchneristas; han mediante leyes positivas, intentado corregir las deformidades del sistema, pero no ha solucionado el problema de base que genera desigualdad y su correlativa violencia.
Los chacales y las hienas de todos los partidos politicos han cambiado las leyes, para que no cambie el sistema jurídico vigente, es decir, han hecho gatopardismo, "cambiar todo, para que nada cambie".
La oligarquía terrateniente argentina debería hacerle un monumento al Presidente Kirchner ya que les ha permitido quintuplicar su capital durante su periodo de gobierno -como Kirchner quintuplico el suyo- gracias al aumento del valor de la tierra. Esta enorme ganancia de los ricos es soportada por los trabajadores con extenuantes impuestos y altísimos alquileres que los arrastran a la villa miseria y a su propia agonia.
Mientras el hombre no conozca cual es el origen de los recursos del estado, para una sociedad de hombres libres, igualitaria y fraternal, nuevas incertidumbres sucederán a las antiguas y será nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía.
"Mientras hay muerte hay esperanza".
Giusepe Tomasi di Lampedusa "El Gatopardo"
Enviado por Guillermo Andreau
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