El Grito Peronista - Buenos Aires, Argentina
¿Recuerdan que hace años nos decían que este país era indestructible? ¿Que nunca nada ni nadie podría lograr quebrarlo porque estábamos impregnados de riquezas en nuestro suelo, de alimentos en nuestros campos, de inteligencia en nuestros cerebros?
Pues no fue así. Persistiendo en prácticas negativas, desde mucho tiempo atrás hemos socavado las bases de ese aparentemente eterno bienestar, conduciéndonos hoy a convivir con el hambre, la desnutrición, la inseguridad, la incertidumbre, la destrucción de las familias, la falta de objetivos claros y alcanzables en nuestras vidas.
No hemos sabido cuidar el patrimonio que recibimos cuando nos declararon "únicos herederos" de una situación que parecía estable y seguramente mejorable cada día. Entre "unidos o dominados" permitimos que algunos de los propios forzaran la ocurrencia de la segunda opción.
Y hoy estamos inmersos en una situación similar a la que tiempo atrás veíamos en otros lugares del mundo y nos causaba horror.
¿Estamos a tiempo de frenar esta caída? Si dejamos la inacción los inactivos, y los activos modifican sus metas de enriquecimiento y de poder personales, seguramente lograremos revertir la situación. Pero esta es una crisis real y muy profunda, que requiere remedios de acción intensa, rápida y efectiva. Esos remedios están en nuestras manos o cerca de ellas.
Son de uso pacífico pero masivo. Somos los dueños de un futuro que será tan promisorio o tan lamentable como sepamos construirlo.
Ya no habrá un líder preclaro que marque el rumbo. Será una actividad colectiva basada en el olvidado "bien común". Habrá que dejar los intereses personales para pensar como nación. Porque los de afuera están observando cómo continuar devorándonos hasta que todo lo que hoy es nuestro concluya siendo de ellos.
¿Lo vas a permitir, hermano argentino? ¿No creés que el porvenir de tu familia, de tus amigos, de tus vecinos, de todos tus conciudadanos vale intentarlo, esta vez de verdad?
Porque luego, muy pronto, será tarde, irremisiblemente tarde. Y sólo seremos el país que no pudo ser lo que podía llegar a ser.
Depende de vos y de mí. Aunque culpemos a otros de nuestras desgracias. Tenemos que saber, que poder y que querer lograrlo.
Si creés que es posible hacer algo cada día para vivir en un país mejor, contá conmigo. El momento oportuno para comenzar es ya mismo.
Daniel Galatro
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