El predominio de las individualidades nos ha perdido. Las pasiones egoístas han sembrado la anarquía en el suelo de la libertad esterilizando sus frutos, de aquí resulta el relajamiento de los vínculos sociales: nuestros corazones no palpitan al son de las mismas palabras, de las mismas ideas, ni a la vista de los mismos símbolos...
Teniendo a nuestra disposición tantas riquezas y tanto poder económico, una gran parte de nuestros hermanos sufre hambre y miseria, surgiendo con ellas, nuevas formas de esclavitud social y psicológica.
Tenemos una sociedad humillada y embrutecida, que es tratada como simple mercancía política. Es la misma sociedad que deberá resolver este año si es consecuente con su ética o la traiciona por una dádiva oficial.
En un estado patológico de crisis y desorganización, nuestra sociedad, ofrece un espectáculo de opiniones en conflicto que se experimentan al menos en tres dimensiones, a saber:
· La primera, es la crisis de los CONTRATOS SOCIALES y de los imaginarios de retribución y de justicia que ellos sostenían.
· La segunda, es la crisis de la adecuación de los imaginarios de movilidad y ascenso social con las condiciones materiales de la vida que ha generado novedosos aspectos de la pobreza (pobreza de subsistencia, pobreza de participación, pobreza de protección, pobreza de comprensión, etc.).
· La tercera, es la crisis y deslegitimación de las instituciones representativas, formadoras de los sujetos sociales y de los ciudadanos.
La familia perdió su rol central de transmisor de cultura frente a la invasión de los medios tecnológicos de comunicación, situación esta que está desencadenando un proceso de pérdida de valores esenciales que supieron regir la vida social de nuestros ancestros, dando paso a una nueva cultura de la imagen, de lo efímero, consumista, utilitaria y materialista, dentro de la cual los niños y los adolescentes son las principales víctimas.
Ha llegado el momento de poner en el Congreso una representación verdadera y no un grupo de marionetas como el que en la actualidad tenemos.
Terminemos con esta aberrante manipulación; evitemos el caos y la explosión social; no permitamos este menoscabo oficial a la inteligencia del ciudadano que solo pretende confundirlo.
NECESITAMOS UN PODER EJECUTIVO Y UN PODER LEGISLATIVO CON MAYOR CALIDAD DE REPRESENTACIÓN Y MEJOR DISTRIBUCIÓN DE FUERZAS, POR TODO ESO, DIGALE ¡NO!! A LOS CANDIDATOS SEÑUELOS...
No estamos en tiempos de evasiones ni claudicaciones como para practicar la política del avestruz.
Piense que con su voto usted puede colabor en la magnifica obra de restaurar a nuestras instituciones para, a través de ellas, hacer progresar a nuestra patria.
Piense que su voto puede ayudar a materializar un sistema de creencias comunes y de principios luminosos que nos sirvan de guía en la carrera que el 28 de junio podremos emprender.
… Su voto puede ayudar a hacer realidad los deseos de una Argentina nueva, apoyando a dirigentes con voluntad suficiente como para cambiar los errores que nos han degradado; que debatan REAL Y LEALMENTE, por propia convicción y sin “obediencia servil”, los grandes temas nacionales.
Cuando en el mes de octubre entre al cuarto oscuro, piense que su voto puede ayudar a borrar las señales viscosas que están dejando en nuestra sociedad los sembradores del odio, la desesperanza la inseguridad y la corrupción.
En las próximas elecciones generales, para provocar una revolución moral que marque un progreso en la regeneración de nuestra Patria, cobijémonos imaginariamente debajo de nuestra enseña patria y cumplamos con nuestra obligación como ciudadano.
CONTRA UN VOTO COMPRADO, PONGA EN LAS URNAS UN VOTO PENSADO.
Difunda incesantemente entre familiares y amigos sus creencias para reanimar en los corazones el sentimiento de Patria, hoy amordazado por el desenfreno de las ideologías.
Su voto nos permitirá obtener la victoria sobre el odio, la desconfianza, la insolidaridad y la especulación, que tan fácil han nacido y tan ligero se han diseminado.
Su voto, junto al nuestro, concurrirá simultánea y colectivamente a un fin único: al progreso y engrandecimiento de la nación.
Cuando vaya a votar, piense en los que vienen y en la dignidad de nuestros abuelos que, lamentablemente, se van yendo.
Refúgiese en la honestidad, porque ella, junto al trabajo, podrán darnos la dicha de un futuro mejor.
En azul y blanco,
HUGO CÉSAR RENÉS
(candidato a nada)
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