Cuando el tren presidencial se detenía, de los ranchos y viviendas se acercaban vecinos que tenían así oportunidad de conocer personalmente a Evita, contarle sus problemas y recibir con seguridad algún juguete para sus niños.
Los viajes presidenciales no siempre eran confortables. Algunas veces se debía hacer una pausa en la larga y fatigosa jornada, para comer un simple sándwich como único almuerzo del día. Aquí lo están haciendo, a la vera de un camino, el presidente Perón y su esposa.
Durante su visita a Buenos Aires en abril de 1951, el príncipe Bernardo de Holanda quiso conocer las obras que realizaba Evita. Aquí visitan juntos la "Ciudad Infantil".
Se inaugura la "República de los Niños", en Gonnet, localidad cercana a La Plata. Estuvieron presentes miles de escolares. Fue, y sigue siendo, una obra extraordinaria de relevancia mundial.