Se cumplen este 3 de febrero, tan sólo 203 años del bautismo de fuego del histórico y glorioso Regimiento de Granaderos a Caballo “Gral. San Martin”. La historia de este combate, no es breve, si bien el combate en sí mismo, no fue de más de media hora…
Las dudas de que San Martin, podría ser un personaje sospechoso, que podría venir a Buenos Aires con otros fines, quedaron disipadas. El regimiento, aun no contaba con los escuadrones que hoy ostenta, pero estos primeros 120 granaderos, una tropa de elite para su tiempo, vencieron con facilidad al contingente superior que tenían los españoles, o godos, ya exiliados en Montevideo donde montó la capital del Virreinato, junto al Virrey D Elio.
Pero debemos destacar antes, que la capital oriental, por parte de las tropas al mando de Gral. Rondeau, La ciudad de Montevideo se encontraba bajo sitio terrestre desde el 20 de octubre de 1812, por lo que las posibilidades de supervivencia de la ciudad dependían en gran parte del mantenimiento del tránsito marítimo y el operativo del Jefe de Blandengues del Uruguay, José Gervasio Artigas, encontraba sitiada pero habían 23000 veteranos godos, y de esta manera, San Martín, quedó con sus espaldas a salvo, (después del valiente Combate Naval de Brown en 1814) para posteriormente iniciar la larga y luminosa cabalgata libertadora, por todo el cordón cordillerano de Mendoza a mas allá del monte Chimborazo en los limites con Colombia…
El combate en si mismo, tiene fuentes indubitables que fue tal cual lo resume la bella marcha de San Lorenzo. Tres son las fuentes que podemos recurrir: 1) el parte que el propio Coronel San Martín, redacta a las autoridades de Buenos Aires de su puño y letra…allí en síntesis hace saber de este triunfo, y pide se expidan pensiones a los fallecidos en el mismo. 2) El parte que se publica en la Gazeta de Montevideo, que redacta el propio Capitán Zabala, que mas adelante, lo vamos a encontrar sumado a las tropas libertadoras en Mendoza…y el parte que hace un ingles amigo de San Martin, que seguía de cerca los pasos y que le pidió a San Martín participar del combate, a lo que el procer, solo acepto que lo observe desde el Campanario del Convento de San Carlos donde hoy esta el llamado Campo de la Gloria.-
De manera, que este primer inicio de una autentica demostración de los bravos varones que formo y eligió el propio San Martin, dan el aliento necesario a las autoridades que dudaban de ese grito de libertad que se dio en Mayo del año 10 y de la Asamblea General Constituyente, del mismo año, pero apenas tres días antes del combate, es decir el 31 de enero de 1813, cuyos 203 se recordaron poco, este 31 de enero que dicto resoluciones sumamente importantes, aunque no la declaración de la Independencia, que también este año, recordaremos como EL BICENTENARIO el 9 de Julio.
Debemos aportar que San Martín, para acantonar a su tropa, debió parlamentar un largo tiempo en horas, con el Fraile Pedro García, a cargo del Convento de San Carlos de Barromeo…y que sirvió de albergue a los heridos y asistidos por esta Compañía de Franciscanos ya participando de la gesta libertadora. Como aporte de esta recordación, podemos citar a algunos hombres que no eran nativos de las provincias Unidas, como el Capitán de Navío Hipólito Bouchard, francés, que se sumó a los dos escuadrones de Granaderos, el Capitán oriental Justo Germán Bermúdez, que muere desangrándose en el convento después del combate, y los granaderos Juan Bautista Cabral, ascendido pos mortem a Sargento, y el granadero olvidado, el puntano Juan Bautista Baigorria. Como dato novedoso en un combate librado con los franceses, a San Martin, también le salva la vida, un soldado que se llamo Juan de Dios..que liquidó a un francés napoleónico a punto de matar al propio Libertador.
También podemos destacar la valentía del Tte. Manuel Díaz Vélez, que persiguió a los godos hasta las mismas barrancas del Paraná a fin de tomar más prisioneros….
“..Los realistas desembarcaron y avanzaron hacia el convento, suponiendo que allí estaban depositados los principales bienes de la zona. Para su sorpresa, fueron atacados por los granaderos a caballo y sable en mano. El ataque de las tropas argentinas se realizó con un movimiento de pinzas saliendo de la parte trasera del convento, una de ellas —la de la izquierda y la primera en moverse — estaba encabezada por José de San Martín; la otra estaba encabezada por el capitán oriental Justo Germán Bermúdez, quien estaba secundado por el joven teniente porteño Manuel Díaz Vélez. Bermúdez ejecutó un rodeo muy grande, forzando la escapatoria de los españoles hacia sus buques.
La táctica militar empleada por el General San Martín consistió en una maniobra envolvente, tomada de Napoleón.-
HCR
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