¿Porqué el partido Campo Sionista tiene que esperar que discrepancias internas debido a presiones internacionales, hagan que el gobierno de Netanyahu se estrelle contra la pared para tener una nueva oportunidad de constituir un gobierno de centro izquierda? O, en el peor de los casos, ¿por qué esperar que el mundo con su boicot, sus sanciones y su retiro de apoyo lo hagan fracasar?. ¿Porqué Herzog no trata de evitar estos penosos desenlaces viendo con buenos ojos una coalición con el Likud?
Sus palabras bloquearon toda posibilidad de aceptar algún ofrecimiento para integrar el gobierno. Un ofrecimiento que no se sabe si Biniamín Netanyahu lo realizó, o si solo lo utilizó como amenaza para que la derecha aflojara sus excesivas exigencias. Una eficaz maniobra en manos de quien ha dado muestras de no molestarle cualquier orientación que tenga el gobierno a su cargo, con tal de que sea tan fuerte y estable que le permita cumplir a término su gestión.
Grave error por parte de Isaac Herzog. Prefiere ver como Netanyahu no puede seguir adelante con un gobierno que se opone a la existencia de un país palestino vecino a Israel, en vez de ayudar a que su patria vuelva a tener la seriedad y confianza que hace ya un tiempo perdió ante los ojos del mundo. Prefiere ver como Netanyahu fracasa como Primer Ministro, en vez de aceptar la oportunidad de crear las mejoras que merecen la clase media y las que le siguen en inferioridad, y de ayudar a que en Israel reine la justicia y la igualdad entre sus ciudadanos, evitando que existan sectores que reciben tremendos beneficios que les permiten vivir con comodidad sin ofrecer nada, sin trabajar, sin pagar impuestos y sin servir en el ejército.
Completamente equivocado este criterio de Herzog. Prefiere darse el gusto de ver cómo Netanyahu y su coalición con la extrema derecha, no pueden cumplir con los cuatro años de gobierno que les fueron concedidos, en vez aceptar la posibilidad de formar parte del gobierno y, de esta manera, poder devolver a su patria la seguridad del apoyo mundial que perdió, encauzándola dentro de las líneas que exigen las verdaderas democracias. Desde la oposición otra cosa que protestar no se puede hacer. Ya se dijo varias veces: es hora que los políticos sepan desprenderse de nocivas pasiones personales que tergiversan la lógica e interceptan el camino correcto que se debe seguir en bien de la comunidad.
Samuel Auerbach
Natanya, Israel
Publicado hoy en el semanario Aurora.
http://www.aurora-israel.co.il/articulos/israel/Opinion/64708/
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